Argentina/ Macri, la devaluación y la doctrina del shock [Esteban Mercatante]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Dic 18 18:12:02 UYT 2015


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Correspondencia de Prensa

18 de diciembre 2015

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Argentina

Macri, la devaluación y la doctrina del shock

Aplicando cirugía mayor, la nueva administración procedió a pasos acelerados
a aplicar medidas para favorecer las ganancias empresarias. Se trata de un
verdadero shock cuyas consecuencias caerán sobre las espaldas del pueblo
trabajador.

Esteban Mercatante

La Izquierda Diario, Buenos Aires, 18-12-2015

http://www.laizquierdadiario.com/

Las expectativas de los dueños en el gobierno de sus CEOs, han sido
verdaderamente superadas. Descartando siquiera el mínimo gradualismo, la
administración de Mauricio Macri se lanzó desde este lunes bien temprano a
producir una serie de medidas que sólo pueden calificarse como un shock. Una
verdadera cirugía mayor que apunta a producir hondas transformaciones en los
lineamientos de la política económica en muy poco tiempo, generando así un
notorio incremento de los beneficios para sus verdaderos representados, los
dueños.

La catarata de anuncios comenzó el lunes bien temprano, cuando Macri se
dirigió a Pergamino para anunciar el fin de las retenciones para las
exportaciones de mercancías agropecuarias, excepto para la soja que las verá
reducidas en 5 puntos porcentuales. Por la noche anunciaría que también se
eliminarían los derechos de exportación para las exportaciones industriales.
Durante ese mismo lunes, el ministro de Producción Francisco Cabrera,
anunciaría que se liberan las importaciones, poniendo fin a la exigencia de
presentar la Declaración Jurada Anticipada de Importación (DJAI), festejada
por buena parte de los industriales que utilizan insumos importados aunque
en algunos sectores que temen la competencia extranjera generara reparos.
Cabrera también les dio a los empresarios la buena noticia de que los
relevaría de la exigencia de presentar estimaciones de costos y rentabilidad
que venía exigiendo Kicillof. También durante el primer día de la semana, el
ministro de Energía Juan José Aranguren anticipó que en enero se iniciaría
la quita de subsidios y ajuste tarifario en la distribución eléctrica para
la zona metropolitana, mientras que el martes el mismo funcionario declaró
la emergencia del sistema eléctrico.

Durante el segundo día de la semana, Macri pudo mostrar que a las empresas
les interesa el país, posando en la foto junto a los gerentes de Dow
Chemical, que firmaron con YPF un acuerdo para meterse en Vaca Muerta. Al
mismo tiempo, el presidente del Banco Central Federico Sturzenegger, cerraba
el litigio en puertas por los contratos de dólar futuro que había pactado
Vanoli entre septiembre y noviembre, asumiendo un costo de nada menos que 17
mil millones de pesos. El mismo funcionario decidió ese martes un aumento de
más de 8 puntos en lo que paga el banco central por los títulos que emite,
las Lebac, que pasaron a tener una tasa anual de 38 %. Una señal de que se
aceleraba la salida del cepo cambiario, y que se preparaban para pagar una
tasa de interés que hiciera atractivos los activos en pesos, evitando la
fuga al dólar.

Finalmente el día miércoles llegó el plato fuerte, el más esperado por los
dueños, para los que el lema de la patria es “libertad (de dólares),
(des)igualdad y rentabilidad”: la liberación del cepo, es decir la
rehabilitación de la capacidad para ingresar y sacar dólares sin
restricciones, excepto el límites de 2 millones de dólares para
atesoramiento, que sólo para alguna ínfima minoría podría ser considerado
restrictivo. Esta medida preparó el terreno para que ayer se concretara
finalmente la devaluación más anunciada de la historia argentina, que llegó
la moneda de 9,80 a 14 pesos. Una medida que de tan anticipada, un mes y
medio viene generando trastornos de todo tipo: remarcación de precios en
previsión al nuevo tipo de cambio, acaparamiento de insumos, parálisis
productiva. La medida vino acompañada de la afirmación por parte del
ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, de que buscarán retrotraer los
precios a los valores que tenían noviembre. Una promesa que se sigue
repitiendo con el correr de los días sin evidencias de que podría cumplirse.

Para que ganen unos pocos, perdemos los trabajadores

La devaluación que produjo la unificación cambiaria que con tanta felicidad
anunció Prat Gay el miércoles, es una medida que genera beneficios
extraordinarios para unos pocos. Como afirmaron ayer Martín Schorr y Andrés
Wainer en este diario, la devaluación produce una fenomenal transferencia de
ingresos desde los asalariados y jubilados hacia el sector financiero y los
grandes exportadores.

Cuando hablamos de grandes exportadores, estamos hablando de menos de 30
empresas que concentran el grueso (el 65 % aproximadamente) de las ventas al
exterior. Estamos hablando de Cargill, Louis Dreyfus, YPF S. A., Pan
American Energy, Bunge, Alfred C. Toepfer International, Chevron, Minera
Alumbrera, Vintage Oil, Vicentin S.A.I.C., A.D.M. Argentina S.A., Aceitera
General Deheza S.A.I.C.A., Nidera S.A., La Plata Cereal S.A., Siderca, Esso,
Molinos Río de la Plata, Pecom Energía, Shell, Siderar, Tecpetrol. Estas
empresas y algunas pocas más (como es el caso de las automotrices) podrán
embolsar una formidable ganancia extraordinaria, al igual que ocurrió en el
año 2002. Al mismo tiempo que suben sus precios en pesos en igual medida que
aumenta la cotización del dólar (casi todos estos productos tienen precios
fijados internacionalmente en dólares que por lo tanto aumentan en pesos en
igual medida que el ajuste cambiario), los costos se mueven mucho menos en
lo inmediato, generando así de forma instancia un beneficio extraordinario.
Presionar para que los costos se muevan poco para sostener en el tiempo este
salto en la rentabilidad, es una pata central de su estrategia.

¿Cuál será la contrapartida? Un formidable aumento de los precios. En el
caso de los alimentos, por la combinación entre la devaluación y la
eliminación de retenciones, que tiene como consecuencia remover la
diferencia que había entre el precio internacional y el del mercado interno,
que era más bajo, podemos prever en los próximos meses un aumento que podría
llegar al 100 %.

Los pronósticos de varios economistas anticipan que la devaluación traerá
una nueva suba de los precios minoristas, por lo que prevén que la inflación
se ubique cerca del 4 % este mes y el 5 % en enero. En febrero podría tener
un nivel similar al de enero. A esto hay que sumar el impacto del tarifazo,
cuyo alcance es todavía desconocido.

Salir del shock y pelear contra la carestía

La estrategia del shock tiene una clara racionalidad. Actuar rápido e
imponer cambios profundos sin dar tiempo a responder. Tiene varios
antecedentes en la historia argentina. Nos recuerda al recetario de los
tristemente célebres Chicago Boys, corriente inspirada por el economista
ultra liberal Milton Friedman, que orientó a Pinochet y otros
contrarreformadores durante las últimas décadas.

Este “plan de guerra” lanzado por Macri en sus primeros días de gobierno,
hace necesaria una respuesta urgente de la clase trabajadora, empezando por
pelear contra la carestía de vida exigiendo un bono de fin de año,
enfrentando la colaboración de la burocracia sindical que a cambio recuperar
el control de las obras sociales no pasa de algunas protestas verbales ante
el salvaje plan del gobierno, y peleando por desplegar un programa contra la
administración de los CEOs para impedir que impongan el ajuste sobre
nuestras espaldas.

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