Brasil/ El poder de las Fuerzas Armadas, como si fueran un partido más [Gustavo Veiga]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Oct 16 00:03:56 UYT 2018


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Correspondencia de Prensa

16 de octubre 2018

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Brasil

 

Las Fuerzas Armadas ocupan un lugar de poder como si fueran un partido más

 

Una pintura marcial del Brasil de hoy

 

Varios centenares de militares se presentaron en la primera vuelta electoral
acompañando la fórmula de Bolsonaro. Casi un ocho por ciento fue elegido
para cargos nacionales, estaduales y municipales. Avance en Diputados.

 

Gustavo Veiga

Página/12, 15-10-2018

https://www.pagina12.com.ar/

 

A Jair Bolsonaro siempre le gustó presumir de su temprana vocación militar.
Suele contar una anécdota para demostrarlo. A comienzos de los años 70 vivía
en El Dorado, un pueblo al sur del Estado de San Pablo en el Valle de
Ribeira. Por ahí anduvo Carlos Lamarca, un capitán del ejército que dejó el
uniforme y se convirtió en un célebre guerrillero. Perseguido por la
dictadura que lo consideraba un traidor, terminó asesinado en 1971. El ahora
candidato presidencial recuerda que ayudó a una patrulla a buscar al líder
de la Vanguardia Popular Revolucionaria (VPR). Tenía apenas 16 años y ni
siquiera había ingresado a la academia para estudiar la carrera que eligió.
Hay quienes no le creen y desmienten lo que dice. Pero él insiste con su
versión. Hoy, cuarenta y siete años después de los hechos, el político que
mantiene en vilo a medio Brasil es el referente de esos oficiales y soldados
que admiraba en su juventud. Varios centenares de uniformados se presentaron
en la primera vuelta electoral acompañando por dentro o por fuera al Partido
Social Liberal (PSL) del ultraderechista que intenta llegar al Planalto.
Casi un ocho por ciento fue elegido para cargos nacionales, estaduales y
municipales. Otros esperan al segundo turno para saber si serán gobernadores
en Río de Janeiro, Santa Catarina y Rondônia. En cualquier caso las fuerzas
armadas son un factor de poder. Y se mimetizaron en el paisaje político como
si fueran un partido más.

 

Bolsonaro llegó hasta el grado de capitán como Lamarca, el
militar-guerrillero que murió en combate. El mismo que dice haber
contribuido a atrapar, aunque el jefe de la VPR recién sería encontrado en
septiembre de 1971 en Bahía. A más de 2000 mil kilómetros de El Dorado,
donde se crió el referente del PSL. La vasta geografía brasileña que supera
ampliamente esa distancia, ahora quedó superpoblada de militares en cargos
electivos. Se presentaron 961 y alrededor de 70 consiguieron entrar a las
diferentes legislaturas. No hay otro país de Latinoamérica con semejante
registro. Salvo en dictaduras cuando colonizaron todos los poderes del
Estado.   Debajo del candidato presidencial está su compañero de fórmula, el
general retirado Antonio Hamilton Mourão, un troglodita que en 2014 fue
relevado de la jefatura del comando sur por sus declaraciones políticas y
amenazó con dar un golpe de Estado el año pasado. El alto oficial al que
suele vérselo en los actos del PSL (Partido Social Liberal) con una remera
que dice Dios ,Patria y Familia preside el club militar de Río de Janeiro.
Como Bolsonaro, reivindicó en público a Carlos Bilhante Ustra, el más
conocido de los torturadores del régimen militar que gobernó el país entre
1964 y 1985. Lo llamó héroe en su último discurso como general. 

 

Las fuerzas coaligadas que acompañan a la dupla de mano dura tienen otros
exponentes con sólidas aspiraciones electorales, pero a nivel estadual. Una
de las gobernaciones más importantes del país, la de Río de Janeiro, será
disputada en segunda vuelta por el ex infante de marina y ex juez federal
Wilson Witzel del Partido Social Cristiano (PSC), por donde antes había
pasado Bolsonaro. Según Folha de San Pablo financió su campaña con una
cuenta bancaria no declarada. El 41,28 por ciento de votos que sacó fue un
batacazo. Incluso duplicó al porcentaje del candidato al que enfrentará en
el segundo turno, el ex alcalde de Río, Eduardo Paes, quien obtuvo el 19,52.
Witzel amenazó a su rival del DEM (Demócratas) –de derecha– de que lo
mandaría a detener durante el debate electoral si le profería alguna
injuria. 

 

En Santa Catarina, al sur de Brasil, Bolsonaro arrasó con el 65 por ciento
de los votos y favoreció las expectativas electorales de su candidato a
gobernador: el coronel de reserva y bombero militar Carlos Moisés da Silva,
más conocido como comandante Moisés. A diferencia de Witzel deberá remontar
el 29 % que sacó contra Gerlson Merisio, del PSD (Partido Social
Democrático), que cosechó el 31 %. Otro uniformado que aspira a ganar la
gobernación de Rondônia, al oeste del país, es el coronel retirado Marcos
Rocha. Disputará la segunda vuelta con Expedito Júnior del PSDB (Partido de
la Social Democracia Brasileña) y como el comandante Moisés la remará desde
atrás: sacó el 23,99 por ciento contra el 31,59 de su rival. 

 

Según un relevamiento electoral, donde se expresó mejor el avance de los
candidatos castrenses fue en la Cámara de Diputados. Fueron elegidos
veintidós para el próximo período contra los diez que todavía permanecen en
la Cámara Baja. Pero la figura más notoria del PSL detrás de Bolsonaro y su
hijo Eduardo –el diputado más votado en la historia de Brasil– resultó ser
un flamante senador, Sergio Olimpio Gomes, más conocido como el mayor
Olimpio. Un policía militar que tiene experiencia parlamentaria ya que fue
diputado estadual durante dos mandatos. Salió primero en el estado de San
Pablo, el más rico y poblado del país y es uno de los dos senadores que
consiguió el PSL.

 

El sistema electoral brasileño permite que los integrantes de las fuerzas
armadas puedan presentarse mientras están en servicio activo, aunque bajo
una condición. Como la constitución les prohíbe estar afiliados a un partido
político, solo pueden hacerlo durante el período en que sesionan las
convenciones de las distintas fuerzas políticas. Si son electos después
dejan la carrera militar. Si no es así, pueden regresar a los cuarteles
siempre que tengan diez años de antigüedad en su respectiva fuerza. Muchos
se afiliaron al PSL en lo que pareció una maniobra inducida por el general
Mourão en febrero pasado. El postulante a vicepresidente que acompaña a
Bolsonaro confesó a la revista Piauí: “Tendremos muchos candidatos del
entorno militar, si no en todos, en un gran número de estados. Aunque
presentándose por separado, tendrán unas pautas de acción y un discurso
cercano a los intereses de la nación y de los militares. Yo estaré
coordinando todo eso”. La fórmula presidencial se rodeó de otros generales
retirados nostálgicos de la dictadura que ofician de asesores. Ellos son
Sebastiao Roberto Peternelli, Giarao Monteiro, Marco Felício y Paulo Chagas.
Este último se hizo conocido por sus ataques a la Comisión Nacional de la
Verdad que investigó los crímenes del régimen militar. Cuando el comandante
en jefe del ejército Eduardo Villas Boas presionó públicamente para que Lula
fuera encarcelado allá por abril, Chagas se despachó por twitter con un
mensaje medieval: “¡tengo la espada al lado, la silla equipada, el caballo
listo y aguardo sus órdenes!”. Una pintura marcial de los tiempos que vive
Brasil.

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