Italia/ Colonización interna. "Los inmigrantes viven días terribles" [Iside Gjerji - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Mayo 7 00:28:15 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

7 de mayo 2019

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Italia

 

Entrevista a Iside Gjerji

 

“En Italia los inmigrantes viven días terribles”

 

Iside Gjerji es una abogada y socióloga albanesa que reside en Italia desde
1991. Profesora universitaria y especialista en refugiados y políticas
migratorias en Europa, es también autora de varios libros, entre ellos
Uccidete Sartre! Anticolonialismo y antirazzismo di un ‘revenant’ (Editore
Ombre Corte, 2018). Le preguntamos cómo se entrelazan el racismo, el
patriarcado y la explotación capitalista en Italia, un laboratorio de la
extrema derecha en el gobierno.

 

Josefina L. Martínez 

Ctxt, 1-5-2019

https://ctxt.es/es/

 

-Al cumplirse nueve meses de la llegada de Salvini al Gobierno, ¿qué cambios
se han producido en las políticas migratorias y en la situación de las
personas migrantes?

 

Todos los días y desde todos los púlpitos del Gobierno se lanzan
exclamaciones inmundas contra los inmigrantes. Los ministros agitan, gritan,
se pavonean... Pronuncian palabras virulentas, convenientes para sembrar el
pánico y señalar el chivo expiatorio por excelencia: los inmigrantes. El
actual Gobierno Amarillo-Verde [por los colores oficiales de la Liga y el
Movimiento 5 Estrellas] ha hecho de la agresión contra los inmigrantes su
principal objetivo, en un intento de dirigir contra ellos el odio y el
descontento de grandes sectores de trabajadores y de la pequeña burguesía
afectada por la crisis. En esto no hay diferencia sustancial entre la Liga
de Salvini y el Movimiento 5 Estrellas de Di Maio. La ley de “sicurezza” (L.
n. 132/2018) –que anuló el permiso de residencia por razones humanitarias,
restringió las posibilidades de asilo y acogida, prolongó el período de
detención administrativa y reforzó las posibilidades de revocación de la
ciudadanía– fue votada por los dos partidos que forman la coalición de
Gobierno. La decisión inhumana e ilegal de no dejar desembarcar a los
migrantes rescatados en el Mediterráneo es también expresión de una política
común. Por supuesto, Salvini se atribuye mucho más el mérito de esta
agresión organizada contra los inmigrantes, pero el papel concreto del M5S
no es menor.

 

En este clima de persecución, los inmigrantes son cazados, explotados,
humillados: viven días terribles. La violencia racista ha sido legitimada a
un nivel nunca antes visto en Italia. Pero la Liga y el Gobierno actual no
han tenido que hacer mucho esfuerzo para esto: las políticas de los
gobiernos de izquierda anteriores –los de Renzi y Gentiloni son sólo los
últimos– habían allanado el camino mucho antes.

 

-En Italia existe el derecho de ciudadanía ius sanguinis. ¿Qué implica para
la consolidación de un sistema de racismo institucionalizado? ¿Y qué papel
han tenido los gobiernos “progresistas” en estas políticas de Estado?

 

Para tener la ciudadanía italiana es necesario ser descendiente de un
italiano o estar casado con uno. También existe la “naturalización” por
razones de residencia, pero ésta debe ser ininterrumpida durante 10 años
(sin contar los 4 años de espera después de la solicitud). Los hijos de
padres inmigrantes nacidos en Italia tienen derecho a solicitar la
ciudadanía sólo a los dieciocho años.  La ciudadanía italiana se concibe,
por tanto, como una cuestión de sangre, o como un premio después de un largo
trayecto lleno de obstáculos y hostigamientos de todo tipo. Esta ley fue
aprobada en 1992 por un gobierno progresista. Actualmente se excluye
cualquier posibilidad de mejora. Las fuerzas progresistas en el parlamento
están compitiendo con el gobierno actual para mostrar quién expulsó a más
inmigrantes y quién concedió menos ciudadanías.

 

El ius sanguinis se basa enteramente en un sustrato histórico-político
racista y machista. Ha sido un pilar fundamental de las políticas fascistas
y coloniales. La construcción de la “italianidad” también ha pasado por las
normas sobre el “madamato” [la relación entre un ciudadano italiano y una
mujer de las colonias, muchas veces compradas como “concubinas”] que
prohibían los matrimonios entre italianos y colonizados, así como por las
leyes racistas de 1938. Durante mucho tiempo, tanto las leyes como los
tribunales consideraron que la “sangre italiana” era sólo la del padre,
excluyendo de la línea de sangre a las madres. Fue necesaria una sentencia
del Tribunal Constitucional, no. 30/1983, para superar la evidente
discriminación por motivos de género.

 

-Ha escrito en varios artículos que en los países europeos las mujeres
migrantes son las “colonizadas internas”… ¿qué significado tiene ese
concepto?

 

El concepto de “colonización interna” con el que defino a las mujeres
inmigrantes fue utilizado por Karl Marx para describir la situación de los
trabajadores irlandeses en Inglaterra. Él comparaba sus condiciones
laborales y de vida con las poblaciones colonizadas por las potencias
europeas. El mismo concepto fue utilizado posteriormente por otros
militantes anticolonialistas, como Frantz Fanon y Jean-Paul Sartre, para
describir la condición de los inmigrantes en territorio europeo.

 

Lo que queremos subrayar es el hecho de que para las poblaciones inmigrantes
se ha construido un espacio colonial en el corazón de Europa. El sistema
colonial históricamente fue construido para mantener a los pueblos
colonizados subyugados, humillados y sin derechos. El objetivo final del
sistema era la sobreexplotación. Las políticas de migración en Italia, así
como en Europa, se construyen hoy en día para alcanzar ese mismo objetivo.

 

Las mujeres inmigrantes sufren una opresión múltiple, aún mayor que la de
los hombres inmigrantes: sobre ellas pesa no sólo el racismo sino también el
machismo. Son las más explotadas de los explotados.

 

-Esto se percibe en la degradación general de sus condiciones de vida, e
incluso se han detectado nuevas patologías psicofísicas que afectan a las
trabajadoras inmigrantes…

 

La realidad de las mujeres inmigrantes está a la vista de todos: aun
teniendo un alto nivel de educación realizan trabajos no cualificados, son
las peor pagadas, las que padecen la tasa más alta de violencia (incluida la
violencia sexual), tanto en el trabajo como en el hogar. A menudo estas
áreas se superponen, ya que muchas mujeres inmigrantes tienen que trabajar
en los hogares de los italianos para cuidar a las personas mayores y a los
niños. En Italia, por primera vez se ha registrado un síndrome específico
que afecta a las trabajadoras inmigrantes: el “síndrome italiano”. Es una
forma de malestar psicofísico que experimentan las mujeres trabajadoras
inmigrantes en Italia: un malestar que se debe al abuso, la violencia física
y simbólica, el racismo, la falta de descanso, la falta de oportunidades y
la dificultad para mantener una relación con los niños que quedan en el país
de origen.  

 

-La cuestión antirracista o anticolonial ha estado muchas veces ausente en
las posiciones de cierta izquierda tradicional, sosteniendo reivindicaciones
de clase corporativas en los países europeos. ¿Se puede defender una
política de clase sin ser antirracista y antiimperialista?

 

Lamentablemente, Italia no es una excepción a esa tendencia: la izquierda
tradicional no ha combinado la causa de la emancipación de los trabajadores
italianos con el anticolonialismo y el antirracismo. El Partido Comunista
Italiano siempre ha sido uno de los sujetos políticos más activos en la
campaña para eliminar la memoria colonial en Italia. Pocas personas en
Italia conocen las atrocidades italianas en las colonias.

El nacionalismo es también una enfermedad muy extendida en los actuales
movimientos de izquierda, incluso en los que se autodenominan
anticapitalistas. Como sabemos, esta es una vieja historia que las fuerzas y
movimientos de izquierda europeos están arrastrando desde la Segunda
Internacional, cuando Bernstein y sus compañeros divagaban sobre las
misiones civilizadoras europeas o, incluso, sobre la necesidad de un
“colonialismo socialista”.

 

Hoy, más que nunca, con el capitalismo asentado en todos los rincones del
planeta, con crecientes desigualdades, con la explotación generalizada, con
la extensión de las guerras y la carrera armamentista, queda claro que
ninguna respuesta de clase al capitalismo puede ser eficaz dentro de las
fronteras nacionales. El antirracismo y el antiimperialismo deben
convertirse en el “pegamento” de las luchas de todos los trabajadores,
nativos e inmigrantes, en todos los países del mundo. La solidaridad
internacional no es sólo una cuestión ética o humanitaria, es una cuestión a
través de la cual se puede y se debe medir la eficacia de cada lucha
presente y futura. En resumen, es una necesidad histórica.

 

-Desde tu punto de vista, racismo, patriarcado, capitalismo… ¿cómo se
combinan a comienzos del siglo XXI?

 

El racismo, el patriarcado y el capitalismo están entrelazados y se basan en
la violencia (física y simbólica), la opresión y la explotación. Hoy, como
hace siglos, siempre se combinan de la misma manera: se realimentan entre sí
para su supervivencia común y particular.

 

El racismo y el machismo son elementos estructurales del capitalismo: sin
ellos el sistema no puede construir este mundo de la racionalización sin
razón, no puede mantener a las masas subyugadas, no puede reproducir su
sistema de explotación. Por eso no tiene sentido llamarse antirracista y
antipatriarcal sin ser anticapitalista.

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