Grecia/ Syriza, el congreso de la social-democratización [Antonis Ntavanellos]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Oct 27 16:21:05 UYT 2016


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Correspondencia de Prensa

27 de octubre 2016

Boletín Informativo

redacción y suscripciones

germain5 en chasque.net

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Grecia    

Syriza, el congreso de la social-democratización *

Antonis Ntavanellos 

Este artículo fue escrito un día antes de la celebración del segundo
congreso que se desarrolló del 13 al 16 de octubre. Oficialmente, 3 000
delegados estaban presentes. Alexis Tsipras consiguió el 93,54 % de los
sufragios. No había otro candidato a la presidencia del partido, 210
delegados asumieron el riesgo de votar contra él. En el primer congreso,
Tsipras logró 74,08 % de los sufragios. Si voces de oposición a la política
de derechas se han hecho oír, no se ha manifestado ninguna ruptura. Como en
el periodo del PASOK, “el poder tiene sus encantos” y el clientelismo
asegura empleos, por ahora. (Redacción de A l’encontre)

A l´encontre, 19-10-2016 

http://alencontre.org/

Traducción de Viento Sur

 <http://www.vientosur.info/> http://www.vientosur.info/

El segundo congreso de Syriza se celebró del 13 al 16 de octubre de 2016/1.

Normalmente, este congreso debería estar en el centro de interés de sus
miembros, de la sociedad griega y de la izquierda internacional. Syriza es
un gobierno saqueado por la crisis y los acreedores. Llegó al gobierno en
enero de 2015, inmediatamente después de una ola de luchas sociales y de
esperanza, cuya amplitud aún se pudo comprobar con ocasión del referéndum
del 5 de julio de 2015 con un 61,31 % del No a la aplicación de las
políticas del memorándum.

Sin embargo, este interés no se ha concretado. Al contrario. Las asambleas
preparatorias de las organizaciones de base de Syriza estuvieron
caracterizadas por la baja participación y por una especie de impasse. En la
sociedad griega nadie está interesado en este seudo debate. Y la izquierda
internacional ya ha asumido una suerte de conclusión: una decepción enorme.
Por ejemplo, en el estado español, solo Mariano Rajoy, del Partido Popular,
habla de la trágica experiencia griega, mientras que Pablo Iglesias ha
retirado las palabras “Syriza” y “Tsipras” del vocabulario de los cuadros de
Podemos...

La razón es muy simple. entre el primero y segundo congreso de Syriza se
tomó una decisión política monstruosa: la firma del tercer memorándum. Una
decisión que arroja luz sobre los conflictos pasados, sobre los argumentos,
las excusas y las orientaciones estratégicas de los diversos componentes de
esta coalición que era Syriza.

Este partido pasó del 3,3 % de sufragios en las elecciones legislativas de
2004, a 5,03 % en 2007, a 4,6 % en 2009 y a 36,3 % en enero de 2015 lo que
le condujo al poder con un gobierno de coalición Syriza-Griegos
Independientes. Obtuvo este éxito apoyándose en las expectativas y
esperanzas de la población (en septiembre de 2015 aún logró el 36,5 % de los
votos para el segundo gobierno Tsipras). Sin embargo, hoy, ha logrado
permanecer en el poder apoyándose principalmente en la desesperación, en un
sentimiento de “impotencia” frente a la realidad, en diversas formas de
supervivencia individual y de resignación a consecuencia del “escenario
heroico” de la resistencia colectiva

Así que no hay nada en común entre el primero (julio 2013) y el segundo
congreso de Syriza.

La época de los compromisos

En la primera conferencia de Syriza, aunque el fuerte auge de las luchas de
2010-2012 estuviera en decadencia, la ola de esperanza se concentró en la
perspectiva político-electoral. Es decir, la posibilidad de derrotar al
gobierno de Antonis Samaras-Evangelos Venizelos (Nueva Democracia-PASOK) y
la idea de tener un gobierno de izquierdas se reforzó. Teníamos consciencia
de que este “eslogan” implicaba el peligro de una trampa en cuya
construcción podríamos participar. Sin embargo, en aquella coyuntura
política especial, esta perspectiva gubernamental nos parecía la única
posible.

La primera conferencia de Syriza, integraba en sus debates, por una parte de
sus componentes, una preparación para el peligro que acechaba, planteando
entre otras la pregunta: cuáles son el contenidos y el sentido de un
gobierno de izquierda en la coyuntura presente. Si lo comparamos con la
situación actual de gobiernos de centro izquierda, en Grecia y en el mundo,
la primera conferencia podría parecer un verdadero oasis de radicalismo.
Pero la verdad es un poco diferente.

En la primera conferencia, la política de Syriza estaba dentro de un gran
marco ideológico que era parte significativa de su “programa”. Se trataba de
una tentativa de hacer una síntesis entre la estrategia del eurocomunismo
propio a la griega (una estrategia de reformas estructurales con “rupturas”)
y una estrategia más próxima a la III Internacional que hacía referencia a
un programa y a una política de transición. Además, se había puesto el
acento en la necesidad de romper con las “experiencias” actuales de los
gobiernos de centro izquierda en Europa. Y la “izquierda radical”
-calificativo aceptado entonces- era concebida desarrollando una orientación
antagonista a la de la socialdemocracia europea. Las tentativas de Tsipras y
del círculo que lo rodea de “fragmentar” este marco (luchar primero contra
la “crisis humanitaria”, hacer un gobierno de “salvación nacional” en lugar
de un gobierno de izquierdas, etc.) eran los primeros signos de lo que se
avecinaba.

El primer congreso había definido las políticas de alianzas de Syriza.
Incluso Alexis Tsipras aseguraba que estas alianzas debían incluir fuerzas
de la izquierda de la izquierda a la izquierda de la socialdemocracia. Sin
embargo, ya en la primera conferencia, los cuadros importantes de la
dirección declaraban que una empresa de “salvación nacional” debería
apoyarse en fuerzas más amplias. Con la excepción de Amanecer Dorado y la
“derecha de Samaras”. La apertura a grupos salidos del Pasok de Konstantinos
Simitis (primer ministro de 1996 a 2004) y del Pasok “profundo” así como los
avances hacia la derecha “karamanlista” (Kostas Karamanlis, de Nueva
Democracia, primer ministro de 2004 a 2009) y de los Griegos Independientes
-ANEL estaban ya a punto de comenzar (si no habían empezado ya entre
bastidores...)

La parte más importante de las decisiones era la relativa a los compromisos
específicos de Syriza respecto a las trabajadoras y trabajadores. Y a las
fuerzas populares. Syriza había prometido poner fin a la austeridad
inmediatamente: aumento del salario mínimo, garantía de pago de la tercera
mensualidad de la pensión/2, abolición del ENFIA/3, reducción del IVA de los
productos básicos, aumento de los gastos sociales, contrataciones masivas
para cubrir las necesidades de los sectores de la salud y la educación, etc.
Estaba implícito que eso sería el inicio. Syriza también había recitado el
sermón de resistir a las privatizaciones. Había prometido nacionalizar las
empresas y los organismos públicos. Sin embargo, hoy es la hora de las
privatizaciones. El programa hablaba también de la nacionalización de los
bancos (“bajo control público, democrático y obrero...”), de rescisión de
los memorándum y de anulación de la mayor parte de la deuda...

Pero, ¿cómo hacer todo esto? Una tendencia de los participantes en el
congreso tenía la opinión de que era necesario entrar en conflicto con el
sistema a escala nacional (Plan A) con prolongaciones exteriores. Sin
embargo, otra fracción -incluyendo a los cuadros de economía- sonaba ya de
otra forma: en primer lugar vamos a intentar salir de la crisis, de entrada,
vamos a relanzar el “crecimiento” y después vamos a hacer el “reparto”. Es
una estrategia clásica de la socialdemocracia: prometer aumentar la parte de
cada uno gracias al aumento de la “tarta nacional”. Esta tendencia estaba
presente y fuerte en el seno de Syriza, en la presentación del programa, en
2012, en Atenas/4, en el primer congreso del partido y en el discurso de
Tsipras con ocasión del Foro Internacional de Tesalónica/5.

Como sabemos, hoy mejor todavía, una cuestión clave durante el primer
congreso fue la relación con los acreedores y la Unión Europea. El ala
izquierda de Syriza -es decir, la Plataforma de Izquierdas (que incluía la
Corriente de Izquierdas de Lafazanis y la Red Roja), ya constituida, hizo la
siguiente advertencia: el Plan A (contra la austeridad) nunca podría
alcanzar sus objetivos si seguía la estrategia de la “negociación” con los
acreedores (con la ilusión de que “Merkel iba a firmar a plena luz del
día”/6). La propuesta de elaborar un Plan ? - es decir, efectuar los
preparativos necesarios para un conflicto con la zona euro y la eventual
salida del euro- era un punto central de enfrentamiento en el congreso. Las
respuestas a los argumentos de la Plataforma de Izquierda eran de dos tipos.
De entrada, “una mayoría no estaba preparada para rupturas de esta
amplitud”. La respuesta a este argumento fue dada de forma esclarecedora en
el referéndum del 5 de julio de 2005...

Después, el argumentario revelaba una ideología eurocomunista que
consideraba que prepararse a un conflicto inevitable con la zona euro era
contrario... al internacionalismo de la izquierda. La identificación de
Europa con la Unión Europea, la identificación de los pueblos con las
instituciones, la confusión entre el cosmopolitismo capitalista y el
internacionalismo, todo esto constituía un “pecado” que Syriza iba a pagar
caro.

La intensidad de este conflicto era grande en el seno de Syriza. Una parte
de la izquierda radical que no formaba parte de Syriza la subestimó de forma
significativa. La Plataforma de izquierda, por su parte, no votó las
decisiones de la conferencia y, en el verano de 2015, mostró la honestidad
de sus intenciones: a la hora de la inadmisible capitulación (la forma de
los acuerdos con el Eurogrupo por parte de Tsipras el 13 de julio de 2015)
asumió masivamente la responsabilidad de la ruptura con la dirección y el
partido Syriza.

Otro tema crucial de este primer congreso se refería al carácter del
partido. El grupo dirigente alrededor de Alexis Tsipras utilizó la retórica
de un “partido compuesto por cada uno de sus miembros” para eliminar la
existencia de corrientes y tendencias (por tanto, elección de los órganos
dirigentes por encima de listas separadas) dejando el campo libre a los
círculos dirigentes alrededor de Tsipras. Esto habría derivado en la
imposibilidad de controlar la acción y los cambios de orientación de la
dirección. Con este objetivo, se invocó la “democracia directa”
supuestamente un modelo alternativo, ilustrado por el movimiento de los
“Indignados” de España lo que podría reemplazar al “envejecido” centralismo
democrático. A pesar del fracaso formal de esta propuesta organizativa, por
la vía de los hechos, se impusieron las ideas y las tácticas del “populismo
de izquierda” latinoamericano (teorizadas por Ernesto Laclau) poniendo de
relieve la conexión entre el jefe carismático y “la construcción del
pueblo”. Esto permitió la creación de un mecanismo organizativo autónomo al
servicio del jefe Alexis Tsipras. Hasta tal punto que Andreas Papandreu
(primer ministro del Pasok de 1981 a 1989 y de 1993 a 1996) habría podido
envidiarlo.

A pesar de la práctica que se afianzaba, esta retórica permitió integrar en
la “mayoría presidencial” una parte significativa de la izquierda de Syriza,
incluyendo la salida de corrientes maoístas (KOE) y esto por un largo
periodo después del primer congreso.

La época de las decepciones

Hasta septiembre de 2015, la dirección Tsipras había tenido tiempo de
olvidar todas las promesas y eliminar las características políticas que
habían dado al partido su dinámica.

Rechazó entrar en conflicto con el sistema en el plano nacional. Suprimió el
Plan ? Y entró en la “negociación” con la Troika hasta la última etapa
utilizando todas las reservas de la “liquidez interna” para pagar los
intereses de la deuda. Al mismo tiempo, permitió a las empresas salidas
masivas de capitales, sin precedente. Después, completamente desarmado,
firmó lo que querían Wolfgang Schäuble y sus colegas.

El tercer memorándum restalló como un suceso estremecedor, firmado por un
partido que hablaba en nombre de la izquierda. Las elecciones del 20 de
septiembre de 2015, con la ayuda de los acreedores e instituciones
nacionales, impusieron un cambio efectivo en el contexto político: a nivel
gubernamental, la mayoría era de Syriza-ANEL -pro memorándum, como en la
fase precedente- pero la oposición parlamentaria a los memorándum, al
neoliberalismo y la austeridad se limitaba a la representación de KKE/7.

En un año, Syriza se transformó en un partido diferente y esto se va a
confirmar en el segundo congreso. La ilusión de una especie de “programa
paralelo” - es decir, las llamadas compensaciones a las medidas de
austeridad- pudo en un primer momento mantener la relación con los sectores
populares. Pero esto hoy es del pasado, Syriza asume, desde hace algún
tiempo, la “propiedad” del tercer memorándum y reconoce como reales las
“limitaciones” impuesta por los prestamistas. La única perspectiva que le
queda reside en la esperanza de una “salida de la recesión y del inicio del
relanzamiento económico” ¿Cómo podrían actuar este partido y este gobierno
para concretar semejante perspectiva? Las propuestas del comité central de
cara al segundo congreso responde a eso: mediante la ley de crecimiento
económico, con los fondos estructurales europeos asignados para el periodo
2014-2016 y con ¡la lucha contra la corrupción! Se trata de una respuesta
típica de la socialdemocracia propia de su degeneración social-liberal.
Porque, al mismo tiempo, la reducción de las pensiones, el incremento de los
impuestos, las subastas (desde viviendas hasta bienes públicos
privatizados...), la puesta en cuestión de los derechos laborales, llevan a
acumular la cólera en el seno del mundo de trabajo, pero simultáneamente
ponen fin a cualquier esperanza (o ilusión...) de un plan de “salida”
apoyándose en los sectores populares.

En este contexto, la participación de Alexis Tsipras en las cumbres de la
socialdemocracia europea no es algo secundario. Puede que el único auténtico
desafío del segundo congreso de Syriza sea dar “luz verde” a la dirección
del partido para avanzar en su participación definitiva en la familia
socialdemócrata europea. Sin duda, estas decisiones no se anunciarán. Serán
preparadas y presentadas como “movimiento táctico necesario”, “explotación
de las divergencias en esta familia”, etc. Hay que destacar que quienes no
creen que sus aspiraciones políticas puedan ser satisfechas en el seno de la
familia política Hollandreou (contracción de Hollande y Papandreu) y otros,
tienen responsabilidades que sobrepasan las declaraciones retóricas. Deben
tomar iniciativas audaces de ruptura incluso ahora...

El tercer memorándum puso fin a las diferencias entre la política social y
económica real de Syriza y la de otras fuerzas partidarias del memorándum.
Incluso la reciente experiencia política demuestra que la mutación
memorandística acaba con la posibilidad de hacer reformas democráticas sin
un costo económico.

El reciente conflicto con la iglesia (sobre los impuestos y el contenido de
la norma) acabó con una retirada desorganizada de Syriza. Esto demuestra que
cuando no se intenta comprometer un cambio más amplio, se acaba por ser
incapaz de modificar el contenido de la enseñanza en el ámbito de las clases
de religión (los Griegos Independientes amenazaron con romper la coalición
si la Iglesia Ortodoxa no quedaba satisfecha).

Sobre la cuestión de las personas refugiadas, Syriza tiene la experiencia y
disponen de herramientas de intervención. Sin embargo, actualmente, sus
miembros están llamados a sostener el acuerdo entre la UE, Grecia y Turquía,
un acuerdo racista, responsable de increíbles sufrimientos de las refugiadas
y refugiados en las fronteras y en el interior del país. Sin embargo, Grecia
“acoge” más de 21 millones de turistas cada año. Y el poder, llamado de
“izquierda radical”, sostiene que es difícil acoger de forma humana a unos
60 000 refugiados y refugiadas.

Es posible que la evolución más peligrosa de Syriza sea la referida al tema
que se encuentra en el centro de las posiciones políticas de la izquierda
pos Junta (1967-1974): el tema de la OTAN, el de la alianza euro-atlántica
que instaló un ejército en el Mar Egeo y trata (¡con el “gobierno de
izquierda”!) el traslado de la base militar de Incirlik (Turquía) a... ¡la
isla de Karpatos! Pero las iniciativas belicosas y nacionalistas de quienes
incluso habían calificado de “nacionalistas” las propuestas de entrar en
conflicto con la UE- no se refieren solo a la OTAN. Alexis Tsipras está
“orgulloso” de visitar el Estado de Israel y al dictador egipcio (Sissi) y
expresa estupideces que incluso un Pangalos/8 no tendría la desfachatez de
decir.

Es impresionante que unos días antes de la apertura del segundo congreso,
ninguna proposición del grupo llamado de los “53”/9 haya tratado de tales
asuntos...

Así que está claro que el segundo congreso solo será una fiesta de
ratificación de la dirección de Tsipras y de su política.

¿Qué perspectivas?

Un año después del triunfo de Tsipras en las elecciones de 2015, parece
-según los sondeos y de forma clara- que su sol se oscurece y que los
círculos de dirección y el partido que los sigue ya están comprometidos en
la vía de una profundización en la infamia.

Su única esperanza reside en una conflictiva comparación con la posible
política de Kyriakos Mitsotakis/10, el nuevo líder de Nueva Democracia. Pero
se trata de un fusil con el cargador vacío. Además, está claro que la
política del gobierno abre el camino a Mitsotakis. Las medidas del tercer
memorándum, si no se descartan por la izquierda, preparan las condiciones
para un ataque aún más decidido de la derecha neoliberal radical. Si “el
mundo de la izquierda” deja a Tsipras llevar a cabo su trabajo con el
memorándum, entonces, la única perspectiva de Tsipras será dejar el poder a
Mitsotakis e “intentar” negociar su futuro, abiertamente, en una
configuración gubernamental oficialmente de centro izquierda.

Este panorama es una pesadilla política. Sin embargo, no es inevitable. Va a
depender mucho de las iniciativas del mundo de la izquierda radical a nivel
del movimiento social y de su expresión política. Iniciativas que podrían
suscitar esperanzas de nuevo, revalorizando de forma creativa el periodo de
auge de Syriza. Iniciativas que deberían ser tomadas ahora, porque los
acontecimientos se precipitan y los ecos de un pasado reciente aún
permanecen. La responsabilidad de tomar estas iniciativas es mayor para
nosotros que cuando estábamos en Syriza y porque hicimos la ruptura durante
el terrible verano de 2015, cuando formábamos parte de la Unidad Popular y
no solamente...

* El artículo fue publicado en el bimensual Ergatiki Aristera de DEA (12 de
octubre 2016); DEA es la Red Roja de Unidad Popular. Traducción de Sotiris
Siamandouras; edición de A l’encontre.

Notas

1/ El congreso terminó sus trabajos, el domingo 16 de octubre por la mañana.
Frente a una moción que no tenía el respaldo de Tsipras, este último pidió
una nueva votación para que su proposición fuera ratificada. Esto le permite
controlar totalmente el comité central.

2/ Son las bonificaciones de las vacaciones.

3/ L’ENFIA es un impuesto a la propiedad que se calcula de forma totalmente
irracional e injusta. Por ejemplo, el impuesto sobre los edificios antiguos
es más elevado que sobre los edificios nuevos; las hipotecas y los préstamos
no se tienen en cuenta en el cálculo, etc.

4/ Se trata de la presentación del programa de 2012.

5/  Se trata del programa de Tesalónica, presentado en septiembre de 2014 en
la Feria Internacional de Tesalónica. Yanis Milios que en la época era
responsable de la comisión económica de Syriza, recientemente, declaró que
“ese programa llegó completamente elaborado y nadie sabe quién lo ha
escrito”.

6/ Declaración de Alexis Tsipras el 27/04/ 2015.

7/ KKE es el partido comunista griego, sectario y abiertamente estalinista.

8/ Theodoros Pangalos es miembro del Pasok. Fue ministro de Exteriores entre
1996 y 1999, vicepresidente del gobierno de Georges Papandreu, presidente
del Consejo de la Unión Europea, viceprimer ministro en el gobierno de Unión
Nacional presidido por Loukás Papadimos. El 26 de marzo de 2012, anunció que
ponía fin a su carrera política. Queda en la memoria del pueblo griego por
las innumerables “estupideces” que decía a cada momento: calificar a los
trabajadores del sector público de “perros bastardos” o enviar a los
periodistas a “joderse porque es demasiado temprano”.

9/ Alusión a la corriente de los “53” que son la llamada “oposición” actual
en el interior de Syriza.

10/ Kiriakos Mitsotakis es el presidente de Nueva Democracia. Salió de una
conocida familia política que siempre defendió políticas de austeridad,
familia vinculada al escándalo de Siemens y que juega un papel importante en
la escena política del país desde 1946. Mitsotakis está a la cabeza en los
sondeos: a principios de junio de 2016, la intención de voto era la
siguiente: Nueva Democracia: 21,3 %, Syriza: 15 %, Amanecer Dorado: 6,8 %,
KKE: 5,4 %.

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