Uruguay/ qué pereza la pobreza: las encuestadoras y el relato progresista [Venancio Acosta]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Nov 21 12:30:32 UYT 2015


  _____  

Correspondencia de Prensa

21 de noviembre 2015

Boletín Informativo

redacción y suscripciones

 <mailto:germain5 en chasque.net> germain5 en chasque.net

  _____  

Uruguay

Los pobres, las encuestadoras y el relato progresista

Qué pereza la pobreza 

Una encuesta financiada por el gobierno (1) describe a una sociedad uruguaya
conservadora en lo que refiere a sus percepciones sobre la pobreza. El dato
reaviva un cuestionamiento al progresismo y su incapacidad de promover
cambios profundos en la sociedad, esta vez relacionado con el tema más caro
al pensamiento de izquierda.

Venancio Acosta

Brecha, Montevideo, 20-11-2015

http://brecha.com.uy/

“El gobierno que la ciudadanía uruguaya me confió y mandató desempeñar no se
conduce con manuales ni en función de encuestas”, se oyó discursear al
presidente Tabaré Vázquez hace pocos días, en un evento en el Auditorio del
Sodre. Concretamente, una semana después de que la Oficina de Planeamiento y
Presupuesto (Opp) presentara oficialmente los resultados de una encuesta
realizada por la consultora Equipos Mori (ver Correspondencia de Prensa, que
el gobierno del período anterior había aceptado financiar. El estudio pinta
una sociedad uruguaya conservadora en varios ámbitos, y se transformó en un
búmeran para el Frente Amplio (aunque seguramente la alusión de Vázquez se
refería a otro resultado poco amigable para el gobierno, que enfrenta
niveles bajos de aprobación de acuerdo a todas las empresas de opinión
pública). “A veces aciertan lindo, y a veces se equivocan feo”, disparó en
defensa propia.

Un dato de la encuesta de Equipos saltó a la vista: la mayoría de los
uruguayos opina que los pobres son pobres “por flojos y por falta de
voluntad”. Explicitadas por el propio estudio, las variaciones en este
sentido son las más relevantes que se registran en los últimos años. En la
medida en que la población percibe un aumento de las políticas de los
últimos gobiernos tendientes a revertir la pobreza, decrece la opinión de
que existen pobres porque la sociedad “los trata injustamente”.

Aunque según el estudio algunos indicadores derivados del crecimiento
económico provocaron mayores niveles de “bienestar individual”, se afirma:
“Ha disminuido la confianza entre las personas, y hay menor tolerancia en
algunos aspectos de la convivencia social. En términos generales, hay una
sociedad que aumenta de forma significativa su demanda de autoridad. (…) La
satisfacción con las acciones que el Estado ha tenido en el combate a la
pobreza en los últimos años parece traer consigo nuevas miradas hacia las
personas en situación de pobreza. Por un lado, se genera un consenso mayor
en torno a que la pobreza puede ser reversible. Por otro lado, se aprecia
una tendencia creciente a asignar a los pobres la responsabilidad principal
por permanecer en esa situación”.

La encuesta nuestra de cada día

“Los valores en el Uruguay: entre la persistencia y el cambio” es el título
del informe final, cuyas deducciones se basan en una metodología de matriz
internacional importada desde Estados Unidos, donde en los años setenta la
Universidad de Michigan fabricó un funcional método para medir y computar
esa entidad llamada “valores”, y lo esparció por el mundo. Desde hace varias
décadas la encuesta se lleva a cabo regularmente a nivel global, y cuenta
con asociados en varios países que aportan para generar una base de datos
actualizada acerca de los “valores” predominantes en cada sociedad.

En Uruguay, desde el año 1996, el consultor asociado es Equipos Mori. Ese
año se realizó la primera medición en el país, con fondos de la Universidad
Católica. En 2006 se volvió a hacer, esta vez con aportes de Canal 10 y el
diario El País. En 2011 la encuestadora recibió financiamiento del Estado, a
través de la Opp, y de la empresa de combustibles Ducsa.

La encuesta se pretende absolutamente depurada de análisis ideológico o
político. Así lo explicitó a Brecha Ignacio Zuasnabar, encargado del
trabajo. Sin embargo hace observaciones sugestivas: “Los grandes procesos de
cambio de valores son una esfera independiente del plano político y del
plano económico. Mi sensación es que las cosas que ocurren en el plano
político y económico muchas veces son emergentes de un cambio de valores
preexistente. El proceso de fondo es el cambio de valores, y no a la
inversa”.

Lo cierto es que la voluntad del estudio de presentar los “valores” de la
sociedad uruguaya como un conjunto de concepciones independientes elude las
explicaciones acerca de su conformación, y por tanto simplifica el análisis,
cuando no lo suprime directamente. Se presentan datos de la “subjetividad”
como una constelación aislada, pero se rechazan explicaciones acerca de qué
actores sociales la producen.

A pesar de ello, respecto de la percepción sobre la pobreza, Zuasnabar
arriesga: “Nosotros advertimos ahí ciertos riesgos: no creemos que se haya
llegado a una situación discriminatoria ni estigmatizante fuerte, pero creo
que el riesgo está latente”. Y ese parece ser el análisis sociológico con
más vuelo del estudio. La cuestión de las percepciones (o de los valores)
tampoco está ajena en otra de las encuestadoras. Así, Factum realiza
anualmente mediciones de opinión destinadas a determinar cuáles son las
instituciones más valoradas por los uruguayos, y desde hace varios años
algunos datos son constantes: los bancos, siempre en la cúspide de la tabla,
son los más apreciados, y los sindicatos los menos. En la última medición la
Policía fue la segunda mejor puntuada.

“Conocer para transformar” 

Esa es la referencia esquiva que Pablo Álvarez, coordinador general de la
Opp, escribe en el prólogo del informe. Consultado por Brecha acerca de la
participación del organismo en el financiamiento de la encuesta, deslindó
responsabilidades diciendo que es resultado del período anterior (2), y que
la administración actual sólo se encargó de darle finalización.

Álvarez asume que existe una “batalla” que no se está dando a nivel
“cultural e ideológico”, y a eso atribuye la percepción de la mayoría de los
encuestados: “la explicación del esfuerzo personal. Desde Weber y la ética
protestante del inicio del capitalismo hasta ahora, se construye ese
relato”. En este sentido, con respecto al encare que su fuerza política
privilegia acerca de la pobreza, dice: “No creo, por ejemplo, que haya
desaparecido el análisis de clase en la mayoría de los integrantes del FA.
Pero creo que estamos en una etapa en que la democracia comienza a ser
tomada como un problema, en el sentido de que vale la pena pensarla, ponerla
en el banquillo de los acusados.

Y creo que ya no alcanza con resolver los elementos más clásicos de la
democracia formal o liberal. Sigo pensando que vivimos en una sociedad de
explotados y explotadores aunque se nos desdibujen las fronteras del
conflicto. Tampoco se puede poner una llave inglesa en la dinámica social y
ajustar las tuercas. Pero sí creo que hay que dar una batalla por el
concepto de ‘democracia’, entendiendo que democracia implicaría menos
capitalismo. Si la democracia no llega a discutir los aspectos del reparto
económico, o por ejemplo aspectos que recojan de forma más continua la
participación a través de mecanismos de democracia directa, me parece que no
alcanza”.

En otras tiendas, Matías Rodríguez, director de Políticas Públicas del
Mides, dijo a Brecha que el tema todavía no ha sido analizado en el
gabinete. Por lo demás, se ocupó de defender a ultranza la gestión
frenteamplista de las políticas públicas, resaltando el rol de “distribuir
el bienestar” entre la “población en situación de vulnerabilidad social”.
Asumió el peligro “culpabilizador” de las visiones relativas a la pobreza
que se desprenden del informe, y descartó que el gobierno tenga que hacer
alguna autocrítica al respecto.

“El nuevo uruguayo existe”

El resultado de la encuesta sobre la percepción de la pobreza, aunque lavado
ideológicamente, tiene un anclaje en el viejo paradigma liberal, según el
cual las posibilidades de movilidad social dependen exclusivamente del
empeño del que se lo proponga, siendo la miseria el destino natural de los
vagos y los faltos de ingenio. Este relato meritocrático presupone la
existencia de un campo fértil de oportunidades, y a menudo es aderezado por
historias de célebres triunfadores que salieron de abajo y ahora son cabeza
de algún imperio; feroces entusiastas que más que ejemplos suelen ser
excepciones que confirman la regla de que en el balcón de los exitosos los
lugares están contados.

Carmen Terra, profesora de la Facultad de Ciencias Sociales especializada en
temas de pobreza, piensa que los resultados de la encuesta (y la encuesta en
sí) reproducen una visión de la “derecha estadounidense” que explica el
fenómeno haciendo énfasis en el individuo. “El tema es cómo se conjuga una
óptica progresista, y gobiernos que dependen de órganos internacionales que
fomentan esta perspectiva –planteó a Brecha–. Son años de propuestas, de
programas, de documentos, que ahondan en la misma perspectiva de la derecha
estadou-nidense: el foco (está puesto) en las personas y en las familias, y
no en los procesos estructurales que llevan a esto. Los gobiernos
progresistas no terminan de conciliar un discurso que antes hablaba de temas
estructurales y ahora se focaliza en las familias.”

Terra expone que los sindicatos tienen también su parte en la construcción
de estos discursos, porque han pasado a insistir demasiado con la “cultura
del trabajo”, y “siempre les ha costado mucho distinguirse de los sectores
más excluidos. En el momento de construir un discurso no logran resolverlo
bien. Enfatizan en la importancia del trabajo, y en que hay sectores que no
tienen cultura del trabajo: algo absolutamente discutible”. El profesor
Ricardo Viscardi, de la Facultad de Humanidades, también fue consultado por
Brecha, y en el mismo sentido que Terra se refirió a una “dominación
laboral”: “es la proyección del mercado de trabajo sobre los trabajadores
que lo integran. Un fenómeno de dominación ideológica directa”, opinó.

Viscardi sostuvo que la encuesta de Equipos Mori favorece la postura
neoliberal sobre el desarrollo social. Y afirma: “Es bastante espantoso que
sea un organismo de un gobierno que fue electo supuestamente contra esto, el
que auspicia esto. Además no por medio de la Universidad de la República,
sino de una empresa. Es hasta divertido. Demuestra el falso temor en las
elecciones pasadas que produjo una presión electoral de corrimiento hacia el
FA, que aparecía como la salvaguardia que podría contener la asunción de
Lacalle Pou. Igualmente, liberado de anteojeras ideológicas y de
perspectivas sobre la justicia social: ¡el nuevo uruguayo existe!”.

El director del Departamento de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias
Sociales, Pablo Ventura asume que la izquierda gobernante ha retirado de su
discurso sobre la pobreza interpretaciones que tienen que ver con la
explotación: “La ‘población Mides’ es presentada como ‘pobres’,
‘vulnerables’, nunca como trabajadores. Cuando uno va a las cifras del Mides
se encuentra con que más del 90 por ciento de la población beneficiaria de
los programas obtiene el 75 por ciento de sus ingresos a través del trabajo.
Entonces cuando uno habla de pobreza está hablando de trabajadores pobres.
Del mismo modo, aunque los niveles de desocupación son bajos, la pobreza
sigue siendo alta. Lo que uno tiene que asociar es pobreza con niveles
crecientes de explotación”.

Ventura evaluó que las acciones de los gobiernos de los últimos años para
reducir la pobreza son claramente insuficientes: “Una de las intervenciones
más eficientes en relación con atenuar las consecuencias de la pobreza son
las que se hacen en vivienda. Y en este país son insuficientes desde hace
décadas”. A la vez cree que los sectores medios de Uruguay y de la región,
cuyos altos niveles de consumo registran cifras históricas, asumen posturas
cada vez más conservadoras, racistas y xenófobas.

Aparte

Según Viscardi hay dos problemas en relación con la pobreza: “Uno es el de
la transferencia de riqueza hacia las grandes empresas, la exoneración
impositiva, y por supuesto una política de salarios mínimos expuesta por
conspicuos representantes del progresismo, como Mujica –explica–. El otro es
que lo importante no es la pobreza, sino la existencia de núcleos de la
sociedad que se ponen fuera del contexto de intercambio social, por el
delito, el tráfico de drogas… Ese es el problema, no el de la pobreza. Este
sistema no puede acumular sin excluir. Y el principio de la exclusión no es
un principio económico sino simbólico. Ya tenemos tres generaciones de
grupos y familias de-sarticulados del proceso social. Eso genera sus propias
pautas de conducta. Y no es un problema económico, sino simbólico. A través
de estas encuestas también se está generando una imposibilidad de leer el
fenómeno desde un punto de vista que importa, que es el simbólico. El
progresismo lo que ha hecho es sustentar políticas focalizadas, que quieren
decir: acá no hay una sinergia del conjunto que favorece bolsones de
marginalidad. Está diciendo: ‘Usted es pobre y si nosotros lo ayudamos va a
salir de la pobreza’”.

