Venezuela/ La lucha por el poder aleja la posibilidad de negociaciones [Jean-Baptiste Mouttet]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Abr 10 00:21:35 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

10 de abril 2019

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Venezuela

 

La lucha por el poder aleja la posibilidad de negociaciones

 

Jean-Baptiste Mouttet *  

Mediapart, 6-4-2019

https://www.mediapart.fr/

Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa

 

Más de diez semanas de pulseadas políticas y sin salida en el horizonte.
Mientras que los que apoyan al gobierno madurista y a la oposición van a
manifestar de nuevo el sábado que viene, que los dos campos amenazan con lo
peor, una salida pacífica parece cada vez más lejana. Sin embargo, se alzan
voces en bandos diversos, cada vez con más insistencia, llamando a negociar.

 

Se ha vuelto una cita semanal. Quienes apoyan a Maduro, así como la
oposición liderada por Juan Guaidó, manifiestan nuevamente este sábado,
buscando demostrar que el apoyo popular está de su lado. En medio de
amenazas, cada uno muestra sus músculos. El adversario del presidente
socialista convierte el 6 de abril en “el principio de la operación
libertad”, la que, a corto o mediano plazo, llevará a los manifestantes
hasta el palacio de Miraflores, sede del gobierno. Mientras que la
confrontación amaina, el ala radical de la oposición pierde la paciencia.
Juan Guaidó asegura, como lo hizo el 30 de marzo, que la Asamblea Nacional
va a invocar el artículo 187 de la Constitución, cuyo apartado 11 autoriza
“el empleo de misiones militares (…) extranjeras en el país”.

 

Por su parte, el bando madurista llega a este 6 de abril templado por los
golpes que pudo asestarle a la oposición. Poco a poco, logra asfixiar a su
adversario, como para testear sus respuestas y también las respuestas de su
principal aliado, los Estados Unidos en primer lugar. 

 

El 21 de marzo, el brazo derecho de Juan Guaidó, Roberto Marrero, fue
detenido por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) por
conspiración, traición a la patria y usurpación de funciones.

 

El 2 de abril, la amenaza de arresto de Juan Guaidó se perfila. La Asamblea
Nacional Constituyente (ANC), enteramente pro-gubernamental, levantó la
inmunidad parlamentaria del opositor que se proclamó presidente el 23 de
enero. De esta manera, autoriza la apertura de causas penales en su contra
por usurpación de función.

 

Nicolás Maduro no desea quedarse ahí en su demostración de fuerzas y anunció
que el “13 o 14 de abril”, más de dos millones de milicias van a ser
“movilizadas en armas”, en ocasión de un gran acontecimiento. 

 

Esa pulseada es internacional. Los Estados Unidos infligen al país unas
sanciones económicas por encima de la crisis económica ya existente. Tal
como lo recordó la Alta Comisaria de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, Michelle Bachelet, el 20 de marzo en un informe oral sobre la
situación venezolana, la crisis comenzó “antes de la imposición de las
primeras sanciones económicas de 2017”, pero Bachelet expresa su
preocupación por el hecho de que “las recientes sanciones sobre las
transferencias financieras, fruto de la venta del petróleo venezolano a los
Estados Unidos, contribuyen al agravamiento de la situación económica.”  Por
otra parte, Washington sigue agitando la amenaza de una intervención armada,
con la ya famosa expresión “todas las opciones siguen estando encima de la
mesa.”

 

En respuesta a las “agresiones”, el gobierno venezolano recurre a sus
aliados. En primer lugar, Rusia, que mantiene su presencia militar en el
territorio venezolano. En el marco de la cooperación entre ambos países,
Rusia entregó dos bombarderos TU-160 a Venezuela en diciembre último. A
fines de marzo, 99 militares y 35 toneladas de material aterrizaron en
Venezuela y se inauguró un centro de formación militar para pilotos de
helicópteros.

 

El encuentro entre el Ministro de relaciones exteriores, Jorge Arreaza, con
el presidente sirio Bachar-el-Assad, no augura nada bueno tampoco. El
ministro venezolano dijo que hay “similitudes y diferencias entre los dos
procesos” y que el enfrentamiento armado debe ser evitado pero, a su vez,
declaró haberle dicho “al presidente Al-Assad que la experiencia siria nos
sirve, Al-Assad nos da ideas para ganar esta guerra”.

 

“Un momento excepcional” que puede favorecer las negociaciones

 

En ese contexto, es difícil que emerja una salida de crisis negociada. “Una
negociación no es imposible, pero es muy poco probable”, confirmó el abogado
venezolano especialista en relaciones internacionales, Mariano de Alba.

 

Según Mariano de Alba, habrá negociaciones solo “si hay un cambio
fundamental de las circunstancias, por ejemplo, si Maduro pierde el apoyo
militar.”  Por ahora, y a pesar de algunas deserciones de unos pocos
oficiales y soldados, no hay crisis en el ejército, que se mantiene fiel al
gobierno. La ley de amnistía propuesta por la Asamblea Nacional no ha dado
frutos: “Esta ley propone que aquellos que reconozcan a Juan Guaidó serán
amnistiados, ¿pero amnistiados de qué? ¿De ser militares?”, dice Temir
Porras, quien fue director de gabinete de Nicolás Maduro (2007-2013).

 

Las “circunstancias” son, sin embargo, dramáticas y pueden por sí solas
justificar las negociaciones, según este allegado a Nicolás Maduro.
“Contrariamente a los diálogos precedentes, Venezuela vive un momento
excepcional”.

 

El Banco Mundial prevé una caída del PIB de 25% en 2019, o sea 60% desde
2013. Los apagones recurrentes y los cortes de agua corriente forman ya
parte del paisaje cotidiano de los venezolanos, sin contar la inflación
(estimada en 10: 000. 000% en 2019 por el Banco Mundial). El país se ha
desintegrado y es difícil imaginar una recuperación mientras que el
conflicto político continúe y que las sanciones se mantengan.

 

En su informe oral, Michell Bachelet dice estar “muy preocupada por (…) el
impacto de la crisis actual sobre los derechos humanos”. Subraya el hecho de
la no aceptación, por parte de las autoridades, de la crisis, así como la
criminalización de las manifestaciones, el colapso de los servicios
públicos… Y concluye que frente a “la polarización que agrava la situación
(…) es necesario un acuerdo sobre una solución política que contemple a
todas las partes”.

 

¿Acaso los dos bandos consideran la posibilidad de negociar? Es una
hipótesis.

 

Geoff Ramsey, el director adjunto de los asuntos venezolano en el Wola
(Washington Office on Latin America), creado en 1974 luego del golpe de
Estado en Chile para alertar a los políticos estadounidenses sobre la
situación de los derechos humanos en ese país, advierte que “sin condición
previa, un diálogo no tiene ningún sentido (…)”, pero admite que “lo que
hemos visto en estos últimos días es una tentativa de las dos partes para
posicionarse de la mejor manera ante un proceso político de ese orden”.

 

El líder opositor aparece debilitado. La antropóloga venezolana Paula
Vázquez Lezama estima que la situación internacional actual refuerza la
tesis de que las amenazas de Donald Trump solo buscan impresionar. “Si esto
se confirmara, podemos pensar que Juan Guaidó no está para nada protegido.
Yo lo veo más vulnerable que nunca”, declaró Vázquez Lezama.

 

Geoff Ramsey confirma las declaraciones de Paula Vázquez Lezama. “La Casa
Blanca sabe muy bien que una guerra sería un baño de sangre… En cambio, Trum
es un hombre de negocios, muy orgulloso de sus aptitudes para negociar.
Llegó incluso a escribir un libre llamado El arte de la negociación [Art of
Deal, editado en Francia bajo el título Trump par Trump]”. El enviado
especial de los Estados Unidos a Venezuela, el neoconservador Elliot Abrams
declaró el jueves 4 de abril que la activación del artículo 187 era
prematura. Sus declaraciones no pasaron desapercibidas  y fueron objeto de
burlas por parte del todopoderoso Diosdado Cabello, presidente de la
Asamblea Nacional Constituyente. Si hubiera negociaciones en este momento,
Juan Guaidó no estaría en una posición de fuerza. Es probable que haya
dejado pasar el momento propicio. La importancia de la movilización del
sábado (6 de abril) será determinante.

 

Los abogados de las negociaciones

 

Mientras que los dos campos se enfrentan, algunas voces aisladas, claras
pero aún tímidas, se transforman en abogados de las negociaciones. A nivel
internacional, la iniciativa del “Grupo de contacto” (Francia, Alemania,
Italia, Países bajos, Portugal, España, Suecia, Reino Unido, Ecuador, Costa
Rica y Uruguay) apoya una opción “pacífica y venezolana”. Esta iniciativa no
ha dado todavía resultados convincentes.

 

A nivel nacional, está la “plataforma” de defensa de la Constitución (de
1999), integrada por chavistas disidentes e intelectuales de izquierda,
partidos políticos del ala izquierda de la oposición venezolana, como
Avanzada Progresista, el partido de Henri Falcón, que se presentó a la
elección presidencial contra Nicolás Maduro en mayo del 2018, analistas y
universitarios e incluso Temir Porras, el que asegura que existen
“esfuerzos” discretos en ese sentido.

 

El aterrizaje en Venezuela del ex presidente del gobierno español José Luis
Rodríguez Zapatero el 18 de marzo, motivó una serie de rumores en el país.
El misterioso viaje de quien fuera negociador en República Dominicana entre
fines de 2017 y principios de 2018, tuvo lugar sin el aval del gobierno
español actual. El abogado Mariano de Alba recuerda que su imagen está de
todas maneras muy “debilitada” desde el fracaso del precedente diálogo.

 

Por ahora, esas iniciativas merecen el rechazo de ambas partes. “Nos
entrevistamos con Guaidó. Nos contestó que no había diálogo posible con
Maduro, que tenía que irse. Tratamos de entregarle una carta a Maduro 4 o 5
veces. Sin resultado”, cuenta el ex Ministro de la Integración y del
Comercio Exterior (2005-2007), Gustavo Márquez, de la “Plataforma”. Las
reivindicaciones fueron hechas públicas. Los distintos escenarios propuestos
no coinciden con la hoja de ruta de los dos adversarios. Todos desean, de
una u otra manera, sobrepasar la “polarización” política que vive el país.

 

Para Gustavo Márquez, “Juan Guaidó quiere la capitulación de Maduro. Por
eso, por ahora, su opción no tiene perspectiva.” Quien se declarar
presidente interino insiste en su hoja de ruta: “Fin de la usurpación,
gobierno de transición y elecciones libres” y presenta incluso un plan de
gobierno. “Es una estrategia contra productiva y riesgosa”, escribe el
analista político Dimitris Pantoulas, “porque no otorga a Maduro y a sus
allegados contrapartidas suficientes para renunciar al poder”.

 

En lugar de instalar “un gobierno interino partidario”, el analista político
propone que se favorezca la formación de un gobierno “más ampliamente
representativo que pueda llevar a cabo reformas políticas cruciales”. Dentro
del escenario posible de negociaciones, el gobierno socialista pediría el
levantamiento de las sanciones económicas, que tendría enfrente a los
Estados Unidos manteniendo su posición mientras que una transición clara no
se establezca realmente. “La Casa Blanca dijo que las sanciones petroleras
solo pueden ser levantadas si el control de PDVSA (la compañía petrolera
pública) pasa a manos de Juan Guaidó o de un gobierno electo
democráticamente”, señala Geoff Ramsey.

 

Los defensores de las negociaciones proponen nuevas elecciones. Nicolás
Maduro, por su parte, está determinado a seguir en el poder cueste lo que
cueste. Al principio de esta pulseada, el presidente socialista se decía
favorable al diálogo, pero en términos evasivos. En febrero, afirmaba estar
de acuerdo con un adelanto de las elecciones, pero no cualquier elección:
las correspondientes a la Asamblea Nacional, la única institución controlada
por la oposición, privada de sus poderes.

 

Frente a este impasse, Temir Porras propone una solución radical: “un
diálogo nacional” que podría llevarse a cabo “con Juan Guaidó y Nicolás
Maduro, pero también sin ellos. Hay que salir de esta minoría que tiene el
poder”. El ex vice ministro de Relaciones Exteriores (2002-2013) “apuesta”
que una mayoría de la población desea “una salida pacífica y el diálogo (…)
agotada por un conflicto absurdo y envuelta en una locura binaria”.

 

Esas iniciativas diplomáticas requieren tiempo y calma, lo que les falta
cruelmente a los venezolanos. 

 

* Periodista independiente, entre América del Sur y Francia. Autor de “La
grande revancha. Los amerindios buscan reconquistar su destino” (Autrement,
2013). Colabora regularmente con Mediapart. Ha publicado artículos en la
revista Regards, Bastamag o Barril.info, entre otros medios.

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