Euskadi/ Ganadores y perdedores: armas de ETA entregadas al Estado francés [Álvaro H Pérez de San Román]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Abr 14 12:33:54 UYT 2017


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Correspondencia de Prensa

14 de abril 2017

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Euskadi

Armas de ETA entregadas al Estado francés

Ganadores y perdedores

El sábado 8 “los artesanos de la paz” revelaron al Estado francés la
geolocalización de ocho depósitos de armas de ETA. El desarme, saludado con
alborozo por la sociedad civil vasca, fue calificado de “insuficiente” por
el gobierno español, mientras que el francés señaló que se trata de “una
etapa decisiva hacia el fin del terrorismo”. Tanto unos como otros se
consideran ganadores de un conflicto que aún no está cerrado.

Álvaro Hilario Pérez de San Román, desde Bilbao

Brecha, 13-4-2017

http://brecha.com.uy/

Desde las primeras horas de la mañana del sábado, 172 voluntarios, los
llamados “artesanos de la paz” (entre los que se encontraban el líder de Vía
Campesina José Bové, la diputada socialista francesa Sylviane Alaux, los ex
intendentes de Hendaya y San Juan de Luz, Battit Salaberry y Paul Badiola, y
la escritora Marie Cosnay) se dirigieron a los puntos donde se encontraban
las armas de Eta. Todos estaban situados en el departamento de los Pirineos
Atlánticos (que reúne al País Vasco francés y al Bearn); en las localidades
de Barcus, Araujuzon, Viellenave de Navarrenx, Castetbon, Etcharry, Maslacq,
Lahonton y Saint Pée sur Nivelle. En seis de ellos se encontraba el
armamento inventariado y sellado desde 2014. En los restantes, el material
pasó directamente a la fase de entrega.

El arsenal entregado se componía de 98 armas cortas (pistolas y revólveres),
ocho armas largas (tres subfusiles Uzi, cuatro fusiles G-3, una AK-47), tres
toneladas de explosivos y miles de balas y detonadores.

No aparecieron, sin embargo, 40 de las 350 pistolas y revólveres sustraídos
por Eta de la empresa Sidam, en la localidad de Vauvert, en 2006. Tampoco se
encontró la maquinaria para falsificar documentos y fabricar patentes de
autos.

Acto en Bayona

En paralelo al despliegue de los voluntarios, a las ocho de la mañana, en la
Intendencia de Bayona, la ciudad más importante del País Vasco francés, los
artesanos de la paz, representados por Jean Noël “Txetx” Etcheverry,
entregaron la geolocalización de los ocho depósitos y de los inventarios de
armas, fechados en 2015 y 2016, al arzobispo de Bolonia, Matteo Maria Zuppi,
y al pastor metodista Harold Good (mediadores en conflictos como los de
Mozambique e Irlanda, así como en los contactos entre Eta y el gobierno
español en anteriores ocasiones), que oficiaron de notarios en el acto.
Ellos, a su vez, entregaron la documentación a Ram Manikkalingam,
coordinador de la Comisión Internacional de Verificación (Civ), quien se la
hizo llegar a la fiscalía francesa, representada por el fiscal de Bayona,
Samuel Vuelta Simón. Trasmitida la información a las autoridades
competentes, 180 miembros de las fuerzas de seguridad francesas acudieron a
recoger el armamento a los lugares señalados, custodiados por los artesanos
de la paz, quienes aseguraron que no habían manipulado el arsenal.

Notorias ausencias

El acto de la Intendencia, lleno de reminiscencias de otros similares en
Irlanda y Colombia, espejos en los que la izquierda nacionalista gusta verse
reflejada, contó también con la presencia de Jean-René Etchegaray, alcalde
de Bayona y presidente de la recientemente creada Mancomunidad Vasca. No
comparecieron, sin embargo, los presidentes de las comunidades autónomas del
País Vasco y Navarra, Iñigo Urkullu y Uxue Barkos, respectivamente, quienes
días antes se habían reunido con Etchegaray, haciendo que se diera por
segura su presencia en Bayona. Michel Tubiana, presidente honorario de la
Liga de los Derechos Humanos del Estado francés y promotor de los artesanos
de la paz, señaló el mismo sábado que tanto Barkos como Urkullu habían
tenido la puerta abierta hasta el final.

En declaraciones a la cadena Ser (10-IV-17), Josu Erkoreka, portavoz del
gobierno vasco, no disimuló su malestar con el desarrollo del acto de
Bayona, señalando: “Nosotros lo hubiésemos hecho de otra manera”. Dijo que,
por ejemplo, en el gobierno no eran “partidarios de anunciar la fecha del
desarme con tanta antelación”, aunque admitió que “no es el momento de hacer
reproches”. Los directores del diario Gara y su publicación hermana en la
red, Naiz, Iñaki Soto e Iñaki Altuna, voceros oficiosos de la izquierda
nacionalista, apuntaban en Gara (9-IV-17) algunas razones posibles de la
ausencia de Barkos y Urkullu: “La intervención directa en el desarme de los
artesanos de la paz, las dudas sobre su legalidad, las cuotas de
protagonismo y el hecho de que la responsabilidad en la relación con las
autoridades francesas recayera en otros habrían motivado que Urkullu
eligiera hacer su propia comparecencia en Donostia (San Sebastián), y
arrastrara también a Barkos, que optó por pronunciarse simplemente con una
nota del gobierno navarro”.

