Argentina/ Derrumbe de Macri, el peronismo y el nuevo orden [Fernando Rosso]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Ago 12 13:21:17 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

12 de agosto 2019

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Argentina

 

Elecciones primarias

 

Derrumbe de Macri, el peronismo y el nuevo orden en Argentina

 

El Gobierno conservador de Mauricio Macri sufrió una literal paliza en las
PASO (primarias obligatorias). Un voto contra el ajuste que capitalizó el
peronismo renovado. Las aspiraciones e ilusiones de las grandes mayorías y
la delicada realidad de un país en crisis.

 

Fernando Rosso

La Izquierda Diario. 12-8-2019

https://www.laizquierdadiario.com/

 

Las elecciones primarias en Argentina significaron un terremoto político y
sellaron resultados prácticamente irreversibles hacia las generales de
octubre. Refutaron -una vez más- el pronóstico de todas las encuestadoras y
consultoras del mainstream que llegaron a hablar de un virtual empate o una
victoria módica del peronista Frente de Todos.

 

Los resultados barrieron prácticamente al macrismo en todo el territorio
nacional y también en la estratégica provincia de Buenos Aires. En el país,
la alianza del panperonismo obtuvo 15 puntos de ventaja por sobre Juntos por
el Cambio (47,56 % a 32,17 %), mientras que en Buenos Aires, en el tramo
presidencial, la diferencia fue de más de 20 puntos (50,59 % a 29,97%). Hubo
una leve diferencia en el tramo a gobernador, pero no impidió que María
Eugenia Vidal (gobernadora de la provincia de Buenos Aires y hasta ayer nave
insignia del macrismo) perdiera por 17 puntos ante Axel Kicillof, referente
del ala kirchnerista del Frente de Todos. Otras provincias que fueron claves
para el triunfo de Mauricio Macri en 2015, como las pertenecientes a la
región centro, revirtieron los resultados de hace cuatro años atrás (Mendoza
y Santa Fe) o achicaron la diferencia (como en Córdoba). Los resultados que
se habían adelantado en la seguidilla de elecciones provinciales, donde el
oficialismo había sufrido derrotas “espantosas” se confirmaron en estas
primarias.

 

En lo inmediato, se abre una situación de crisis e incertidumbre por el
debilitamiento extremo en el que queda el Gobierno, que deberá buscar un
pacto de gobernabilidad que le permita llegar vivo hasta los lejanos
comicios de octubre (y la entrega del mando en diciembre) y garantizar una
transición que no se desmadre por la fragilidad económica. Cuando este
lunes, como dice el lugar común, “voten los mercados”, todas las
perspectivas catastróficas estarán abiertas. De hecho, en la noche del
domingo transcendió que hubo una reunión de urgencia del Gabinete nacional
en la que se habló de eventuales renuncias de ministros e incluso
periodistas ultraoficialistas (como Alfredo Leuco) reclamaron a viva voz que
rueden cabezas, apenas se conocieron los primeros resultados oficiales.

 

En el contexto internacional y regional, los resultados implican un revés
para Donald Trump y el Fondo Monetario Internacional, que fueron y son un
respaldo clave para sostener desde arriba al gobierno de Mauricio Macri. El
Fondo rifó gran parte de su capital disponible para financiar la fuga de
capitales argentina en un vano intento de sostener a una administración que
hundió la economía en una rotunda recesión, combinada con una inflación
récord. El peor de los mundos. El brusco cambio de signo político en la
Argentina también tendrá consecuencias decisivas para el equilibrio del
subcontinente. Es tambié una mala noticia para el golpeado Jair Bolsonaro y
una demostración de que el tan mentado “giro a la derecha” de la región es
tan real, como no consolidado.

 

La votación masiva contra un Gobierno de derecha, que desde la huida a pedir
un auxilio desesperado al FMI venía implementando un plan neoliberal
ortodoxo, constituye -con todas las deformaciones del caso- parte de una
relación de fuerzas más general. Pese a la gobernabilidad voluntaria
brindada por gran parte de quienes hoy se le oponen y a los avances que
logró el Gobierno gracias a esta generosa pax concedida, la relación de
fuerzas encontró un canal laberíntico por el cual manifestarse. Los
resultados expresaron las aspiraciones (mezcladas con ilusiones) de terminar
con el ajuste infinito de Cambiemos e implicaron una desmentida a las
“teorías” que hablaban de una “desconexión” entre la economía y la política,
reducida a la manipulación en las redes sociales, la magia del big data y la
microsegmentación como herramientas de una maquinaria electoral infalible.

 

Si el escenario no cambia dramáticamente antes, en la nueva etapa política
que se abre en el país, la relación de fuerzas social no tiene
necesariamente por qué detenerse en esta foto electoral. De hecho, los
trabajadores y trabajadoras que rechazaron al Gobierno y su ajuste, muy
probablemente exigirán el cumplimiento de sus demandas y eso signará la
etapa que se abre.

 

Para lograr este triunfo, el peronismo renovado o el kirchnerismo ampliado,
colocó como candidato a presidente a un dirigente moderado (Alberto
Fernández), que rompió con Cristina Fernández en 2008 y se opuso a las
medidas que fueron consideradas como más “disruptivas” del kirchnerismo.
Armó una coalición con los gobernadores conservadores del peronismo y hasta
con Sergio Massa que co-gobernaron de hecho con Macri durante estos cuatro
años. Así tejió una impactante victoria táctica, pero con desenlace
impredecible. Pese a que Cristina encumbró a una persona de su riñón en un
cargo clave -como la gobernación de la provincia de Buenos Aires que
conquistará Axel Kicillof si repite estos resultados en octubre- la eventual
alianza de Alberto Fernández con Massa (postulado como eventual presidente
de la Cámara de Diputados) y los gobernadores conservadores, puede
constituir un eje fundamental para negociar con el FMI y neutralizar toda
reminiscencia de “centroizquierda” que caracterizó al último kirchnerismo.

 

Muchos comparan esta muy probable vuelta del peronismo como una posibilidad
de repetir el proceso iniciado en 2003 cuando el peronismo ofició como
“partido de la contención” de un país que había estallado en 2001 y comenzó
una expansión basada en el trabajo sucio de ajuste realizado por Eduardo
Duhalde, combinado con un viento de cola favorable de la economía mundial.
La experiencia de un peronismo de “centroizquierda” fue directamente
proporcional a esas condiciones locales e internacionales. En el complejo
presente, ni las condiciones de la economía mundial ni la situación interna
se asemejan. Un peronismo de centro más conservador se postula como más como
“partido del orden” para cabalgar una crisis aguda.

 

En ese contexto, los resultados obtenidos por el Frente de Izquierda Unidad,
con la posibilidad de encumbrar nuevos diputados en octubre y con presencia
sostenida en el país, resultan significativos para una etapa de probable
mayor conflictividad o lucha de clases que signará el próximo periodo.

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