Palestina/Gaza/ El infierno de la vida cotidiana tras diez años de bloqueo [Julien Salingue]
Ernesto Herrera
germain5 en chasque.net
Dom Jul 23 10:38:10 UYT 2017
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Correspondencia de Prensa
23 de julio 2017
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Palestina/Gaza
El infierno de la vida cotidiana tras diez años de bloqueo
Julien Salingue
Hebdo L’Anticapitaliste, 20-7-2017
https://npa2009.org/
Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur
http://vientosur.info/
El pasado 11 de julio, las Naciones Unidas publicaban un informe titulado
“Gaza, 10 años después”, consagrado a la situación económica, social y
humanitaria en el enclave palestino sujeto al bloqueo israelí. Una
constatación y cifras abrumadoras.
“La idea es poner a los palestinos a dieta, pero no hacerles morir de
hambre”, explicaba en 2006 Dov Weisglass, entonces consejero del Primer
Ministro israelí Ariel Sharon. Hamas acababa de ganar las elecciones
legislativas y el gobierno israelí había decidido tomar medidas de
represalia contra la población palestina, entre otras estrechar el cerco
alrededor de una Franja de Gaza ya aislada. Un año más tarde, era
oficialmente decretado el bloqueo de Gaza, con el cierre de los puntos de
paso y restricciones draconianas sobre las exportaciones y las
importaciones.
Una economía devastada
La Franja de Gaza, pequeña banda costera (365 km2) sobrepoblada cuya
población en su gran mayoría está compuesta de personas refugiadas, es desde
hace decenios una zona particularmente pobre y no viable económicamente. La
economía gazatí es no solo dependiente de la posibilidad de exportar sus
producciones y de importar todo lo que no puede ser fabricado allí, sino
también de las autorizaciones concedidas a las personas trabajadoras de Gaza
para ir a Israel a ejercer allí una actividad. En 1987, eran 80 000
trabajadores y trabajadoras quienes atravesaban diariamente el punto de paso
de Eretz, una cifra que no ha dejado de bajar desde entonces, para alcanzar
el cero.
El control sobre las importaciones y las exportaciones no comenzó en 2007,
pero tomó un curso particulármente dramático desde la puesta en pie de forma
oficial del bloqueo, puesto que las únicas terminales por las que pueden
transitar las mercancías se encuentran bajo control israelí. Debido a las
restricciones impuestas por la potencia ocupante, la actividad económica no
ha dejado de caer. Las cifras de la ONU ilustran este ahogo: el PIB por
habitante está evaluado en 1 038 $ (contra alrededor de 5 000 $ en
Cisjordania y 38 000 $ en Israel), y la tasa oficial de paro alcanza ya el
42% (60% entre la juventud y el 64% entre las mujeres).
Supervivencia cotidiana
Las restricciones sobre las importaciones, en particular sobre los
materiales de construcción, tienen igualmente consecuencias sobre las
infraestructuras de la Franja de Gaza, a fortiori, en la medida en que esta
última sufre regularmente bombardeos devastadores del ejército israelí. Así,
de los 274 guarderías destruidas o dañadas en la ofensiva de 2014, 181
necesitan aún ser puestas en estado de ser utilizadas. Las infraestructuras
hospitalarias no permiten atender a una población que crece rápidamente:
desde 2010, el número de camas de hospital ha pasado de 1,8 a 1,58 por 1 000
habitantes, el número de médicos de 1,68 a 1,42 y la tasa de supervivencia a
los cánceres de pecho ha pasado del 59% al 46%.
Más llamativo quizás, las cifras relativas al acceso al agua y a la
electricidad muestran de otra forma la transformación de la vida
(supervivencia) cotidiana de los y las gazatíes. El acceso a la electricidad
está limitado a alrededor de tres o cuatro horas por día (a horas
variables), lo que paraliza no solo la actividad económica, sino también
numerosas actividades sociales e impide el uso, entre otras cosas, de
refrigeradores, congeladores, climatizadores, ascensores, etc. Cuando más
del 98% de la población gozaba de un acceso diario al agua potable en 2000,
esta cifra ha caído a menos del 10% hoy, y la ONU estima que a finales de
año no habrá ya agua potable en las reservas naturales de Gaza que quedará
entonces totalmente dependiente de las importaciones.
Poner fin al bloqueo
En la Franja de Gaza, son así más de dos millones de personas, el 43% de
ellas menores de 15 años, las que intentan sobrevivir en un verdadero
infierno. Las tímidas reacciones al informe de la ONU y, peor aún, los
comentarios según los cuales las responsabilidades de la tragedia actual en
Gaza estarían repartidas entre Israel, Hamas y la Autoridad Palestina,
muestran la necesidad de recordar una verdad sencilla: nada puede justificar
el bloqueo ilegal e inhumano impuesto por Israel, con la complicidad de
Egipto, a los y las gazatíes.
Las rivalidades de poder entre Hamas y la Autoridad Palestina, sus prácticas
autoritarias, la corrupción de sectores enteros de la dirección del
movimiento nacional pueden y deben ser criticadas, pero no son en ningún
caso argumentos para legitimar la negación de derechos de la que es víctima,
colectivamente, el pueblo palestino, en Gaza y otras partes. Una evidencia
que no dejaremos de repetir, junto a todas las personas que se niegan a
abdicar de su solidaridad con un pueblo víctima de una injusticia histórica
que dura demasiado.
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