Brasil/ la política represiva, el peor legado de la Copa del Mundo [Fernando Carneiro - entrevista]

[Ernesto Herrera]

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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 3 de agosto 2014

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A l’encontre – La Breche

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Brasil

Entrevista a Francisco Carneiro, de la Articulação Nacional dos Comitês
Populares da Copa (ANCOP)

“La política de seguridad pública es el peor legado de la Copa del Mundo” 

Gabriel Brito y Paulo Silva Junior

Correio da Cidadania

http://www.correiocidadania.com.br/

Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa

Finalizaron los 30 días de fiesta promovida por la Copa del Mundo y,
mientras volvemos a la realidad, comenzamos a constatar cuales son,
realmente, los legados dejados por el multimillonario evento en relación a
lo prometido. Esto es, mejoras en la vida de todos los habitantes de las
ciudades-sedes agraciadas con obras y proyectos de beneficio general,
especialmente en la cuestión de la movilidad. Sin embargo, si tal
diagnóstico ni siquiera es cierto para sus mayores defensores, son los
movimientos sociales quienes muestran la mayor insatisfacción con el proceso
vivido. 

“Nuestro punto nunca fue hablar de fútbol, sino de las violaciones de los
derechos humanos que estaban ocurriendo en nombre de la Copa del Mundo. Creo
que eso quedó bien claro. Mientras el evento pasó, la vida continúa. Pero la
vida continúa con una ciudad más segregada, más privatizada y muchas
violaciones que, de hecho, ocurrieron en este período y precisan ser muy
investigadas”, dice Francisco Carneiro, de la Articulação Nacional dos
Comitês Populares da Copa, en esta entrevista con Correio da Cidadania.

-Correio da Cidadania: ¿Cómo la ANCOP analiza todo el proceso político en
torno a la realización del mundial de fútbol, ahora que terminó la fiesta y
las miradas se vuelven hacia las elecciones?

Francisco Carneiro: La Copa, así como varios otros megaeventos y
megaproyectos, se muestra como un gran interés y un gran negocio para las
constructoras y las grandes empresas, que moldearon, a lo largo de estos
años, diversas leyes y reglas. Inclusive la lógica de ir y venir en la
ciudad.

Nuestro punto nunca fue hablar de fútbol, sino de las violaciones de los
derechos humanos que estaban ocurriendo en nombre de la Copa del Mundo. Creo
que eso quedó bien claro. Mientras el evento pasó, la vida continúa. Pero la
vida continúa con una ciudad más segregada, más privatizada y muchas
violaciones que, de hecho, ocurrieron en este período y precisan ser muy
investigadas Conseguimos muchas victorias, pero, infelizmente, varios
procesos negativos repercuten y recrudecen. Ese es el análisis general que
hacemos después de ocurrido el evento.

-Correio da Cidadania: ¿Qué piensas de la crítica de algunos sectores, en el
sentido de que los movimientos de protesta a la Copa tuvieron todo a mano
para aglutinar el rechazo al megaevento, pero habrían caído en errores
tácticos y estratégicos? 

Francisco Carneiro: Más del 50% de la población en algún momento, por vuelta
de mayo, estaba contra la realización de la Copa en Brasil, lo que muestra
como afectó la vida cotidiana de la personas. No sólo las violaciones de los
derechos humanos, sino la corrupción. El conjunto de problemas sociales se
fue agravando, tornándose explícito, no en virtud de ninguna táctica, ni de
ningún grupo, sino para la población en general. La acción de cualquiera de
nuestros grupos es menor y no es capaz de alcanzar al 50% de la población. 

Lo que los Comités hicieron, a lo largo de los cuatro años en que se
organizaron, fue estar junto con la población afectada directamente y
denunciar constantemente el sentido de la Copa del Mundo. Por tanto, no
creemos haber errado. Conseguimos muchas victorias a lo largo de ese tiempo.
Victorias en el límite de lo que podíamos, frente a la gran fuerza del
gobierno y de los empresarios. En cuanto al hecho de que 50% fueran
contrarias a la Copa, pero sin traducirse en movilizaciones, hay un conjunto
de factores que lo explican. Del mismo modo que junio 2013 nos tomó por
sorpresa por la gran cantidad de personas en las calles, en 2014 la
movilización para asistir a los partidos también nos tomó por sorpresa. 

No creo que la cuestión sea la táctica. Cualquier táctica que hubiera sido
pensada no habría resultado en grandes movilizaciones. Para nosotros, era
importante un proceso fuerte de protesta durante la Copa, esa era nuestra
apuesta. Trabajamos y nos organizamos para eso. Pero, lo más importante, fue
el proceso de denuncia, de discusión de los diversos impactos, de
construcción de una red mediática (alternativa principalmente), en la
academia y, en especial, de resistencia de la población afectada, contra el
modelo que la Copa y los megaeventos traen. Conquistamos victorias que
minimizaron las violaciones del período. El proceso fue bien victorioso,
estamos tranquilos porque sabemos que hicimos lo que se debía hacer.   

..-Correio da Cidadania: ¿Cómo ven la situación actual, de los diferentes
gobiernos, en relación a las protestas de las últimas semanas? ¿Qué puedes
ver en lo cercano?

Francisco Carneiro: Si podríamos evaluar algunos de los diversos legados que
la Copa trajo, de manea bien negativa, tal vez el primero sea el estado de
excepción, de represión al derecho de manifestación y organización, y la
transformación del concepto de seguridad. No para fortalecer la política de
seguridad pública, la integración de la comunidad, la propia convivencia del
espacio público y la calle como espacio colectivo, sino una seguridad que
pasa a reprimir, excluir y favorecer los intereses privados. Es un legado
muy malo. Tales conceptos fueron usados al extremo en la Copa del Mundo. Ese
legado la policía no lo olvida, va a continuar usándolo en la represión
diaria, ahora en las favelas, en la periferias pobres. 

Fueron diversas violaciones al derecho de organización y al derecho de
manifestación. La actual criminalización, principalmente en Belo Horizonte y
San Pablo y, ahora, recientemente, en Río de Janeiro, es una prueba de que
se avanza, sí, a pasos agigantados, no a una dictadura formal, sino a una
dictadura en la práctica. Es decir, una visión hegemónica del modelo de
sociedad donde no se permite protestas fuertes en ninguno de los campos de
la organización social. 

Por tanto, la cuestión de la política de seguridad pública es, de hecho, el
peor legado. Creo que obtuvimos una conquista, con el apoyo internacional,
al evitar que la política antiterrorismo avanzase en el Congreso. Pero eso
no impidió a la policía, a la justicia, y a los gobiernos, el considerar a
las personas que se organizan y luchan por derechos, como terroristas y
enemigas del Estado, cuando en verdad, estaban luchando por derechos y
democracia. 

-Correio da Cidadania: ¿Crees que la escalada represiva y el intento de
sofisticar instrumentos jurídicos para criminalizar la lucha social son
pasajeras o se mantendrán? ¿O los gobiernos están respondiendo a los
acontecimientos de junio 2013?

Francisco Carneiro: Un ejemplo bien práctico: la policía militar y federal
se entrenó para la Copa del Mundo con la policía israelí. Es decir, con la
policía que arroja bombas y aniquila a un pueblo entero en la Franja de
Gaza. Después de recibir este entrenamiento no tienen un chip que diga
“olvide eso”. Es una práctica que internalizó y va a seguir. Todavía más
porque para las fuerzas reaccionarias la criminalización es positiva. 

Así, sólo vamos a cambiar esto, si las diversas fuerzas sociales, no
solamente aquellas que se comprometieron en la lucha contra las violaciones
de la Copa, perciben que hoy, luchar contra tal modelo de represión, es una
prioridad. Tenemos que comenzar a cuestionar por distintos medios y formas
este modelo. La lucha por el derecho a organización y manifestación
realmente precisa ser una nueva pauta de la izquierda. Porque si hoy ataca a
los grandes procesos en la calle, de aquí en más irá contra las ocupaciones
de tierras, ocupaciones de predios, y simples manifestaciones de protesta
pacífica…

Tenemos que evitarlo, porque el Estado no se detendrá. El Poder Judicial, el
Ejecutivo, y las fuerzas conservadoras que detentan los poderes, van a
continuar accionando en ese sentido. Precisamos luchar de la manera más
unitaria posible. 

-Correio da Cidadania: ¿En resumen, entiendes la situación como la verdadera
respuesta del Estado brasilero a las grandes manifestaciones de junio 2013 y
las esperanzas populares que se expresaron en aquel momento?

Francisco Carneiro: Sí. Con toda certeza. El discurso de ellos es que junio
era bonito y democrático. La respuesta en la práctica no vino con nuevas
medidas de fomentar la democracia y la participación, sino con nuevas
medidas para destruir e impedir la democracia y la participación. La
respuesta de los gobiernos (federal y estaduales) fue tomar partido por el
lado de la seguridad. Y se posicionaron por la derecha. Trabajaron de junio
(2013) a junio (2014) pensando en eso. E implementaron la política que
construyeron en ese período. Fue visible que los gobiernos recibieron
presiones de todos los sectores conservadores y las fueron atendiendo
cotidianamente. 

La reacción adoptada después de junio 2013 fue: no fortalecer la democracia,
no fortalecer la participación popular, no fortalecer los canales de
concientización, movilización y discusión de proyectos de sociedad. Y, sí,
reprimir e impedir que eso avance. 

-Correio da Cidadania: ¿Cómo imaginas el movimiento popular y autónomo en
los próximos tiempos? ¿Cuál será el futuro de los Comités de la Copa y su
articulación nacional, están trazando estrategias para actuar en los
próximos tiempos? 

Francisco Carneiro: La experiencia de la Articulación fue innovadora para
nosotros y bien exitosa, sea en su metodología de organización, de instancia
decisoria, sea en el respeto al protagonismo de las comunidades afectadas.
También fue exitosa porque a partir de un tema de interés de la sociedad, se
consiguió discutir los impactos de la Copa mucho más allá de la convocatoria
de Felipão para postergar  las demandas. Y al pautar el debate se consiguió
la ligazón con otros sectores sociales. El campo académico pasó a discutir
los derechos de la ciudad y a tomar insumos de las luchas populares, mucho
más a partir de la Copa. Los medios “alternativos” colocaron el asunto en la
agenda luego de las luchas contra las violaciones que van aconteciendo en el
día a día, además de las diversas formas de resistencia y organización del
pueblo. 

Los Comités se van a reunir, a discutir y a continuar debatiendo los
derechos de la ciudad. El mote “Copa del Mundo” pierde un poco de fuerza,
pero pienso que la discusión de como los megaproyectos y megaeventos
desvirtúan el derecho a la ciudad y avanzan en la represión, es una clave de
lectura y organización importante. 

Como la Articulación en sí va a continuar, dependerá mucho de la evaluación
que tendremos de aquí en adelante. Pero estamos tranquilos, porque era una
organización que tenía un plazo y deja una herencia, un conjunto de
experiencias, de cómo fortalecer la lucha y articular diversas fuerzas de la
sociedad civil y de los diversos movimientos sociales. 

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