Brasil/ gobierno Dilma: ¡adiós a las ilusiones! [Maria Orlanda Pinassi]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Ene 16 18:57:03 UYST 2015


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 16 de enero 2015

germain5 en chasque.net

A l’encontre – La Breche

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Brasil

¡Adiós a las ilusiones!  

Maria Orlanda Pinassi *    

Correio da Cidadania

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Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa

¿Quién no se acuerda de la fiesta en que se anunciaba la victoria de Dilma
Rousseff, al lado de Lula, Ruy Falcão y las eminencias pardas de los
partidos coaligados (1), y de los buitres prontos para cobrar los intereses
del gran capital allí representado? (2) Ningún movimiento social, ningún
partido de izquierda, ningún sindicato presente, apenas los “nuevos
compañeros”, que mostraban que la farsa acababa allí. O sea, que la próxima
gestión de Dilma será antipopular y bien más austera en términos económicos
y políticos. 

Años duros para la clase trabajadora

Pues bien, el post festum del pleito presidencial obliga a la reflexión. Al
final, las apelaciones que provocaron debates acalorados y polarizados entre
una supuesta izquierda y una supuesta derecha, sobre todo en el segundo
turno, resultaron en un gabinete ministerial que podría haber sido convocado
por cualquiera de los dos candidatos en contienda (Dilma y Aécio). Además,
la declaración subsiguiente de la presidenta electa, de que no representa al
PT, sino a la presidencia de la República, justamente en un momento en que
el partido parecía pedir una aproximación mayor con el Planalto (sede del
gobierno), es una firme demostración de que el gran vencedor de las
elecciones fue, de hecho, el gran capital, representado en las alianzas de
sus listas y en la lista de su adversario. Y ese gran capital exige el
recogimiento de la forma petista de gobernar bajo el “consenso” y el
lulismo, ese genial recurso ideológico tan funcional durante la campaña para
asimilar y atraer a las masas en le infierno que les aguarda. 

¿Será que Lula, el PT, etc. volverán a las huestes de la oposición,
proponiendo un retorno triunfal al Planalto en 2018, para nuevamente cumplir
aquella su antigua función regeneradora de la reproducción del
socio-metabolismo del capital? ¿Habrá todavía posibilidad de que el lulismo
vuelva a comprobar su talento especial para desmontar las luchas populares?

En tanto aguardamos los próximos movimientos en el sector, es bien probable
que necesitemos decir au revoir “nueva clase media”, au revoir consumismo
popular, au revoir políticas compensatorias. Frente a una economía tendiente
al estancamiento, a una presión inflacionaria que llegó a 6,75% en los
últimos 12 meses, el capital parece exigir cambios en la política económica
para que nuevos saltos de desarrollo, eufemísticamente llamados de
neo-desarrollismos, sean dados en Brasil. Para eso, es necesario un gobierno
que destrabe las inversiones y de nuevos rumbos a la política fiscal, a fin
de disminuir la deuda pública y obtener la credibilidad de los inversores.  

Encima de todo, es preciso que el gobierno implante una política de
sacrificios “de corto plazo”, conforme a las palabras de Bresser Pereira,
fundador del PSDB que migró para las huestes de Dilma durante la campaña.
Ese importante intelectual de la burguesía afirma que, “para tornar la tasa
de cambio competitiva, neutralizando su tendencia a la sobre-apreciación
cíclica y crónica, es necesario que el gobierno rechace tales populismos. Si
la inflación no tuviera un componente inercial importante, la solución es la
reducción de la demanda”. (3)

Resumen de la opereta: los años venideros serán todavía más duros para las
clases trabajadoras y la tendencia absolutamente destructiva de cualquier
forma de “desarrollismo” en la actualidad encontrará, en este próximo
gobierno, mayores facilidades para seguir su investida predatoria sobre los
recursos naturales y las poblaciones que estuvieran en la ruta de sus
intereses. Sobre eso, fue bastante promisoria para el sector de la minería,
del agro y del hidronegocio, la negativa de Dilma Rousseff, todavía en
campaña, en firmar documento que propone la reducción a la mitad la tala de
los bosques del mundo hasta 2020, para llegar a la tala cero en 2030. (4) En
aquel momento, la candidata se inclinaba positivamente para que esa política
de “desarrollo sin límites” se implantará aquí. 

La falsa polarización maniqueísta 

En cuanto se urdía toda esa real intencionalidad del proceso electoral en
los bastidores del interés privado -qué es donde se deciden los destinos de
la nación-, la escena pública era conducida por una maniqueísta polarización
entre el PSDB y el PT. La “gran cuestión” presentada a las masas que no
consiguen ir más allá del ideario burgués, se daba en torno de la corrupción
y cual el mejor programa de implementación de la ética en la política
parlamentaria. Una contradicción de los términos. De una lado, denuncias
espectaculares en los debates en los medios, de otro, una engañosa campaña
por la reforma electoral.

Ese plano de sensibilización popular hizo tabla rasa de los más serios
problemas sociales del país; peor, procuró desviarlos de ellos. Fue otra
maniobra que reitera el viejo y buen principio liberal de que lo “político”
se presta a maniobras, separando la toma de decisiones políticas de
cualquier contaminación popular para que sigan controladas con la mano de
fierro por el capital. 

La escena descrita se mantiene completamente apartada del Brasil real, el
Brasil que viene siendo diseñado en las calles, en las obras de la
construcción, en patios de fábricas, estaciones de ómnibus, por una masa de
trabajadoras y trabajadores, empleados, desempleados. Una masa profundamente
insatisfecha con los impactos particularmente duros y negativos que el
capital en crisis estructural ya viene aplicando hace, por lo menos, dos
décadas. Me refiero a aquellos que vienen empeñando en luchas populares y
contingentes, sin organización protagónica, luchas que, por absoluta
necesidad histórica y por agotamiento de las mediaciones institucionales, se
abren al enfrentamiento directo. 

Huelgas y protestas afuera

En este cuadro, es importante comprender el papel desempeñado por la actual
explosión de huelgas deflagradas -de 446 huelgas, en 2010, se pasó a más de
900 en 2013, incluso con participación de sindicatos oficialistas- por
trabajadores de los sectores públicos y privados, muchos de los cuales
tercerizados, precarizados. Resalto aquí el bello movimiento articulado por
los barrenderos y profesores de la red pública de Río de Janeiro, por los
metroviarios de San Pablo (en este caso organizado por un sindicato
combativo), por choferes y cobradores en varias ciudades brasileras, por los
millares de trabajadores que frecuentemente paralizan obras de la magnitud
de las hidroeléctricas de Belo Monte y de Jirau, del Complejo Petroquímico
de Río de Janeiro (COMPERJ), de los estadios construidos para el Mundial de
2014. Relevante todavía el papel del Movimiento Pase Libre en lucha por el
“transporta gratuito de verdad” y por la movilidad urbana. 

Resalto también los movimientos de denuncia de la violencia popular contra
las poblaciones pobres de las periferias, con destaque para las Madres de
Mayo y el Tribunal Popular, el Estado en el Banco de los Acusados. Y,
ciertamente, los movimientos de lucha por la vivienda y ocupación contra los
violentos desalojos y los enormes gastos públicos para satisfacer los
intereses de las empresas asociadas a la Copa de la Fifa y a la especulación
inmobiliaria, entre los cuales ganan relevancia en el último período el
Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) y la Articulación Nacional de
los Comités Populares (ANCOP).

Localizados algunas veces fuera de la vista y del control democrático del
Estado, esos movimientos, más o menos conscientemente, pueden desencadenar,
a través de la acción movilizadora de las calles, un efectivo proceso de
politización de las masas, lo que las formas tradicionales, por una línea de
menor resistencia, abandonaron. Al principio, actúan sin las mediaciones
ofrecidas y controladas por el capital, y acostumbran a remitirse
directamente a los motes causales (económicos) de sus infortunios: salarios,
condiciones de trabajo, de los servicios de transporte, salud, educación,
vivienda, tierras, son algunos de sus objetivos. Y por más fragmentados,
puntuales y distanciados de un proyecto societal alternativo, pueden ¿por
qué no? construir un salto importante en relación a las acciones contenidas
en el universo de las reglas institucionales, no porque prescindan de ellas
absolutamente, sino porque las preceden. Caso más emblemático de esa
ofensiva, es el de la lucha de los indígenas por la auto-demarcación de las
tierras.  

