Brasil/ armamento israelí: el "modelo de seguridad Gaza" en la Copa del Mundo [Dave Zirin]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Jul 14 18:50:25 UYT 2014


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 14 de julio 2014

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A l’encontre – La Breche

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Brasil

“Exportar Gaza”:

El armamento de seguridad del Mundial de Brasil

Dave Zirin *

http://www.edgeofsports.com/

Traducción de Lucas Antón – Sin Permiso

Durante mi estancia en Brasil para los primeros días de la Copa del Mundo de
Fútbol, a mí —como a muchos otros periodistas — me lanzó gases lacrimógenos
la policía militar. En las calles vi los brillantes tanques adaptados para
ciudad y sentí las granadas de aturdimiento que lanzaban metralla subsónica
a los tímpanos. No vi los “drones” que volaban sobre nuestras cabezas, pero,
por otro lado, se supone que nadie que no tenga un telescopio Hubble puede
llegar a verlos.

Vi también un militarismo que era menos de alta tecnología y más de la
variedad tradicional consistente en desplegar tropas. Varias de las favelas
—esas precarias comunidades de los pobres que fueron antaño santuarios tanto
de los fuera de la ley como de los revolucionarios— sufren una ocupación a
gran escala, lo que ha desatado protestas de los habitantes de las favelas
en contra de la violencia de tener que vivir bajo un constante sometimiento
policial.

El nivel de los instrumentos de alta tecnología que hemos visto desplegados
apenas sí resulta diferente del de anteriores Mundiales y Juegos Olímpicos.
Cañoneras y lanzamisiles se han convertido en el último decenio en parte del
paisaje del mismo modo que el Fan Park de la FIFA y la Villa Olímpica. El
problema, sin embargo, no estriba en realidad en que los medios de
comunicación hayan ignorado este tipo de imperativos de seguridad
posteriores al 11 de septiembre [de 2001] (aunque sea esto un problema). Es
la forma en que, en demasiados países anfitriones, la militarización no
termina cuando terminan los macro-acontecimientos. Por el contrario, se
convierte en la nueva realidad. Si compras un “drone”, como me dijo en 2012
un funcionario de seguridad de Londres, “no vas a meterlo otra vez en la
caja”. Se normaliza la cultura de la vigilancia y, mediante el caballo de
Troya de los deportes, nace una nueva realidad orwelliana.

Los dirigentes brasileños no se avergüenzan de esta abrumadora exhibición de
fuerza. El Estado ha expresado en diferentes momentos su preocupación por
los manifestantes, la delincuencia y el terrorismo. Trágica, si no
previsiblemente, prefieren considerar la protesta como un hecho delictivo y
hasta como un acto terrorista en sí mismo. He sido testigo de ello
repetidamente, con el efecto de convertir al anfitrión del Mundial, como me
dijo un activista, en “un facsímil  de la vieja dictadura”.

La preocupación respecto a los manifestantes, la delincuencia y el
terrorismo ha tenido sin duda su parte en el desarrollo de la seguridad,
pero es que Brasil también ha incrementado sus fuerzas armadas de modo
espectacular en los últimos años para mostrar al mundo que su nueva potencia
económica tendría una equivalencia militar. Pero la presencia de tan
abrumador armamento —por no hablar de la alta tecnología—suscita una
pregunta crucial: ¿Quién está armando a Brasil? ¿Quién se lo suministra —y
se lucra— a partir de esa nueva normalidad?

La respuesta la encontramos en Haifa, Israel, en dos fabricantes
multimillonarios distintos de armas y electrónica: Rafael Advanced Defense
Systems y Elbit Systems. Rafael es una empresa con ánimo de lucro propiedad
del Estado de Israel, mientras que Elbit es una empresa privada. Las
ganancias de Elbit están aumentando de manera espectacular, y sus aviones no
tripulados proporcionan vigilancia de masas durante la celebración del
Mundial. Como ejecutivo jefe, Bezhalel Machlis afirmó en una entrevista con
Bloomberg: “Las tecnologías de recogida de inteligencia electrónica y óptica
de Elbit y nuestros socios brasileños se ajustan perfectamente a los
desafíos de seguridad interior propios de estos acontecimientos”. El
suministro de militarismo de alta tecnología hizo que los ingresos netos
aumentaran en su segundo cuatrimestre “en un 30% hasta llegar a 50 millones
de dólares”. Bloomberg News escribió asépticamente que el deseo de Brasil de
aumentar la adquisición de armamento fabricado por Elbit experimentó “un
nuevo impulso después de que el torneo de fútbol de la Copa Confederaciones
de junio [2013] moviera a un número sin parangón de gente a salir la calle a
protestar por una serie de cuestiones, entre las que figuraba el gasto en
estadios de ultimísima tecnología”.

Por lo que respecta a Rafael, la fundó en 1948 el Estado de Israel recién
creado para armar al país contra quienes hasta entonces habían vivido en su
territorio. Rafael tiene una posición aun más fuerte en Brasil que Elbit.
Tal como informaba Flavie Halais, escribiendo en Open Democracy el año
pasado, “Rafael Advanced Defense Systems ha adquirido una participación del
40% en Brazilian GESPI Aeronautics. En 2010, Brasil e Israel firmaron un
acuerdo de cooperación y las informaciones de prensa afirmaban que el
acuerdo concernía concretamente al Mundial y las Olimpiadas. Desde entonces,
funcionarios de ambos países se han reunido para desarrollar formas de
colaboración para macro-acontecimientos y expertos israelíes de seguridad
han impartido varias conferencias y talleres a funcionarios brasileños y
miembros de la Guardia Muncipal”.

Este flujo de armas entre Israel y Brasil ha desencadenado en Brasil un
movimiento dirigido por el Frente em Defesa do Povo Palestino–SP (São
Paulo), que se compone de docenas de organizaciones y sindicatos de la
sociedad civil, y forma parte del movimiento a favor del Boicot,
Desinversión y Sanciones. El año pasado organizó una protesta en la Feria
Aeroespacial y de Defensa Latinoamericana, a la que asistieron fabricantes
de armas de todo el mundo, compitiendo todos —con la ayuda de modelos
ligeros de ropa —por armar a Brasil con ocasión de la Copa del Mundo y las
Olimpiadas. El acontecimiento se consideró un triunfo de los fabricantes
israelíes de armamento a los que se concedió, de acuerdo con un enterado,
acceso especial al vicepresidente brasileño, Michel Temer, y al Secretario
de Defensa, Celso Amorim.

“Lo que están haciendo Rafael, Elbit y Global Shield es exportar las mismas
tácticas que se utilizan en la Franja de Gaza”, me dijo en Rio un activista.
“Toman los barrios de la pobreza y la ira y crean Gaza en las favelas de
Brasil. La meta de cualquiera que se considere parte de la sociedad civil
debería ser que no hubiera más Gazas”. Hasta desde la perspectiva
humanitaria más básica resulta esto irrefutable, sobre todo considerando los
acontecimientos de esta semana [en los Territorios Ocupados], como el
castigo colectivo, los bombardeos y demoliciones que han sido la respuesta
al descubrimiento de los cadáveres de los tres adolescentes muertos en
Cisjordania. Deberíamos tratar de imaginar cómo desmilitarizar Gaza para que
los 1,8 millones de personas que tienen por hogar esta franja de tierra
dispongan de libertad de movimiento y de oportunidades sin el constante
espectro de las incursiones militares.

Exportar el “modelo de seguridad de Gaza” a las ciudades del futuro es una
receta de distopía. Utilizar el Mundial —y nuestro amor colectivo por el
fútbol — para crear una nueva normalidad es algo a la vez aterrador e
indignante. Este deporte, creado y alimentado por los pobres de todo el
mundo, se juega ahora en zonas de exclusión bajo los ojos vigilantes de los
“drones” en los cielos y la bota militar en el suelo. Podemos gozar ahora
mismo de tan hermoso juego, pero también nos hace falta luchar por
reivindicarlo.

* Dave Zirin, corresponsal deportivo del semanario progresista
norteamericano The Nation, es uno de los periodistas más activos y completos
sobre política y deportes. Colaborador de las emisoras MSNBC, ESPN y
Democracy Now! es autor de numerosos libros como  Game Over: How Politics
Has Turned the Sports World Upside Down. (The New Press, 2013), A People's
History of Sports in the United States (The New Press, 2008) o Bad Sports:
How Owners Are Ruining the Games We Love (Scribner, 2010). Le ha dedicado
sendos volúmenes a distinguidos deportistas como Muhammad Ali y John Wesley
Carlos y su publicación más reciente versa precisamente sobre Brasil:
Brazil's Dance with the Devil: The World Cup, the Olympics, and the Fight
for Democracy (Haymarket Books. 2014). Su trabajo periodístico se puede leer
en www.edgeofsports.com. <http://www.edgeofsports.com/>
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