Uruguay/ crimen de Estado impune: a 6 años del horror en la cárcel de Rocha [Redacción - Diego Píriz]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Jul 10 12:46:18 UYT 2016


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Correspondencia de Prensa

10 de julio 2016

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germain5 en chasque.net

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Uruguay

Crimen de Estado impune

Hace 6 años 12 presos morían calcinados en la cárcel departamental de Rocha

Jueves 8 de julio de 2010. Un espeluznante video filmado desde el celular de
un preso da cuenta del horror. La desesperación y la impotencia ante la
muerte que acecha a sus compañeros de reclusión. Los gritos desgarradores
que claman por el rescate. Ningún guardia-cárcel abre los cerrojos, ninguna
autoridad presente en el lugar. Los bomberos que se demoran. El video era la
prueba demoledora contra el Estado infractor y su criminal violación de los
derechos humanos. 

Según las fuentes más confiables el siniestro ocurrió en la madrugada,
cuando un calefactor de fabricación casera (para abrigarse del frío
invernal) tomó contacto con las frazadas y mantas que se utilizaban como
paredes o mamparas para separar un bloque de otro en el sector Nº 2 del
establecimiento penitenciario. En “pocos minutos” el fuego había consumido
las camas de madera, los colchones de polifón, los recipientes de plástico.
Un saldo desolador: doce presos muertos y ocho heridos. Los cuerpos
calcinados de cuatro presos fueron encontrados en el baño, cuando intentaban
escapar de las llamas por la ventana. Los ocho que salvaron su vida lo
consiguieron porque abrieron las canillas y se pusieron debajo del agua. En
el lugar había dos extintores de fuego…pero ninguno estaba cargado.

La cárcel de Rocha - un vetusto edificio construido hace más de 100 años -
ocupaba por entonces el segundo lugar en el ranking de penales más hacinados
del país. Contaba con 70 plazas y alojaba a 174 “reclusos”, decía el
comisionado parlamentario Álvaro Garcé en su informe de agosto de 2009. Es
decir, tenía un hacinamiento de un 290%. La mayoría de los presos fallecidos
eran jóvenes (entre 18 y 25 años de edad) y oriundos de Rocha. 

Las reacciones oficiales ante lo sucedido en Rocha fueron indignantes. Con
la frivolidad que lo caracteriza, el presidente José Mujica pedía
“disculpas” a los familiares de los presos por el “horrible” hecho. Su
ministro del Interior, el también tupamaro Eduardo Bonomi, echaba el fardo
sobre la “sobrepoblación carcelaria” y defendía la actuación de la guardia
policial: “si hubieran demorado más estarían todos muertos”. Esto quería
decir que no habría sanciones para ningún jefe policial. Fue lo que
finalmente ocurrió.

Si esa masacre hubiera ocurrido bajo los gobiernos de blancos y colorados,
la izquierda y los organismos de derechos humanos hubieran reclamando la
inmediata renuncia del ministro y la remoción de los mandos del sistema
carcelario. Y el  “castigo a los culpables”. El escándalo político hubiera
sido mayúsculo. Pero bajo el reino del “progresismo”, los crímenes de Estado
son “casos aislados” o culpa de algún funcionario “irresponsable”... cuando
no de las propias víctimas, 

En medio del indescriptible dolor, los familiares demandaron justicia. Sus
testimonios fueron una denuncia inapelable. Susana Cabral, madre de
Alejandro Rodríguez, de 26 años, procesado por homicidio afirmaba: "los
dejaron morir, dicen que se les prestó atención, pero ¿cómo pudo ser, si se
murieron doce o tal vez trece?". En la puerta de la cárcel de Rocha otra
madre de un recluso fallecido en el incendio lloraba a punto de desmayarse.
María Pilar Casuriaga, madre de Edison Javier Núñez Casuriaga, de 20 años de
edad y proceso por homicidio, gritaba una y otra vez: "¡me hijo murió!".
Familiares de las víctimas denunciaban que hubo una demora de una hora y
media en la asistencia a los presos debido a que las autoridades de la
cárcel no habían aprobado su apertura. Rubén Cardoso, padre de Ariel
Fernando Cardoso decía: "Hubo negligencia de la Policía y de la Cárcel.
Estaban a lo perro, calentaban con dos hojas de sierra el agua, dado que
hacían un sun (pequeño aparato para calentar el agua). El entierro de mi
hijo lo pago yo", dijo en respuesta al ministro del Interior, Eduardo
Bonomi, que había anunciado que el Estado se hacía cargo de los costos. Otro
padre de un recluso procesado por tráfico de estupefacientes al que le
faltaban unos días para salir en libertad, exclamaba en la puerta de la
cárcel: "¿Y ahora qué hago? Por fumar cuatro porros (de marihuana) estaba en
la cárcel y no puede ser que ahora esté muerto. Estoy soñando, no puede ser,
no es verdad y ahora qué hago". 

El viernes 9 de julio de 2010, enterraron a sus muertos. Casi en soledad.
Apenas unas decenas de familiares, amigos y vecinos los acompañaron. En un
departamento gobernado por el Frente Amplio, ninguna muestra de solidaridad.
Pasados 6 años la impunidad continúa. Los familiares siguen movilizándose,
reclaman Memoria y Justicia. (Redacción de Correspondencia de Prensa)

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El dolor de una docena de familias

Continúa la millonaria demanda, a 6 años del incendio de la cárcel

En la peor tragedia carcelaria, fallecieron quemados 12 reclusos en Rocha

Diego Píriz

El País, Montevideo, 9-7-2016 

A seis años de la mayor tragedia ocurrida dentro de un centro carcelario en
Uruguay, familiares, amigos, y allegados a los 12 presos que murieron
quemados en la cárcel de Rocha el 8 de julio del 2010, pidieron "memoria y
justicia".

La convocatoria que tuvo lugar ayer en Plaza Libertad de Montevideo a las
18:30 horas y a la misma vez en Plaza Independencia de Rocha, fue propuesta
y organizada por un grupo de organizaciones no gubernamentales. En ambos
lugares se leyeron proclamas con decenas de reclamos emocionados y por
algunos momentos, con llantos.

La cárcel en la que fallecieron 12 jóvenes "fue construida en el siglo XIX
como regimiento de Caballería, y en condiciones infrahumanas en 2010 recluía
a 174 personas donde se suponía que no debería haber más de 60", aseguró
ayer Mario Barrios, padre de Matías Barrios Sosa, uno de los jóvenes que
murió quemado por las llamas que afectaron al módulo 2 del centro carcelario
departamental de Rocha.

Para las familias, las secuelas y las vidas de sus hijos son irreparables,
pero hay algo que puede mejorar: las condiciones en las que viven hoy los
reclusos uruguayos. "Nosotros queremos Justicia por nuestros hijos que
estaban encerrados en un lugar con condiciones lamentables, la causa penal
está archivada desde 2012 y la civil sigue su curso, pero sabemos bien que
demorará", dijo a El País una de las madres de los reclusos fallecidos hace
seis años y que prefirió no ser identificada.

Etapa judicial

La magistrada Marcela López, quien archivo el caso hasta que no se
encuentren nuevos elementos que permitan reabrirlo, señaló en su fallo que
"no puede perderse de vista que el incendio mismo ha sido causado por un
caso fortuito (caída de una sábana o manta de uno de los reclusos de la
celda sobre un calefactor); ni por el Estado ni sus agentes".

Asimismo, la jueza aseguró que luego de haber llevado adelante
investigación, no han surgido elementos que hagan presumir responsabilidad
penal de los funcionarios encargados de la custodia.

Por su parte, las demandas civiles contra el Ministerio del Interior que aún
están en curso superan los US$ 2 millones. Solo el abogado Luis Huttón, de
la familia Cardoso, presentó una demanda por US$ 1,5 millones.

Por su parte, los abogados Fernando Torres y Gustavo Salle representan a los
familiares de un fallecido y a tres heridos en el episodio. Su demanda civil
asciende a $ 18.048.000 por los cuatro afectados.

Noche trágica 

En aquella noche fría de julio, en medio de la emoción por la competencia
mundialista de la selección uruguaya de fútbol, donde el delantero Luis
Suárez había marcado un hito en la historia de nuestro país por salvar con
la mano lo que sería un gol de Ghana, y así poder clasificar a cuartos de
final en la competencia, pasó lo peor.

Uno de los 20 presos que se encontraban en una celda de siete metros de
largo por tres de ancho, se movió de su cama dejando caer,
inconscientemente, una sábana sobre un precario calefactor que habían
fabricado los propios reclusos para poder calentarse.

Allí comenzó el horror

La sábana tomó fuego y luego los colchones, otras frazadas, y finalmente 12
reclusos. Los gritos desesperantes a las 3:30 de la madrugada de aquel
jueves despertaron a los demás reclusos que vieron como sus compañeros
morían agonizando entre las llamas.

"Yo vi todo, estaba en frente, ese día jugamos un partido de fútbol con
Matías Barrios, y quedó otro encuentro para el día siguiente, iba a ser la
revancha, nunca se dio, no llegamos, vi morir a mis propios compañeros",
relató a El País Fabián Pérez, que en el momento del incendio se encontraba
en la celda de enfrente y gritaba pidiendo ayuda por sus compañeros.

Pérez fue quien filmó un video, que horas después de ese día se viralizó. En
las imágenes se escuchaba a los reclusos gritar: "¡Llavero, abriles, abran
las celdas y que se vengan para acá, pero abran que se están quemando!". El
llavero no llegó a tiempo según declaraciones de los propios funcionarios,
en cambio, para los reclusos, quien era encargado de abrir las celdas, se
demoró porque esperaba órdenes de un superior.

La imagen que marcó aquella terrible noche quedó marcada en la retina de
quienes recorrieron la celda pocas horas después del hecho: tres reclusos
murieron invadidos por las llamas abrazados en el baño de aquel recinto.

Los doce fallecidos y los ocho sobrevivientes de la tragedia

Los 12 fallecidos del incendio fueron: Delio Alegre, del Chuy, 43 años,
procesado por rapiña. Matías Barrios Sosa, de Rocha, 19 años; estaba preso
por suministro de estupefacientes. Edison Javier Nuñez Casuriaga, 20 años,
rochense, procesado por homicidio. Ariel Fernando Cardoso Velázquez, 25
años, vivía en La Paloma, estaba cumpliendo pena por suministro de
estupefacientes. Mario Fernando Martínez Maidana, de 25 años, procesado con
prisión por receptación. Jorge Luis Roda Acosta, de 19 años, nacido en el
departamento de Rocha, procesado por rapiña. Antonio Joaquín Cardozo
Silvera, de 19 años, de Castillos, también cumplía pena por rapiña. Julio
César Da Silva Pereira, de 22 años, de procedencia brasilera, procesado por
rapiña. Luis Alfredo Bustelo López, de 40 años, montevideano, procesado por
rapiña agravada. Raúl Alejandro Gómez Recalde, de 25 años, oriundo de
Castillos, se encontraba cumpliendo pena por rapiña. Alejandro Rodríguez
Cabral, de 26 años, nacido en el departamento de Rocha y procesado por
homicidio. José María Pereira Pereira, procesado un año antes por rapiña
especialmente agravada.

Las ocho hospitalizados con quemaduras fueron: Alberto Rodas González,
Adolfo Mederos Scantoni, Paulo Costa Pereira, Rubén Dario Damestoy, Fernando
Méndez Rodríguez, Henri Laluz Fernández, Luis Alberto Acosta Pérez y Pablo
Andrés Chapore San Martín.

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