En general, no surgen como movimientos anticapitalistas, pero su mayor
triunfo es que de esa manera poco ortodoxa van desnudando los límtes cada
vez más estrechos del capital que, en el actual cuadro histórico, no puede,
ni quiere, atender las reivindicaciones más elementales de la clase, como
sería de esperar en épocas más favorables. Por eso mismo, esos movimientos
han sido el blanco de la represión policial ostensiva, criminalización, y
sus manifestantes sometidos a condenas sumarias. Solamente de ese modo el
Estado se dispone a controlarlos. 

Agravamiento social y escalada represiva

Por andar del carruaje, imagínense que el agravamiento social que
ciertamente vendrá de la nueva política económica, intensifique todavía más
la necesidad de los activos militarizados en curso en el país. Un movimiento
se viene constatando en el Planalto en ese sentido, pues hasta el final de
año la presidenta debe enviar al Congreso una propuesta de enmienda a la
Constitución (PEC) para que la Unión divida con los estados la
responsabilidad por las políticas de seguridad, que actualmente es una
atribución de los estados de la Nación. (5)

Parece, entonces, que la elección exitosa en el pleito, nos ofrecerá las
piedras que irán a pavimentar el camino del infierno, o sea, va a consolidar
un padrón de desarrollo digitado por el capital, que ciertamente, irá a
potencializar la escalada de sobre-explotación del trabajo, de la
destrucción ambiental, del exterminio de la población pobre, de la
judicialización de las cuestiones sociales. 

Los incautos que, en el afán de la campaña, creyeron en la izquierdización
de Dilma, que apostaron incrédulamente en esta alternativa, tuvieron, si,
una victoria de Pirro. Pues, el hecho se explica por el carácter
extra-parlamentario del capital, que decide, como ya dijimos, en el ámbito
privado, en causa propia, quien tendrá más competencia, capacidad de gestión
y de persuasión para gerencias la máquina del Estado. Incluso porque las
instituciones buscan garantizar la continuidad del poder económico del
capital sobre el trabajo, jamás superarlo. 

O todavía, como diría Mészáros, “de esa forma, el capital se afirma delante
de la sociedad no apenas como poder de facto, sino también como poder de
jure, ya que él se presenta como condición necesaria y objetiva de la
reproducción societaria y, por tanto, como el fundamente constitucional de
su propio orden político. La legitimidad constitucional del capital es
históricamente basada en la expropiación directa de los productores de las
condiciones de reproducción socio-metabólica -los instrumentos y materiales
de trabajo-, por tanto, la alegada “constitucionalidad” del capital (como
origen de todas las constituciones) es inconstitucional: pero esa verdad
intragable se pierde en las brumas del pasado remoto”. (6)

Nuestra historia reciente está plena de “montañas pariendo ratones”, de
grandes intenciones progresistas cayendo en la línea de menor resistencia.
El momento urge por la absoluta necesidad de retomar el camino de las luchas
ofensivas, de la construcción de proyectos emancipatorios que no podrán
caber en la negociación, ni en el consenso. ¡Señales claras de humo en el
aire!

* Maria Orlanda Pinassi es profesora de sociología de la UNESP de
Araraquara.

Notas

1) PT, PMDB, PDT, PC do B, PP, PR, PSD, PROS e PRB. 

2)
http://congressoemfoco.uol.com.br/noticias/veja-quem-doou-para-a-campanha-de
-dilma-rousseff/ 

3) Ver al respecto en Luiz Carlos Bresser Pereira. “Que desarrollo”. En
Revista Margem Esquerda, Nº 23, octubre de 2014 (p. 28). 

4) Se trata de la Declaración de Nueva York sobre los Bosques, propuesta
durante la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, en setiembre de 2014. 

5)
http://agenciabrasil.ebc.com.br/politica/noticia/2014-11/dilma-enviara-pec-a
o-congresso-para-uniao-atuar-com-estados-na-seguranca 

6) István Mészáros. “La necesidad de contraponerse a la fuerza
extra-parlamentaria del capital”. En “La actualidad histórica de la ofensiva
socialista”. Boitempo, San Pablo, 2010, p. 187.

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