Nicaragua/ La matanza de Ortega: mayoría de los asesinados eran jóvenes menores de 25 años [Arlen Cerda]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Mayo 3 12:17:32 UYT 2018


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Correspondencia de Prensa

3 de mayo 2018

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Nicaragua



Tras dos semanas de impunidad, el país demanda una comisión internacional
independiente



La matanza de Daniel Ortega suma 46 muertos



Arlen Cerda



Confidencial, 2-4-2018

https://confidencial.com.ni/



La lista de muertos de la masacre orteguista de abril continúa creciendo a
catorce días de la primera protesta contra las reformas a la Seguridad
Social (ahora derogadas) que desataron una rebelión cívica sin precedentes
contra el Gobierno de Daniel Ortega.



Un total de 46 personas, la mayoría jóvenes menores de 25 años de edad, han
fallecido desde el 19 de abril. El más reciente que se ha confirmado en la
lista es Nelson Téllez Huete, herido de bala el pasado 20 de abril. Sus
familiares y amigos confirmaron que Téllez murió este 2 de mayo en un
hospital de Managua.



La semana pasada, a siete días de las protestas, los familiares –en su
mayoría madres– aún llegaban a las morgues para identificar cuerpos. Y a dos
semanas después del primer día de represión, otros familiares aún esperan al
pie de la cama en los hospitales, donde la orden es hacer “control de
daños”, empezando por restringir el acceso a heridos y fallecidos, incluso
de los familiares.



Jóvenes con metas y anhelos de libertad



A Franco le gustaba el rap. Pero quería una carrera y eligió Derecho, como
su hermana mayor. Para pagar la universidad, trabajaba en una carpintería, y
en sus ratos libres cantaba y grababa letras románticas o de contenido
social.  Su nombre artístico era “Renfán”. Tenía 24 años y era padre de una
niña. Franco murió en Estelí, durante la represión policial contra los
estudiantes que se manifestaban de forma pacífica, el 20 de abril, en esa
ciudad. Minutos antes de recibir un disparo, denunció que les tiraban balas
de goma.



Los enfrentamientos mortales entre estudiantes y pobladores vecinos contra
la Policía Nacional y portátiles del gobernante Frente Sandinista duraron
cuatro días consecutivos.



La noche del domingo 22 de abril, la Policía atacó las instalaciones de la
Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), el último bastión
universitario de la protesta. Desde esa noche, no se ha reportado ningún
otro enfrentamiento entre estudiantes, pero la lista de muertos que incluye
a Franco seguía creciendo una semana después.



La mayoría de los muertos son estudiantes. Eran de secundaria o
universitarios. Otros trabajaban en zonas francas o comercios
independientes. Igual que Franco, tenían metas y pasiones. Igual que Franco,
varios también eran padres.



El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) registra un total de 45
muertes, de las cuales CONFIDENCIAL ha confirmado 44, y ha registrado otras
dos. Mientras, la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) mantiene su
cifra de 63 personas, entre las cuales nuestro equipo periodístico ya ha
descartado una docena.



Cinco de los fallecidos eran menores de 17 años



El menor de los jóvenes fallecidos en las protestas es Álvaro Manuel Conrado
Dávila, de 15 años de edad. Pero él no es el único menor de 18 años. Álvaro
cursaba la secundaria en el Colegio Loyola, de Managua. Álvaro recibió un
disparo en la garganta en el sector de Metrocentro, durante el segundo día
consecutivo de protestas.



Álvaro Manuel Conrado Dávila, estudiante del Colegio Loyola, asesinado a los
15 años de edad. | Confidencial



Con el dinero de su merienda había comprado agua para llevarla a escondidas
a los jóvenes reprimidos cerca de la Catedral. Familiares, amigos y la
comunidad educativa del Loyola le rindieron una emotiva despedida con una
misa de cuerpo presente en la iglesia Santo Domingo de Guzmán.



Solo un año mayor que Álvaro, el joven José Abraham Amador, de 16, falleció
en Masaya durante los enfrentamientos cerca del Mercado de Artesanías. Era
estudiante del cuarto año de secundaria y un disparó le perforó los
pulmones.



Abraham Amador, había estudiado en el Colegio Salesiano Don Bosco, de
Masaya. Confidencial | Facebook



A Jesner José Rivas, también de 16 años, también lo mataron de un disparo,
en Managua. Sus familiares denunciaron ante el Cenidh que según la versión
oficial él fue herido con un arma blanca. Sin embargo, aseguran que recibió
un disparo. Jesner cursaba el sexto grado de primaria. Fue herido mientras
ayudaba con un grupo de vecinos en la defensa del saqueo a un supermercado
en el barrio La Fuente.



Richard Antonio Pavón Bermúdez, de Tipitapa, solo acaba de cumplir 17 años.
La vicepresidenta Rosario Murillo afirmó el 19 de abril, por la noche, que
él era miembro de la Juventud Sandinista. Sin embargo, en su cuenta de
Facebook, la foto de perfil que Richard publicó ese mismo día era una arte
con la bandera Azul y Blanco y la inscripción: “Porque la Patria te
necesita, no la abandonés”.



Los familiares de Richard no quisieron dar declaraciones a los medios de
comunicación, pero sus amigos aseguraron que él no militaba en ningún
partido. Cientos de ellos, comentaban en su perfil el dolor y consternación
por su muerte y con diferentes fotografías y comentarios se despedían de él.
Le gustaban las comparsas.



Carlos Alberto Bonilla López, de 17 años, vivía en Ciudad Sandino y era el
menor de tres hermanos. Estudiaba cursos libres de caja e inglés. Su madre
Idalia López es originaria de Bluefields, donde conservan la familia
materna, encabezada por la abuela Eudomilia Pérez, mejor conocida en la
ciudad caribeña como “doña Eudo”. En el video de cuando fue herido, se ve a
varios jóvenes consternados, subiendo su cuerpo a una mototaxi. Murió en el
Hospital Lenín Fonseca.



Al periodista blufileño Ángel Eduardo Gahona, de 42 años, le dispararon
mientras transmitía en vivo los daños causados por un enfrentamiento entre
ciudadanos y policías. Testigos afirman que fue la Policía. Dirigía su
propio medio de comunicación El Meridiano y colaboraba con notas sociales
para los canales oficialistas 6 y 8.



Estudiantes de secundaria y universitarios asesinados



Harlinton Raúl López García, de 19 años, falleció en el sector de la
Universidad Nacional de Ingienería (UNI), en Managua, donde también vivía y
estudiaba, confirmaron familiares y amigos. Trabajaba en una empresa de
diseño gráfico. Era originario de Siuna.



Marlon Manasés Martínez Ramírez, de 20 años, vivía Ciudad Sandino. Era
Estudiante de secundaria y fue herido mientras participaba en las protestas
de la UNI. Lo trasladaron al Hospital Lenín Fonseca, donde falleció.



Michael Humberto Cruz Sánchez, de 29 años, murió la mañana del viernes
durante un enfrentamiento entre estudiantes de la Upoli y policías
antimotines. Cruz fue herido en el pecho y la cabeza. Los jóvenes que lo
auxiliaron abrieron su camisa para darle asistencia y reaccionaron con
desconsuelo y rabia, al ver la parte baja de su tórax con graves heridas que
lo desangraban. Vivía en Waspán Sur.



Los miembros de la Cruz Roja que atendieron a Moroni Jacob López García, de
22 años, confirmaron su muerte por impacto de bala, cerca de Metrocentro.
Vivía en Ciudad Sandino, donde fue velado. En la mañana había participado en
el levantamiento de una barricada. También trabajaba como jardinero de medio
tiempo en una parroquia.



Orlando Francisco Pérez Corrales, de 23 años, era estudiante de ingeniería
en Energías Renovables, en la Facultad Regional Multidisciplinaria (Farem),
de Estelí, y participaba en la Pastoral Juvenil de la iglesia Católica.
Recibió un disparo en la frente. Era hijo de una familia de guerrilleros de
Estelí.



Franco Valdivia Machado, también de 24 años y de Estelí, estudiaba Derecho
en la Universidad Internacional de la Integración de América Latina
(Unival). El jueves 19 de abril, por la noche, se reunió con un grupo de
amigos para protestar en contra de las reformas del INSS. Minutos antes de
recibir un disparó en la cabeza había declarado a la Radio ABC Stereo:
“Estábamos en una protesta pacífica y vinieron a dispararnos”, mientras
mostraba una bala de goma en sus manos. Tenía una niña de cuatro años y
componía y cantaba rap.



Cristhiam Emilio Cadenas, de 23 años, era estudiante de Agroecología en la
UNAN León, y miembro activo del CUNN. Su cuerpo, sin piernas, manos ni
dentadura y calcinado fue descubierto en uno de los baños de Billares
Lezama, uno de los siete negocios incendiados la noche del viernes 21 de
abril en la ciudad universitaria. Sus familiares reconocieron su cadáver por
indicios menores, como una faja y una pañoleta con el nombre bordado de su
novia, aunque no está claro como esas pertenencias, pero no sus huesos ni su
dentadura resistieron el fuego.



Sobre Axel Yuriel Bonilla Romero, de 27 años, hay poca información. Sus
familiares se han negado a comentar qué hacía y cómo murió. Una hermana se
limitó a confirmar al Cenidh su muerte. La CPDH y la ANPDH también lo
incluyen en su lista de muertos confirmados.



Regresaban del trabajo a sus casas



Darwin Manuel Urbina Urbina, de 28 años, fue el primer muerto confirmado. Le
dispararon en el sector de la Universidad Politécnica (Upoli), el jueves 19
de abril. Primero aseguraron que era estudiante universitario. Luego que era
activista del FSLN. Sus familiares afirman que trabajaba en un supermercado
y regresaba a su casa durante la represión policial. Le dispararon en el
cuello. Era el mayor de cuatro hermanos.



Kevin Josué Rivas González fue herido durante las protestas cuando regresaba
de su trabajo. Un familiar aseguró que él no estaba participando en nada,
aunque sí compartía informaciones en sus redes sociales. Estaba en coma en
el Lenín Fonseca y falleció el 23 de abril.



Izmael José Perez Vílchez, de 32 años, trabajaba en una ferretería. Murió en
el barrio La Fuente, de Managua, de un disparo en la mandíbula, el domingo
22 de abril. Su madre, María Ramona Vílchez, denunció su asesinato en el
Cenidh.



Juan Carlos “Kayko” López Martínez, de 24 años, murió en Ciudad Sandino, de
un disparo en el pecho. Trabajaba en una tienda de reparación y venta de
celulares.



Marcos Antonio Samorío Anderson, de 30 años, trabajaba en una empresa
agrícola. Estaba desaparecido desde el sábado 21 de abril, cuando recibió
tres disparos durante un plantón por el sector de El Zúmen. Sus familiares
lo encontraron muerto en Medicina Legal. Era padre de un niño de 7 años.



La tía de Marcos Samorio levanta un retrato de su sobrino, asesinado el 20
de abril por grupos de choque a favor del régimen de Daniel Ortega. Foto:
Fred Ramos



Carlos Manuel Sandino Hernández, de 39 años, trabajaba en una tienda de
cuero en el barrio Fátima, de Masaya. Recibió un disparo en la espalda,
cuando iba para su casa. Sus familiares aseguran que él no estaba
participando en las protestas.



Asesinados mientras apoyaban protestas con víveres o barricadas



Erick Andrés Cubillo Solís, de 36 años, estudió en la Universidad Nacional
de Ingeniería (UNI) y en diciembre de 2017 comenzó a trabajar como liniero
de transmisión en la Empresa Nicaragüense de Transmisión Eléctrica
(Enatrel), según su historia pública en Facebook. A través de la misma red,
su hermana Martha Cubillo confirmó su muerte y recordó que tenía una niña de
dos años de edad.



Un video muestra a Cubillo inconsciente, cuando cayó después de tres
disparos en su espalda y costados. Estudiantes de medicina y otros
universitarios lo cargan sobre una improvisada camilla hecha con una loza de
concreto, le practican primeros auxilios, pero reciben disparos y deben de
seguir corriendo dentro de la universidad. “No tiene pulso, tenemos que
movernos”, dice uno de los médicos.



Alvis Yamil Molina Hodgson, de 35 años, le gustaba el baloncesto. Trabajaba
en una imprenta y era padre de dos niños. Según los reportes de amigos y
vecinos, Alvin recibió un disparo de parte de miembros de la Juventud
Sandinista en el barrio Batahola Norte, de Managua, cuando apoyaba de forma
pacífica una “protesta de cazuelas”, el 21 de abril.



Lester Adán Vindell Picado, de 37 años, murió cuando llevaba ayuda a los
estudiantes de la Upoli



A Danny Stanley Rivas, del barrio Ayapal, le dispararon con una escopeta
cerca de los semáforos del barrio Rafaela Herrera, cuando apoyaba las
protestas en el sector de la Upoli.



Roberto Carlos García Polanco, de 40 años, resguardaba un supermercado junto
a unos vecinos, y fue herido de bala, por un grupo de antimotines que
disparó desde una camioneta. Ellos mismos se lo llevaron y sus vecinos y
familiares no sabían de él. Luego encontraron su cuerpo en el Instituto de
Medicina Legal. Era hijo de crianza de Francisco López, vicepresidente de
Albanisa y terorero del FSLN.



Durante días, Edwin Bismarck Gómez, de 33 años, había participado en las
protestas y el domingo 22 de abril se fue a la Upoli cuando se enteró que
atacaban el recinto. Recibió dos disparos y estuvo en la Unidad de Cuidados
Intensivos (UCI) del Hospital Alemán. Estuvo en UCI del Alemán. Recibió dos
disparos. Era padre de cuatro niños.



A Jonathan Steven Valerio López, de 20 años, le dispararon cuando
participaba en las protestas frente al Hospital Manolo Morales. Trabajaba
como soldador.



Hammer Joel García Salinas, de19 años, trabajaba en una zona franca y jugaba
fútbol. Murió de un disparo durante una protesta en Tipitapa, el sábado 21
de abril.



Jasson Antonio Chavarría Urbina, de 24 años, fue golpeado y fulminado a
balazos durante las protestas del primer fin de semana en Ticuantepe.
Trabajaba en una mototaxi.



Nesken Eliezer Velásquez, de 27 años, murió de un balazo durante las
protestas en Mateare. Testigos aseguran que quien le disparó fue un celador
de la Alcaldía Municipal.



Geovani Sobalvarro Altamirano falleció en Sébaco, Matagalpa. Según testigos
de su muerte, recibió varios disparos de escopeta que perforaron sus
pulmones y riñones. Mientras trataban de preparar su cuerpo, policías y
supuestos concejales del FSLN dispararon dentro de la casa en el Barrio
Nuevo e hirieron a otras dos personas. Le gustaban el futbol y el baloncesto
y era miembro de la “barra brava” de esa ciudad, que le rindió homenaje tras
confirmar su muerte.



Álvaro Gómez Navarro, de 23 años, murió el 20 de abril en Monimbó, Masaya.
Estudiaba Banca y Finanzas en el RUCFA, de la UNAN – Managua, y trabajaba en
una zona franca. Es hijo del profesor Álvaro Gómez, del Instituto Central
Dr. Carlos Vega Bolaños, de esa misma ciudad, un reconocido exguerrillero
que perdió la pierna durante la guerra.



Jairo Mauricio Hernández Useda, también de Masaya, murió de un disparo en la
cabeza, durante un enfrentamiento cerca del Mercado de Artesanías. Tenía 24
años de edad.



Prolongada agonía en hospitales



Darwin Elías Medrano Pérez, de 22 años, vivía en Managua y era originario de
León. Fue baleado el domingo por la Policía, durante la represión contra los
estudiantes de la Upoli. Falleció tras pasar dos días en coma en el Hospital
Lenín Fonseca.



Jimmy Paiz, de 53 años, sufrió quemaduras cuando lanzó gasolina a Radio
Darío. Murió días después. Igual ocurrió con Apolonio Delgadillo, otro de
los involucrados en el siniestro, según confirmó al Cenidh el director de la
radioemisora, Aníbal Toruño.



Dos miembros de la DOEP



Hilton Rafael Manzanarez, tenía 33 años. La vocera de la Policía Nacional,
comisionada mayor Vilma Reyes, informó la muerte de subinspector Hilton
Rafael Manzanares, de la Dirección de Operaciones Especiales (DOE). Murió el
jueves por la noche en el sector de la Upoli. Tenía doce años de servicio.
Según El 19 Digital, Manzanares era padre de tres niños. Su madre Luz Marina
Montoya aseguró vía telefónica a Multinoticias del Canal 4: “Viera que hijo
tan lindo es el que me quitaron”. Ninguno de los dos medios oficialistas
mostró imágenes del suboficial fallecido.



Juana Francisca Aguilar Cano, de 19 años, tenía nueve meses como membro de
Operaciones Especiales. Murió en Managua, cerca de la Rotonda Cristo Rey.
Era originaria de Jinotepe y tenía una niña de tres años.



Otros muertos confirmados en los últimos cuatro días, por el Cenidh



Celso Díaz Sevilla, de 30 años, era de Mateare. Un primo relató que la
policía lo persiguió y le disparo en el pómulo, en el pecho y la clavícula.



José David Morales Pérez, falleció en Managua, tras una agonía de varios
días en el hospital Lenín Fonseca.



Gerald Antonio Campos, de 30 años, falleció en el barrio Andrés Castro, de
la capital. Su cuerpo quedó tendido en la calle tras un enfrentamiento entre
pobladores y policías. Ese mismo día, el Diario Hoy confirmó la muerte de
Alexander Flores, de 25 años, producto de un disparo en la cabeza. El nombre
de este último no figura en ninguna de las listas de organismos de Derechos
Humanos, excepto en la recién creada plataforma Verificado NI, que sin
embargo lo identifica como Jefferson Flores.



Familiares y ciudadanos también han denunciado la muerte de Carlos Flores
Ríos, en Ciudad Sandino, además de disparos, Flores presentaba signos de
tortura, incluida la mutilación de su órgano sexual. Sin embargo, el Cenidh
estima que podría tratarse de una pasada de cuenta entre pandillas, ocurrida
en el contexto de las protestas, y no de una víctima de la represión. Sus
familiares sostienen lo contrario.



José Alfonso Ramírez González, de 33 años, ha sido uno de los últimos
muertos confirmados en Managua por el Cenidh. Fue herido el viernes 20 de
abril y falleció este domingo. Era del barrio Waspán Sur.



La muerte de Nelson Téllez Huete fue confirmada este 2 de mayo. Estaba
herido de bala desde el 20 de abril. Tenía 35 años de edad.



La noche de este 2 de mayo, el Cenidh también informó la muerte de Manuel
Montes. Sin embargo, aún no hay detalles que permitan al equipo de
CONFIDENCIAL confirmar su identidad y muerte.

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