Estados Unidos/ John Bolton, el hombre que empuja a Trump a la guerra con Irán [Mathieu Magnaudeix]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Mayo 23 14:10:12 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

23 de mayo 2019

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Estados Unidos

 

John Bolton, el hombre que empuja a Trump a la guerra con Irán 

 

El consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, partidario entusiasta de la
guerra en Irak, reclama desde hace tiempo un ataque contra el arsenal
nuclear iraní. Ahora, parece haber encontrado la oportunidad para tratar de
convencer a Trump de iniciar una guerra contra el régimen de Teherán.

 

Mathieu Magnaudeix

Mediapart, edición en español, 20-5-2019

https://www.mediapart.fr/es/

 

De nuestro corresponsal en New York (Estados Unidos).- En la era de Trump
dan ganas de no hacer caso, de borrar los hechos, como si fueran fruto de un
mal sueño. Sin embargo, esto es lo que The New York Times escribía el lunes
13 de mayo: « El pasado jueves, en una reunión de los principales consejeros
de seguridad nacional del presidente Trump, el secretario de Defensa por
defecto, Patrick Shenahan, presentó un plan militar reactualizado que prevé
enviar hasta 120.000 militares a Oriente Medio si Irán ataca las fuerzas
americanas o acelera sus trabajos en materia de armamento nuclear ».

 

« Esta reactualización ha sido ordenada por los partidarios de la línea dura
dirigidos por John Bolton, el consejero de Seguridad Nacional de Trump »,
continua el artículo, basado en las confirmaciones de « media docena » de
funcionarios estadounidenses, algunos « conmocionados » por la cifra: «
120.000 soldados se aproxima en efecto al tamaño del Ejército estadounidense
que invadió Irak en 2003 », recuerda The New York Times.

 

El artículo, muy detallado, ha hecho resurgir la amenaza, latente desde el
abandono estadounidense del acuerdo nuclear iraní hace un año, de un
conflicto abierto con Teherán. « No a la guerra, eso sería un desastre
absoluto », ha advertido el senador demócrata Bernie Sanders, al unísono de
numerosas reacciones hostiles.

 

En una declaración típica en la que mezcla fanfarronadas, cinismo y ataques
a la prensa, el presidente lo ha confirmado y lo ha desmentido al mismo
tiempo. « ¿De dónde sale esa historia? De The New York Times... y lo de The
New York Times son “noticias falsas”. Pienso que son “noticias falsas”.
¿Haría yo eso? Absolutamente. Pero no hay un plan para eso. Espero que no
haya un plan para eso ».

 

Y añadió, en un alarde de « mindfuck  3» –manipulación o confusión mental,
el arte trumpiano de embaucar y desconcertar-: « Pero si hiciéramos eso,
enviaríamos muchas más tropas ».

 

Trump se permite dirigir la mirada al cielo e incluso sonreír: la Casa
Blanca está efectivamente gobernada por Ubu Rey (gobernante grotesco). Pero,
en verdad, la situación es preocupante. Diecisiete años después del comienzo
de la desastrosa guerra de Ira, en base a la patraña de que el dictador
Saddan Hussein tenía armas de destrucción masiva, la administración
estadounidense prevé ahora una guerra con Teherán.

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Donald Trump, un ignorante en política exterior, ha hecho campaña contra las
intervenciones militares, pero a su alrededor algunos se esfuerzan
claramente en presentárselo como un hecho consumado. El miércoles 15 de mayo
por la mañana, el departamento de Estado estadounidense dio la orden, como
un gesto dramático, de evacuar la embajada americana en Bagdad y el
consulado de Erbil por amenazas procedentes del vecino Irán. Si bien dichas
amenazas son especialmente matizadas por los servicios de inteligencia
europeos, los norteamericanos las sitúan en primera plana desde hace meses.

 

El 5 de mayo 3, un comunicado de la Casa Blanca firmado por Bolton informó
del despliegue en la región de un portaaviones y cuatro bombarderos con
capacidad nuclear, señalando sin más detalles « un cierto número de
indicaciones y de alertas preocupantes ».

 

Desde entonces, se ha reforzado el arsenal con una plataforma de transporte
anfibio y una batería de misiles Patriot como pretexto a la amenaza de «
actividades navales anormales » de barcos iranís.

 

La pasada semana, una fuente anónima (y única) atribuía 3 a « Irán » el «
ataque » reciente a dos cargueros saudís, a un navío noruego y a un barco de
Emiratos Árabes Unidos en el Estrecho de Ormuz, frente a Irán, paso
estratégico para el tránsito del petróleo del Golfo. Esta filtración ha
aparecido en The Wall Street Journal, propiedad del multimillonario Rupert
Murdoch, amigo personal del presidente estadounidense, que posee también la
cadena Fox News, en la que Bolton fue durante mucho tiempo comentarista a
sueldo.

 

De ahora en adelante, republicanos influyentes como el senador Tom Cotton,
un duro a quien Trump hace caso, reclaman 3 abiertamente « ataques » contra
Irán. « Un par de ataques » serían suficientes para ganar, dice Cotton. Por
supuesto, « él no defiende una acción militar contra Irán » pero, « si Irán
atacara, habría una respuesta violenta ». En realidad, Cotton vuelve a sacar
el viejo manual de las intervenciones estadounidenses, casi siempre
justificadas por « amenazas » contra la seguridad nacional…

 

Como subraya The New York Times, el principal promotor de un conflicto
abierto contra Irán, el hombre que hace subir la tensión peligrosamente, se
llama John Bolton, consejero de seguridad nacional del presidente desde
marzo de 2018. Desde hace años, Bolton sueña con bombardear Irán, su
principal némesis, junto a Cuba.

 

Trump, que ha hecho campaña contra las intervenciones militares americanas,
dice a menudo, en tono de broma, que Bolton va a empujarle algún día a
iniciar una guerra. A fuerza de provocaciones, esa broma podría convertirse
rápidamente en realidad.

 

A lo largo de los últimos meses, el presidente ha terminado purgando la Casa
Blanca de las voces menos extremas en materia de política exterior. El nuevo
secretario de Defensa, Patrick Shanahan, no tiene las deferencias del
general Mattis, su predecesor. Procedente de la rama militar de Boeing, es
el típico representante del poderoso complejo militar-industrial
norteamericano 3, que se lleva la mitad del presupuesto federal.

 

Desde abril de 2018, John R. Bolton, de 70 años, conocido por su bigote poco
habitual en aquel país, es el consejero de seguridad nacional de Donald
Trump. Su despacho está situado en el ala oeste de la Casa Blanca 3, el
centro del poder.

 

El poderoso consejo de Seguridad Nacional, que él dirige, es, según la web
de la Casa Blanca, « el principal foro del presidente », en el que « se
tratan los asuntos de seguridad nacional y de política exterior ».

 

Quiere «un nuevo régimen» en Teherán en 2019

 

John Bolton, titulado por Yale, conservador de toda la vida, ha hecho su
carrera principalmente en el ministerio de Justicia, en la Agencia Americana
de Desarrollo Internacional y en el Departamento de Estado.

 

Cree en el « destino manifiesto » de Estados Unidos, en la potencia y la
superioridad de su país, en el unilateralismo, en la tensión permanente, en
los conflictos « preventivos ». Es la encarnación del halcón militarista
estadounidense, un espécimen en bruto de neoconservador, una especie en vías
de extinción pero que domina la diplomacia norteamericana con Trump. El
secretario de Estado, Mike Pompeo, un evangelista exaltado, es casi tan
extremista como él: un día pidió « 2.000 ataques » contra Irán por querer «
destruir América ».

 

John Bolton ha escrito cientos de artículos y ha hecho fortuna dando
discursos bien pagados (por ejemplo, ante los Muyahidines del Pueblo, un
grupo de opositores al régimen de Irán, tiempo atrás considerados como una
organización terrorista por Estados Unidos y conocidos por sus prácticas
sectarias -el llamado Consejo Nacional de Resistencia Iraní, heredero
político de los Muyahidines, financió a la formación ultraderechista
española Vox en sus inicios-), pero Bolton también ha propagado sus tesis a
través de institutos conservadores y firmas de capital-inversión.

 

De 2001 a 2005, siendo subsecretario del departamento de Estado, orquestó el
retiro estadounidense del Tribunal Penal Internacional, un episodio que
describe como el momento « más feliz » de su carrera 3.

 

En 2003, fue uno de los más ardientes defensores, y uno de los arquitectos,
de la guerra de Irak, aplicado propagador de la teoría de las armas de
destrucción masiva. Había incluso afirmado, falsamente, que Saddan Hussein
trataba de comprar uranio en África.

 

A pesar de los cientos de miles de muertos y los desastres provocados en la
región por esa guerra, iniciada sin mandato de Naciones Unidas, sigue
estando convencido de que era necesaria. No ha cambiado de opinión, eso hay
que reconocerlo.

 

De 2005 a 2006, fue embajador de George Bush ante Naciones Unidas, un
nombramiento irónico y muy criticado, para una institución que desprecia 3.

 

Como Rudy Giuliani 3, exalcalde de Nueva York y ahora abogado de Donald
Trump, o como el exparlamentario Newt Gingrich, John Bolton aboga desde hace
tiempo por un « cambio de régimen » en Irán.

 

En 2015, instó a la administración de Obama a bombardear las instalaciones
nucleares iraníes. Algunas semanas antes de su nombramiento en la
administración Trump, Bolton exhortaba una vez más al presidente Trump a «
poner fin a la revolución islámica de 1979 antes de su cuarenta aniversario
». « Reconocer un nuevo régimen en 2019 eliminaría la vergüenza de haber
visto a nuestros diplomáticos como rehenes durante 444 días », escribía en
The Wall Street Journal, en alusión a la toma de rehenes en la embajada
estadounidense en Teherán en 1979, que provocó en la derecha norteamericana
una sed inagotable de venganza contra el régimen de los muláhs.

 

En febrero, con ocasión de los cuarenta años de la República Islámica,
Bolton, en un vídeo colgado en la cuenta de Twitter de la Casa Blanca 3,
amenazó al guía supremo iraní de la forma más clara: « No creo que festeje
usted otro aniversario ».

 

Si él fuera presidente (ha fantaseado…), habría bombardeado, hace tiempo,
Corea del Norte, un régimen con el que quiere terminar 3: desde los años
1990, cuando era el encargado del control de armas en el departamento de
Estado, Bolton ha barrido 3 metódicamente los esfuerzos de negociación con
los norcoreanos.

 

Dos meses antes de llegar a la Casa Blanca, aún pedía bombardear el país —un
deseo suspendido mientras dure el idilio sobreactuado de Trump con el hombre
fuerte de Pyongyang—, que no tiene ninguna intención de abandonar su arsenal
nuclear.

 

Por otra parte, John Bolton maniobra al mismo tiempo en la crisis política y
diplomática con Venezuela, agitando desde hace meses la posibilidad de una
intervención militar para derrocar al presidente Maduro: el año pasado
presentó a Venezuela como uno de los miembros de la « troika de la tiranía »
3en América Latina, junto a Cuba y Nicaragua, un lenguaje que recuerda al «
eje del mal » 3 evocado en 2002 por George Bush, refiriéndose entonces a
Irak, Corea del Norte e Irán.

 

« ¿Busca usted un mejor acuerdo con Irán? En su lugar tendrá una guerra. Eso
es lo que pasa cuanto se escucha al bigotes. Buena suerte en 2020 ». Este
tuit del 14 de mayo, está firmado por Hesamodin Ashna, un consejero del
presidente iraní Hassan Rouhani. Evidentemente, tiene una parte de farol,
pero muestra en qué medida son perniciosas las relaciones con el régimen de
Teherán bajo la férula de Bolton.

 

Durante años, el hombre del bigote había sido muy crítico con el acuerdo
nuclear concluido por Barack Obama y los europeos. Un mes después de su
nombramiento, en sustitución del menos extremo H.R. McMaster, el presidente
norteamericano anunciaba la salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear
iraní.

 

La actitud belicista de la Casa Blanca, acompañada ahora por un régimen de
sanciones destinado a estrangular a Irán, preocupa incluso a voces poco
sospechosas de pacifismo o idealismo. El ensayista Max Boot, en otro tiempo
editorialista que defendió a tomo y lomo la guerra de Irak, neoconservador
arrepentido, una de las raras voces de la derecha que se muestra últimamente
contrario a Trump, duda en The Washington Post de la realidad de las
amenazas contra la seguridad estadounidense.

 

« Es difícil tomarlas en serio. Esta administración miente como ninguna
antes, Trump está en su enésima mentira y Bolton ha sido en el pasado
acusado de falsificar informaciones procedentes de la inteligencia para
justificar acciones militares contra Irak y Cuba. La forma de poner de
relieve la amenaza iraní recuerda (…) los episodios que precedieron a la
guerra de Irak ».

 

Boot teme que « Bolton trate de provocar a Irán para que ellos tiren la
primera piedra ». Recuerda que en 1964, Estados Unidos se comprometió en la
espiral de la guerra de Vietnam con el argumento inicial, de la misma forma,
de las amenazas militares en el golfo de Tonkin.

 

Como han revelado los Papeles del Pentágono, las amenazas eran inventadas,
pero permitieron a la administración Johnson convencer al Congreso para que
autorizara la guerra. Seguiría una gran carnicería.

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