Los Nuestros/ Dirceu Travesso, o mejor, Didi, 1959-2014 [Valerio Arcary]

[Ernesto Herrera]

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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 17 de setiembre 2014

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Los Nuestros

Dirceu Travesso, o mejor, Didi (1959-2014)

Valerio Arcary

Sao Paulo, 16-9-2014

Traducción de Correspondencia de Prensa

Fue un gigante. Avasallante. Todo en Didi era intenso y ardiente. Era
fuerte. Uno de los hombres más corajudos que conocí.

Sabía ser impetuoso, sin ser excesivo, arrebatado sin sir rudo, enérgico,
sin ser invasivo. Todo en Didi transbordaba.

Era aquel que siempre estaba animado, tenía la fuerza de una pasión
insaciable por la vida. Porque Didi sólo sabía vivir así, ofreciendo el
corazón en la mano, para que todos pudiesen dividir con él, el mismo
sentimiento por la vida.

Sí, fue hace cuatro años, un domingo de noviembre, en el último día de una
reunión nacional que Didi pasó mal y fue internado. Almorzamos juntos ese
día. Cuatro días después la primera operación.

El cáncer no debilitó sus fuerzas, ellas aumentaron. Él lo desafió días tras
día, como si cada día fuese el último, con una espada en la mano, porque era
un guerrero. Y los guerreros no se rinden nunca. Luchan hasta el último
suspiro.

Didi vivió una historia de amor con el futuro. Y los enamorados son
obstinados, no se doblan, creen siempre. No importa lo difícil de una
situación, saben que todavía es posible.

Didi sabía que era posible. Despertó muy joven para la causa socialista y,
desde los primeros, se unió a los internacionalistas. Abrazó a Convergencia
Socialista y la Cuarta Internacional como su partido. Ayudó a construir el
PT durante doce años, y desde 1994 estuvo comprometido con el PSTU y la
LIT/CI.

Miro para atrás, hacia el día que lo conocí, hace treinta y cinco años,
cuando ambos militábamos en el movimiento estudiantil, y la lucha contra la
dictadura consumía todas nuestras energías. Didi tenía un rostro infantil,
en cuerpo de hombre grande, y tenía postura y voz poderosas. Él venía de
ingeniería de la Federal de San Carlos, yo venía de Lisboa. La lucha
política nos adultos precoces. Antes de los 21 años Didi ya estaba fichado
por la Ley de Seguridad Nacional.

El compromiso de Didi con la causa de los trabajadores es para destacar.
Abandonó la carrera de ingeniería y vino para Sao Paulo, actuando junto a
los bancarios, que era entonces centenas de miles, y estaban en la primera
línea de la lucha política contra la dictadura.

Didi siempre quiso luchar en la línea del frente. Fue siempre un valiente.

No temía al futuro, lo abrazaba de brazos abiertos. Despedido de los bancos
privados por tres veces, puesto en la lista negra de subversivos, dobló la
apuesta. Se unió a la clase obrera. Fue para Volta Redonda, a trabajar en
una empresa de construcción de la CSN, una de las mayores siderúrgicas de
Brasil. En 1988 cuando la fábrica estaba en huelga, Didi fue uno de los que
más resistió la invasión de las Fuerza Armadas.

Regresó a Sao Paulo, prestó concurso para la Caixa Estadual y en ella
permaneció por veinticuatro años. Fue activista en incontables huelgas de
los más diferentes sectores, dirigente del sindicato de los bancarios, y
miembro de la Dirección Nacional de la CUT. Didi fue uno de los principales
impulsores del proceso que culminó en la fundación de la Central Sindical y
Popular/Conlutas. Dedicó los últimos años a la formación de la Red Sindical
Internacional.

Didi era muy divertido. Me ayudó muchas veces a reírme de mí mismo. Es para
eso que sirven los amigos. Corintiano fanático, vibraba como un niño con el
grito de guerra de los Gavilanes: ¡“Aquí está una banda de locos”! Adoraba
bromear conmigo por causa de mi preferencia palestrina.

Es así que quiero recordarlo. Riéndonos de nosotros mismo.

No se cómo vamos a seguir sin él.

Pero seguiremos, porque llevaremos siempre a Didi con nosotros.

Mira Didi, después de tantos días soleados en esta ciudad, el cielo quedó
ahora nublado y oscuro. Es como nos sentimos por tu pérdida. Estamos de
luto.

Salgo de casa para ir a tu velorio, en la casa de los bancarios que era,
también, tu casa. Donde, por tantas veces, tu voz incendió la esperanza de
los bancarios.

Seremos muchos esta noche, Didi. Los revolucionarios van a comparecer para
llorar tu pérdida. De cabeza erguida. Y mañana estaremos en la lucha con las
fuerzas redobladas, multiplicadas. Tu nombre estará siempre en nuestras
banderas.

Voy para decirte adiós.

Te llevo conmigo, para que no me falten las fuerzas.

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