Uruguay/ La riqueza concentrada explica la desigual distribución [Natalia Uval - Mauricio De Rosa]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Ene 16 14:59:42 UYT 2017


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Correspondencia de Prensa

16 de enero 2017

Boletín Informativo

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Uruguay

La mitad de la población no posee riqueza

Natalia Uval

La Diaria, Montevideo, 13-1-2016

https://ladiaria.com.uy/

La riqueza financiera y la riqueza empresarial son las que explican en mayor
medida la desigual distribución de la riqueza en Uruguay. La riqueza
inmobiliaria, aunque mejor distribuida, se alcanza en edades tardías, y las
mujeres concentran menos riqueza que los hombres en todos los tramos de
edad. Estas son algunas de las conclusiones de la tesis de maestría en
Economía defendida por Mauricio De Rosa a fines del año pasado en la
Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la
República, que estudia la distribución de la riqueza en Uruguay a partir del
método de la capitalización.

El trabajo hace una estimación del nivel, la composición y la distribución
personal de la riqueza neta en Uruguay en 2012 a partir de los ingresos
provenientes de la riqueza que poseen los individuos. Como fuentes de
información se utilizaron los registros tributarios y fuentes de información
secundaria que combinaron registros administrativos de propiedades y
encuestas de hogares.

Una de las primeras conclusiones que surgen del estudio es que en Uruguay la
riqueza está mucho más concentrada que el ingreso. Mientras que en 2012, la
distribución de ingresos arroja un índice de Gini de 0,5 -según un estudio
de los economistas Gabriel Burdin, Andrea Vigorito y De Rosa-, la
distribución de la riqueza presenta un índice de Gini de 0,8, según el
análisis realizado por De Rosa.

La mitad de la población no posee riqueza. El 10% más rico acumula 62% de la
riqueza neta total, el 1% concentra 26%, y el 0,1% acumula 14%. Esto
significa que aproximadamente 25.000 personas poseen más de un cuarto de la
riqueza neta total, y que 2.500 personas poseen casi 14%. De Rosa señala
que, en términos de comparación internacional, estos resultados son
similares a las estimaciones realizadas para Reino Unido, donde el 1% más
rico acumulaba entre un quinto y un cuarto del total, y sustancialmente
menores a las relativas a Estados Unidos, donde ese 1% acumulaba el 60% de
la riqueza.

En cuanto al nivel de la riqueza, según las estimaciones realizadas por De
Rosa, los integrantes del 0,1% más rico acumulan en promedio cinco millones
de dólares, los integrantes del 1% más rico poseen cerca de un millón de
dólares, y el 10% de la población tiene una riqueza de aproximadamente
250.000 dólares.

La desigualdad en la distribución de la riqueza está explicada en gran
medida por la posesión de riqueza empresarial y financiera. La riqueza total
está compuesta en 87% por riqueza inmobiliaria (que incluye tanto viviendas
como tierras), en 7% por riqueza financiera, en 5,5% por riqueza empresarial
y en 0,5% por incrementos patrimoniales. De Rosa señala en su tesis que este
resultado es esperable, en parte, por el peso que tiene en general la
riqueza inmobiliaria en la riqueza total, pero también por las
características de Uruguay como país agroexportador, “donde en el factor
productivo la tierra es particularmente relevante”.

Cuando se observa la distribución de cada uno de estos tipos de riqueza por
percentiles de riqueza, se observa que la riqueza inmobiliaria está mucho
mejor distribuida que la empresarial y la financiera. Para 99% de la
población, prácticamente la única forma de riqueza poseída es la
inmobiliaria, mientras que el 1% restante, y en particular el 0,1% más rico,
acumula las dos formas restantes de riqueza. El 1% más rico acumula sólo 17%
de la riqueza inmobiliaria y concentra, en cambio, 99% de la riqueza
empresarial y 79% de la riqueza financiera. El autor concluye que la
desigualdad de la riqueza empresarial y la financiera explican más de tres
cuartas partes de la desigualdad total observada.

Hombres, y veteranos

El análisis de la distribución de la riqueza muestra las mismas
desigualdades entre sexos que se registran en estudios realizados sobre
distribución de los ingresos. La riqueza neta total de las mujeres es
siempre inferior a la de los varones, en todos los grupos de edad. “Resulta
interesante apreciar cómo la diferencia entre varones y mujeres se
acrecienta conforme crece la edad, hasta aproximadamente los 60 años, donde
comienza a reducirse. Esto puede deberse, por ejemplo, a que, en virtud de
las diferentes tasas de mortalidad entre los sexos, las mujeres viudas vean
incrementado su patrimonio ante la muerte del esposo”, señala De Rosa en el
estudio.

La balanza de la riqueza también se inclina en favor de los más viejos
frente a los más jóvenes. La desigualdad en la distribución de la riqueza
cae a medida que la edad crece, con excepción del intervalo de 60 a 70 años.
“Parte de la explicación de esta marcada tendencia se encuentra asociada a
que el número de poseedores de riqueza aumenta conforme crece la edad”,
sostiene De Rosa.

Los poseedores de riqueza inmobiliaria son en mayor medida quienes se ubican
en los tramos etarios de entre 55 y 59, y mayores de 70. Recién en los
tramos etarios a partir de los 55 años se registra que casi la mitad de la
población de esos segmentos es poseedora de riqueza inmobiliaria. En el caso
de los menores de 40 años, menos de 2% de esos segmentos es poseedor de
riqueza inmobiliaria.

Los poseedores de riqueza financiera se ubican mayormente en los tramos
etarios de 45 a 64 años, al igual que sucede con la riqueza empresarial,
aunque esta última también se registra en importante medida en el tramo
etario de 40 a 44 años.

Finalmente, el estudio compara la distribución de la riqueza con la
distribución de los ingresos, y concluye que, en promedio, los grupos de
altos y muy altos ingresos poseen también los niveles de riqueza más
elevados. En el 1% de mayor riqueza, 85% se encuentra en el percentil de
mayores ingresos, y más de la mitad en el 1% superior. “Es decir, la mitad
de los miembros del 1% de mayor riqueza son también miembros del 1% de
mayores ingresos”, señala De Rosa.

El autor concluye subrayando que el 0,1% de la población de mayor riqueza en
Uruguay tiene control sobre más de la mitad de la riqueza financiera y más
de 90% de la riqueza empresarial. “Estas formas de riqueza (especialmente la
empresarial) dan cuenta de control sobre procesos económicos. Es decir que
un conjunto muy acotado de personas, que en el caso del 0,1% supera apenas
los 2.500, posee control sobre la mayoría de la riqueza uruguaya asociada
directamente con el poder de decisión sobre la economía”, advierte De Rosa.
“Si consideraciones tan antiguas como las de Adam Smith respecto de la
asociación entre riqueza y poder siguen siendo ciertas, entonces los
resultados aquí presentados sugieren que el poder económico está fuertemente
concentrado en Uruguay”, agrega. De Rosa también cita al padre del
liberalismo económico al comienzo de su tesis, con una frase de La riqueza
de las naciones: “La riqueza, como dice Mr. [Thomas] Hobbes, es cierta
especie de poder”.

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