Uruguay/Mujeres/ Tenemos un problema: se llama violencia de género [Denisse Legrand]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Nov 25 19:28:40 UYT 2017


  _____

Correspondencia de Prensa

25 de noviembre 2017

Boletín Informativo

https://correspondenciadeprensa.wordpress.com/

redacción y suscripciones

germain5 en chasque.net

  _____

Uruguay/Mujeres

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

Tenemos un problema: se llama violencia de género

Denisse Legrand

La Diaria, 25-11-2017

https://findesemana.ladiaria.com.uy/

En América Latina matan a 12 mujeres por día en casos de violencia de
género. Sí, de género. Porque “no es sólo violencia”, existe una relación de
dominación de los varones hacia las mujeres que hace que que nos maten por
nuestro género sea algo más común de lo que quisiéramos.

La violencia existe desde que el mundo es mundo. Pero siglos de vida en
sociedad nos permiten diferenciar los distintos tipos de violencia para
tipificarla y buscar estrategias para abordar cada una de ellas. Porque no
es lo mismo encontrar la muerte por azar en la calle que ser asesinada por
un varón con el cual probablemente tengamos (o hayamos tenido) una relación.

A nadie se le ocurre cuestionar que la “violencia en el fútbol” es
“violencia en el fútbol” y por ende merece un abordaje específico acorde a
sus características. Lo mismo con otros tipos de violencia. Sin embargo,
cuando se habla de violencia de género se desata un aluvión de
cuestionamientos. Señal que demuestra cuánto tenemos que trabajar para
comprender esta problemática.

Las niñas, los niños y las mujeres están comprendidos dentro de la violencia
de género. Los niños varones entran en esta categoría porque tiene que ver
con el rol del autor, con la relación de poder que tiene el agresor con la
víctima.

Hay quienes confunden (o quieren inducir a la confusión de) feminismo con
machismo. El feminismo propone la equidad de género, la igualdad de
oportunidades para varones y mujeres. Fomenta la liberación de la mujer y
del varón de los roles que les son impuestos intentando eliminar las
jerarquías para disminuir las desigualdades entre los sexos. El machismo en
cambio parte de la base de que el varón es superior a la mujer por
naturaleza. Esta ideología genera discriminación, desprecio y violencia
hacia las personas que cree inferiores. Aparece todos los días, en las
pequeñas prácticas y en las enormes desigualdades. Está presente en varones
y mujeres. Y hay una diferencia sustancial entre ambos conceptos: el
machismo mata.

Para comprender el fenómeno de la violencia de género tenemos que pensarnos:
¿cuántas veces te gritaron en la calle esta semana?, ¿te ofrecieron “hacerte
un hijo” desde algún camión?, ¿cuántos desconocidos te contaron cuánto les
gustaría que les practiques sexo oral?, ¿en tu niñez —o adultez— te dijeron
que no podías hacer algo porque no correspondía con tu género?, ¿te pidieron
sexo como peaje?, ¿cuántos desconocidos te mostraron sus genitales sin que
quisieras?, ¿te siguieron alguna vez en la calle?, ¿cuántas veces asumieron
que no sos quien va a pagar la cuenta?, ¿cuántas veces el mozo te dio
cruzado el refresco cuando habías pedido alcohol?, ¿le avisás a alguien que
llegaste a tu casa?, ¿te obligaron a tener sexo?, ¿sentiste que no te podías
separar porque dependías de la otra persona?, ¿cuántas veces tuviste miedo
de que tu pareja o ex pareja te pegue?, ¿y de que te mate?

Las respuestas a estas preguntas van a estar siempre condicionadas por
nuestro género. Porque no es lo mismo habitar el mundo como mujer que como
varón. La desigualdad es parte de nuestras vidas. No se trata de inventar
fantasmas y construir enemigos. No es mujeres contra varones. Nos precisamos
juntos. Varones y mujeres haciendo frente a la violencia de género.

Según la Organización Mundial de la Salud, la violencia hacia las mujeres es
una pandemia. Una de cada tres mujeres en el mundo ha pasado por situaciones
de violencia física o sexual. En la mitad de los homicidios de mujeres a
nivel mundial el responsable es un conocido. En el caso de los varones,
solamente 6% son asesinados por alguien que los conoce.

Uruguay no es la excepción. Cada 13 días matan a una mujer. Siete de cada
diez uruguayas dicen haber vivido situaciones de violencia de género en su
vida. Según el Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad del
Ministerio del Interior, en lo que va del año hubo 24.454 denuncias por
violencia doméstica. Son 79 denuncias por día. Una cada 17 minutos. Otras
tantas se sabe que no se hacen. La violencia doméstica se define por una
relación de intimidad o de convivencia familiar. Aunque es el delito más
denunciado después del hurto, aún no es comprendido como un problema de
seguridad pública.

