Epidemia/ las causas socio-económicas del ébola [Roger Bernat Landoni - entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Oct 4 18:48:59 UYT 2014


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 4 de octubre 2014

germain5 en chasque.net

A l’encontre – La Breche

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Epidemia

Las causas sociales del ébola

El miedo generado por el sensacionalismo desdibuja el alcance real de la
epidemia, así como su relación con los problemas socio-conómicos del
continente africano. A continuación, una entrevista con el patólogo Roger
Bernat Landoni.

Ignacio González Orozco, desde Barcelona

Brecha, Montevideo, 3-10-2014

http://brecha.com.uy/

Roger Bernat Landoni es médico patólogo, profesor titular jubilado de la
Universitat Rovira i Vorgili, de Tarragona, y miembro de la Asociación
Catalana en Defensa de la Salud Pública. Durante décadas ha estudiado el
origen y la repercusión de epidemias como el brote de ébola surgido en
África occidental. En su opinión, la gravedad del mal en sí, íntimamente
ligada a los problemas de pobreza padecidos por la población africana, se
acrecienta con la actuación improvisada de los gobiernos, la debilidad de la
Organización Mundial de la Salud (Oms) y las acciones no siempre lícitas de
las grandes compañías farmacéuticas.

—Un link dirigido a la página web de Médicos Sin Fronteras califica el
último brote de ébola como “epidemia sin precedentes”. ¿Se refiere a que
nunca hubo un brote tan grave de esta enfermedad o a que no ha habido nunca
una epidemia de tal gravedad?

—La alarma actual deriva de la extensión de forma rápida a varios países de
la zona del África occidental: Guinea, Sierra Leona, Liberia y Nigeria.
Recientemente, en el Congo parece haberse identificado otra variante de los
cinco tipos de ébola.

Los riesgos de la infección tienen dos vertientes. Localmente incluye el
riesgo mortal elevado, que afecta naturalmente a personas que entran en
contacto con el virus por mordeduras o por comer la carne de murciélagos o
simios. Es una zoonosis conocida desde hace mucho tiempo. El riesgo para
Europa es indirecto: la trasmisión interhumana es de muy bajo riesgo, ya que
se produce por contacto directo con fluidos (saliva, orina, sangre).

—La enfermedad tiene tasas de mortalidad que han alcanzado el 92 por ciento
en algún brote anterior, como el de 1976. A tenor de tales cifras, ¿el ébola
está siendo objeto de un tratamiento sensacionalista o, por el contrario,
merece ser temido cual plaga milenaria?

—La extensión del ébola a ciudades populosas, como Conakry, Monrovia y
Port-Harcourt, hace temer un difícil control. Sin embargo, la dramatización
del riesgo puede aterrorizar a la población y llevar a comportamientos
inapropiados y desproporcionados. Recordemos los 40.000 millones de euros
que costó la negligencia en el manejo del programa para el desarrollo del
bacilo del carbunclo por un oficial del Ejército de Estados Unidos.

—¿Podría explicar con más detalle a qué se refiere, cuando pone como ejemplo
el bacilo del carbunclo?

—Me refiero a la desproporción entre amenaza y riesgo. En el caso del
carbunclo se trató, según publicó el semanario francés Le Point a principios
de agosto, de la imprudencia en el manejo de las muestras en un laboratorio
de investigación de las fuerzas armadas de Estados Unidos, que fue atribuida
a un militar en funciones.

—A pesar de su gravedad, hay enfermedades, como la malaria, que matan a
muchas más personas que el ébola.

—En términos de morbilidad y mortalidad hay otras enfermedades mucho más
importantes, como el Vih, la malaria, la tuberculosis y las diarreas
infectocontagiosas. Es recomendable una gestión organizada que asocie a
médicos, epidemiólogos, biólogos e investigadores, y que permita mantener el
sentido común para reaccionar de forma proporcionada. Tanto los gobiernos
africanos como la comunidad internacional parecen incapaces de gestionar el
riesgo de estas enfermedades, aterrorizados como están por la resonancia
mediática, el miedo a equivocarse y la falta de una red sanitaria fiable.

—Hasta el momento el virus sólo ha afectado a naturales o residentes en el
área de África occidental y central, una región que ha padecido desde la
década de 1960 numerosas guerras, migraciones y graves atentados contra el
ambiente, además de una pobreza severa generalizada.

—En efecto, la degradación de los determinantes sociales y ambientales de la
salud se ha incrementado en estas áreas. Además de los mencionados, hay que
señalar la codicia mercantil que desprovee a los más pobres de sus medios
tradicionales de sostén alimentario y sanitario. Al expolio de los recursos
naturales (suelo y subsuelo) por países neocolonialistas se suma una
política sanitaria que no pone el acento en la prevención y promoción de la
salud. La mayoría de estas políticas se dirigen a gastar grandes recursos en
las epidemias, están basadas en modelos poco eficientes; suelen ignorar el
sentido común de la población que conoce estas enfermedades.

—¿Cuáles son esos modelos poco eficientes?

—Los biomédicos que concentran recursos en el “hospitalocentrismo” y la
tecnología de punta, elementos que empobrecen los recursos orientados a la
asistencia primaria y la promoción de la salud influyendo en sus
determinantes sociales. En la base de la asistencia sanitaria de los países
más pobres está el sentido común más que el beneficio personal (aunque
también lo hay).

—A falta de vacuna, ¿cuál es el tratamiento habitual contra el ébola?

—La necesaria ayuda internacional ha de centrarse en la única estrategia
terapéutica existente: el suministro y administración de suero anti-ébola lo
más inmediatamente posible.

—Los sueros aplicados hasta la fecha no garantizan la curación: algunos
pacientes sanan, otros fallecen. En la respuesta del organismo al suero,
¿inciden otros factores determinantes, como la edad, la constitución física,
haber padecido otras enfermedades?

—Por supuesto que estos determinantes influyen negativamente en la respuesta
terapéutica (sérica o no), como ocurre en otras muchas enfermedades. También
inciden el género, la clase social, y el nivel educacional que facilita el
acceso a la deficitaria infraestructura sanitaria pública o privada. Esos
mismos determinantes inciden en la extensión de la epidemia de ébola.

—¿Podemos decir que las personas occidentales, que solemos estar mejor
alimentadas y disponemos de condiciones de vida más higiénicas, sufriríamos
el ébola con menor riesgo de muerte?

—Efectivamente. Para empezar, no tenemos necesidad de alimentarnos con
alimentos inseguros (carne de animales hallados muertos), ni de manipular la
carne de esos animales sin garantías de higiene mínimas. Solemos tener una
alimentación proteica suficiente, que proporciona los “ladrillos” de la
barrera inmunitaria.

—Al parecer hay dos ensayos de vacuna en marcha, y la Oms cuenta con
disponer de un preparado eficaz para los humanos en noviembre. ¿Se trata de
proyectos antiguos o de investigaciones a contrarreloj, motivadas por el
temor a un contagio masivo en los países desarrollados?

—La habitual opacidad de la empresa privada no permite responder a estos
interrogantes. Como es sabido, la competitividad entre empresas obliga al
silencio. La mayoría de los investigadores por cuenta privada firman férreos
contratos de confidencialidad. Las buenas intenciones puestas en pie después
de la Segunda Guerra Mundial por la Onu y la Oms, basadas en criterios del
bien social público, han ido desvirtuándose hasta llegar a una situación de
privatización de la Oms. Al parecer, alrededor del 60 por ciento de los
recursos actuales de la Oms están financiados por empresas privadas. La más
conocida es la Fundación Bill & Melinda Gates.

La industria médico-farmacéutica es sospechosa habitual de codicia. Esta
importante acaparadora de poder económico y político es denunciada por
diferentes foros desde hace una década. La Oms, tan recortada de recursos
económicos y políticos, se ve asediada por intereses privados que desde la
industria propician conflictos de interés, como se denunció con ocasión de
la epidemia de gripe A de 2009-2010. Cabe temer que en este caso esté
pasando lo mismo.

—Parece que una de las vacunas con más posibilidades de eficacia es la rVsV,
elaborada por la empresa New Link Genetics, el Departamento de Defensa de
Estados Unidos y el Instituto de Investigación Walter Reed, de la Armada
estadounidense. ¿Vacuna o arma, o ambas a la vez?

—Es la razón de la sinrazón de la guerra. La historia nos enseña que muchas
victorias y cambios geopolíticos se debieron a una nueva tecnología. Por
ejemplo, la del hierro frente al bronce. La investigación en guerra
bacteriológica y otras amenazas para la integridad de las personas se ha
incrementado mucho en los últimos cien años.

El 2 de setiembre el presidente de Médicos Sin Fronteras pedía a los estados
miembros de la Onu la urgente intervención de las fuerzas médicas civiles y
militares en África occidental. Se recurre a los que han mostrado hasta
ahora su ineficiencia para solucionar el problema. Un cubo de agua para
apagar un incendio devastador.

—Se ha dicho que un extracto de la fruta garcinia kola, endémica de África
occidental, tiene efectos benéficos para los afectados por el virus, pero
este tratamiento no parece haber despertado el interés de los
investigadores.

—Es inexplicable la pasividad de las autoridades sanitarias internacionales
frente a propuestas científicas no controladas por la gran industria. Por
ejemplo, en la década de 1980 el equipo de investigadores dirigidos por Tu
You You marcó una pauta de tratamiento y erradicación eficiente de la
malaria que ha sido ignorada de modo reiterado por las multinacionales y los
organismos públicos que éstas controlan.

—La prensa ha dado cuenta de varios casos de falso ébola en distintos
lugares del mundo, incluida España. ¿A qué se debe ello? ¿A que la
enfermedad se solapa con otras dolencias? ¿A una situación de pánico?

—Gran número de enfermedades tienen síntomas y signos comunes, y en algunas
no se llega a identificar un agente causal. Si el paciente muere, la
autopsia clínica puede, en algunos casos, aportar información complementaria
suficiente para encuadrar el proceso distinto del presumido ébola. El pánico
no puede justificar un error de diagnóstico. De ser así entraríamos en una
mala práctica clínica.

—De cualquier modo, parece correcto que se tomen medidas preventivas y
rápidas, aunque luego no se confirme el diagnóstico de ébola.

—La prevención suele ser una intervención a largo plazo, que empieza por los
determinantes sociales. Desde una alimentación suficiente para que
poblaciones expuestas no tengan que recurrir a comer carne de animales que
son reservorio de ébola y que en condiciones de vida normales no se
consumiría, hasta una red sanitaria básica para la identificación de la
dolencia. La prevención rápida suele ser ineficiente en epidemias como la
que nos ocupa. Sobre todo por lo costosa que resulta, especialmente para
poblaciones tan empobrecidas.

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