La humillación

“Jornada histórica que cambia el modo de afrontar el conflicto vasco”, fue
el titular con que Gara abrió su edición del domingo 9. En su editorial el
diario independentista señalaba que el del sábado “fue un día en el que
quienes luchan por una resolución del conflicto vasco sin vencedores ni
vencidos ganaron”. Añadía también: “La humillación es la tentación natural
del poder establecido, y esa era la manera en que el gobierno del Partido
Popular (PP) imaginaba un desarme”.

Desde la izquierda independentista se presentó el desarme de la misma manera
que cuando, hace cinco años, la organización vasca anunció el cese de la
lucha armada, es decir, como una nueva apuesta por la paz y comienzo de un
nuevo escenario de diálogo. Según las palabras de Arnaldo Otegi, líder del
independentismo: “Se deja la lucha armada, pero se sigue luchando por lo
mismo”.

La prensa de Madrid eligió sus titulares en consonancia con esa tentación de
humillar a la que se refería la editorial de Gara: “Burla de Eta en Bayona:
sólo desvela ocho zulos con 120 armas”, tituló el diario ABC; “Eta se
rinde”, fue la frase que escogió el diario El Mundo; “Eta certifica su
derrota”, escribió El País; “Sin justicia no hay fin”, dijo La Razón. En las
notas y en los editoriales de todos estos periódicos se insiste en el tema
de la rendición, en que el relato debe especificar que hay vencedores y
vencidos, que no debe haber contraprestaciones, que urge solucionar más de
200 actos violentos de Eta aún sin esclarecer, y que Eta debe disolverse.

Este habitual guión de mano dura fue el que también siguió el gobierno
español, calificando el desarme de “insuficiente”. El primer ministro
francés, Bernard Cazeneuve, por su parte, señaló que el desarme supone “una
etapa decisiva hacia el fin del terrorismo”.

Los presos

Entrevistado en la cadena Ser, el portavoz del gobierno vasco, Josu
Erkoreka, declaró que “esto no acaba” con el desarme, dibujando las líneas
que los gobiernos y la clase política debieran seguir en adelante. Un
escenario que, más allá de los gestos y las declaraciones altisonantes,
parece acordado por todas las partes involucradas en el conflicto.

Para Erkoreka no es el momento de “jerarquizar objetivos”, de fijar qué
medidas deben tomarse antes y cuáles después, en materia de la política
penitenciaria española y francesa, sino el momento de “trabajar consensos”
que faciliten una nueva “convivencia normalizada”. Estos consensos tendrían
como objeto también acabar con la dispersión de los 342 presos de Eta, algo
que no debe interpretarse “como consecuencia del desarme”, insistió, ya que
una de las condiciones fijadas para éste era que “no hubiera
contraprestaciones”. En cuanto a la propuesta lanzada por el gobierno vasco
(acercar a los presos a cárceles situadas en un radio de 250 quilómetros del
País Vasco), el portavoz gubernamental dijo que es “posible y viable” y está
contemplada por la legislación vigente, “coherente con los principios de la
legislación penitenciaria”, que “debe ser gestionada de otro modo”.

Erkoreka señaló que la elaboración de un relato compartido, propio de una
sociedad plural como la vasca, es otro de los desafíos que necesita amplios
consensos.

Interrogado sobre la disposición del gobierno de Mariano Rajoy a aceptar su
propuesta de acercar a los presos y de encarar una nueva gestión de la
política penitenciaria que sea “acorde con los nuevos tiempos”, Erkoreka
dijo que el gobierno vasco había sido “leal” con el español, trasladándole a
éste toda novedad, todo dato, relacionado con el desarme. Añadió que muchos
y diferentes agentes habían participado en esta entrega de arsenales: unos
lo habían hecho de forma activa, otros a modo de facilitadores y un tercer
grupo había participado colaborando de forma pasiva (e incluyó en éste al
gobierno español, que no ha tomado medidas para impedirlo, que “no ha puesto
trabas”): “Cada uno ha contribuido desde donde podía. A nadie se le podía
exigir más de lo que ha hecho. Vamos a mirar hacia el futuro”.

El 8 de abril, en la plaza Paul Bert, Arnaldo Otegi, el presidente del
partido de izquierda nacionalista Sortu, manifestó que “desde mañana
procuraremos poner en el centro del debate político el tema de los presos”.
Se quiera o no, el asunto ya está sobre el tablero.

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