Brasil/ Muerte en el bosque: la vida y las consecuencias de la pandemia para los pueblos indígenas [Aparecida Vilaça - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Ago 12 01:25:32 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

12 de agosto 2020

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Brasil



Muerte en el bosque: la vida y las consecuencias de la pandemia para los
pueblos indígenas



Ricardo Machado

IUH Online, 7-8-2020

http://www.ihu.unisinos.br/

Traducción de Correspondencia de Prensa



Hace cien años que la población mundial no experimentaba una epidemia con el
potencial del coronavirus. Lo que para la mayoría de las generaciones tiene
un aire de novedad y excepción, para innumerables pueblos indígenas es una
trágica repetición de una historia centenaria. "Esto es exactamente lo que
estos pueblos indígenas han experimentado durante tantos siglos", dice la
profesora e investigadora Aparecida Vilaça en esta entrevista con IUH
Online.



Junto con las demás poblaciones marginalizadas, los pueblos indígenas se
encuentran al final de la línea de atención médica de covid-19, sin
mencionar las dificultades de desplazamiento desde regiones distantes de las
zonas urbanas. Además, el aislamiento de los indígenas en los hospitales
tiene consecuencias aún más devastadoras, ya que sus cosmologías se basan en
principios diferentes a los nuestros. "Vivir el luto es esencial para estas
poblaciones. Tener el cuerpo presente es esencial para las relaciones entre
el mundo de los vivos y los muertos, como lo es estar cerca de los enfermos.
La enfermedad es un momento en el que las personas necesitan estar ancladas,
en el sentido de estar afincadas en su mundo, donde estas relaciones y
contactos con las personas son esenciales para dar sustancia, para asegurar
un lugar en este mundo de los vivos", explica la investigadora.



Si la preocupación por los enfermos y muertos de la pandemia en las
poblaciones urbanas nunca ha sido central a nivel federal, a juzgar por las
magras políticas públicas de control de la crisis sanitaria, para los
pueblos indígenas la situación es aún más grave, constituyendo una especie
de proyecto genocida velado. "Históricamente, los pueblos indígenas siempre
han sido vistos como diferentes y como 'objetivos', sujetos a ser
eliminados, ya sea por la mira de los rifles, o por brotes epidémicos,
incluso por ropa contaminada lanzada por avión. Siempre ha existido un
interés por eliminar a los indios de alguna manera, por varias razones,
entre ellas porque son diferentes y, en nuestra sociedad occidental, la
diferencia siempre necesita ser erradicada, ya sea por eliminación física o
por transformación en un igual", subraya. En la siguiente entrevista,
Aparecida Vilaça da cuenta  de las consecuencias de la pandemia para los
pueblos del bosque.



Aparecida Vilaça es licenciada en biología con especialización en ecología,
y tiene una maestría y un doctorado en antropología social del Museo
Nacional de la Universidad Federal de Río de Janeiro - UFRJ. Hizo estudios
postdoctorales en la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Fue investigadora
y profesora visitante en las universidades de Bergen, Cambridge, Stanford y
la Universidad Autónoma de México, así como en la École des Hautes Études en
Sciences Sociales y la École Pratique des Hautes Études. Es autora de varios
libros, entre los que destacan Morte na Floresta (São Paulo: Todavia, 2020),
de reciente lanzamiento y que ofrece una visión general de la pandemia entre
los pueblos indígenas.



-IHU On-Line - ¿En qué sentido la pandemia del covid-19 nos impone, a los
blancos, el sufrimiento que hemos impuesto a los pueblos indígenas durante
siglos?



Aparecida Vilaça - Esta no es nuestra primera epidemia y, al parecer, no
será la última, teniendo en cuenta el desequilibrio ambiental que conduce a
estas zoonosis. Desde el comienzo de la invasión europea, alrededor de la
década de 1560, ha habido descripciones por parte de los jesuitas de brotes
de viruela entre los pueblos indígenas. Según varios informes, en los siglos
XVI, XVII, XVIII y XIX, hubo varias epidemias de viruela, varicela, gripe y,
más recientemente, VIH; todas las epidemias conducidas por nosotros a ellas.
Todo esto es el resultado del maltrato y el desequilibrio que causamos en el
mundo y cuyas patologías son llevadas a estos pueblos que no son cómplices
de lo que hacemos, sino que se han convertido en víctimas de nuestros
errores y formas de tratar con el mundo.



Mi generación, que es diferente de la generación de mis abuelos que vivieron
con la gripe española, nunca había experimentado tal pandemia, en esta
intensidad de muertes, sin ningún tipo de medicina probada, sin vacunas, la
gente encerrada. Esto es exactamente lo que estos pueblos indígenas han
experimentado durante tantos siglos. Por otra parte, para toda una
generación de indígenas, la epidemia de covid 19 también es nueva, aunque
hay etnias que han sufrido epidemias relativamente recientes, como los
Wari', con los que trabajo, que fueron devastados a principios de los años
sesenta. Hay gente que está muy asustada, como mi hermano Wari', Abraham,
que preguntó si teníamos un remedio y yo respondí que no. Esta generación de
Wari' está acostumbrada al hecho de que tenemos medicina para nuestras
enfermedades y, por consiguiente, para las suyas. Así que ahora estamos
todos juntos porque no hay medicina para nadie.



Pero sólo en cierto sentido tiene el mismo impacto para ellos y para
nosotros. Lo que se observa es que los indígenas tienen una tasa de
mortalidad mucho más alta, porque la mayoría de ellos viven en el interior,
en regiones con poco acceso a una atención sanitaria más compleja. Además,
toda la acción gubernamental se ha truncado y desviado en relación con los
indígenas, hasta el punto de tomar cientos de cajas de cloroquina para que
la tomen, lo cual es algo criminal, porque es una droga con efectos
secundarios muy peligrosos y se está administrando de manera inconsecuente.



Como dije en Morte na Floresta (Muerte en el bosque: ndt), desde el punto de
vista de la epidemia sí, todos somos indígenas, como dijo el antropólogo
Bruce Albert, pero tampoco lo somos nosotros, en el sentido de que los
indígenas están sufriendo actualmente la epidemia junto con los más
desfavorecidos económicamente. Están al final de la fila de los hospitales
públicos, de los bancos, de las camas de UCI (Unidad de Cuidados
Intensivos). En la gran división interna de nuestra sociedad, donde por un
lado tenemos a los más favorecidos, que tienen acceso a los hospitales
privados, y por otro, los desfavorecidos, los indígenas están con estos
últimos.



- ¿El auxilio de emergencia ayuda a las poblaciones indígenas?



Habría ayudado caso ese auxilio les hubiera llegado de otra manera. Son
personas que normalmente viven lejos de las ciudades. Hay mucha gente que
está enferma e incapaz de cazar o ir al campo. La ayuda se ha convertido en
algo importante para asegurar este medio de vida, pero para recibirla
necesitan viajar a las ciudades. Para ello pasan días viajando en barco y
luego haciendo fila en bancos y supermercados. Muchos terminaron
contaminándose de esta manera, tanto que algunos periódicos han llamado a
este dinero "ayuda para la muerte". El aislamiento social es, por
definición, un método común en los pueblos indígenas, pero cada vez más
difícil debido a la restricción territorial.



– El aislamiento social es, por definición, un método común en los pueblos
indígenas, pero cada vez con más dificultades debido a la restricción
territorial. ¿Qué más podemos aprender de los pueblos nativos sobre cómo
enfrentar estas pandemias?



Aunque los pueblos indígenas han aprendido de las experiencias históricas de
las epidemias que en tiempos de enfermedad es importante buscar un lugar
seguro, este es un aislamiento completamente diferente de lo tenemos hecho.
La idea de estar solo, como es el caso de varias personas en la ciudad, es
casi inconcebible para los indígenas porque las relaciones son una parte
constitutiva de la vida.



El hecho de que la gente esté hospitalizada y necesite estar sola ha sido
una pesadilla para los indígenas. Escuché una historia sobre el caso de un
indígena que fue intubado y que, solo, arrancó el equipo de intubación y
murió. En un podcast de Renata Lo Prete que se emitió a mediados de julio y
en el que participé, Alisson Munduruku dice que ante la muerte de su padre,
un líder, el mayor dolor fue que quedó aislado y murió solo, sin poder ser
enterrado en la propia aldea. El hecho de que no estuviera velado por sus
familiares causó mucho dolor, porque el luto vivo es esencial para estas
personas. Tener el cuerpo presente es esencial para las relaciones entre el
mundo de los vivos y el de los muertos. Y también durante la enfermedad.
Estar cerca de los parientes es una forma de asegurar la posibilidad de
curación, porque entienden que estar cerca de los parientes y de las
personas sanas es una forma de "fijarlos" en este mundo, de estar presos y
anclados en el mundo de los vivos. La muerte se considera a menudo una
disputa entre dos pueblos: los vivos y los muertos u otros espíritus, que
también quieren a esa persona para sí mismos. La muerte, como una disputa
entre diferentes grupos sociales, hace que la idea de aislamiento de un
enfermo sea algo muy serio.



El aislamiento grupal, y ahora ya no hablo de personas hospitalizadas, es
una salida importante que siempre se ha producido cuando las personas, o sus
restos, se encuentran ante la necesidad de aislarse para protegerse. En el
caso de la pandemia, esto se hizo a un ritmo de emergencia, pero demasiado
tarde. El gobierno no tomó ninguna medida al principio. Los covid-19
llegaron a la ciudad al menos un mes antes de llegar a la primera población
indígena. Conocíamos las dimensiones de la crisis, sobre todo porque
teníamos noticias de China y de los países europeos devastados por la
pandemia. Los pueblos indígenas, cuando tuvieron noticias vagas, desconocían
por completo la magnitud de esta enfermedad. Fue el gobierno el que,
sabiendo, debería haber actuado rápidamente. Pero no había políticas
públicas que impidieran que llegara a los pueblos. Todo esto con el
agravante de las invasiones de grileiros (acaparadores de tierras,
falsifican documentos de tenencia: ndt) , garimpeiros (mineros o buscadores
ilegales de metales: ndt) , madereros, que crecieron exponencialmente
durante este período. Varias tierras indígenas están llenas de estos
invasores, como los territorios yanomami. Además de ser portadores del
virus, hacen que el tránsito entre diferentes lugares del territorio sea
peligroso, porque los indígenas pueden sufrir represalias y asesinatos, como
está ocurriendo.



- Por qué para la supervivencia de un grupo étnico se necesita de "gentes" -
chamanes, cazadores, personas para hacer los rituales, etc. - sin el cual su
continuidad está en riesgo? ¿Cómo se vincula esta cuestión con la
imposibilidad de la idea de individuo en las cosmologías indígenas?



La necesidad de personas de diferentes tipos es real, aunque no esté ligada
a estas especializaciones. Entre muchos pueblos amazónicos todos son
chamanes o pueden actuar como tales, todos los hombres son cazadores y todas
las mujeres plantan, de tal manera que no es la especialización lo que
constituye la diversidad. Lo más importante de esta idea de un individuo que
mencionas es que no piensan en la posibilidad de una persona aislada, sola.
Las personas siempre está en relaciones, se le considera el hijo de tal
persona, el hermano de tal persona, etc. Las personas son concebidas por un
intrincado conjunto de relaciones - hay una parte de padre, una parte de
hijo, una parte de marido, una parte de hermano, una parte de cuñado - todo
esto conforma a las personas. En el contexto de los pueblos indígenas, esto
de estar solo es imposible o malévolo, porque la persona puede ser acusada
de brujería, por ejemplo. Desde el punto de vista de sus coterráneos, la
persona aislada es peligrosa, porque tiene otras relaciones, con personas
que no son humanos. Por eso el problema del aislamiento en un momento de
enfermedad, porque es cuando las personas necesitan estar afincadas, en el
sentido de estar ancladas en su mundo, donde estas relaciones y contactos
con las personas son esenciales para dar sustancia, para garantizar un lugar
en este mundo de los vivos. No digo que el aislamiento durante la enfermedad
no sea un sufrimiento para nosotros, porque estamos solos en un hospital o
en casa, enfermos, sintiendo dolor, con fiebre. El punto es que la
concepción de lo que es una persona y el lugar de las relaciones en su
constitución es diferente para nosotros y para ellos.



