Siria/ Miles de residentes de personas Idlib, ya sin hogar, también podrían verse privadas de alimentos [Benjamin Barthe]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Dic 30 22:45:04 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

30 de diciembre 2019

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Siria

 

Miles de personas residentes de Idlib, ya sin hogar, también podrían verse
privadas de alimentos

 

Benjamin Barthe *

A l´encontre, 

http://alencontre.org/ 

Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur

https://www.vientosur.info/

 

Un video aéreo filmado el martes 24 de diciembre muestra un pueblo fantasma
sin ningún tipo de movimiento, una extensión de cemento bañada por un
silencio mortal. La semana pasada, como una ciudad caribeña a la que se
acerca un ciclón, Maarat Al-Nouman, un centro comercial en el noroeste de
Siria, se vació de gente. En pocos días, decenas de miles de personas que
residían allí se marcharon de, amontonadas en camiones y automóviles, llenos
a rebosar de colchones, mantas y utensilios de cocina.

 

El éxodo es fruto del avance de las tropas gubernamentales en el sur de la
provincia de Idib, el último bastión de la insurgencia anti-Assad. En dos
semanas, los bombardeos en esta región, dominada por el grupo yihadista
Hayat Tahrir Al-Cham (HTC), desplazaron a casi 130.000 personas según las
Naciones Unidas (ONU) y causaron la muerte de un centenar de civiles según
el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

 

El miércoles 25 de diciembre, las tropas lealistas, que capturaron 40
aldeas, estaban a solo 4 kilómetros de Maarat Al-Nouman y también amenazaron
a la ciudad vecina de Saraqeb, un poco más al norte.

 

Esta ofensiva es parte del vasto movimiento de reconquista iniciado por el
régimen de Damasco a fines de 2016, con la recuperación de Alepo Este. El
gobierno sirio, que ha encadenado victorias sobre la rebelión desde esa
fecha, ahora controla más del 70% del territorio. En octubre, de paso por el
frente de Idlib, por primera vez desde que comenzó el levantamiento en 2011,
el presidente Bachar Al-Assad reafirmaba su determinación de recuperar esta
región, en la que reinaba una frágil tregua.

 

Abriendo Alepo

 

Esta calma se decretó después de una primera ofensiva, entre abril y agosto,
que permitió al régimen apoderarse de Khan Cheikhoun. La nueva operación,
que es una prolongación de la anterior, tiene como objetivo desalojar a los
rebeldes del segmento de la autopista M5, un eje estratégico entre el norte
y el sur del país, que pasa por las localidades de Saraqeb y Maarat
Al-Nouman. Al hacerlo, el gobierno sirio espera romper el aislamiento de
Alepo, la gran ciudad del norte de Siria, conectándola de nuevo directamente
a Damasco, la capital.

 

La reapertura de la M5 al tráfico fue parte del acuerdo de desmilitarización
de Idlib, firmado en las costas del Mar Negro, en Sochi, en septiembre de
2018 entre Turquía, que apoya a los insurgentes y Rusia, protectora de
Damasco.

 

Pero este compromiso, que también preveía la detención del bombardeo y la
retirada del HTC de una banda de 15 a 20 km de ancho a lo largo del frente,
fue violada por todas las partes. Ankara no logró neutralizar al grupo
yihadista, mientras que Moscú tampoco ha intentado realmente frenar el
apetito de reconquista del régimen.

 

Como de costumbre, los bombarderos de combate sirios y rusos apuntan tanto a
las posiciones yihadistas como a la infraestructura civil. Varios centros
médicos, cuyas coordenadas se habían transmitido al estado mayor ruso, a
través de la ONU, fueron alcanzados por disparos, especialmente en
Al-Shannan, Kafr-Nabel y Kasanfra.

 

Sembrar el pánico 

 

Con el acercamiento de las fuerzas pro-Assad, el gran hospital de Maarat
Al-Nouman, que emplea a 250 personas, tuvo que suspender las operaciones el
23 de diciembre. Según la organización SAMS (Syrian American Medical
Society), que le ayudaba, este establecimiento ha sido bombardeado al menos
cuatro veces desde febrero de 2017. Esta táctica, un clásico de las
operaciones de contrainsurgencia, tiene como objetivo socavar la moral de
los civiles, para aumentar la presión sobre los hombros de las y los
combatientes y sembrar el pánico entre las y los adversarios.

 

El martes por la mañana, al menos ocho personas, incluidos cinco niños y una
mujer, que se habían refugiado en una escuela cerca de Saraqeb, murieron en
un ataque aéreo de la fuerza aérea rusa. Un video filmado el lunes en la
misma localidad, en la M5, mostró cuerpos tendidos cerca de un tractor y un
remolque quemados. Probablemente una familia fulminada por ataques rusos o
sirios en su huida.

 

"El régimen quiere recuperar la autovía, aplicar el acuerdo de Sochi por la
fuerza, sea cual sea el precio", dice Amer Alsayed Ali, un fotógrafo que
trabaja en Idlib. “Las personas intentan salvar su piel lo mejor que pueden.
Se van sin saber a dónde ir, sin tener la menor idea de cómo van a
sobrevivir ".

 

Los enormes campamentos construidos en la frontera turca, que tuvieron que
albergar a 300.000 personas desplazadas durante la ofensiva de primavera y
verano, están saturados. Las lluvias torrenciales que azotaron la región a
principios de este mes inundaron varios de ellos. La vida allí es aún más
difícil ya que la falta de combustible en el noroeste de Siria ha aumentado
el costo de la calefacción. Según un informe de la ONU, algunas familias
reúnen sus escasos recursos para calentar una tienda de campaña, donde ponen
a todos sus hijos e hijas para dormir, mientras que una persona adulta
vigila bajo el frío que la tela no se incendie.

 

Turquía teme nueva afluencia de refugiados

 

La gente recién desplazada, que no puede encontrar un lugar en los
campamentos, o escuelas vacías u hogares para refugiarse, se ve obligada a
dormir en las calles.

 

“Conocí a cinco familias instaladas en la acera, cerca de una mezquita de
Idlib que estaba abarrotada,” dice Amer Alsayed Ali. “Su sueño más salvaje
era encontrar una tienda de campaña”. “¿Somos animales salvajes para ser
tratados así? ” exclama un hombre en un video que grabó cerca de Saraqeb.

 

Turquía, que teme una nueva afluencia de personas refugiadas sirias en su
territorio, está tratando de negociar con Rusia un tercer alto el fuego. La
urgencia es tanto mayor cuanto que otra amenaza se cierne sobre los hombros
de las y los condenados de Idlib.

 

La semana pasada en el Consejo de Seguridad de la ONU, Moscú y Pekín
bloquearon la renovación del programa humanitario transfronterizo que desde
2014 ha permitido entregar ayuda a la gente siria desde Irak, Jordania y
Turquía. La comunidad internacional tiene hasta el 10 de enero para
encontrar un compromiso. Después de esta fecha, decenas de miles de
residentes de Idlib, ya sin hogar, también podrían encontrarse sin comida. 

 

* Artículo publicado originalmente en Le Monde, 27-12-2019.

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