Puerto Rico/ Lucha por la escuela pública. Los profesores y su papel clave en la insurrección [Mercedes Martinez y Monique Dols]
Ernesto Herrera
germain5 en chasque.net
Sab Ago 24 16:42:03 UYT 2019
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Correspondencia de Prensa
24 de agosto 2019
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Puerto Rico
Los profesores en lucha por la escuela pública desempeñaron un papel clave
en el levantamiento
Mercedes Martinez y Monique Dols *
A l’encontre, 22-8-2019
http://alencontre.org/
Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa
En los dos meses que precedieron al levantamiento que derrocó al gobernador
puertorriqueño Ricardo Roselló [ver nuestros artículos publicados en este
sitio web el 23 de julio y el 8 de agosto de 2019], los docentes obtuvieron
victorias, duramente disputadas, contra la privatización del sistema
educativo. Las luchas de los profesora/es y las familias de alumna/os contra
los cierres de escuelas y las escuelas chárter (escuelas privadas) abrieron
la vía a una inédita ola de protestas en el mes de julio.
Al final del año escolar, en junio de 2019, quedó claro que la lucha por el
fin de las privatizaciones (“charterización”) había ganado ampliamente. Sólo
queda funcionando una de esas escuelas.
Luego, durante el mes de julio, los docentes y las familias que habían
llevado adelante la lucha contra el cierre de 442 escuelas públicas,
programado por la ex secretaria de Educación Julia Keleher, tuvieron una
satisfacción extra cuando la propia J. Keleher fue detenida por corrupción.
Ahora que el año escolar comienza, maestra/os y profesora/es siguen luchando
para conseguir presupuesto y personal para las escuelas, para volver a abrir
las escuelas cerradas por Keleher y contra las privatizaciones. En las
semanas y en los meses que vienen, seguramente veremos de nuevo a los
docentes jugando un papel crucial en la lucha por la democracia, contra la
austeridad y por la dignidad de la clase obrera en Puerto Rico.
Por la jubilación de los docentes
Otro aspecto de las luchas clave que se anuncian para los próximos meses,
menos conocido pero más crítico, es la pelea para salvar las jubilaciones de
maestra/os y profesora/es.
Los trabajadores y trabajadoras del sector público vienen soportando
presiones enormes para ajustarse el cinturón porque el gobierno prioriza el
pago de la deuda ilegítima de 74.000 millones de dólares a los poseedores de
obligaciones de deuda.
La crisis de la deuda fue provocada por el enlentecimiento económico que
dura desde 2006, lo que llevó al gobierno a contraer préstamos para seguir
funcionando. Esos préstamos fueron comprados por fondos de especulación cuyo
objetivo es únicamente el de obtener ganancias, forzando para ello al
gobierno a reducir los servicios con los que contaban los trabajadores
puertorriqueños.
Pero, como lo dejaron claro para el mundo entero, el huracán María
(septiembre-octubre de 2017, con miles de muertos) y el alzamiento popular
de este verano, los trabajadores puertorriqueños no pueden ya seguir
sufriendo para beneficiar a los ricos. (Ver: Puerto Rico – Algunas lecciones
tras el paso del huracán María
https://correspondenciadeprensa.com/2017/10/03/puerto-rico-algunas-lecciones
-tras-el-paso-del-huracan-maria/ )
En junio, los docentes de Puerto Rico se reunieron en un movimiento
increíble de solidaridad y de auto organización para decir no a una
propuesta que, de haber sido adoptada, habría barrido con las jubilaciones
de miles de enseñantes.
En la última semana de mayo, la Asociación de Maestros de Puerto Rico
(AMPR), afiliada a la American Federation of teachers (AFT), hizo público un
acuerdo negociado directamente con la Junta de Supervisión y Administración
Financiera para Puerto Rico (que depende de Washington). Ese consejo de
administración impuesto por el gobierno federal, conocido localmente como
“Junta”, actúa como si fuera una dictadura ya que supervisa el proceso que
consiste en hacer pagar a los trabajadores y a las trabajadoras la deuda
odiosa de Puerto Rico.
La AFT gastó 3 millones de dólares en una negociación a puertas cerradas
durante un año, pasando por encima del gobierno electo y sobre todo, por
encima de los docentes. La propuesta habría anulado simplemente la
jubilación de miles de maestra/os y pofesora/os en actividad, remplazándolas
por un régimen de jubilaciones de tipo 401(k) (sistema de capitalización),
habría reducido las pensiones de los ya jubilados de 8,5% y la edad legal
para jubilarse habría pasado de 55 a 63 años. El acuerdo preveía también la
eliminación de la prima de Navidad e incluía la obligación para los docentes
de trabajar los días feriados reconocidos a nivel nacional.
Pero la Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR), un sindicato de la
enseñanza con una larga historia de lucha de clases, así como sus aliados en
la lucha por la defensa de la educación pública, condujeron exitosamente una
campaña por el No, que rechazó el acuerdo y frenó de manera imprevista las
maniobras de la Junta y de la AMPR/AFT.
La campaña « Vote No » fue una batalla difícil. La AMPR/AFT gastó cientos de
miles de dólares en publicidad engañosa de radio y televisión, presentando
el acuerdo como un compromiso necesario para conservar las jubilaciones. En
lugar de instalar mesas de votación en las escuelas u otros edificios
públicos, el sindicato alquiló locales privados que su personal ocupó con el
objetivo de distribuir propaganda por el acuerdo y mantener alejados a los
opositores. La AMPR/AFT llegó incluso a llamar a la policía para pedirle que
impidiera la entrada de observadores neutrales a las mesas de votación.
Pese a esas medidas represivas, la federación FMPR movilizó equipos para
que estuvieran presentes delante de 96% de las mesas de votación. Realizando
encuestas a boca de urnas, los militantes de “Vote No” consiguieron que los
resultados no pudieran ser adulterados.
La lucha por un “imposible” aparente
Fue un verano glorioso en el que cientos de miles de puertorriqueños
participaron en la mayor huelga general nunca antes organizada en la isla.
Las huelgas y las manifestaciones que hicieron caer el régimen de Roselló
fueron ampliamente espontáneas y democráticas, pero los gérmenes de la
insurrección vienen siendo sembrados durante décadas de luchas.
Esas luchas fueron las de las feministas que lucharon contra la violencia
sexista y la homofobia, de los periodistas que revelaron la enormidad de la
corrupción gubernamental, de los militantes que se organizaron para reclamar
la anulación de la deuda, de los habitantes de los barrios que construyeron
centros autónomos de auto organización, de los medioambientalistas que
lograron frenar un oleoducto, de los estudiantes en huelga para defender las
universidades públicas, de los artistas protegiendo y creando la cultura, de
los sindicalistas que rechazan hipotecar el futuro de las trabajadoras y los
trabajadores.
Ningún partido, ninguna organización ni ningún sindicato convocó a la huelga
y a las manifestaciones. Muchos grupos, en cambio, contribuyeron a la
concreción de la huelga y a su carácter político.
Si algo tenemos que sacar como lección de ese momento victorioso, es que el
camino a seguir consiste en luchar por el futuro rechazando todo compromiso.
En el movimiento obrero, sindicatos como la AMPR en Puerto Rico y la AFT en
los EEUU han negociado nuestros derechos más de una vez con la excusa de
conseguir lo que se puede para evitar lo peor. Esta concepción permite a los
que están contra nosotros ir minando poco a poco nuestras posiciones, hasta
el día en que encontramos nuestro sistema de educación pública en un estado
lamentable, las escuelas de barrio cerradas, la vida de los alumnos
bruscamente alterada y a los docentes sin futuro.
Nuestro futuro depende de la lucha por lo “imposible”, contra toda la lógica
de un sistema para el que la vida de los trabajadores no cuenta.
El viento sopla en nuestras velas
Hoy, los luchadores por el futuro de de la educación en Puerto Rico han
acumulado victorias, el viento hincha las velas. Hemos hecho caer dos
gobiernos corruptos y estamos enfrentando al tercero. Las manifestaciones,
los mítines, las marchas, las performances artísticas y las batallas en las
calles contra la brutalidad policial se complementan unos con otras. Es un
triunfo para el pueblo puertorriqueño.
El gobierno está en crisis y enfrente, la población organiza asambleas
regionales que siguen multiplicándose. Confiamos en que una nueva ola de
reivindicaciones salga de esas asambleas.
La FMPR va a pedir una auditoría de la deuda, la reapertura de nuestras
escuelas, la derogación de las leyes anti trabajadores, la revocación de la
privatización de empresas y servicios públicos, la inclusión de un programa
anti sexista en las escuelas y la construcción de un sistema educativo
público de calidad, como lo merece el pueblo puertorriqueño.
La insurrección popular en Puerto Rico probó una vez más que “luchando se
puede ganar”.
* Mercedes Martinez es presidenta de la FMPR. Monique Dols es educadora,
trabaja con preescolares en Nueva York. Artículo publicado en el sitio Labor
Notes, 15-8-2019: https://www.labornotes.org/
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