Colombia/ la encrucijada de las Farc [Hernando Gómez Buendía]
Ernesto Herrera
germain5 en chasque.net
Dom Oct 30 10:42:50 UYT 2016
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Correspondencia de Prensa
30 de octubre 2016
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Colombia
La encrucijada de las Farc
El plebiscito fue una estupidez de Santos, pero peor fue la estupidez de
Timochenko cuando aceptó correr un riesgo letal e innecesario.
Hernando Gómez Buendía *
El Espectador, Bogotá, 29-10-2016
http://www.elespectador.com/
Por eso, aunque la gente piensa con razón que perdió Santos, el perdedor
principal fue Timochenko. Y esta derrota volvió a cambiar la relación de
fuerzas que se había reflejado en el Acuerdo Final entre las partes.
Me explico. Gracias a la escalada militar de Uribe, el proceso de La Habana
comenzó con ventaja del Gobierno, pero Santos se fue debilitando a medida
que se iba acercando el final de su mandato. Por eso vimos tres etapas
definidas:
1. La de reformas sociales. Se negocia lentamente dentro de la Constitución
(por eso De la Calle) y en presencia de la ANDI (Villegas). Las reformas,
por tanto, son modestas.
2. La de justicia penal. Atollado el proceso en este punto, Santos envía a
su hermano a decirle a Timochenko que se saldrían de la Constitución; es
decir, que no habría cárcel y que redactarían juntos un código penal para
evitar las cortes internacionales.
3. La “recta final”. A partir de este punto, el proceso fluyó con rapidez,
pero con nuevas concesiones: las del blindaje jurídico (conversión del
Acuerdo en tratado internacional y en parte de la Constitución, “vía exprés”
para poder implementarlo), y las del “referendo” que las Farc, finalmente,
aceptaron a cambio de curules y subsidios.
Lo que de modo tan inesperado hizo el plebiscito fue invertir la presión del
reloj: ahora el tiempo corre en contra de las Farc.
-Me refiero al tiempo militar: cada día es más difícil mantener un ejército
inactivo, confinado a ciertas zonas alejadas, “protegido” por el enemigo y
vacilante entre la guerra y la paz.
-Me refiero al tiempo político-militar: cada día sin violencia es más
difícil mantener la vigencia de las Farc, porque en Colombia las guerrillas
sólo existen si disparan y secuestran.
-Me refiero, sobre todo, al tiempo político: ahora el acuerdo no es con
Santos, sino con él y varios otros jefes y corrientes políticas. Es un
acuerdo con la cúpula y no apenas con el actual presidente. Y esto alarga
los tiempos.
El plebiscito acabó por amarrar a Timochenko y Santos en un solo reloj
angustioso. Por eso, ambos necesitan y ambos tratan ahora de firmar un
acuerdo a las carreras, pero la decisión ya no es de ellos solamente.
De aquí surge la confusión inverosímil del momento: ¿será que el presidente
representa a Uribe ante las Farc?, ¿o será que representa a las Farc ante
Uribe?
Ni en sus sueños más locos, los fundadores y jefes de las Farc habrían
imaginado tener al presidente como su abogado y a casi medio país
defendiendo el acuerdo que lograron. Y nunca antes había sido tan extremo
para ellos el dilema entre esta entrada excepcional a la política o
devolverse a su guerra perdedora.
* Director de la revista digital Razón Pública.
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