Alemania/ Die Linke: luces y sombras de la izquierda [Isaac Salinas]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Jul 30 10:44:04 UYT 2009


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30 de julio 2009
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Alemania

Die Linke hacia las elecciones generales: luces y sombras de la izquierda alemana


Isaac Salinas *


En Lucha
http://www.enlucha.org/


Los medios de comunicación alemanes han conseguido, durante los últimos meses, vender una imagen de Die Linke como un partido un tanto desastroso y muy dividido internamente. Cierto es que en el interior del partido se dan luchas intestinas entre las diferentes fracciones y alas, sobre todo en torno a la cuestión sobre si Die Linke debe seguir ejerciendo un papel de oposición consecuente o se abre a la colaboración con el SPD. 

El ala "derecha" -aunque más correcto sería decir "reformista"- está representada sobre todo por el PDS, originado tras la disolución del partido único de la antigua Alemania del Este, el SED. En él se acumulan "dinosaurios" de la época estalinista, reciclados hoy en "pragmáticos" de la "realpolitik". Buen ejemplo de la gestión que éstos defienden es la municipalía de Berlín, donde Die Linke forma una desastrosa coalición con el SPD (desastrosa para los intereses de los trabajadores y el medio ambiente, no para la clase dominante). 

El ala "izquierda" del partido, como no podía ser de otra manera, se divide a su vez en diferentes fracciones. Éstas abarcan desde el WASG (antiguo partido del oeste de Alemania que aglutinaba principalmente a sindicalistas y desilusionados del SPD), con Oskar Lafontaine a la cabeza, hasta corrientes más radicales como Izquierda Anticapitalista o Izquierda Socialista. 

El último episodio de estas fuertes tensiones internas fue el congreso del partido, celebrado el 20 y 21 de junio. En él se aprobó el programa electoral de Die Linke de cara a las elecciones generales de Alemania, que tendrán lugar el próximo 27 de septiembre. El transcurso del congreso y el perfil del programa aprobado dan testimonio de la situación en que se encuentra actualmente Die Linke, tras dos años de su creación. 

Con tal de evitar que el congreso se convirtiera en una lucha interna entre las diferentes fracciones del partido, la dirección intentó aprobar una parte considerable de las más de 1.000 enmiendas al programa electoral y buscar compromisos sobre algunas cuestiones centrales: las de un salario mínimo, las prestaciones de paro (Hartz IV) y el posicionamiento frente a la OTAN y la guerra. Frente a los 7'50 euros la hora de salario mínimo que exige el SPD, Die Linke apuesta fuerte por 10 euros la hora. La enmienda de los diputados "moderados" (léase reformistas) del PDS, que abogaba por 8 euros la hora -y 435 euros de renta mensual en lugar de los 500 euros que exige el partido- fracasó. Ya lo dijo Oskar Lafontaine: en Francia, con un partido conservador en el gobierno, el sueldo mínimo es de 8'71 euros la hora. Aún así, se acordó que el sueldo mínimo debería ser aplicado no inmediatamente, sino durante la próxima legislatura. 

Tampoco prosperó la intención de los reformistas de limitar el programa de inversión estatal en ayudas sociales a 50.000 millones de euros -la mitad de lo finalmente aprobado. Para su financiación, Die Linke exige mayores impuestos a las ganancias privadas de los millonarios. En la actualidad, las ayudas a empresas van a cargo de los bolsillos de trabajadores y pensionistas. De esta manera, Die Linke hace honor a su tan coreada demanda de más "justicia social". Por otra parte, en el congreso se integró la exigencia de disolución de la OTAN y su reemplazo por un organismo de seguridad colectiva que incluya a Rusia. 

Cabe destacar que el Foro por un Socialismo Democrático (FDS) -una de las corrientes dentro de Die Linke, cercana al PDS- solamente lograron hacer pasar una de sus enmiendas, en relación a la prestación de servicios. Frente a la insistencia del FDS de orientarse a posibles coaliciones para crear un espectro social de centro-izquierda, Oskar Lafontaine y Gregor Gysi (números 1 y 2 del partido, respectivamente) defendieron que, al menos de momento, es impensable entrar en coalición a nivel estatal con el SPD o Los Verdes. Gysi fue incluso más duro que Lafontaine en sus declaraciones al respecto. Aún así, unos cuantos delegados de Alemania del este insistieron en que el partido ha de intentar tener presencia en el máximo de gobiernos regionales posibles. En esto, Gysi se mostró de acuerdo. 

