Uruguay/ elecciones: juego terminado [Claudio Paolillo]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Oct 30 21:24:16 UYST 2014


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 30 de octubre 2014

germain5 en chasque.net

A l’encontre – La Breche

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Uruguay 

Game over

Claudio Paolillo *

Búsqueda, Montevideo, 30-10-2014

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Si en el balotaje del 30 de noviembre todos los votantes de los partidos
Blanco, Colorado e Independiente decidieran, sin fisuras, votar por Luis
Lacalle Pou, y si solamente los votantes del  Frente Amplio volvieran a
acompañar a Tabaré Vázquez ese día, la oposición no podría – ni aun así –
alcanzar la línea de candidato oficialista.

Los números reales – no los de las encuestas; los reales – de la primera
vuelta del domingo 26, muestran que Vázquez consiguió 1.108.839 votos;
mientras que la suma de votos obtenidos por Lacalle, Bordaberry y Mieres
ascendió a  1.087.051. Esto significa una diferencia a favor de Vázquez de
21.788 votos. (Datos oficiales de la Corte Electoral, con el 99,6 %de los
votos escrutados)

Como es prácticamente seguro que ninguno de los 45.312 uruguayos que votaron
a los partidos menores de la izquierda extrafrentista optarán por Lacalle en
el balotaje, y como además es altamente probable que algunos colorados y
muchos independientes voten por el candidato frentista o, como mínimo se
abstengan de hacerlo por el blanco, los dados están echados.

Aunque cada quien tiene el sagrado derecho a autoengañarse y a imaginar  la
quimera que se le antoje, la verdad es que únicamente una hecatombe de
dimensiones colosales podría impedir que Vázquez fuera electo, nuevamente,
presidente  de la República.

Naturalmente, los partidos hay que jugarlos – entre otras cosas porque así
lo determina la Constitución – y por eso Lacalle hará todo el esfuerzo del
mundo para quedarse con la Presidencia. Pero sólo un milagro podría hacer
realidad su sueño en estas elecciones. Los resultados de la primera vuelta
son demasiado contundentes.

Durante los últimos tres meses, los políticos, los periodistas, los
analistas y la sociedad en su conjunto informamos y analizamos una supuesta
“realidad” que, sistemáticamente, mostraron las encuestas más reputadas.
Resultó que esa “realidad” era inexistente y que los encuestadores fallaron
groseramente en sus sondeos y, fundamentalmente en sus pronósticos.

El sábado 25, los uruguayos atentos a los acontecimientos políticos – los de
izquierda, los de centro, los de derecha, y los independientes – se fueron a
dormir con la idea  “confirmada” con más o menos énfasis por todos los
encuestadores, de que el Frente Amplio perdería su mayoría parlamentaria y
que los partidos de la oposición sumados superarían los votos del
oficialismo. Pero al anochecer del domingo 26, esos dos grandes pronósticos
habían sido destruidos por la verdadera realidad. Ni una cosa ni la otra.
(En esta edición de Búsqueda Luis Eduardo González reconoce este yerro, como
ya lo han hecho otros de sus colegas, echando por tierra argumentos absurdos
como que “se equivocaron a propósito para perjudicar al Frente Amplio”,
cuando las más perjudicadas son, precisamente, las empresas encuestadoras.
Ahora, erraron con total honestidad, como con total honestidad habían
acertado en el pasado).

Lacalle hace bien en seguir luchando. Es una actitud que lo enaltece porque
muestra a un político que enfrenta las circunstancias en las coyunturas más
complicadas; hace lo que cree que debe hacer y eso, algún día, paga. No será
ahora. Además, la casi imposible hipótesis de que gane la Presidencia cuando
el Parlamento responde al bloque adversario puede ser algo extremadamente
complicado para él y para el Uruguay. También enaltece a Vázquez  haberles
dicho a sus allegados que deben seguir peleando la elección como si fueran
“cero a cero”, porque demuestra respeto por las reglas de juego
constitucionales y, también, por su adversario.

Ya habrá tiempo para ensayar explicaciones más detalladas sobre las razones
del nuevo triunfo del Frente Amplio, que logró, por tercera vez consecutiva,
la mayoría parlamentaria, imponiendo su hegemonía en 14 de los 19
departamentos del país. Pero, a cuenta de mayor cantidad, digamos que al
menos la mitad de los uruguayos están conformes con su situación económica y
eso peso mucho más que los inocultables problemas en seguridad pública y
educación. Y seguramente bastante más que la mitad de los uruguayos están
contentos o, al menos, tranquilos, con el hecho de que su bienestar
económico actual haya sido obtenido luego de dos gobiernos de
centro-izquierda que, en general, respetaron los fundamentos del capitalismo
en una economía muy estatizada desde principios del siglo XX, así como las
garantías individuales, la separación de poderes, la independencia de los
jueces y la libertad de expresión.

Los partidos tradicionales sumados cayeron 25.000 votos respecto a 2009. No
es un dato menor, cuando preveían aumentar su votación hasta llegar a ser
incluso competitivos por sí solos. Pero o es de desdeñar el respaldo que
obtuvieron los tres partidos de oposición: 716.737 votos los blancos,
299.145 los colorados, y 71.169 los independientes. Como tampoco sería
prudente para el nuevo gobierno echar en saco roto la poderosa señal que
supuso la muy fuerte votación del “SI “a favor de la fracasada reforma
constitucional para bajar la edad de imputabilidad: 1.087.707 uruguayos
acompañaron esa opción. Esa cifra es inferior en apenas 21.000 votos y es
igual a la suma de los tres partidos de oposición.

En suma: el Uruguay quedó prácticamente igual que después de la primera
vuelta de octubre de 2009. Y, como aquel año el candidato del frente amplio
tiene todas las chances de alzarse con la Presidencia en el balotaje del 30
de noviembre. Habrá, por lo menos, una era de 15 años de frenteamplismo con
dos liderazgos muy marcados: Tabaré Vázquez y José Mujica. 

Y, tal vez, finalmente los uruguayos podrán evaluar cómo se maneja el Frente
Amplio en el gobierno durante un periodo en el que no habrá tantos recursos
para repartir como la última década. Gobernar administrando la escasez fue
lo que hicieron los partidos tradicionales desde 1985 hasta 2005. Aún no se
ha visto al Frente Amplio haciendo eso.

* Nota de Correspondencia de Prensa: Director y editorialista del semanario
Búsqueda, principal expresión del liberalismo económico en el país. Paolillo
es Director regional de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Autor de
él libro “Con los días contados” (Fin de Siglo, Montevideo, 2004), una
rigurosa investigación sobre la fenomenal crisis que Uruguay vivió entre
diciembre del 2001 y agosto de 2002. Fue miembro del Partido Socialista. 

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