Mónica Ceferino, psicóloga de la organización civil El Abrojo, con
experiencia de trabajo en los barrios de la periferia de Montevideo, percibe
que “los barrios están cada vez más guetizados y los circuitos son
restringidos. Mientras sigamos confinando gente en las periferias urbanas y
las políticas de reordenamiento urbanas no tengan características de
integración, se van a seguir perdiendo espacios comunes con modelos diversos
de socialización. Y los modelos de socialización, de valores, de
cosmovisión, comienzan a ser cerrados en sí mismos. Y para los barrios
integrados, al estar tan distantes a nivel simbólico, lo lejano se vuelve
peligroso”.

La educadora social Silvia Paglietta también trabaja con niños y
adolescentes en contextos pobres, y piensa que los “territorios barriales
considerados ‘inseguros’ son también territorios que dan identidad, sentido
de pertenencia. Quizás inseguros los vemos los que no somos parte de ellos.
Los que viven en esos territorios definidos como zonas rojas desarrollan
redes de solidaridad y de cuidado”. Por otra parte, no percibe precisamente
un panorama de falta de voluntad: “El contexto en que se encuentran es
sumamente inhóspito: donde habitan, las terribles condiciones en las que
viven. Asombra muchas veces cómo buscan estrategias para sentirse incluidos,
y las fortalezas que tienen”.

Todos los consultados asignan un papel fundamental a los medios masivos de
comunicación en la construcción de los “valores” descritos en la encuesta.
Reprochan la forma en que estigmatizan a amplios sectores de la población y
construyen funestas referencias de opinión que contribuyen a instalar el
grueso de las percepciones que recaba el estudio.

Escenarios

Las victorias electorales de los modelos progresistas de la región en los
últimos años penden de un hilo, y para sostenerse ante las “embestidas
conservadoras” sus gobiernos evocan –con distintas variables e inventivas–
escenarios fantasmales de vuelta a los noventa, sin practicar demasiado el
ejercicio de mirarse el ombligo.

Del mismo modo, al pretender escudriñar por qué gobiernos como los del FA no
construyeron relatos alternativos, ni extirparon el núcleo duro de la
pobreza, o ganaron inciertas batallas culturales, lo que emerge es que la
política ha sido traspapelada hacia los cajones de la gestión.

Una pregunta del cuestionario realizado por Equipos en este sentido bien
podría ser ¿qué va a ser de los filósofos, los encuestadores, los
periodistas, los asistentes sociales, cuando los pobres a los que tanto se
describe, sobre los que se teoriza y se calcula, salgan de la flojera que se
les achaca? Después de todo no hay novedad. No hay noticia. Aquello que el
escritor italiano Alberto Moravia expresó alguna vez en forma de ironía
sigue siendo uno de los pilares más firmes –y menos irónicos– del sentido
común contemporáneo: “Los pobres son una población que ha invadido la tierra
en tiempos prehistóricos. Hace 20 o 30 mil años. Cuando los ricos ocuparon
la tierra, difundiendo la luz de la civilización, los pobres ya estaban allí
desde hacía siglos, iguales a como son ahora, inalterables, inamovibles.
Todos los historiadores concuerdan acerca de esto”.

Notas de Correspondencia de Prensa  

1) El informe tiene como título “Los valores en el Uruguay: entre la
persistencia y el cambio”. Las respuestas “más llamativas” de los
encuestados se encuentran en el capítulo “Actitudes hacia la pobreza”. Ver
Correspondencia de Prensa, 13-11-2015. 

2) Alude al gobierno presidido por el tupamaro José Mujica (2010-2015. 

  _____  

 



---
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus
------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20151121/36482976/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa