Bolivia/ La debacle del MAS y el golpe. Un largo proceso de degradaci髇 [Ra鷏 Zibechi - Silvia Rivera Cucicanqui]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Nov 15 11:59:20 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

15 de noviembre 2019

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Bolivia

 

La debacle del MAS y el golpe

 

Evo perdi贸 a Evo 

 

Tras casi catorce a帽os, el gobierno de Evo Morales se desplom贸 en poco menos de un mes, debido a denuncias masivas de fraude y perpetuaci贸n en el poder. Otrora l铆der campesino, esta vez Morales no logr贸 apelar, frente al ascenso de una derecha racista y oportunista, al apoyo de las organizaciones populares bolivianas, debilitadas tras a帽os de cooptaci贸n y represi贸n a manos del oficialismo. Entre los intentos de restauraci贸n y la avanzada golpista, el pueblo boliviano se prepara, otra vez, para resistir.

 

Ra煤l Zibechi

Brecha, 15-11-2019

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Se帽or presidente, desde el fondo de nuestro coraz贸n y con gran pesar te decimos: 驴d贸nde te perdiste? Porque no vives dentro de los preceptos ancestrales que dicen que debemos respetar el muyu (c铆rculo): s贸lo una vez debemos gobernar. 驴Por qu茅 has prostituido a nuestra Pachamama? 驴Por qu茅 mandaste a quemar la Chiquitan铆a? 驴Por qu茅 maltrataste a nuestros hermanos ind铆genas en Chaparina y en Tariqu铆a?鈥, dice el manifiesto de la Naci贸n Qhara Qhara, con el que un sector del movimiento ind铆gena se incorporaba el pasado jueves 7 de noviembre a las protestas contra el fraude electoral en Bolivia.

 

El manifiesto es una de las piezas m谩s duras contra Evo Morales, quiz谩 porque proviene de las propias entra帽as de la fuerza que lo llev贸 al poder: 鈥淩espeta nuestras culturas, ya no siembres m谩s odio entre los hermanos del campo y de la ciudad, deja de dividir a los pueblos, ya vulneraste su libre determinaci贸n. Deja de enviar ind铆genas como carne de ca帽贸n para el respaldo de tus intereses y de los que te rodean, que ya no son los nuestros; deja de enviar matones a maltratar a nuestra gente; deja que vivamos en nuestra ley; deja de hablar en nombre de los ind铆genas, que ya perdiste tu identidad鈥 (Fides, 7鈥慩I鈥19).

 

El contraste entre lo que ocurre ahora y lo sucedido en octubre de 2003, durante la primera guerra del gas, es notable. En aquella ocasi贸n todos los movimientos sociales se enfrentaron al gobierno de Gonzalo S谩nchez de Lozada y pagaron un precio de m谩s de sesenta muertos y cientos de heridos y mutilados. Pese a la brutal represi贸n 鈥揺l ej茅rcito ametrall贸 a los manifestantes desde helic贸pteros鈥, la poblaci贸n consigui贸 doblegar al gobierno, que debi贸 renunciar.

 

Pero en esta ocasi贸n, luego de tres semanas de protestas opositoras y denuncias de fraude en las elecciones del 20 de octubre, en las que Morales se proclam贸 reelecto, hab铆a mucha rabia por el gobierno en gran parte de los dirigentes y las bases de las organizaciones sociales, que, al llegar la tarde del pasado domingo 10, se hab铆an ido manifestando por la renuncia del presidente, como la Central Obrera Boliviana, la federaci贸n minera y organizaciones ind铆genas. Por eso, ese d铆a la derecha m谩s extremista pudo entrar a la casa de gobierno sin problemas y nadie sali贸 de inmediato a la calle a defender a Morales cuando el ej茅rcito le sugiri贸 que renunciara.

 

En estos casi catorce a帽os en el gobierno hubo actuaciones del oficialista Movimiento al Socialismo (Mas) que los movimientos sociales no olvidaron. Entre 2002 y 2006 se form贸 el Pacto de Unidad entre las principales organizaciones campesinas e ind铆genas como sost茅n del gobierno de Morales: la Confederaci贸n Sindical 脷nica de Trabajadores Campesinos de Bolivia, el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), la Confederaci贸n de Pueblos Ind铆genas del Oriente de Bolivia (Cidob), la Confederaci贸n Nacional de Mujeres Campesinas Ind铆genas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa y las juntas vecinales de El Alto. A fines de 2011, la Cidob y el Conamaq decidieron abandonar el Pacto de Unidad, por considerar que 鈥渆l Poder Ejecutivo ha parcializado la participaci贸n de las organizaciones ind铆genas, valorando m谩s que todo a las organizaciones afines al Mas鈥, al tiempo que consideraban que ello afectaba 鈥渄e forma directa a nuestros territorios, culturas y nuestros recursos naturales鈥.

 

En junio de 2012, la Cidob denunci贸 鈥渓a intromisi贸n del gobierno con el 煤nico prop贸sito de manipular, dividir y afectar a las instancias org谩nicas y representativas de los pueblos ind铆genas de Bolivia鈥 (Cidob, 7鈥慥I鈥12). Un grupo de disidentes de la Confederaci贸n apoyado por el gobierno desconoci贸 a las autoridades y convoc贸 una 鈥渃omisi贸n ampliada鈥 para elegir nuevas autoridades.

 

En diciembre de 2013, disidentes de la Conamaq 鈥渁fines al Mas鈥 tomaron el local de la organizaci贸n, y golpearon y expulsaron a quienes all铆 se encontraban con el apoyo de la polic铆a, que permaneci贸 resguardando la sede e impidi贸 que las leg铆timas autoridades pudieran recuperarla (Servindi, 11鈥慩II鈥13). El comunicado posterior del Conamaq asegur贸 que el ataque en su contra se dio para 鈥渁probar todas las pol铆ticas contrarias al movimiento ind铆gena originario y al pueblo boliviano, sin que nadie pueda decir nada鈥.

 

Salto al vac铆o

 

El mi茅rcoles 13 se produjo una situaci贸n in茅dita, un vuelco tan importante como lo hab铆a sido la renuncia de Morales tres d铆as antes. Jeanine 脕帽ez fue ungida presidenta en un parlamento sin cu贸rum, ya que los diputados del Mas, la mayor铆a absoluta, no pudieron ingresar al recinto, como tampoco pudo hacerlo la senadora masista Adriana Salvatierra. Presidenta del senado, Salvatierra hab铆a renunciado p煤blicamente a ese cargo, aunque no a su banca, el mismo d铆a que lo hicieron Evo Morales y el vicepresidente 脕lvaro Garc铆a Linera. Aunque intentaron ingresar al recinto parlamentario, ella y los diputados de su bancada fueron impedidos de hacerlo por la fuerza p煤blica.

 

脕帽ez, por su parte, era la vicepresidenta segunda de la C谩mara alta y pudo llegar a la presidencia de la Rep煤blica porque los dem谩s en la l铆nea de sucesi贸n, masistas ellos, renunciaron tambi茅n, como forma de la pol铆tica del gobierno de denunciar un golpe. La actual presidenta es miembro de la alianza opositora Unidad Dem贸crata y una aliada incondicional de las elites racistas del departamento de Santa Cruz. De este modo, tres d铆as despu茅s de la renuncia de Evo se consum贸 un verdadero golpe, aunque, en realidad, unos y otros colaboraron en que se llegara a esta situaci贸n.

 

La cronolog铆a de este vuelco arranca con las elecciones del 20 de octubre, pero, sobre todo, con la interrupci贸n del conteo de votos y su reanudaci贸n, 24 horas despu茅s, con datos que contradicen los difundidos hasta el d铆a anterior. Una situaci贸n que dio lugar a las sospechas, por repetir una din谩mica de fraude demasiado evidente y tradicional en nuestra Am茅rica Latina como para ser ignorada. Ah铆 comenz贸 una protesta que fue creciendo lentamente hasta el viernes 8 de noviembre, protagonizada, en gran medida, por los grupos c铆vicos, sectores de clase media con gran implantaci贸n en las grandes ciudades del oriente del pa铆s.

 

Al parecer, el gobierno de Morales subestim贸 la magnitud de las protestas, ya que manten铆a una alianza con el Comit茅 C铆vico de Santa Cruz, luego de haberlo derrotado en su intento secesionista de 2008. Las cosas parec铆an mantenerse en un cauce favorable para el Mas, que ten铆a buenas relaciones con la Organizaci贸n de los Estados Americanos (en particular, con su secretario general, Luis Almagro), al punto de que el candidato opositor Carlos Mesa rechaz贸 la auditor铆a pactada entre esa organizaci贸n y el gobierno.

 

La situaci贸n cambi贸 bruscamente el viernes 8 al extenderse un mot铆n policial iniciado en Santa Cruz y La Paz. En las redes sociales circularon versiones seg煤n las cuales los polic铆as fueron 鈥渃omprados鈥 con dinero de una empresa localizada en Santa Cruz. Lo cierto es que el mot铆n policial fue un punto de inflexi贸n, cuyo origen y cuyas circunstancias ser谩 necesario investigar. El gobierno no pod铆a contar con la polic铆a, pero tampoco pod铆a enviar a las fuerzas armadas contra los manifestantes, lo que hubiera creado una situaci贸n insostenible en sus propias bases. Peor aun, no pod铆a contar con organizaciones populares fuertes que lo defendieran, porque estas hab铆an sido purgadas y muchos de sus dirigentes, apartados y condenados, algunos al ostracismo, otros, encarcelados. En este punto, presidente y vice decidieron arriesgar. Llegado el domingo, ensayaron una jugada que consisti贸 en salir de La Paz, saturada de barricadas y protestas, con la intenci贸n de retornar en mejores condiciones.

 

La derecha sigui贸 operando, probablemente, y como es habitual en estos casos, con el apoyo de la embajada de Estados Unidos. Tom贸 la delantera un personaje siniestro, el empresario cruce帽o Luis Fernando Camacho. Con un discurso radical y ultracat贸lico, de claro contenido racista y colonial (v茅ase recuadro), Camacho se erigi贸 en representante de las clases medias blancas del oriente y las elites terratenientes de la regi贸n m谩s rica del pa铆s. Convoc贸 un cabildo para desconocer los resultados de las elecciones y, con su discurso incendiario, desbord贸 tanto a los 鈥渃铆vicos鈥 cruce帽os, que conviv铆an sin mayores problemas con el Mas, como a Mesa, a quien desplaz贸 en pocos d铆as como referente de la oposici贸n. Se trata de un oportunista ultra que, tras la quema de whipalas protagonizada por los suyos, debi贸 pedir perd贸n, en una muestra del escaso margen que tienen los m谩s conservadores en la Bolivia actual.

 

La guerra y las mujeres 

 

Si la oligarqu铆a cruce帽a mostr贸 su extremismo de la mano de Camacho, el oficialismo no se qued贸 atr谩s. El ministro de la Presidencia de Bolivia, Juan Ram贸n Quintana, declar贸 a Sputnik, d铆as antes de la debacle del gobierno, que 鈥淏olivia se va a convertir en un gran campo de batalla, un Vietnam moderno鈥 (30鈥慩鈥19).

 

Quintana, uno de los m谩s altos cargos del gobierno de Evo, mostr贸 su alejamiento de la realidad al decir: 鈥淎qu铆 hay una acumulaci贸n pol铆tica de los movimientos sociales que est谩n dispuestos a pelear鈥. Y propuso una estrategia consistente en 鈥渦na batalla campal frente a la virulencia mentirosa de los medios鈥, que, en su opini贸n, son parte de 鈥渦na guerra de dimensiones muy complejas, desconocidas, que nos va a exigir much铆simo agudizar el pensamiento y la estrategia de autodefensa鈥.

 

Las mujeres fueron el sector que con mayor claridad y transparencia se empe帽贸 en desarmar los dispositivos guerreros. En La Paz, el colectivo Mujeres Creando convoc贸 un Parlamento de Mujeres (al que asisti贸 un pu帽ado de varones), en el que se esforzaron por construir 鈥渧oces colectivas鈥 que desafiaran la polarizaci贸n en curso. En esos momentos, en la ciudad de El Alto miles de j贸venes gritaban: 鈥淎hora s铆, guerra civil鈥, flameando la whipala.

 

Muchas mujeres mostraron una doble indignaci贸n: contra el fraude de Morales y contra la derecha racista. En general, predomin贸 una defensa de los avances en la 煤ltima d茅cada y media, no todos atribuibles al Mas, sino al hecho de que gan贸 terreno la potencia creativa de los movimientos, que las autoridades nunca pudieron ignorar.

 

Se destac贸 la intervenci贸n de la soci贸loga e historiadora Silvia Rivera Cusicanqui: 鈥淵o no creo en las dos hip贸tesis que se han manejado. El triunfalismo de que con la ca铆da de Evo hemos recuperado la democracia me parece un exceso, un an谩lisis que se est谩 saliendo de foco (鈥). La segunda hip贸tesis equivocada, que me parece a m铆 sumamente peligrosa, es la del golpe de Estado, que simplemente quiere legitimar, enterito, con paquete y todo, envuelto en celofanes, a todo el gobierno de Evo Morales en sus momentos de degradaci贸n mayor. Toda esa degradaci贸n, legitimarla con la idea del golpe de Estado es criminal y, por lo tanto, debe pensarse c贸mo ha empezado esa degradaci贸n鈥 (Desinform茅monos, 13鈥慩I鈥19).

 

En la misma orientaci贸n, la vocera de Mujeres Creando, Mar铆a Galindo, escribi贸 en su columna en P谩gina Siete: 鈥淓l sentimiento de abandono y orfandad que deja ver el despegar a Evo Morales rumbo a M茅xico se siente en las calles. La gente me llama a la radio y rompe en llanto sin poder hablar; su sentimiento de debilidad y abandono hace que de la memoria se les borren, por arte del dolor, las violencias y las arbitrariedades del caudillo, y que la gente lo a帽ore como padre protector y benefactor鈥 (13鈥慩I鈥19).

 

Un futuro incierto 

 

Fracasado el plan de Morales鈥慓arc铆a Linera de retornar como 鈥減acificadores鈥, se abre la caja de las sorpresas. La iniciativa la tiene la ultraderecha, racista y fascista, que cuenta con enormes recursos materiales y medi谩ticos para encaramarse en el poder, aunque no tiene la legitimidad para mantenerlo.

 

La memoria larga, concepto de Rivera Cusicanqui, nos ense帽a que las elites racistas pueden permanecer en el poder a sangre y fuego durante largo tiempo, aunque no tengan apoyo social, porque tienen medios para hacerlo. Sin embargo, la memoria corta, complemento de la anterior, apunta a algo diferente, por lo menos desde 2000 en Bolivia: la potencia de las y los de abajo impide que los reg铆menes racistas y patriarcales gocen de estabilidad y durabilidad. Porque las mujeres y los pueblos originarios ya no se dejan, como lo ense帽an estos d铆as las calles de Santiago y Quito, testigos de una alianza de nuevo tipo (de hecho y en los hechos) que se plasma en que la bandera mapuche ondea en manos blancas y que las mujeres abrieron una grieta en Ecuador en el fragor del combate.

 

La salida a la tremenda situaci贸n que vive Bolivia pueden ser las elecciones generales, que el gobierno que usurpa 脕帽ez debe convocar de forma inmediata. Como apunta la soci贸loga Raquel Guti茅rrez Aguilar, la alternativa es 鈥渆lecciones generales o guerra civil鈥. Si hablan las urnas, es muy probable que el pr贸ximo presidente sea Carlos Mesa, pero que el Mas conserve una importante bancada y siga siendo, tal vez, el partido m谩s votado.

 

M谩s temprano que tarde, la alianza de diversidades que alg煤n d铆a represent贸 el Mas volver谩 al Palacio Quemado, porque es la mayor铆a social y cultural del pa铆s andino. Ser铆a deseable que no fuera la repetici贸n, necesariamente degradada, del Mas actual, porque el paso del tiempo termina pudriendo las aguas estancadas. Para que eso no suceda, una nueva cultura pol铆tica debe arraigar en los dirigentes y los cuadros de los movimientos y las organizaciones. Una cultura capaz de beber en las tradiciones andinas de rotaci贸n de cargos y complementariedad entre g茅neros, edades y, ahora tambi茅n, visiones del mundo. Una cultura que se deje permear por el radical rechazo al patriarcado de las feministas, que est谩n deconstruyendo caudillismos y organizaciones jer谩rquicas. Bolivia puede aportarnos, como pocas regiones en nuestra Am茅rica, las contribuciones de ambas vertientes. Sin ellas, ser谩 imposible tejer, comunitariamente, un tapiz emancipador capaz de superar las opresiones que nos atraviesan. 

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Un largo proceso de degradaci贸n 

 

Silvia Rivera Cucicanqui *

Brecha, 15-11-2019

 

Es clave para entender lo que est谩 sucediendo ahora en Bolivia entender, a su vez, el proceso de divisi贸n creciente y la degradaci贸n que durante los gobiernos de Evo Morales sufrieron los llamados movimientos sociales 鈥搎ue fueron el respaldo inicial del presidente鈥 por una izquierda que permit铆a una sola posibilidad y no permit铆a la autonom铆a

 

Es una historia que comenz贸 entre 2009 y 2010, aproximadamente, cuando se arm贸 otra forma de gobierno, otra forma de Estado, distinta a la que se ven铆a proponiendo en las bases. Es un Estado crecientemente autoritario, que va a monopolizar el poder y no va a permitir ning煤n margen de autonom铆a a las organizaciones.

 

Este proceso fue deteriorando la relaci贸n del gobierno con los movimientos sociales. En 2010 esos malestares se dieron en organizaciones ind铆genas que adoptaron una posici贸n aut贸noma y pidieron una mesa en la cumbre de Tiquipaya, una cumbre con la que el oficialismo pretend铆a mostrar que Evo Morales ten铆a una actitud de respeto para con la Madre Tierra y la protecci贸n de derechos ind铆genas. All铆, una de las mesas ten铆a que tratar el tema de la Iniciativa de Integraci贸n Regional Sudamericana (Iirsa) y la contaminaci贸n minera, y el gobierno se neg贸 a tocar esos temas. All铆 estaba planteada la contaminaci贸n de los campos y las aguas de riego, que ya estaba produciendo graves problemas, sobre todo en Potos铆, Oruro y Huanuni, que se sum贸 a la pat茅tica destrucci贸n y la desaparici贸n del lago Poop贸, el segundo m谩s grande del pa铆s.

 

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Obviamente, se trata de procesos cuyos or铆genes datan de mucho tiempo atr谩s, pero que estaban siendo promovidos por la intensificaci贸n del extractivismo. Este proceso llev贸 a que se destruyera la noci贸n de tierras comunitarias de origen (Tco), que fueron en su momento la base de la autonom铆a ind铆gena. A fines de 2010 se dict贸 un decreto que establece que esas tierras ind铆genas, adem谩s de 鈥渙riginarias鈥, son 鈥渃ampesinas鈥, lo que permiti贸 la invasi贸n de parques nacionales por cocaleros, como en el caso del Territorio Ind铆gena y el Parque Nacional Isiboro鈥慡茅cure (Tipnis). Se firm贸 luego un protocolo de financiamiento, cargado de corrupci贸n, con la constructora brasile帽a Oas para construir en ese parque una carretera. Es mucho lo que se podr铆a detallar de ese episodio en particular, pero vale recordar que el gobierno opt贸 por reprimir a los ind铆genas del parque y favorecer la invasi贸n cocalera y la construcci贸n de esa carretera.

 

Ese fue un momento de quiebre. A partir de entonces y en 2013, el gobierno dio la instrucci贸n de invadir la sede del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), y se instal贸 como dirigente, contra los procedimientos ind铆genas de rotaci贸n de las autoridades que all铆 hab铆a, Hilari贸n Mamani, un empresario minero.

 

Es un proceso largo, de muchos a帽os, que tiene entre sus 煤ltimas manifestaciones el incendio de la Chiquitan铆a (v茅ase 鈥淟a otra frontera鈥, Brecha, 30鈥慥III鈥19), originado en un decreto del gobierno que alentaba la invasi贸n por colonos del occidente del pa铆s de ese ecosistema 煤nico. Ya el a帽o pasado se hab铆a dado un enorme acercamiento del gobierno con los ganaderos en un plan de exportaci贸n de carne a China. Obviamente es mucho m谩s barato quemar el bosque, como habilitaba ese decreto, que traer tractores o retroexcavadoras. Con la sequedad que hay en la Chiquitan铆a, el fuego se les fue de las manos. Fue una tragedia sin nombre y el m谩s grande detonante de la debacle de Evo Morales.

 

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Luis Fernando Camacho y la derecha que 茅l encabeza viven ahora un moment谩neo estrellato, gracias a haber logrado articular diferentes broncas hacia el Mas. Pero la disputa m谩s grande todav铆a est谩 en la acaparaci贸n de tierra y en la expansi贸n de la frontera agr铆cola, que ha sido pactada entre la derecha y Evo Morales. La derecha no va a deshacer este pacto, no va a entregar a los ind铆genas la tierra que Evo Morales les arrebat贸, sino que, con la euforia moment谩nea de estas horas, est谩 preparando la consolidaci贸n de la econom铆a de la soja, del agronegocio, ya empezado con Evo.

 

Lo que se avecina es un proceso de mucha incertidumbre, de fragilidad institucional, de sabotaje, de liquidaci贸n econ贸mica. Los masistas van a tratar de dejar un pa铆s en ruinas para volver triunfantes. Ha sido un grav铆simo error de la clase pol铆tica prescindir del Mas y darle un viso de ilegalidad a este gobierno. Este gobierno de transici贸n que ahora se ha posesionado nace cojo y manco, no es leg铆timo. No se puede borrar de un plumazo a un 40 por ciento del electorado. Una cosa es reconocer las fallas del gobierno de Evo Morales y otra es desconocer que efectivamente el Mas tiene un electorado y que ha tenido un papel simb贸lico muy importante por la dignificaci贸n de lo ind铆gena.

 

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Aqu铆 cay贸 toda la clase pol铆tica, no s贸lo Evo Morales. Y hay un vac铆o de poder porque la gente no ha reconocido a煤n su propia energ铆a, su propia fuerza organizativa. Lamentablemente, hemos perdido muchos a帽os en esta disputa por el control corporativo de los movimientos y las organizaciones sociales, lo que nos ha dejado fuera de combate en un momento en que la derecha est谩 levantando cabeza y el ej茅rcito sigue intacto con todos sus negocios y todas sus empresas dolosas y corruptas. Estamos en una situaci贸n muy cr铆tica.

 

A pesar de todo, en estos 煤ltimos a帽os ha habido un reconocimiento y un autorreconocimiento de lo ind铆gena como una fuerza moral. Aunque ha sido, hasta cierto punto, degradado por el gobierno del Mas, en la vida cotidiana se reconoce que lo ind铆gena es valioso en cuanto a idioma, comida, cultura, y formas comunitarias y solidarias. Toda una serie de colectivos est谩 saliendo con la whipala para dejar claro que no vamos a retroceder 17 a帽os. Camacho ha ido al viejo palacio de gobierno, como para decir que no existi贸 este proceso de reconocimiento y autorreconocimiento, para intentar tapar el sol con un dedo. Pero no hay vuelta atr谩s.

 

Lo que s铆 hay es una necesidad imperiosa de reencausar las movilizaciones populares, quit谩ndoles aquellos aspectos muy fuertes de misoginia y autoritarismo fomentados por el gobierno del Mas. La negaci贸n de la democracia horizontal de las organizaciones y la degradaci贸n de estas est谩n cobr谩ndonos la cuenta en este momento, una cuenta que se llama par谩lisis y estupor.

 

En medio de eso, en la lucha contra eso, las mujeres estamos en la primera fila en cuanto a pensamiento y acci贸n. Y en cuanto al dolor que nos produce toda esta situaci贸n. Las mujeres estamos en todos lados, articulando formas m谩s locales de democracia y bregando por que la idea de la indignaci贸n, la idea del cabildo, la idea del Parlamento de Mujeres se fragmente en miles de parlamentos, miles de cabildos para que podamos deliberar qu茅 pa铆s queremos, qu茅 es democracia, qu茅 es ser ind铆gena. 驴Ser ind铆gena es vestir poncho y organizar una gran borrachera? Nosotras, en nuestra posici贸n como mujeres, no lo creemos as铆. En varios colectivos hemos creado una especie de plataforma para hacer de cada esquina un espacio de deliberaci贸n.

 

Nos vamos a apoyar en la Constituci贸n, una Constituci贸n que ha sido maltratada por el propio gobierno del Mas. Estamos ahorita en la defensa de la Constituci贸n, en la defensa de la whipala, en la defensa de la democracia comunitaria de los ayllus (1) y la defensa de las mujeres. 

 

* Historiadora y soci贸loga boliviana, especializada en las cosmolog铆as quechua y aymara.

 

Nota 

 

1) Comunidades tradicionales de los pueblos originarios de la regi贸n andina (N de E).

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