Sobre el tema de unidad de Die Linke, Gysi criticó ferozmente las declaraciones de André Brie (máximo representante de la oposición interna al liderazgo de Lafontaine) justo antes de las elecciones europeas frente a la prensa burguesa, en las que éste atacaba directamente la autoridad de Lafontaine. Sahra Wagenknecht, miembro de la dirección del partido, explica así la actitud de Brie: "Sus reproches no tienen ningún fundamento, lo único que evidencian es el malestar de Brie porque ya no juega ningún papel en el partido". Conviene destacar que André Brie es defensor del Tratado de Lisboa y de una abierta orientación de Die Linke a posibles coaliciones con el SPD. 

Un punto débil del congreso fue la ausencia de activistas de las luchas laborales de empresas como Opel o los centros comerciales Karstadt. Ciertamente, Die Linke no es por el momento un partido con la capacidad suficiente para intervenir decisivamente en las luchas de clase. Puede parecer preocupante el hecho de que solamente un miembro de la dirección destacó en su discurso que Die Linke se encuentra al lado de los trabajadores. Pero los hechos demuestran que Die Linke también está en la calle, en manifestaciones en solidaridad con los trabajadores en lucha y participando en diferentes campañas de los movimientos sociales.

Sobre la cuestión del papel de la mujer en la sociedad, hubo una sesión que contó con una buena presencia de mujeres en lucha en guarderías y almacenes comerciales. Una mujer del comité de empresa de una fábrica de Opel destacó la confluencia de su lucha y la de los trabajadores de Karstadt. Este detalle es importante ya que, tal y como señaló un miembro de la dirección, "cuanto mayor es el descontento social, más social se vuelve Alemania". Sin embargo, es cierto que Die Linke sigue siendo un partido con una estructura de dominación masculina, cuya política de género permanece siempre en segunda línea. Lo mismo ocurre con el tema del ecologismo.

Respecto al tema de la nacionalización, se aprobó una enmienda que exigía que la nacionalización de bancos y empresas debería ir acompañada por su control democrático. No obstante, no encontró demasiado apoyo la exigencia de ampliar los derechos de cogestión de los trabajadores en las empresas. Ni tampoco prosperaron una serie de enmiendas dirigidas a la nacionalización de grandes empresas e industrias clave. Sin duda, las cuestiones de la propiedad (nacionalización) y política exterior permanecerán como puntos centrales del debate programático posterior a las elecciones. La primera, porque es imprescindible que el partido tenga una posición firme en este tema con tal de ganar un anclaje en las luchas de clase. La segunda, porque existe el riesgo de que Die Linke rebaje su discurso en materia de política exterior con tal de ganar capacidad de gobernar.

A grandes rasgos, el programa electoral aprobado con sólo 7 votos en contra es bueno en contenido, y sirve como base para una campaña electoral a favor de los afectados por la crisis. Sin embargo, Die Linke ha de poner mayor énfasis en las luchas laborales defensivas que se están dando (guarderías, Karstadt.), organizar reuniones para ganar nuevos activistas e incorporar a la campaña electoral acciones de protesta contra la guerra. 

Respecto a la tendencia institucional del partido, se hace imprescindible contrarrestar la orientación de buena parte del partido a querer gobernar en coalición allí donde sea posible. Con las referencias de Rifondazione Comunista en Italia o el mismo Die Linke en Berlín, se hace evidente el fracaso que supone para la izquierda entrar en gobiernos de coalición con la socialdemocracia. 

Con todo, Die Linke sigue siendo la única alternativa creíble a los partidos conservadores y social-liberales de Alemania. Es el partido donde la izquierda revolucionaria alemana encuentra su espacio natural de trabajo, fortaleciendo el carácter extraparlamentario del partido. Eso sí, mientras sus propuestas y reivindicaciones no sean sistemáticamente ahogadas por el aparato del partido. Die Linke, hoy por hoy, sigue siendo un partido dinámico y permeable a las ideas de sus distintas fracciones. Es por ello que, con sus limitaciones, merece nuestra solidaridad. Para En Lucha, Die Linke constituye un referente de la confluencia de una nueva izquierda, como también se está dando en Francia con el Nuevo Partido Anticapitalista o en Portugal con el Bloco d'Esquerda (por citar sólo algunos ejemplos a nivel europeo) y que también en el Estado español pretendemos impulsar.

* Militante de En Lucha, ha formado parte los dos últimos años de la red anticapitalista Marx 21 que trabaja dentro de Die Linke.

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