México/ Esperando a Andrés Manuel López Obrador [Manuel Aguilar Mora]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Feb 27 20:07:44 UYT 2018


  _____

Correspondencia de Prensa

27 de febrero 2018

Boletín Informativo

 <https://correspondenciadeprensa.wordpress.com/>
https://correspondenciadeprensa.wordpress.com/

redacción y suscripciones

 <mailto:germain5 en chasque.net> germain5 en chasque.net

  _____

México

Esperando a AMLO *

Manuel Aguilar Mora

Ciudad de México, 26-2-2018

La oportunidad de AMLO

Encuestas tras encuestas vienen señalando desde hace meses las preferencias
de una mayoría de mexicanos por la candidatura presidencial de Andrés Manuel
López Obrador (AMLO). A seis semanas de que según el barroquismo del INE
(Instituto Nacional Electoral) se inicien formalmente las campañas de los
candidatos presidenciales esa posición de favorito se mantiene como lo
demuestra la encuesta publicada hace una semana por el diario Reforma, en
donde se señala que AMLO aventaja por diez puntos a Ricardo Anaya el
candidato del frente conformado por el PAN (Partido de Acción Nacional) y el
PRD (Partido de la Revolución Democrática) que ocupa el segundo lugar y
quien a su vez aventaja a José Antonio Meade, “el candidato priista que no
es priista” como irónicamente se le conoce, por más de 14 puntos colocado
muy abajo en el tercer lugar.

La subida de AMLO en las preferencias de los posibles votantes viene
experimentando un impresionante ascenso que abarca hasta el norte del país,
hasta 2012 considerado tradicionalmente un bastión del panismo. Tanto en las
elecciones presidenciales de 2006 como en las de 2012, AMLO quedó en un
lejano tercer lugar en el estado de Nuevo León sede del poderoso grupo
financiero de la ciudad de Monterrey. En ambos casos los candidatos del PAN,
Calderón en 2006 y Vázquez Mota en 2012 lo aventajaron con mucho. Las
señales para el 1° de julio señalan una situación muy diferente: ahora es
AMLO quien aventaja con mucho a Meade y a Anaya quienes lo siguen en ese
orden en una encuesta realizada en noviembre pasado en la entidad. (Proceso,
18.02.2018). Aunque esta encuesta fue realizada con una muestra pequeña, sus
resultados sorprendentes sí han sido considerados como posibles teniendo en
cuenta el clima en que está terminando el infame sexenio de Peña Nieto.

El posicionamiento de la candidatura de AMLO como el favorito de los
votantes ha sido una característica que no es nueva. Tanto en 2006 como en
2012 gozó de esa posición. En el primer caso fue en el cierre, al final de
la campaña que Calderón, apoyado no sólo por su partido sino por corrientes
priistas, le arrebató la victoria a AMLO por un margen pequeñísimo que de
inmediato fue considerado como la consecuencia de una maniobra fraudulenta.
En 2012 para lograr el triunfo de Peña Nieto la campaña priista se
desarrolló con tantos recursos que cuando éste logró encumbrarse con el
primer lugar en las encuestas precisamente meses antes de la cita electoral
AMLO no pudo ya alcanzarlo. Fue la operación de las tarjetas Soriana y de
los acarreos y compra de votos descarada que llevó a Peña Nieto a la
presidencia.

La situación ha cambiado radicalmente en 2018. Ahora es muy difícil que
Anaya, quien se ha colocado como el competidor más fuerte de AMLO, alcance a
éste. El derrumbe estrepitoso de Meade, el candidato priista que no es
priista, que ha descendido a un lejano tercer lugar en todas las encuestas,
es la consecuencia directa del desastroso gobierno de Peña Nieto. Con el
castigo electoral al PRI se vislumbran rupturas en este partido ya
anunciadas precisamente con la operación de haber elegido como candidato a
un personaje que nunca fue priista, elocuentísima señal de la impopularidad
y caída en picada de este partido.

AMLO se beneficia de una situación en la que el hartazgo de treinta años de
reformas y contrarreformas neoliberales han producido pobreza, inseguridad,
violencia, estancamiento económico, un cierre de perspectivas de progreso y
bienestar para la abrumadora mayoría de la población y en la cual aparecen
como principales responsables los dos partidos PRI (Partido Revolucionario
Institucional) y PAN (el PRIAN) a los que enfrenta el Movimiento de
Regeneración Nacional (Morena) de AMLO. Consciente de la oportunidad enorme
que se le presenta y dispuesto a ser considerado como el hombre adecuado
para sortear la situación tan difícil que se ha producido después de tres
décadas de gobiernos descaradamente al servicio de los grandes capitalistas,
banqueros y financieros, nacionales y extranjeros, AMLO ha cambiado
radicalmente su discurso para acercarse y ser considerado un estadista
confiable en los altos círculos de las cumbres económicas en donde se
encuentran muchas de las palancas decisivas del poder.

“El cambio de régimen”

El repunte indudable de AMLO lo perciben incluso muchos de sus antiguos y
conspicuos enemigos. Por ejemplo el publicista político de la campaña de
Calderón, forjador del epíteto “AMLO es un peligro para México” que tan útil
fue para el PAN y la derecha en 2006, confiesa que la situación ha cambiado
tanto que AMLO no es un peligro para México sino su salvación (¡?!).
Consideran lo mismo muchos conspicuos personajes panistas y en menor medida
priistas que así lo han declarado, algunos incluso uniéndose formalmente a
Morena.

 Prominentes sectores burgueses se acercan y apoyan su candidatura. En un
reportaje sobre el particular se dice: “Durante años, en discursos y
posicionamientos públicos, López Obrador identificó a la élite de magnates
mexicanos como la “mafia del poder”. Pero en este, su tercer intento por
conseguir la Presidencia –y quizás la mejor oportunidad que haya tenido- hay
hombres de la cúpula económica en su equipo, o bien, parentela de los
magnates”. (“Los ricos de López Obrador”, Proceso, 18.02.2018). Y a
continuación se señalan los nombres de muchos de ellos: el magnate
regiomontano Alfonso Romo, Miguel Torruco Marqués, Esteban Moctezuma
Barragán,, Marcos Fastlicht, Susana Harp Helú y sigue una lista de nombres,
sin faltar la mención del hombre más rico de México, Carlos Slim, quien es
cortejado indirectamente.

 La percepción de que la carrera de AMLO por la Presidencia puede ser ya
imparable se destila ya en muchos ámbitos. En los últimos días fueron
notorias las declaraciones que reflejan las posturas de los altos jefes del
Ejército y la Armada. Las declaraciones del secretario de la Marina, el
almirante Francisco Vidal Soberón en el sentido de que las Fuerzas Armadas
están preparadas para “un cambio de régimen” a partir del 1° de julio son la
expresión manifiesta de que los militares se percatan de que los soldados de
la tropa se inclinan por el voto por AMLO, a pesar de que las relaciones de
éste con dichas jerarquías militares no son las mejores posibles. Dicho
esto, tampoco hay que inferir que AMLO ha sido especialmente crítico, y
mucho menos hostil, al Ejército, pero de todos modos los actuales jefes
militares y navales saben que “un cambio de régimen” no es lo más favorable
a sus intereses de casta.

También en el sector del magisterio, en donde reina el SNTE, el sindicato
más grande del país (cerca de dos millones de afiliados), y que ha sido un
factor fundamental en la victoria de presidentes, senadores y diputados, en
especial del PRI pero también de otros partidos, los vientos favorables a
AMLO soplan con fuerza. La defenestrada y encarcelada líder charra Elba
Esther Gordillo, cuya fuerza sigue siendo considerable entre ciertos
sectores de maestros, rebosando de resentimientos prepara su venganza contra
el PRIAN y no ha dejado dudas sobre su apoyo al dirigente de Morena.

Estas contorsiones llegan a ser casi inverosímiles pero muy reales y
operantes. Como la alianza que realizó hace unas semanas el caudillo AMLO
con el Partido Encuentro Social (PES) notorio grupo derechista vinculado a
sectores religiosos, tanto evangelistas como católicos y al que le
pertenecerá la cuarta parte de los candidatos que postulará el frente
“Juntos Haremos Historia”, nombre que lleva el bloque de Morena. El PES está
ligado con el Frente Nacional por la Familia, una organización abiertamente
vinculada a la Arquidiócesis de Jalisco, una de las más reaccionarias de la
iglesia católica en México. Aunque obviamente ciertos sectores provenientes
de la izquierda no están de acuerdo con estas maniobras obradoristas, su
peso dentro del frente es muy escaso y quedan disminuidos ante el torrente
de los más amplio de sectores cuyo hartazgo ante el PRI, el PAN y el PRD lo
determina casi todo.

Los grupos dominantes del sistema se encuentran favorecidos por el hecho de
que los tres bloques electorales burgueses de la contienda de julio próximo
son nutridos y responden a los principios de la democracia del dinero que
representa el INE. En ese aspecto los tres son iguales. Pero el desgaste de
los dos partidos directamente vinculados a la oligarquía, el PAN y el PRI,
les plantea la cuestión de que el descontento popular pueda convertirse en
desesperación y salirse del control. La aprobación de Ley de Seguridad
Interior, cuya vigencia es cuestionada por muchos y sobre la cual todavía
debe pronunciarse la Suprema Corte de Justicia, señala que se prevén
situaciones que puedan desbordar los frágiles linderos que representa una
democracia burguesa coja, tuerta y manca que será puesta a prueba el 1° de
julio. El humus de la democracia del dinero que representan los tres bloques
electorales es muy delgado como para pensar que en México ya se ha
aclimatado un parlamentarismo a la europea, ni siquiera a la sudamericana.
Las declaraciones de los jefes militares preparándose a enfrentar la
posibilidad de un presidente surgido de un nuevo partido como lo es Morena,
sin grandes vínculos con esos sectores oligárquicos hegemónicos y
tradicionales, son la expresión también de esa incertidumbre. Incertidumbre,
en efecto, es la palabra que define en gran medida la  situación que
prevalece hoy en los medios políticos oficiales.

Las alternativas

Los grupos más atrincherados en sus privilegios, acostumbrados a operar
impunemente bajo las banderas de los dos partidos tradicionales hegemónicos
de la oligarquía no están cruzados de brazos. ¿Cuáles son las alternativas
posibles que pueden poner en pie para evitar la posible victoria de AMLO? Ya
existen factores que nos pueden dar una apreciación del escenario que se
desarrollará en las campañas que comenzarán formalmente en marzo. La
alternativa que aparece con más posibilidades de representar un verdadero
desafío al torrente pro AMLO está encabezada por el multimillonario Ricardo
Anaya, el candidato de un frente del PAN con el PRD. La capacidad de este
dirigente, ex presidente del PAN, quedó demostrada en su exitosa maniobra
que significó forjar un frente con el PRD, logrando así cubrir al PAN con un
maquillaje que esconde su naturaleza derechista tradicional. Por parte del
PRD, su alianza con el PAN culmina la deriva derechista de muchos de los
sectores “progresistas” que fundaron y apoyaron a este partido desde 1988:
antiguos priistas, estalinistas, nacionalistas que han quedado en el camino
o se han derechizado por completo. El frente constituido fundamentalmente
por el PAN y el PRD, acompañados por el Movimiento Ciudadano, agrupa a los
sectores neoliberales menos comprometidos con el curso desastroso de Peña
Nieto, aunque fueron cómplices de éste al principio del sexenio. De hecho, y
este es una de sus debilidades, tanto el PAN como el PRD tuvieron que pagar
con rupturas la conformación del frente. El PAN con la fuga hacia el PRI de
un sector cercano al ex presidente Calderón, así como la salida de la esposa
de éste para hace su campaña como “independiente”. Por su parte el PRD
también vio mermar sus filas con corrientes centrífugas que se dirigieron
hacia Morena.

Como Anaya se ha colocado ya como el competidor más fuerte de AMLO, dejando
a Meade en un tercer lugar muy abajo, la ofensiva contra él se ha desatado
con el cinismo más crudo que caracteriza a los peñanietistas. Exponiendo los
negocios inmobiliarios poco transparentes de Anaya, sacados a relucir por
personajes vinculados al PRI, de inmediato la Procuraduría federal ha
encontrado a uno de sus cómplices principales que se encontraba en Estados
Unidos y amenaza con aplastar su campaña bajo una montaña de acusaciones y
criminalizaciones. Es la misma Procuraduría que se ha tardado meses en
localizar y arrestar a los pillos ex gobernadores rateros y asesinos
priistas, por ejemplo, los de Veracruz y Quintana Roo, y que todavía no
logra la extradición de Estados Unidos del archicriminal ex gobernador
priista de Chihuahua, César Duarte. No sólo eso. Precisamente en los días
que se balconeaba el escándalo de la corrupción de Anaya surgió otro que
involucra ahora directamente al “candidato priista que no es priista”. En
efecto, la Auditoría de la federación anunció un faltante que asciende a
varios miles de millones de pesos en las cuentas de la Secretaria de
Desarrollo Social durante el ejercicio en que la encabezaba la notoria
corrupta funcionaria Rosario Robles, quien fue sustituida precisamente por
José Antonio Meade en 2016. Éste ha declarado que “no sabía nada” y Peña
Nieto confortó sin sonrojarse a su colaboradora diciéndole “que no se
preocupara”. Por supuesto, ¿cómo se va a preocupar si el mismo Peña Nieto
gasta diariamente casi 20 millones de pesos en los medios de comunicación
para hacerse propaganda?

Así estamos ante lo que es la debacle del bloque formado por el PRI y sus
aliados enanos, un hecho que marcará el futuro de este partido. Vinculado
con los sectores gobernantes más corruptos e impunes, la herencia del
peñismo es apabullante: ningún presidente anteriormente había llegado a su
último año de gobierno con una carga tan pesada de impopularidad, odio y
antipatía como la que hoy soporta Peña Nieto. Este legado lo hereda “el
candidato priista no priista”, José Antonio Meade, legado del cual por más
contorsiones que haga y seguirá haciendo no podrá desembarazarse.

Sólo una reacción provocadora colosal podría revertir la caída estrepitosa
de Meade que se anuncia desde hoy. ¿Será una opción considerada en el
“cuarto de guerra” de Los Pinos para evitar la victoria de AMLO? Pero éste
ha dicho muy claramente que no intenta culpabilizar a nadie y ya amnistió a
Peña Nieto y sus cómplices más cercanos, cuyos crímenes ameritan ser puestos
bajo una investigación exhaustiva para que sean castigados. Empezando con la
desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, la estela de delitos
cometidos en el sexenio que termina es muy larga y Peña Nieto sabe que puede
ser motivo para su encarcelamiento. Este pulso entre el grupo hoy en el
poder y  la posible llegada de otro grupo con AMLO a la cabeza será decisivo
para determinar el curso de los acontecimientos antes y después de las
elecciones del 1° de julio. Es un pulso muy peligroso pero que la magnitud
de los crímenes y la impunidad del actual gobierno hacen inevitable.

Las perspectivas

En 1939 Trotsky escribía en un editorial de Clave, la revista que publicó
durante su estancia en México, las siguientes líneas refiriéndose a las
elecciones presidenciales de 1940:

 Algunos lectores nos preguntan cuál es la política de nuestra revista en la
campaña presidencial. Contestamos: Nuestra revista no toma parte en la lucha
de candidaturas. No a consecuencia, es claro, del prejuicio anarquista sobre
la no participación en la política: Adónde lleva realmente este prejuicio,
ya lo hemos visto más de una vez en Francia, en España y en México mismo.
No. Estamos por la participación más activa de los obreros en la política.
Pero por la participación independiente. En México, actualmente, no hay
ningún partido obrero, ningún sindicato que desrrolle una política clasista
independiente y que sea capaz de lanzar una candidatura independiente. En
estas condiciones lo único que podemos hacer es limitarnos a la propaganda
marxista y a la preparación del futuro partido independiente del
proletariado. (Clave. Tribuna marxista, fechada en marzo de 1939).

Casi ochenta años después podemos decir que son palabras que se aplican del
todo a la situación actual de los trabajadores y sus aliados los explotados
y oprimidos de todo México y también podemos enfatizar y repetir varias
veces, como Trotsky lo hace en el párrafo citado, la palabra independiente.

El intento no logrado de inscribir en las boletas electorales a la candidata
apoyada con el Consejo Nacional Indígena y por el EZLN, María de Jesús
Patricio Martínez, más conocida como Marichuy, plantea que este año tampoco
los trabajadores han podido presentar una alternativa independiente y de
nuevo en México no ha podido forjarse una alternativa política nacional que
represente en forma independiente y democrática a los intereses y objetivos
de los trabajadores y de sus aliados. (Véase el artículo adjunto incluido en
este Boletín.)

Sólo ha habido tres ocasiones en los últimos cien años en las que las
fuerzas socialistas y referentes de los trabajadores han logrado postular
candidaturas presidenciales independientes a los bloques burgueses: en 1976
la candidatura de Valentín Campa, conspicuo líder comunista, en 1982, las
candidaturas de Rosario Ibarra postulada por el PRT y Martínez Verdugo
postulado por el PSUM y en 1988 de nuevo la candidatura de Rosario Ibarra
del PRT.

Para los socialistas revolucionarios este es un desafío mayor. Es evidente
que la razón profunda de esta ausencia de alternativa de los trabajadores
está vinculada a la subordinación histórica del movimiento de los
trabajadores a los intereses corporativos del estado capitalista que a
través de sus partidos (en especial el PRI) lo ha controlado.  Esta
situación es la expresión política de luchas proletarias que en su mayor
parte han sido derrotadas por la combinación de los métodos represivos y la
enajenación política e ideológica de los trabajadores.

Los tiempos que vienen anuncian nuevas situaciones. Una de ellas es que el
crecimiento de las masas de trabajadores, de sus necesidades, de la
explotación recrudecida que sufren y de la acumulación de agravios, prepara
casi inevitablemente una ruptura de esta situación tan duradera. La forma de
preparase para desempeñar un papel de orientación y de superación de la
misma, tarea que justifica la existencia de los nuestros grupos socialistas,
democráticos e internacionalistas es la de no esconder nuestras ideas
programáticas, una de ellas, fundamental es que la independencia de clase
(política e ideológica) es la condición necesaria y suficiente para el
surgimiento del factor revolucionario por excelencia en la sociedad
capitalista: un proletariado consciente de sus intereses tanto presentes
como históricos como una fuerza anticapitalista, socialista.

Para nosotros en las elecciones del 1° de julio próximo no hay ningún
representante de nuestros principios, de nuestras demandas y de nuestro
objetivo socialista e internacionalista. Por eso no llamaremos a votar por
ninguno de los candidatos “registrados”. Y consideramos un error estratégico
enorme llamar y promover ilusiones en las candidaturas burguesas, en
especial de la de AMLO. No será necesario que pase mucho tiempo después de
los resultados del 1° de julio, sean ellos los que sean, para que se
demuestre la importancia de sembrar entre la vanguardia de los trabajadores
la semilla de la independencia de clase política e ideológica para que se
inicie el surgimiento de una fuerza masiva organizada consciente, libertaria
y emancipada de los trabajadores.

* El presente artículo será reproducido en lo sustancial en el Boletín
conjunto que publican el Partido Obrero Socialista (POS), la Liga de Unidad
Socialista (LUS) y la revista La Gota de Chihuahua, que circulará en marzo.
Manuel Aguilar Mora, escritor y profesor, militante de la Liga de Unidad
Socialista (LUS).

  _____





---
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus


------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20180227/470f54cb/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa