Suiza/ Una marea violeta. Huelga feminista en el país de la paz social [Geneviève de Rham - Michela Bovolenta]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Jun 25 18:40:03 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

25 de junio 2019

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Suiza



Una marea violeta



Huelga feminista en el país de la paz social



Geneviève de Rham

A l´encontre, 23-6-2019

http://alencontre.org/

Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa



Este 14 de junio de 2019, una marea violeta cubrió Suiza. Violeta como el
color de la huelga feminista y de las mujeres. La idea de la huelga nació en
enero de 2018, en ocasión del Congreso de Mujeres de la Unión Sindical Suiza
(USS), en la que la resolución fue adoptada por unanimidad por las 250
mujeres presentes.



¿De dónde viene esta huelga feminista?



En ese momento, se trataba de una alternativa a la perspectiva de lanzar una
iniciativa popular federal por la igualdad entre hombres y mujeres.



A nivel internacional, impresionantes movimientos feministas se
desarrollaban en Polonia, en los Estados Unidos, en Argentina y en toda
América latina, así como en Italia, cuestionando la idea de que el feminismo
había sido superado. La huelga feminista del 8 de marzo de 2018 en el Estado
español se estaba preparando y tuvo un éxito inesperado.



Aunque los nuevos tiempos se colorearan de feminismo a nivel internacional,
era necesario dar vida a la propuesta de huelga de mujeres de 2019 en Suiza.
A partir de una convocatoria de mujeres sindicalistas suizas francófonas,
tuvo lugar en Lausana, en junio de 2018, la reunión preparatoria cuya idea
era sondear la posibilidad de realizar una huelga de ese tipo en Suiza.



Entonces, la dinámica empieza a funcionar: 150 mujeres deciden iniciar la
preparación concreta de la huelga. Se ponen de acuerdo para crear colectivos
con adhesión individual reservados a las mujeres y difunden un llamado a la
huelga feminista y de las mujeres* durante la manifestación por la igualdad
salarial organizada por la USS en Berna en setiembre de 2018.



Desde el principio, y siguiendo el ejemplo de la huelga feminista española,
la huelga es organizada de manera tal que las mujeres puedan parar en sus
casas, en el trabajo, en centros de formación o de consumo.



¿Qué fecha elegir para la huelga: el 8 de marzo o el 14 de junio? Eligen la
segunda fecha, que permite fijar la huelga en la historia del feminismo en
Suiza. El 14 de junio de 1981, fue votado un artículo constitucional que
establece la igualdad entre hombres y mujeres; diez años después, tuvo lugar
una huelga de mujeres reclamando su real aplicación. Por otra parte, esa
fecha dejaba más tiempo para construir el movimiento de huelga ya que el
llamado tenía que ser adoptado por el congreso de la USS de noviembre de
2018.



A partir de julio de 2018 se crearon colectivos en los cantones suizos
francófonos, luego en la Suiza germánica y en la Suiza italiana. La primera
acción fue la del llamado a las mujeres a participar en la manifestación por
la igualdad salarial del 22 de setiembre en Berna la que tuvo un gran éxito,
con más de 20.000 participantes.



Durante el encuentro de la Suiza francesa, tomaron la decisión de redactar
un Manifiesto por la huelga feminista y de las mujeres. (1) El primer
proyecto, elaborado después de un encuentro en el mes de agosto, provocó una
serie de críticas, acotaciones y ampliaciones del llamado. El Manifiesto fue
entonces profundamente modificado; las problemáticas planteadas en el mismo
fueron ampliadas y discutidas durante todo el otoño (europeo). A fines de
2018, una versión final del Manifiesto (2) parte de la vida de las mujeres
para plantear las reivindicaciones, evitando la uniformización del
movimiento alrededor de eslóganes reductores. Ese Manifiesto presenta los
argumentos y las reivindicaciones a partir de las cuales se desarrollará la
movilización por la huelga feminista. El manifiesto fue traducido en alemán
y en italiano.



Para evitar la dispersión del movimiento en una multiplicidad de acciones
locales, las representantes de los colectivos y secretarias sindicales
organizaron una coordinación francófona y una coordinación nacional, con un
funcionamiento flexible.



En marzo de 2019, se reunió el Encuentro nacional de colectivos por la
huelga feminista y de las mujeres, convocado por la Coordinación nacional en
Berna. Quinientas mujeres de todas las regiones suizas adoptaron un “Llamado
a la huelga”, basándose en las reivindicaciones del Manifiesto. El texto
“como hacer huelga”, presentado en el encuentro, fue difundido en las
semanas siguientes. Fueron adoptados dos “momentos” unificadores para el 14
de junio: a las 11 de la mañana, lectura del llamado a la huelga, a las 15 y
24 minutos de la tarde, llamado a parar de trabajar para establecer la
diferencia salarial teórica media entre hombres y mujeres. Por lo demás, las
mujeres se organizaron como mejor les conviniera. Esos dos “momentos” fueron
ampliamente adoptados en las acciones del 14 de junio, subrayando así el
carácter nacional de la huelga.



Ese modo de funcionamiento permitió la descentralización de las acciones que
había que construir para el 14 de junio, estimulando la auto-organización de
colectivos en ciudades pequeñas, en los lugares de trabajo o de estudio, en
los barrios.



Las polarizaciones políticas en torno a la huelga empiezan con el año 2019



En la prensa, surgen campañas cuyo objetivo es el de deslegitimar el llamado
a la huelga. El objetivo es claro: que el movimiento entrara en el marco
establecido de la paz social y de la “democracia de concertación”,
predominante en Suiza, sin hablar de “las cuotas de mujeres” en los consejos
directivos de las grandes empresas (puesto en evidencia desde el jueves 20
de junio de 2019 en la Cámara alta – Consejo de los Estados). Pero esas
campañas no lograron alcanzar su objetivo: en lugar de entrar en un juego de
compromisos y de conciliación social, la coordinación francófona de los
colectivos no arrió banderas y mantuvo la radicalidad reivindicada en el
Manifiesto.



El primer ataque fue publicado el 31 de enero de 2019 en el diario Le Temps,
bajo el título Huelga de mujeres, ¿huelga de izquierda? Con la firma de 250
mujeres, los colectivos francófonos, sin amedrentarse, publicaron una
tribuna en la que afirmaban: “Detrás de nuestro movimiento no se esconde
ninguna operación de marketing político, sino la estricta realidad de
nuestras vidas […] Nos reprochan que critiquemos la economía capitalista
porque queremos poner en el centro de nuestras preocupaciones y de nuestras
acciones al ser humano, el equilibrio ecológico y la vida en lugar del
dinero y de las ganancias. Esas críticas, las asumimos. […] La huelga
feminista y de las mujeres del 14 de junio se hará con todas aquellas que
quieran participar.”



El segundo ataque fue lanzado por el diario Le Matin Dimanche del 7 de abril
de 2019, el que decía: Los patrones no quieren una huelga de mujeres. Las
asociaciones patronales impugnaban la legalidad del movimiento, invocando el
artículo 28 de la Constitución federal (3). La respuesta de los colectivos
fue: “la huelga es un derecho fundamental en una sociedad democrática. […]
Afirmamos nuestro derecho a hacer huelga en tanto que trabajadoras, pero
también afirmamos nuestro derecho a reinventar la huelga para que ésta
adopte formas múltiples: en los centros de trabajo, de vida, en la calle:
nos quedaremos de brazos cruzados donde quiera que estemos, cada una a su
manera, durante un momento o durante todo el día […]. Lo ilícito, son las
desigualdades de salarios, los despidos de mujeres embarazadas o que quieren
reintegrarse después de una licencia por maternidad, el acoso sexual y todas
las discriminaciones basadas en el sexo o en la identidad de género a las
que nos vemos confrontadas a lo largo de nuestra vida. Nuestra huelga no es
ilegal.”



El tercer ataque vino de la Tribune de Genève el 26 de abril de 2019: Sería
una huelga contra los hombres. Ese ataque no pasó desapercibido para las
mujeres ya movilizadas: ya en setiembre de 2018, los colectivos habían
escrito claramente: “nuestra huelga no será una huelga contra los hombres,
sino contra un sistema patriarcal que ya no debería existir. El 14 de junio,
los hombres solidarios están invitados a apoyar a las mujeres en huelga.” La
respuesta fue ampliamente difundida, con lo que el eco del ataque de la
Tribune de Genève fue atenuado.



Paralelamente a esos ataques mediáticos, las declaraciones masculinistas y
misóginas surgían por todos lados, en particular en las redes sociales.



Los ataques públicos contra la huelga feminista y de mujeres contribuyeron,
finalmente, a consolidar la movilización. La coordinación francófona no se
dejó impresionar por las amenazas. Las respuestas de la coordinación dieron
a las mujeres aún más argumentos para defender la huelga.



En los centros de trabajo del sector público, donde se mantiene una práctica
de movilizaciones, la huelga fue preparada en sus más mínimos detalles, lo
que se extendió a otras entidades. El 18 y 19 de mayo, el diario 24 horas
decía: En las escuelas, guarderías y hospitales, la paralización fue
importante. Por falta de personal, esos establecimientos habrían  podido
mantenerse cerrados durante la huelga de las mujeres. Esa dinámica de
movilización fue facilitada por la toma de posición de algunas autoridades
comunales a favor de la huelga, por ejemplo, dando un día de licencia al
personal.



En el sector privado, la voluntad de movilizarse fue mucho menor. La campaña
de Unia (principal sindicato de Suiza) tuvo solo una dimensión mediática.
Sin embargo, muchas mujeres trabajan en la relojería o en la venta, por
ejemplo. Pero las CCT (convenciones colectivas de trabajo) tienen cláusulas
de paz social absoluta y las secretarias sindicales no cuentan con el apoyo
de su central para llamar a paros o huelgas en esos sectores. En la Suiza
germánica, la patrona de EMS-Chemie, Magdalena Martullo-Blocher (diputada
del partido Unión Democrática del Centro) amenazó abiertamente a los
sindicatos: la participación de “su” personal en la huelga de las mujeres
conduciría a denunciar la convención colectiva de trabajo.



El 4 de junio, el grupo de prensa Tamedia publicó los resultados de una
encuesta: el 70% de las mujeres y el 57% de los hombres interrogados
apoyaban la movilización del 14 de junio (la palabra “huelga” no fue
utilizada en las preguntas de la encuesta).



El 9 de junio, las Business and Professional Women (BPW) Switzerland, la
alianza de las sociedades femeninas suizas (Alianza F), así como las mujeres
de los partidos burgueses (Partido Liberal Radical-PLR, Partido Demócrata
Cristiano-PDC, Partido Burgués Democrático-PBD y Partido Verde Liberal-PVL)
publicaron un comunicado estableciendo que ellas “no llaman a la huelga,
pero que la igualdad entre hombres y mujeres no es solo un asunto de los
partidos y de los sindicatos de izquierda. La igualdad es un problema de
todos”. Las BPW querían utilizar el 14 de junio como jornada de acción para
llamar la atención sobre los objetivos propios a alcanzar. Reclamaban, en
particular, más mujeres en las instancias de dirección de las empresas, ya
que los consejos de administración de las grandes empresas solo cuentan con
20% de mujeres y las direcciones de esas empresas, con solo 10% de mujeres.
También en el bando opuesto, las mujeres de la UDC francófona llamaron a una
comida de beneficencia  para la asociación de “ayuda a las madres y a los
hijos” una organización Pro Life, también el 14 de junio de 2019.



En el programa Infrarrojo del 12 de junio, el programa de debates más
importante de la TSR (Radio Televisión Suiza), no fue invitada ninguna
representante de los colectivos. Una campaña en las redes sociales manifestó
el descontento y la incomprensión de las mujeres que desde hacía meses
venían preparando la movilización. La reacción rápida y amplia llevó a
Infrarrojo a invitar a una representante de los colectivos para participar
¡en el público y a tomar la palabra durante dos minutos!, con lo cual, esa
representante se fue del programa, seguida por tres mujeres del público.



El 14 de junio, cientos de miles de mujeres participaron en las acciones
organizadas para la huelga feminista y de las mujeres en sus casas, lugares
de trabajo, de formación o de consumo. En las universidades y en las
escuelas superiores y también en la enseñanza obligatoria. En las
guarderías, en los barrios y en las plazas públicas, delante de los
supermercados. Las manifestaciones convocadas en la tardecita suiza en las
grandes ciudades fueron las más masivas, nuca vistas en Suiza, y reunieron a
cientos de miles de mujeres y de hombres solidarios. Sin duda alguna, esa
jornada va a marcar la historia (4).



El enorme éxito se explica porque la huelga feminista y de las mujeres supo
mantener su radicalidad contra las diversas presiones. Ese movimiento se
construyó de manera capilar y ejerció una relación de fuerzas por fuera de
todo calendario del tipo de un referéndum de iniciativa popular, referéndum
desde arriba o elección, lo que no es para nada habitual en Suiza. Todas las
mujeres que querían y podían encontraron su lugar, cualquiera que fuera “el
color de su pasaporte”. (5)



Después del 14 de junio, no aflojamos nada…



…gritaban los cientos de miles de manifestantes. El desafío planteado es el
de plasmar las reivindicaciones en los lugares de trabajo y mantener la
actividad de los colectivos para mantener la presión feminista expresada el
14 de junio.



Ya hay varias fechas previstas:



La lucha contra el aumento de la edad para la jubilación de las , que
pasaría 64 a 65 años y que, en 1997, había sido aumentada de 62 a 64 años.



Las elecciones federales del 20 de octubre de 2019. A propósito de las
elecciones, la asociación ¡Políticas! Viene desarrollando una campaña
interpartidaria ¡Helvecia Ruft! (Helvecia te llama) para promover la
elección de mujeres en los parlamentos.



La preparación de la huelga feminista internacional del 8 de marzo de 2020.



La aplicación de la Convención de Estambul (Convención del Consejo de Europa
sobre la prevención y la lucha contra la violencia hacia las mujeres y
contra la violencia doméstica), que fue ratificada recientemente por Suiza.
[6]



El éxito extraordinario de la huelga feminista y de las mujeres muestra que
es posible construir un movimiento de masas a partir de reivindicaciones
radicales que abarquen TODOS los aspectos de la vida de las mujeres en la
sociedad, incluso en un país en el que la paz social amordaza la expresión
de los conflictos.



Notas



1)  Este texto fue traducido a 11 lenguas diferentes por mujeres de los
colectivos, permitiendo de esa manera llegar a mujeres inmigrantes. (Puede
consultarse en www.frauenstreik.ch) <http://www.frauenstreik.ch/>

2)  Publicado el 14 de enero de 2019 en el sitio  Al´encontre, en la pestaña
Société, Femmes.
http://alencontre.org/suisse/manifeste-pour-la-greve-feministe-et-des-femmes
-du-14-juin-2019.html

3) Artículo 28 de la Constitución, Libertad sindical (¡y no derecho de
huelga!): 1) Los trabajadores, los empleadores y sus organizaciones tienen
derecho a organizarse en sindicatos para la defensa de sus intereses, a
crear asociaciones y a afiliarse o no a ellos; 2) Los conflictos son
regulados de preferencia por la negociación o la mediación; 3) La huelga y
el lock-out son lícitos cuando tienen que ver con relaciones de trabajo,
debiendo conformarse a las obligaciones de mantener la paz del trabajo o de
recurrir a una conciliación; 4) La ley puede prohibir el recurso a la huelga
de ciertas categorías de personas.

4) ¡Incluso Christine Lagarde! (FMI) que daba un discurso por el centenario
de la OIT el 14 de junio en la ONU, llevaba una escarapela de la huelga en
la solapa de su chaqueta.

5) En Suiza, un cuarto de la población no tiene nacionalidad suiza y carece
de derechos políticos.

6) Para refrescar la memoria, en todas las guerras actuales, la violación de
las mujeres se ha convertido en “arma de guerra” masiva y generalizada.

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Huelga de las mujeres. “¡Después del 14 de junio no cederemos nada!”



La huelga feminista y de las mujeres fue histórica



Michela Bovolenta *

A l´encontre, 21-6-2019

http://alencontre.org/



Nunca antes, Suiza había visto una movilización tan masiva: medio millón de
mujeres y de hombres solidarios participaron en las manifestaciones de la
tardecita del 14 de junio. Hay que agregarles las decenas de miles de
mujeres que participaron de noche o durante el día en las acciones
descentralizadas que tuvieron lugar en todas partes: en el trabajo, en
varias ciudades, en los pueblos y en los barrios. Más mujeres que en 1991 y
con la misma determinación que aquellas mujeres.



Una ola violeta inmensa cubrió el país: de Saint Gall a Génova, de Chiasso a
Basilea. Por todas partes, las mujeres se cruzaron de brazos para
reivindicar la igualdad y gritar, en eslóganes o en canciones, que ya basta.
Basta de desigualdades. Basta de discriminaciones. Basta de violencia
machista.



La ola de solidaridad unió las voces de las mujeres, a menudo en una
profunda emoción y con un espíritu de solidaridad pocas veces visto.
Orgullosas de ser mujeres. Y feministas. Esa palabra, que muchas no podían
antes pronunciar por haber sido tan denostada, se liberó y permitió que
decenas de miles de mujeres expresaran su voluntad común de luchar juntas
por nuestros derechos, nuestras libertades, por el respeto de nuestros
cuerpos y de nuestras vidas.



Hacer una huelga feminista en Suiza era, sin embargo, una apuesta casi
alocada. Propuesto en el Congreso de las mujeres de la Unión Sindical Suiza
(USS), surgido de las mujeres del SSP, el llamado a la huelga tomó cuerpo
verdaderamente a partir del Encuentro francófono del 2 de junio del 2018,
que reunió a más de 150 mujeres –organizadas o no, afiliadas a un sindicato
o no- convencidas de que el patriarcado pertenece a una época pretérita y
que hay que luchar contra un sistema económico en el que las ganancias de
algunos cuentan más que la vida de la mayoría de la población. A partir de
esa fecha, se fueron creando colectivos en todos los cantones suizos, un
Manifiesto fue redactado, una red francófona y nacional se fue creando.



Día tras día, fuimos viendo crecer el movimiento. Pese a los intentos por
desacreditarnos, por ridiculizarnos o provocar miedo entre nosotras, nada
pudo contra nuestra determinación. Cada vez éramos más. En las últimas
semanas, el interés de la prensa creció, dando así, por fin, visibilidad a
las discriminaciones que vivimos desde hace tiempo en medio de la
indiferencia generalizada. Hablaron de la importancia de las desigualdades
salariales, de los ingresos demasiado bajos, del escándalo de las mujeres
que pierden su empleo durante o después del embarazo, e incluso del drama de
las violencias sexistas.

Esa toma de conciencia llegó a cientos de miles de mujeres, incluso a
periodistas que se unieron a la huelga. En los lugares de trabajo, fueron
abiertos cuadernos de reivindicaciones que reclamaban medidas como la
revalorización de los oficios y profesiones femeninos, la reincorporación
del personal de limpieza en los servicios públicos, el respeto de los
horarios de trabajo compatibles con la vida familiar y privada o, incluso,
una jubilación a los 60 años para el personal de la salud.



Después del éxito del 14 de junio, dan ganas de seguir. De seguir levantando
las reivindicaciones del Manifiesto, pero también las que fueron elaboradas
en los lugares de trabajo. Nuestras reivindicaciones forman un conjunto y
nuestra voluntad es la de no elegir una descartando la otra: la lucha contra
el sexismo es tan importante como la igualdad y la revalorización del
salario de las mujeres; no cederemos ni un ápice sobre la edad para la
jubilación de las mujeres, queremos una licencia por maternidad y una
licencia para cuidar a nuestros hijos. Estaremos junto con las mujeres
inmigrantes para defender su derecho a quedarse en Suiza, el derecho a tener
papeles, el derecho a estar protegidas por la Ley de trabajo cuando trabajan
en la economía doméstica. Y eso no es todo.



El 14 de junio, muchas mujeres políticas, consejeras de Estado y ediles
municipales dijeron presente en las manifestaciones. Ahora, es tiempo de
respuestas concretas a nuestras demandas. No queremos ni anuncios vacíos ni
promesas en el aire. Queremos la igualdad. Y seguiremos movilizadas todo el
tiempo que sea necesario.



* Michela Bovolenta es secretaria del SSP (Sindicato de los Servicios
Públicos). Este editorial fue publicado el viernes 21 de junio en Services
publics.

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