80% de las denuncias son realizadas por mujeres, 20% por varones. Los datos
sobre homicidios de mujeres del último año aportan elementos contundentes
para entender que no estamos hablando de locos sueltos y hechos aislados. No
nos mata cualquiera. Nos matan siglos de cultura machista. Nos matan los
tipos de los que nos enamoramos, los que nos dejaron de gustar. Nos matan
los padres de nuestros hijos. 62,2% de los asesinatos de mujeres de este año
fueron en casos de violencia doméstica. 8,9% fueron asesinadas en agresiones
sexuales. Solamente 15,6% no tenían relación con su homicida. 13,3% de los
casos corresponden a muertes en rapiñas, hurtos y copamientos, que son los
delitos que acaparan la atención cuando hablamos de seguridad.

En 44,4% de los homicidios de mujeres el responsable fue la pareja o ex
pareja. En 17,8% de los casos el asesino fue un familiar, 13,3% fueron
asesinadas por un amigo o conocido y del restante 8,9% no hay datos. 96,6%
de los homicidios sucedieron dentro del hogar, el resto en la calle. 34% de
ellas había hecho alguna denuncia. Una de cada cinco mujeres muertas tenía
menos de 14 años. En la mayoría de los casos (95,6%) los asesinatos fueron
cometidos por varones. El promedio de edad de los homicidas es de 45 años.
56.5% fueron procesados, el resto se mataron.

La última semana en Uruguay será recordada desde el dolor y la indignación.
La desaparición, el abuso y asesinato de dos niñas nos estremece. Valentina
no llegó a buscar a su hermano. Brissa no llegó a la escuela. Hace unos
meses a Felipe Romero le cortaron la ilusión de jugar al fútbol. Otro niño
fue asesinado este año en un caso de violencia doméstica. Ninguno de ellos
va a llegar al liceo. Seguro soñaron con enamorarse, con picarla y hacer un
gol, con habitar el mundo adulto. Pero nada de eso va a pasar. Se cruzaron
con alguien que no se los permitió. A estas niñas y niños los mataron
varones que convirtieron sus pequeños cuerpos en objetos de deseo. No son
los primeros; si no transformamos esta rabia en lucha, no van a ser los
últimos.

Nelly, Lucielle, Lorena, Valeria, Carmen, Manuela, Melina, Silvia, Marta,
Ofelia, Alicia, Yessica, María Cristina, Fernanda, Sonia, Karin, Loreley,
Susana, Verónica, Patricia, Yanina, Claudia y Carina son las 24 mujeres que
murieron por delitos de género este año. Ninguna se va a poder indignar
cuando digan que las próximas que van a matar se lo buscaron, que iban solas
o todas esas excusas que aparecen para defender lo indefendible.

La historia ahora es sabida. Van a pedir más cárcel. Aparece la pena de
muerte como opción. Como si eso cambiara algo. Como si no estuviera
demostrado que las penas no son disuasivas. Como si alguien que toma la
decisión de matar a una niña, a un niño o a una mujer que probablemente
conoció vaya a cambiar su conducta pensando en el después. Como si la mitad
de los casos no terminaran en suicidio. Como si tener el homicidio como
política fuera a reducir la violencia.

Hay que asumir que lo que único que pretendemos con estas propuestas es
causar dolor. Que el castigo los atraviese para que “paguen” por lo que
hicieron. Que el dolor que generaron les vuelva y los destroce. Cuánto
lastimen a esos varones no cambia qué tan expuestas están las niñas, los
niños y las mujeres cotidianamente a la violencia. ¿Y cuando terminemos de
desearles que los hagan mierda? ¿Cómo vamos a hacer para que estos tipos
cambien su conducta delictiva y dejen de generar daños? ¿Qué vamos a hacer
para que no haya más tipos como estos? ¿Cómo vamos a hacer para que no haya
más pibas muertas?

Tenemos que hacer foco en el problema. El género no puede ser destino. Es
preciso deconstruir el machismo y la violencia de los que creen que otros
cuerpos les pertenecen. Aunque sabemos que el empoderamiento femenino
despierta el rechazo del conservadurismo y que el rechazo se traduce en
violencia, tenemos que criar niñas libres y empoderadas. También varones
igual de libres que no hagan uso de la violencia.

Hoy es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las
Mujeres. Hoy varones y mujeres nos vamos a movilizar para transformar en
lucha el dolor que nos atraviesa. Desde la responsabilidad, para que la
violencia no sea la norma. Porque mañana tenemos que seguir saliendo a la
calle. Porque las pibas tienen que llegar a la escuela. Porque las mujeres
tienen que poder decir basta.

  _____





---
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus


------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20171125/affb4c28/attachment.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa