Argentina/ En movimiento. Las calles mendocinas contra la megaminería [Maristella Svampa - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Dic 29 16:41:20 UYT 2019


  _____  

Correspondencia de Prensa

29 de diciembre 2019

https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

germain5 en chasque.net <mailto:germain5 en chasque.net> 

  _____  

 

Argentina

 

Entrevista a Maristella Svampa

 

“Las calles mendocinas mostraron la potencia de la sociedad en movimiento”

 

Juan Dal Maso

Ideas de Izquierda, 29-12-2019

https://www.laizquierdadiario.com/

 

Maristella Svampa es Licenciada en Filosofía por la Universidad Nacional de
Córdoba y Doctora en Sociología por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias
Sociales (EHESS) de París. Actualmente es investigadora Superior del Conicet
y Profesora Titular de la Universidad Nacional de La Plata. Coordina el
Grupo de Estudios Críticos e interdisciplinarios sobre la Problemática
Energética (www.gecipe.org) <http://www.gecipe.org/>  y, desde 2011, forma
parte del Grupo Permanente de Alternativas al Desarrollo. Investiga sobre
los movimientos sociales, la acción colectiva, los problemas del pensamiento
crítico y la realidad latinoamericana. Con 20 libros y numerosos artículos
publicados, sus últimas obras son Chacra 51. Regreso a la Patagonia en los
tiempos del fracking (2018) y Las fronteras del neoextractivismo en América
Latina (2018). En esta entrevista conversamos a propósito de la problemática
del extractivismo en la Argentina y América Latina, al calor de la lucha del
pueblo de Mendoza.

 

-Con el repudio generado por la votación de la modificación de la Ley 7722
en Mendoza y el retroceso del gobierno tomó mayor notoriedad la lucha contra
la megaminería. ¿Cuál es la situación actual en Argentina en cuanto al grado
de desarrollo de esta actividad (y daño ambiental que genera) y qué puede
pasar de ahora en más?

 

Desde hace más de tres lustros que en Argentina hay una gran resistencia a
la megaminería. Por esa razón la minería avanzó en algunas provincias, pero
en otras no, gracias a las movilizaciones sociales. Avanzó en Catamarca, San
Juan, Santa Cruz, Salta y Jujuy [ver anexo al final]. Pero son 7 las
provincias donde existe una legislación que prohíbe la megaminería: Chubut,
Mendoza, Córdoba, San Luis, Tucumán, La Pampa y Tierra del Fuego. Tengamos
en cuenta que las luchas socioambientales contra la megaminería arrancaron
en Esquel, en 2003, de donde proviene la ley más antigua (la ley 5001) y el
formato más asambleario que tomaron las luchas. En 2010 se sancionó la ley
de glaciares, que es la única ley protectora a nivel nacional, que prohíbe
la minería y la explotación petrolera en zona de glaciares y ambiente
periglaciar. En dos provincias se derogó la ley (La Rioja y Rio Negro), pero
no se avanzó en proyectos mineros. En realidad, en Río Negro está el
proyecto de Calcatreu, en fase de exploración, que tiene en alerta a las
asambleas ambientalistas, sobre todo en este contexto de embestida de las
mineras.

 

No se olviden que en 2012 asistimos a la pueblada de Famatina, en La Rioja,
que tuvo impacto nacional, y durante todo ese año se expandieron las luchas
en Catamarca, donde está la Alumbrera, que tiene un historial muy negro de
contaminación. En Neuquén, hubo un plebiscito que prohibió la megaminería en
la localidad de Loncopué, un pueblo precordillerano donde hay comunidades
mapuches.

 

En 2015 se dio a conocer el primer derrame de la mina Veladero en la
“provincia-modelo”, San Juan, explotada por la Barrick Gold. Hubo dos
derrames más y está probado que además de haber contaminado 5 ríos, Veladero
afectó a los glaciares. Así que hay un historial muy rico en las luchas
socioambientales contra la megaminería.

 

Sin embargo, los embates por abrir la megaminería sobre todo en Mendoza y
Chubut han sido constantes y se tornaron más virulentos en los últimos años,
al calor del macrismo, que buscó expandir las fronteras de explotación. Las
asambleas siempre han estado muy alerta.

 

Lo que sucedió este diciembre de 2019 en Mendoza es un nuevo punto de
inflexión. Hubo otras puebladas, como la de Famatina, en 2012; otras
movilizaciones masivas, como la de Gualeguaychú, entre 2003 y 2007, pero
nunca habíamos asistido al levantamiento de una provincia entera que salió a
las calles, en defensa del agua, una problemática muy instalada en una
provincia con escasez hídrica y algunos oasis.

 

Porque lo de Mendoza es algo más que un movimiento social; es la potencia de
la sociedad en movimiento. Esto es algo novedoso; ocurre como con las
movilizaciones de mujeres contra el patriarcado y en favor del aborto legal.
Aquí asistimos a la sociedad en movimiento, que ante la imposición de la
clase política (Cambiemos y Frente de todos), decidió tomar a su cargo la
defensa de un bien común, cuestionando de lleno la territorialidad
extractivista y colocando en el centro otras formas de valoración, en
relación al cuidado del agua.

 

La lucha mendocina reimpulsa las movilizaciones en Chubut, que es una
provincia acosada de modo recurrente por las mineras, que buscan abrir la
meseta a la explotación de plomo y plata, además del uranio.

 

Ojalá estas movilizaciones se multipliquen y marquen un parteaguas, en un
país que continúa siendo un laboratorio a cielo abierto, mientras los
gobernantes hablan con liviandad del cambio climático. Siempre les digo, la
crisis climática no es solo una narrativa global: si la aterrizamos en el
territorio, tiene que ver con el extractivismo, esto es, con la quema de
combustibles fósiles, con la deforestación, con la generación de pasivos
ambientales, con la contaminación de las aguas, entre otros. Tiene que ver
con el fracking, con el agronegocios, con la megaminería, con los polos
industriales de contaminación…

 

-¿Cómo ves la situación en los países vecinos de América Latina,
especialmente Chile, Bolivia y Brasil?

 

Desde hace años, con otros colegas de la región latinoamericana, en el marco
del Grupo Permanente de Alternativas al Desarrollo (Alberto Acosta, Edgardo
Lander, Esperanza Martínez, entre otrxs), y acá en argentina con Enrique
Viale, Marcelo Giraud, Horacio Machado, Lucrecia Wagner, venimos acompañando
luchas y señalando que el neoextractivismo agrava las crisis en los
territorios.

 

En Chile es la crisis hídrica, debido a la consecuencia de la minería y la
privatización del agua; en Brasil y Bolivia es la expansión de la frontera
del agronegocios y la ganadería para la exportación, que explica gran parte
de los incendios en la Amazonía.

 

En realidad, lo que hemos visto en toda la región latinoamericana las
últimas dos décadas es que el capital extractivo, en connivencia con los
gobiernos, avanzó sobre otras formas de habitar el territorio,
criminalizando comunidades y resistencias, destruyendo la biodiversidad y
contaminando toda forma de vida. Los pueblos indígenas son los más
perjudicados. América Latina es la región del mundo donde se asesinan más
activistas ambientales (el 60 % del total a nivel mundial mundo en 2016 y
2017 [1] y donde el proceso de concentración de la tierra es mayor, pues
éste se agravó, en favor de las grandes corporaciones.

 

-El extractivismo: ¿es un modelo, una decisión pragmática, parte de un
proyecto? ¿Cuáles son sus características y cómo se define?¿Y el
neoextractivismo?

 

El extractivismo recorre la memoria larga del continente y sus luchas,
define un patrón de acumulación colonial, asociado al nacimiento del
capitalismo moderno. Pero su actualización en el siglo XXI, trae aparejadas
nuevas dimensiones, a diferentes niveles: globales (transición hegemónica,
expansión de la frontera de commodities, agotamiento de los bienes naturales
no renovables, crisis socioecológica de alcance planetario); regionales y
nacionales (relación entre el modelo extractivo-exportador, el Estado-nación
y la captación de renta extraordinaria), territoriales (ocupación intensiva
del territorio, luchas eco-territoriales con participación de diferentes
actores colectivos); en fin políticas (emergencia de una nueva gramática
política contestataria, aumento de la violencia estatal y paraestatal).

 

El neoextractivismo contemporáneo puede ser caracterizado como un modelo de
desarrollo insustentable basado en la sobre-explotación de bienes naturales,
cada vez más escasos, en gran parte no renovables, así como en la expansión
de las fronteras de explotación hacia territorios antes considerados como
improductivos desde el punto de vista del capital. El mismo se caracteriza
por la orientación a la exportación de bienes primarios a gran escala, entre
ellos, hidrocarburos (gas y petróleo), metales y minerales (cobre, oro,
plata, estaño, bauxita, zinc, entre otros), así como productos ligados al
nuevo paradigma agrario (soja, palma africana, caña de azúcar). Definido de
este modo, el neoextractivismo designa algo más que las actividades
consideradas tradicionalmente como extractivas, pues incluye desde la
megaminería a cielo abierto, la expansión de la frontera petrolera y
energética, la construcción de grandes represas hidroeléctricas y otras
obras de infraestructura, hasta la expansión de diferentes formas de
monocultivos o monoproducción, a través de la generalización del modelo de
agronegocios, la sobreexplotación pesquera o los monocultivos forestales.

 

-El método del fracking para la explotación petrolera ¿es comparable al de
la megaminería?

 

Sí, ciertamente. Esta técnica muy riesgosa consiste en la inyección a altas
presiones de agua, arena y productos químicos a las formaciones rocosas
ricas en hidrocarburos, con el objetivo de incrementar la permeabilidad y,
con ello, de mejorar la extracción de los mismos. Pero hay que entender el
fracking de modo más general, en el marco de la ampliación de la frontera
tecnológica, que permitió buscar otras formas de yacimiento de
hidrocarburos, los denominados no convencionales, de extracción técnicamente
más difícil, económicamente más costosa y con mayores riesgos de
contaminación. Esto es lo que llamamos “energías extremas”, siguiendo la
definición del Observatorio Petrolero sur. Este concepto se refiere no solo
a las características de los hidrocarburos, sino también a un contexto en el
que la explotación de gas, crudo y carbón entraña cada vez mayores riesgos
geológicos, ambientales, laborales y sociales; además de una alta
accidentalidad comparada con las explotaciones tradicionales o llamadas
convencionales.

 

Por ejemplo, en la actualidad, en la cuenca neuquina se produce un promedio
de dos derrames por día. Uno de los derrames más impactantes fue el que se
produjo en octubre de 2018 en Bandurria Sur (a 11 kilómetros de Añelo), que
afectó entre 40 y 80 hectáreas, el cual estuvo 36 horas fuera de control y
no fue informado por la empresa sino por los trabajadores. También en Allen,
Río Negro, donde el fracking avanza entre plantaciones de peras y manzanas,
entre marzo de 2014 y enero de 2018 hubo al menos catorce accidentes, entre
explosión de pozos, incendios con llamas de hasta 15 metros de altura, y
derrames en zonas de producción de peras, roturas de canales de riego y 240
mil litros de agua tóxica derramada sobre chacras.

 

Junto con el aumento de la tasa de accidentes ambientales y laborales, una
de las mayores preocupaciones es el incremento de la sismicidad, que afecta
a la localidad de Sauzal Bonito, en Neuquén. Esto sucede en todos lados. No
por casualidad la moratoria (suspensión) más reciente del fracking, la de
Inglaterra, se vincula con el aumento de la sismicidad.

 

Por último, el nuevo ministro del ambiente, Juan Cabandié debería tomar nota
de que Vaca Muerta es considerada también una potencial bomba de carbono. El
fracking requiere mayor consumo de energía e incluso un mayor volumen de
venteo o quema de gas durante la fase de terminación del pozo. Tanto el
shale gas como el tight gas generan mayores emisiones de gases de efecto
invernadero que el convencional durante su etapa de producción.

 

Muchas veces se usa el argumento -esgrimido por igual por neoliberales y
“progresistas”- de que los países periféricos no tienen otra alternativa
para “desarrollarse”...

 

Ahí hay varias cuestiones. Lo primero, es que todavía existe en los sectores
dominantes una resistencia a pensar las economías latinoamericanas o
periféricas por fuera de un modelo productivista y exportador. Predomina una
mirada lineal que minimiza los impactos ambientales y socioterritoriales,
exagerando las ganancias económicas y la creación de empleo. Hay mucho
engaño, muchos mitos, por no decir terrorismo estadístico, cuyo propósito es
hacerles aceptar a las comunidades un destino extractivista. Por otro lado,
hay alternativas productivas que proponen superar el neoextractivismo, que
no son consideradas ni debatidas, aunque nadie dice que será fácil hacer la
transición. Se requiere abandonar la mentalidad colonial que nos convierte
en meras economías adaptativas o países exportadores de naturaleza y al
mismo tiempo una gran imaginación y coraje político, que vuelque la atención
hacia el interior de los territorios. ¡Vean lo que pasa en Argentina con la
expansión de la agroecología en los últimos 5 años! Es algo realmente
increíble que en el país de la soja, la agroecología avance tan rápidamente
mostrando que es posible otra forma de cultivar la tierra y producir sano. Y
en no pocos casos avanza con el apoyo de los municipios, como en San Antonio
de Areco…

 

-Señalaste en su momento que “a mayor extractivismo, menor democracia”. Con
lo que vimos en Mendoza en estos días, parecería irrefutable. Pero más en
general: ¿Para vos cómo es esa relación?

 

El neoextractivismo es una ventana privilegiada para realizar una lectura en
términos de crisis de la democracia, esto es, de la relación entre régimen
político, democracia y respeto de los derechos humanos. Sin licencia social,
sin consulta a las poblaciones, sin controles ambientales y con escasa
presencia del Estado o aún con ella, la tendencia actual es la manipulación
de las formas de participación popular, con el objeto de controlar las
decisiones colectivas. Por otro lado, el aumento de la violencia estatal y
paraestatal abre la pregunta sobre los vínculos siempre tensos entre
extractivismo y derechos humanos. La ecuación perversa entre “a más
extractivismo, menos democracia” muestra el peligroso desliz hacia el cierre
político, vista la creciente criminalización de las protestas
socioambientales y el ya aludido incremento del asesinato de activistas
ambientales en todo el mundo, muy particularmente en América Latina.

 

Lo novedoso es que al calor de las luchas, se vienen afirmando otros
lenguajes de valoración del territorio, otros modos de construcción del
vínculo con la naturaleza, otras narrativas de la madre tierra, pero también
otras formas de participación democrática. Estos lenguajes se nutren de
diferentes matrices político-ideológicas, de perspectivas anticapitalistas,
ecologistas e indianistas, feministas y antipatriarcales, que provienen del
heterogéneo mundo de las clases subalternas, y recorren el campo de las
ciencias humanas y sociales, el de las ciencias de la tierra, incluso el
campo del arte, asociadas a las vanguardias estéticas. Estos lenguajes
construidos desde abajo constituyen los puntos de partida ineludibles en el
proceso de construcción de una convivialidad democrática, de otros modos de
habitar la tierra.

 

-¿Algo más que quieras agregar?

 

Quisiera agregar algo más sobre lo ocurrido en Mendoza. En estos días en que
las calles mendocinas rebasaron y mostraron la potencia de la sociedad en
movimiento, los teléfonos ardieron y muchxs amigxs progresistas estuvieron
apoyando y moviendo hilos. Y eso nos llena de alegría.

 

A lxs amigxs progresistas, a aquellos que todavía no se han sumado a esta
lucha con quienes queremos seguir manteniendo un puente, un diálogo abierto,
les decimos que se sumen a esta lucha por la vida, por la defensa de los
territorios, que no toleren ni avalen que su gobierno pacte con el capital
extractivo.

 

Ya no es posible mantener como punto ciego las problemáticas ambientales en
un país donde se hace fracking, donde se fumiga glifosato a gran escala,
donde arrasa la megaminería. Así que a enfrentar con orgullo el 2020 y al
gran pueblo mendocinx, ¡salud!

  _____  

 

Anexo

 

Información aportada por Marian Sola Álvarez

 

Los informes del Ministerio de Energía y Minería (2016) señalan que son 435
los prospectos mineros existentes, encontrándose la mayoría de ellos (82 %)
en la etapa inicial del ciclo minero. Según el documento oficial, el 9.5 %
de los proyectos se ubica en las fases de factibilidad y operación, y son
alrededor de 20 los proyectos en estado de exploración avanzada.

 

Los principales proyectos de minería metalífera a cielo abierto en
funcionamiento son alrededor de 10, entre estos se encuentran [2]:

 

a) los proyectos que inauguraron la megaminería en el país, Minera Bajo la
Alumbrera (1997- Catamarca), Cerro Vanguardia (1998- Santa Cruz) y Veladero
(2005- San Juan); 

 b) los proyectos que fueron reconvertidos a la modalidad cielo abierto y a
gran escala, Mina Aguilar y Mina Pirquitas, en la provincia de Jujuy. Estos
proyectos datan de los años ´30, pero en la primera década del 2000 fueron
adquiridos por empresas mineras canadienses para prolongar su explotación; 

 c) los proyectos mineros que se expandieron a partir del año 2005, en
algunos casos, estos proyectos combinan técnicas de explotación a cielo
abierto con técnicas subterráneas, tal es el caso de Casposo y Gualcamayo,
ambos situados en la provincia de San Juan.

 

Principales proyectos de minería metalífera en funcionamiento en Argentina
[3]

 

Según un informe de la Subsecretaría de Planificación Económica (2016), en
el año 2014, el 50 % del valor de la actividad minera fue aportado por los
metales [4]; entre ellos, solo cuatro concentran el 46 % del valor de la
minería nacional: oro, cobre, plata y molibdeno. En términos de volumen, el
cobre es el mineral más extraído, siendo Minera Alumbrera la empresa que
mayor tonelaje aporta. No obstante, el oro fue ganando participación en la
última década, desplazando al cobre del primer lugar. En gran medida esto se
relaciona con la actividad del proyecto Veladero, que en el año 2017 extrajo
aproximadamente el doble de oro que los proyectos Cerro Negro, Cerro
Vanguardia y Alumbrera (Ministerio de Energía y Minería, 2017). Argentina se
inserta en la cadena global como proveedora de mineral en bruto, con escaso
nivel de procesamiento. De esta forma, el mineral de cobre, oro y plata
extraído en el país es enviado al mercado externo en forma de concentrado o
metal doré para su posterior refinación e industrialización.

 

Notas 

 

[1] Ver
https://www.theguardian.com/environment/ng-interactive/2017/jul/13/the-defen
ders-tracker y
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2018/02/02/asesinan-acerca-de-200-defenso
res-del-medio-ambiente-en-2017-global-witness-5318.html
<http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2018/02/02/asesinan-acerca-de-200-defens
ores-del-medio-ambiente-en-2017-global-witness-5318.html>  

[2] Esta clasificación la tomamos de Bottaro (2016). Asimismo, frente a la
escasa disponibilidad de información oficial acerca de la cantidad de
proyectos mineros metalíferos coincidimos con la autora en que la
inconsistencia de los datos se complementa con el objetivo de
sobredimensionar la cantidad de proyectos para mostrar, especialmente a los
inversores, la importancia y el crecimiento del sector en el país. Al mismo
tiempo, los datos proporcionados no presentan ninguna diferenciación entre
proyectos de minería tradicional, o minería a gran escala. 

[3] Las fuentes consultadas para obtener la información fueron los
siguientes sitios web: http://www.mineria.gob.ar
<http://www.mineria.gob.ar/> ; Ministerio de Minería de San Juan,
http://mineria.sanjuan.gov.ar/  <http://mineria.sanjuan.gov.ar/>  Cámara
Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) www.caem.com.ar
<http://www.caem.com.ar/> ; El inversor Energético y Minero
http://www.inversorenergetico.com.ar <http://www.inversorenergetico.com.ar/>
, http://www.latinomineria.com/  <http://www.latinomineria.com/>  y
http://panorama-minero.com/ . <http://panorama-minero.com/>  

[4] Las rocas de aplicación aportaron el 41 % y los minerales no metalíferos
el 9 % (Subsecretaría de Planificación Económica, 2016:9).

  _____  

 

------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20191229/2a5acece/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa