[Jovenesfeministas] III Seminario Virtual REPEM
repem4
repem4 en mail.repem.org.uy
Lun Jun 29 22:12:22 UYT 2009
¿Existe un proyecto feminista para la transformación social?
Jóvenes, diversidades y proyecto feminista. Encuentros y desencuentros
III Seminario Virtual REPEM /
17 al 29 de junio de 2009
Estimadas- os participantes:
Continuamos enviando las reflexiones generadas en torno a la segunda
ponencia: “Construcción de identidades juveniles, cultura y religión” de
Sandra Mazo y los comentarios a la misma de Fanny Gómez y Sofia Valdivieso.
Gracias por sus aportes.
Seguimos en contacto
Un abrazo,
Equipo REPEM
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Yazmina Bastías
ysbchavez en gmail.com
Feminista -Chile
Ahora con esta segunda ponencia me detuve, con más tiempo, a pensar y
reflexionar desde lo que es el feminismo en este momento para mí. Siempre he
considerado que es una práctica liberadora, nos permite enfrentar las
estructuras patriarcales y más aún luchar en contra de éstas. Si bien es
cierto, con el tema de las identidades múltiples que poseemos no sólo a
nivel latinoamericano sino que en todo el mundo, nosotr en s las feministas,
nos da cuenta de lo hermoso que resulta mirar entre nosotr en s lo diversas que
somos y todo lo que podemos aportar al feminismo, y por lo tanto a nosotras
mismas en llevar nuestras vidas de manera libre, sin culpas, sin
fundamentalismos acuestas. Sin embargo, para realizar esos cambios que
siglos hemos seguido, ese cambio por ver, que teniendo características
propias y únicas, somos iguales, tod en s, tenemos que empezar por un trabajo
desde nosotras mismas.
En el comentario de Sofía, pude ver un fragmento que habla de ese desgano o
desinterés de las mujeres jóvenes de hablar sobre feminismo y es algo que
por mi cuenta, siendo una mujer de 22 años- (no sé si es prudente hablar de
edades cuando nos referimos a juventud, si se supone que no estamos
siguiendo las estructuras patriarcales y el tiempo es parte de esas
estructuras)- es muy común escucharlo. Ese saco gigante de prejuicios sobre
el feminismo, entonces pienso, ¿no será que quienes formamos parte del
feminismo en el ahora, tenemos la responsabilidad de hacer un cambio
integrador? porque al escuchar esos prejuicios me suena a eso que es la
contraparte del machismo, que equivocadamente se asume que es el feminismo.
Pienso que las y los feministas tenemos la responsabilidad de crear un nuevo
lenguaje y trabajarlo de manera incesante, cuidando de que aquello que
decimos lo concretemos, porque en la experiencia he escuchado a muchas
compañeras feministas que hablan de integración cuando no son capaces de
creer que pueden existir compañeros feministas junto a nosotras. Todavía
dentro de nuestro actuar están esas dicotomías que llamamos absurdas y que
replicamos, a veces pienso que estamos haciendo con estas acciones una
especie de segundo patriarcado... En realidad muchas veces por no cuidar del
feminismo, que en lo personal alude a igualdad de oportunidades y libertad,
terminamos en nuestra extrema resistencia, violentas y hembristas... Sin
darnos cuenta de que lo integrador lo botamos al tacho de la basura en cosa
de segundos.
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Carina Henriquez,
carinahenriquez en gmail.com
Chile.
Pienso, que si existe un movimiento feminista joven, es porque hay algo que
tenemos que decir, aún así y según lo que he notado en mi corta experiencia,
es que dentro del feminismo y como bien él era el nombre del XI encuentro
feministas hay fundamentalismos, que no están fuera, si no entre nosotras,
aun es más importante y valido quien mejor hable, quien más autoras cite en
su discurso, aun sigue siendo válido lo intelectual, aun entre nosotras nos
invalidamos, por no haber leído o escrito más que las "antiguas".
Siento que no se valida lo que queremos validad, lo privado, lo propio las
emociones, aun nos manejamos dentro del poder, de quienes tienen más dinero,
quienes son más conocidas, quienes hacen más cosas, quienes han ido a más
seminarios, quienes son de más redes es decir, se valida el estatus, la
competencia y eso, también está dentro de las jóvenes y así lo converse con
algunas amigas de REDLAC en el encuentro en México.
Cuando se mostró el estudio que da a conocer que la mayoría de las
feministas jóvenes son universitarias. CONOCEN, LEEN, HABLAN BIEN, es decir
que hay algo mal, en base a mi opinión el feminismo está siendo muy
elitista, pues no se está llegando a las mujeres dueñas de casa, a las que
trabajan o a las niñas/os.
Siento que la lucha por lo menos desde mi visión debe ser desde ahí,
comenzar a bajar un poco de la nube, en donde nos posamos y creemos que
somos más. Que si alguien entra a un grupo feminista se sienta menos porque
no sabe tanto o no conoce tanto. Hay poderes muy grandes en este círculo,
que maneja el dinero, a veces me cuestiono muchas cosas, no creo que la
inexperiencia deba ser causa de la invisibilización de un discurso. Por algo
están ahora los derechos de los niños/as, que ahora deben ser escuchados/as.
Así como las mujeres un día lucharon por manifestar una opinión. Así como
muchas hoy luchamos exigiendo decidir por nuestros cuerpos. Me surge la
necesidad de hablar y reflexionar, respecto a cómo nos invalidamos al creer
que hay uno sólo feminismo, como si sólo hubiese una sola verdad.
Totalitarismo.
No creo que las mujeres adultas, cronológicamente piensen que las jóvenes no
son feministas porque algunas están de acuerdo con que haya hombres
feministas. Creo que a muchas estando en posiciones de poder caen en lo que
estaban en contra.
Hablo de esto dado lo que hace menos de un mes nos ocurrió a nosotras
Feministas Bio Bio, organización que hace cosas con menos de 90 dólares, y
que todo el dinero lo saca de rifas, cuotas, etc. y al momento de postular a
un fondo FEMINISTAS como el de Alquimia. Somos excluidas, porque uno de
nuestras actividades es una línea telefónica que entrega información sobre
misotrol a mujeres de nuestro país, en donde el aborto es ilegal. Pensé, si
las mismas feministas no apoyan las acciones que de verdad generan cambios.
Entonces quien?.. en quien me apoyo? en quienes?, si son ellas, en su lugar
de poder económico quienes nos niegan y cortan las alas e impiden seguir
nuestra labor. Si somos nosotras mismas las que nos amarramos las manos por
miedo?... temor?.. Creo que así entonces será más difícil llegar a cambiar
algo.
Si hablamos de un proyecto feminista, creo que sería uno en donde primero
seamos sinceras, creamos en nosotras, en nuestras luchas, respetemos
nuestras diversidades, nuestras formas de hacer feminismo y en donde dejemos
atrás las prácticas sometedoras del ámbito público que tanto repudiamos y
que finalmente caímos.
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Inés Lasa
ineslasa en montevideo.com.uy
Uruguay
Un primer punto que me llevó a la reflexión es sobre la definición del “ser
joven” en la sociedad actual que transitamos. Como bien señala Sandra Mazo,
está atravesada por los procesos de globalización, en una sociedad de
consumo, con una tendencia fuerte hacia el individualismo y a desactivar los
colectivos. Esta coyuntura histórica nos determina como sujetos a todos los
integrantes de la sociedad, pero muchas veces creo que es usado desde el
mundo adulto para desprestigiar las iniciativas provenientes del mundo
joven. Es decir, como las formas de organización y participación que
emprenden los jóvenes no siguen los parámetros de la participación que
tenían nuestros referentes adultos cuando ellos/ellas eran jóvenes, se las
concibe como menos relevantes, con menor capacidad de incidencia, con formas
de organización de menor prestigio que las anteriores. Reconocer y estar
atentos a los desincentivos que coloca el proyecto
neoliberal a los procesos de participación colectiva debe ser tarea de todas
las generaciones, porque no sólo nos atraviesa a las y los jóvenes sino
también a los adultos. Las formas en que nos nucleamos los jóvenes por
supuesto que son diferentes, existen otros intereses y demandas, la vida se
transita en tiempos y ritmos más vertiginosos, lo global y lo local
confluyen en un mismo espacio, las identidades son plásticas, flexibles…
pero esto no significa necesariamente que esto esté colonizado por la
tendencia al individualismo.
Creo que lo colectivo y la pertenencia a colectivos se ha reformulado; a
diferencia de las anteriores no son monolíticas y homogeneizantes, sino
abiertas y flexibles. Respecto a esto último, me parece interesante la
apreciación que hace Sofía Valdivielso en relación a los problemas que puede
traer el exceso de pluralidad en la definición de las identidades. Como bien
señala creo que no podemos perdernos “en un bosque de fragmentos aislados
unos de otros”; por el contrario el desafío está en articularlos para
construir una identidad que a la vez que sea abierta encuentre en la
diversidad la unidad necesaria para que sea una “identidad”. La pregunta que
deberíamos hacernos es ¿qué es lo que define esa unidad?, en la relación
dialéctica entre “lo uno” y “lo otro”, entre lo que nos define y lo que nos
diferencia, ¿cuál es el núcleo central de lo que nos une?
Otro aspecto importante, me parece que refiere a las formas en que circula y
se reproduce el poder, generando muchas veces situaciones inequitativas
entre adultos y jóvenes. El “ser joven” está cargado de varios atributos,
algunos de los cuales se presentan de forma ambigua. Por un lado se espera
de nosotras/os un comportamiento responsable que se traduce en determinados
compromisos, actitudes y acciones que debemos desarrollar para encaminarnos
hacia un proyecto de vida “adulta”; pero al mismo tiempo y en forma
contradictoria las posibilidades y medios que tenemos para realizar lo que
se espera, no siempre están garantizadas. Desde mi experiencia como joven de
Uruguay (supongo que en el resto de América Latina debe suceder algo
similar), cada vez es más difícil para las/los jóvenes emanciparnos
económicamente de nuestras familias de origen.
El ingreso tardío al mundo del trabajo formal, que muchas veces se produce
en forma precaria, con empleos inestables y salarios bajos, cercenan
nuestras posibilidades de sustentarnos en forma autónoma, lo que también
incide en la autonomía simbólica y afectiva. En este sentido me pregunto:
¿si no se generan oportunidades cómo es posible realizar procesos de
emancipación? Al mismo tiempo, y relacionado con esta idea, si entendemos la
autonomía como la capacidad de un individuo de ser actor y protagonista de
la realidad en la que vive, con conciencia crítica y capacidad de
transformar su medio, se vuelve imprescindible que en ese proceso las y los
jóvenes accedamos a los ámbitos de poder y de decisión. El tema es que
muchas veces esos ámbitos están ocupados por adultos, y no se promueve que
nosotras/os participemos de ellos. En este punto me parece importante traer
la pregunta que hace Sandra Mazo: “¿por qué aún existen tan complejas
dificultades para establecer el diálogo intergeneracional y construir
relaciones justas y equitativas en los procesos de participación y
representación?”
Y si a la condición de ser joven le agregamos la condición de ser mujer,
pareciera que existen mayores dificultades para el acceso a ámbitos de
participación y decisión. Comparto con Sofía Valdivielso que las cosas no
han cambiado demasiado, que todavía persisten desigualdades de género, que
cercenan los derechos de las mujeres, las decisiones sobre nuestros cuerpos,
sobre nuestras vidas, sobre lo que queremos y lo que no queremos, sobre
nuestros proyectos de vida, etc. La opresión sigue vigente y se expresa en
prácticas, preceptos, prohibiciones y normativas, que a veces podemos
identificar claramente de dónde vienen (como señalan las ponencias, desde el
Estado, desde la iglesia) y otras veces subrepticiamente se expresan en
mensajes culturales que no podemos asignar a un actor particular sino que es
toda la sociedad las que las produce y reproduce. Por eso creo que las
instancias de intercambio, debate y reflexión como lo constituyen este
seminario, son necesarias (aunque no suficientes), para hablar de lo que
sentimos, lo que nos pasa cotidianamente y lo que podemos y queremos
transformar.
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Karolina Naranjo Velasco
karlager en gmail.com
Auxiliar de investigación - Instituto de Estudios Políticos
Jóven Resistente
Bucaramanga – Colombia
Reflexiones Ponencia 1
La potencialización de la participación como búsqueda de la equidad
Si bien la política y la participación en espacios como la representación
en “organismos de elección popular” así como en espacios comunitarios han
sido tradicionalmente e históricamente una construcción masculina, este
hecho no nos debe llevar a despreciar la práctica de la política como la
incursión y posicionamiento del SER sujeto político. Si bien la inserción en
esos espacios, las jóvenes deben apostar a la incidencia, a la toma de
decisiones y a la modificación de las prácticas políticas tradicionales–lo
cual incluye asumir la representación de y desde las mujeres- y la
visibilización de nuestras posturas políticas, sentires e intereses.
Estar en los espacios de participación es esencial, ya que en estos son
vitales para la construcción de una sociedad y un proyecto de construir una
democracia global participativa, donde se reflejen y se incluyan las
apuestas políticas desde las mujeres y sus diversidades. En aras de ir
desestructurando las divisiones tajantes entre la esfera de lo público y lo
privado, la política debe concitar el interés de las mujeres jóvenes,
colectivo, para la transformación de ambos espacios. Para Celia Amorós las
mujeres no se debe conformar con llamara político a lo personal sin
politizarlo realmente, es decir, sin llevar a cabo una práctica política que
opere una definición efectiva de los espacios, y tenga, de esta manera
capacidad para implantar las nuevas codificaciones. Si bien la
transformación de nuestras culturas propicia nuevos sentidos de hacer,
estar y ser en política. Solo combinar el trabajo en ambas dimensiones nos
puede permitir pensar y hacer real concreto un proyecto de inclusión de
diversidades que se construye con las y los otros que habitan el mismo
espacio.
Reflexiones ponencia 2.
En la búsqueda del sentido de “identidades juveniles”, se gesta a partir de
la diversidad como ESTRATEGIA para incidir en la agenda pública, si bien
los espacios de decisión son “puentes” hacia la visibilización de nuestros
intereses y necesidades de las mujeres jóvenes.
No obsta, que las jóvenes deben ser consientes de las transformaciones que
se pueden generar a través de actuaciones en escenarios como la universidad,
la comunidad, el arte, etc. Prevalentemente, en el interior década joven
debe formarse de “conciencia” en el sentido que somos SUJETAS DEDERECHOS, ya
sea fundamentales o humanos, éstos se encuentran en calidad de universales,
es decir, son aplicables a cualquier etnia o grupo religioso; de manera,
que esta herramienta nos permite abanderarnos de nuestros derechos, nos
permite fortalecer una identidad de lucha o la ruta a seguir para poder
incidir en los espacios de decisión haciendo inclusión de nuestras opiniones
y apuestas.
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Pierina Rondanelli
rondadel en gmail.com
Chilena.
Me hace mucho sentido tanto la ponencia de Sandra Mazo como los comentarios
de Sofía Valdivieso, en tanto al contexto actual de globalización del que
somos parte, que por un lado trata de uniformizarnos y por otro en la
práctica nos vamos dando cuenta de nuestras diferencias, de lo diverso que
son, incluso, nuestros países.
En la experiencia de pensar y plantear un proyecto de transformación social,
inevitablemente nos enfrentaremos a conflictos que surgen de nuestras
diferencias, lo enriquecedor seria poder enfrentar esos conflictos, perder
el miedo a la diferencia, a pensar o hacer las cosas diferente y aprender de
la experiencia histórica, de que no existe solo una forma de ser y de hacer.
Cuando se imponen las morales únicas y las verdades de piedra, es cuando más
nos alejamos de lo humano, de donde surgen las marginaciones, la violación
de derechos y tantas situaciones que han marcado la historia de América
latina.
Un proyecto feminista para la transformación social, podría ser nuestro
objetivo común, ahora la característica de ese proyecto es l que vamos
delineando y para eso es prioritario reconocernos en nuestras diferencias.
Cuando vemos que nuestras condiciones materiales y sobretodo espirituales,
se ven en desmedro por la apropiación que hace de ellas unos pocos, como los
que controlan la iglesia y el Estado, que de apoco nos van quitando la
libertad de desarrollarnos como humanas y humanos, ¿Que nos queda?... A mi
parecer nos queda, seguir generando condiciones desde la cotidianeidad de lo
privado a lo público, desde nuestras diversidades, para el desarrollo de
prácticas liberadoras de la mano con un pensamiento crítico que nos permita
estar atentas a nuestro entorno, que conduzca a la "unidad múltiple"; para
el reconocimiento de otras y otros como legítimos otras y otros.
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Sherly Echevarria Hinostroza.
shandel_22 en hotmail.com
Perú
Primeramente tengo que felicitar la ponencia de Sandra Mozo, muy acertada y
coherente con nuestras realidades, asimismo felicito el comentario de Sofía
Valdivielso, el cual me ha parecido oportuno pone relevancia hechos
importantes y resalta muchos aspectos de la ponencia de Sandra. Me parece
que estos tiempos que nos ha tocado vivir tenemos que impulsar
necesariamente el pensamiento feminista como opción política que esté lista
para enfrentar los cambios que está viviendo el mundo, ante ello tenemos que
construir una visión en la que nos veamos reflejadas todas y todos, esta
visión tiene que superar tiempo y espacio, ya que si bien es cierto que
somos diferentes y como dice Sandra hay muchas identidades, tenemos que ser
capaces de conciliar entre tanta diversidad puntos común y que estos estén
en la capacidad de direccionen el proyecto feminista, el cual como ya
menciono la ponente tiene que ser transformador e inclusivo, tiene que ser
capaz de rescatar todas esas diversidades que bien encaminadas puede llegar
a ser nuestras mejor fortalezas. Es importante que sigamos creciendo y en
palabras de Sofía, evolucionando. Este proyecto feminista tiene que estar en
la capacidad de representar todas las voces, ese matiz de voces que quieren
ser escuchadas y quiere seguir ganando espacios que aun no se han ganado y
que este llegue a cada rincón de nuestros países y no sólo a un grupo de
mujeres que tenemos el privilegio de estudiar o de rodearnos de personas que
nos puedan orientar sino también al más pequeño caserío, comunidad indígena,
comarca, etc. En este sentido tenemos que superar diferencias generacionales
que en lugar de ayudar a crecer nos debilitan y fraccionan. Tenemos que ver
la raíz del problema para poder transformarlo y no sólo perdernos en la
fachada. En tal sentido construyamos “Una visión integral de quiénes somos.
Una visión que integre nuestra naturaleza biológica, psicológica, cultural,
social, histórica y espiritual” (Sofía Valdivielso)
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C. Jacqueline V. López
jackysvl en gmail.com
Recordemos que en muchas ocasiones quienes han hecho los cambios sociales en
América Latina han sido las y los jóvenes de distintas épocas. La juventud
como todo lo que corresponde al ser humana y humano es cambiantes, todo
dependerá de su contexto histórico social y de cómo asume la identidad que
se le es impuesta o que el o ella misma decide construir.
En muchas ocasiones las discusiones que se puedan dar entre adultas/adultos
y jóvenes mujeres y hombres, se debe a que ellas o ellos se olvidan que
pasaron por una etapa de la vida, que fue en esta etapa de ser joven (por
así llamarle) de la vida donde realmente pudieron identificarse y asignarse
una identidad, una postura política, una ideología, el problema acá es que
nos olvidamos de como ha sido nuestro proceso y pensamos que todos y todas
deben ser como nosotras o nosotros, es ahí donde se encuentra el choque,
ello y ellas que no quieren ver el contexto actual y la situación actual de
las y los jóvenes, y hacer el análisis desde el contexto histórico social de
la época en que ellas y ellos fueron jóvenes y el contexto social que
vivimos las y los jóvenes, para poder entender la situación actual y las
posturas que cada una y uno de las y los jóvenes puedan asumir, siempre abra
una diferencia ideología de choques generacionales, y darse cuenta que las
luchas aun siguen siendo las mismas, las y los jóvenes de ciertos sectores
podemos tener mayor acceso a la educación, pero la situación laboral de
muchas y muchos de nosotras es escasa, tenemos mucho menos posibilidades
para poder acceder a nuestra independencia económica, entre otras.
En clase de historia se tuvo una discusión sobre jóvenes y adultas, al final
de la discusión una compañera adulta comento y dijo nos sentimos
cuestionadas.... y reflexione si las compañeras adultas y adultos consideran
que nosotras las y los jóvenes cuestionamos, ¿ellas y ellos que hacen con
nosotras y nosotros?, cuestionar nuestras posturas, creo que lo que afecta
acá es la forma en que cuestionamos las posturas de las y los otros de qué
forma cuestionamos y como cuestionamos, sin percatar lo hacemos de formas
violentas (pasivas agresivas). Es cierto que el feminismo es cuestionador y
hace la invitación a criticar y cuestionar sería prudente que reflexiones de
que formas lo hacemos para que ninguno de los dos grupos hetereos se sienta
violentand en s.
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Nzira de Deus
nzira en forumulher.org.mz
FORUM MULHER
Gostaria antes de mais, de salutar a criação deste espaço de debate
virtual de jovens feministas e agradecer pela oportunidade participar me
expressando na minha língua - o português.
Fiquei bastante comovida com as palavras da Sandra que identificam
bastante o cenário que vivemos em Moçambique. Vejo-me perante uma
sociedade onde a mulher jovem que questiona os padrões de relações
existentes e se recusa a seguir este modelo é vista como jovem rebelde,
frustrada e que busca valores que estão fora na nossa cultura africana.
Vejo uma juventude com receios e medo de lutar pelos seus ideais
deixando-se levar pelos ideias do mundo globalizado, consumista que
defende o particular e o individual. Pois, algumas vezes encontramos
discursos contraditórios dentro de muitos grupos de mulheres jovens.
Discursos estes que não buscam mudanças e transformação, mas sim perpetuam
a manutenção do status quo social existente: O patriarcado. Muita mulher
jovem acredita e aceita esta tipologia e categorização de mulheres:
Mulheres de verdade ( as continuam reproduzindo os valores patriarcais,
trabalhadoras assalariadas, boas esposas, que somente elas tem obrigação
de se preocupar com as tarefas domesticas, com cuidado dos filhos e do
marido e não questionam a partilha de tarefas e responsabilidades
domesticas, nem a infidelidade dos companheiros), e as mulheres chatas e
rebeldes, (as que tem questionado estes valores e buscam se afirmar).
É neste comportamento juvenil que saúdo o discurso da Sandra ao afirmar
que "Embora se tenham alcançado importantes avanços no reconhecimento dos
nossos direitos e tenham sido abertos espaços no âmbito público e
político, ainda não foram transformados estruturalmente os modelos de ser
mulheres, militantes, feministas, mães, amantes, filhas, amigas…"
Muitas de nós ainda queremos provar as famílias e a sociedade somos
mulheres perfeitas ( as que conseguem gerir a carreira profissional e ao
mesmo tempo cuidam do marido, dos filhos e não questionam a partilha de
tarefas e responsabilidades domestica) e que não somos rebeldes e
respeitamos a nossa cultura. Sendo Apenas Servidora e submissa! Acredito
que o debate entre gerações é importante , mas acima de tudo devemos
buscar o debate intrageracional ( no seio dos diferentes grupos de
mulheres jovens, pois somos jovens e diferentes. E nestes debates
buscarmos o ponto de equilíbrio e um discurso holístico. Pois, somos as
primeiras as rotularmos as outras de Chatas, rebeldes e exigentes.
Não devemos ter medo de nos afirmamos com receio de recebermos uma
etiqueta e sermos marginalizadas. Pois, isto faz com que vivamos em dois
mundos: o mundo onde defendo os direitos das mulheres e o fim do
patriarcado e no mundo “real”, aquele onde não procuramos desconstruir os
valores, mas sim os reproduzimos com as nossas atitudes. E faz com que a
nossa luta não repercuta os efeitos desejados.
E aqui me questiono, porque tanto medo de nos expormos e desconstruirmos
estas crenças patriarcais? Porque temos de mostrar o nosso valor com base
na nossa submissão e modelo que os outros criaram? Porque aceitar a
tipologia com base no nosso desempenho familiar e domestico e não com base
no nosso cérebro e nossos ideais? Porque temos nos de provar algo a
sociedade e não somos simplesmente Nós: mulheres chatas, rebeldes e
feministas? E daí? Ao menos buscamos a nossa identidade. Pelo menos, sou
nós e somos EU!
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Tathiana Sequeira.
tatysequeira en yahoo.com
Nicaragua.
Buscando darle salida a la pregunta inicial; porque somos adultistas, y no
solo de las adultas hacia las jóvenes, sino también de las jóvenes hacia las
adultas. Y muchas veces por pereza y comodidad. Dejamos que las otras hagan
dejamos que ellas se maten cómo hacerlo. Y muchas otras veces, porque a las
mujeres que tienen trayectoria en los diferentes movimientos de mujeres,
opacan las iniciativas nuevas, y porque amedrentan con sus estilos y sus
formas.
Es importante reconocer el liderazgo que las compañeras “viejitas” tienen
en el manejo del discurso, y de cómo este permea la nueva generación, no por
ser jóvenes biológicamente sino el de pertenencia a un espacio de debate y
reflexión como lo son las diferentes expresiones de los movimientos de
mujeres. Pero se debe reconocer que el hecho de que hay una generación de
mujeres (hetero, lesbianas, indígenas, afro, etc.) que manejan muy bien el
discurso no significa que tengan la razón en lo que hacen y cómo lo hacen.
Les doy un ejemplo; un grupo de compañeras que participaron en el encuentro
feminista realizado en México, habían asumido el compromiso de convocar a un
diálogo feminista, donde participaran todas aquellas compañeras que así lo
quisieran; en efecto así¬ fue; hace mucho tiempo no he participado de
asambleas y reuniones, por una cuestión de tiempo y prioridad pero también
reconozco que en muchas ocasiones como he dicho porque existen conflictos
internos que no te dejan avanzar y te desgastas en debates interminables “a
eso realmente no se le puede llamar debate “porque como he dicho a veces
parece una novela mexicana, que la podés dejar de ver unos meses y no avanza
mucho y con facilidad cuando la retomás te ubicas porque sigue en lo mismo.
El cuento, es que finalmente se realizó el diálogo feminista, donde llegó
una diversidad de mujeres las “viejitas” y las jóvenes en edad y
pensamiento feminista; resulta que una joven en edad y pensamiento “
facilitaba el encuentro, y ya cuando se acercaba la tarde después de lo
tenso que había dijo que estaba aprendiendo mucho pero que le dolí¬a la
cabeza; y en efecto la entiendo, me pasó lo mismo cuando inició; porque es
difícil intentar comprender algo que lleva años; ponernos de acuerdo en lo
particular en los detalles nos carcome el cerebro nos desgasta nos
desencanta y nos ahuyenta.
Ahora, el tema de la coherencia y consecuencia; me da mucha tristeza cuando
se dice que hay que darle la oportunidad a las jóvenes que los jóvenes
deben hacer la responsabilidad no se adquiere como una herencia menos el
liderazgo, porque de por sí ya ha sido absorbido, como un polí¬tico a su
simpatizante. Y cierto es, que los intereses son tan cambiantes como las
modas del mercado que cambian cada mes. Y eso sí¬ me preocupa más, porque la
cultura del consumismo es cruel y absorbente. Se tiene el concepto que las
feministas somos un desastre para vestirnos, para presentarnos, hasta en la
selección de los olores extras que nos ponemos encima. Y cuando las
mayorcitas nos encontramos con esa generación joven de edad y pensamiento
vestidas acorde a lo que ofrece el mercado; ya las vemos raras y de hecho ya
son medio excluidas.
Finalmente, yo me preguntaba cuándo yo iba a dejar de ser joven, pero no en
edad sino en pensamiento, como sabés que ya tenés la madurez de pensamiento
crítico, cual es el termostato que te mide y te dice que ya podés dar el
salto. Quién lo tiene, cómo se usa, cuando se usa y quién diablos lo
determina.
Y cierto es, que nuestra historia, nuestro sujeto polí¬tico feminista está
marcado por el idioma de nuestra piel y ternura. Pero entonces, la historia
debe ser contada con esos ojos y esos lentes.
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