- Considerando las cosmologías de los pueblos nativos, ¿cómo ellos entienden
el origen de las enfermedades y sus formas de tratamiento?



Por supuesto que los muchos pueblos indígenas piensan el origen de las
enfermedades de manera diferente, por lo que hay una importante diferencia
interna. Sin embargo, es necesario entender que la enfermedad se concibe
como algo que siempre viene de fuera. No hay idea de que una persona se
enferme porque está débil, porque no se ha alimentado bien o que sea su
propia culpa. Al contrario, se vuelven débiles y flacos porque están
enfermos. La enfermedad es siempre el resultado de una mala relación. Para
los Wari', pueblo con el que trabajo desde hace 30 años, y que viven en el
oeste del estado de Rondonia, cerca de la frontera con Bolivia, muchas
enfermedades están ligadas a la relación con los animales. Hay algunos
animales que no se pueden comer, o que causan enfermedades. De los animales
permitidos, deben ser rápidamente asados y comidos, porque los Wari' saben,
y muchos indígenas también piensan, que los animales son humanos, aunque
sólo los chamanes pueden verlos en su forma humana. Los animales, para los
Wari', son inmortales porque siempre están reviviendo. Si no se asan y comen
pronto, los animales se vengarán causando enfermedades. Lo mismo puede
suceder si el cazador es egoísta y no distribuye su caza - obedeciendo un
conjunto de reglas morales requeridas por los animales. Si un niño es
maltratado, no está bien alimentado, corre el riesgo de ser tomado,
secuestrado, por un animal que pensará: "si tú [el indígena] no quieres, yo
quiero". Los animales imponen una moral específica al grupo.



Otra forma de enfermedad es la causada por la brujería, generalmente
realizada por personas no relacionadas. Normalmente lleva a la muerte, a
veces repentina, a veces lenta. Hay otras formas de morir, a veces por una
caída o una flecha, pero la mayoría de las veces son causadas por agentes
externos. Cuando llegaron las epidemias de los blancos, la gente se enfermó
y no entendió por qué, después de todo no habían hecho nada transgresor
contra los animales, los espíritus, no vieron signos de brujería y los
chamanes no podían curar. En general, los chamanes tuvieron mucho éxito en
la curación de enfermedades, debido a su capacidad de negociar como los
animales, con los espíritus, traen las almas de las personas que llevaban.
Con eso, se curaron a sí mismos. Con estas epidemias, la gente moría en
cantidad y los chamanes no podían ver las causas de las enfermedades. David
Kopenawa dice que las epidemias eran, para los yanomami, enfermedades que no
se conseguían curar. Los yanomami relacionan las epidemias con la fiebre del
oro y la invasión de su tierra. El creador, Omama, sabía que este metal era
maligno y por eso lo escondió dentro de la tierra, la misma tierra que la
gente está cavando. El humo liberado por el metal que sale de la tierra
causa las epidemias.



Cada grupo indígena tiene una explicación, una comprensión de las epidemias,
que les afectan en diferentes momentos y en diferentes condiciones.



- ¿Cómo se caracteriza el genocidio de los pueblos indígenas en Brasil?



Históricamente los indígenas siempre han sido vistos como diferentes y como
"objetivos", sujetos a ser eliminados, ya sea por avistamiento de rifles, o
por brotes epidémicos, incluso por ropa contaminada lanzada desde avión.
Siempre ha existido un interés en eliminar a los indios de alguna manera,
por varias razones, entre ellas porque son diferentes y, en nuestra sociedad
occidental, la diferencia siempre debe ser erradicada, ya sea por
eliminación física o por transformación en un igual. Pero no es un igual
sino un igual sumiso, porque no es la competencia lo que quieren los que
promueven el exterminio. Es una aversión a la diferencia y los indígenas
representan esta diferencia. Además, hay un factor agravante: los pueblos
indígenas tienen garantizado constitucionalmente el disfrute de territorios
que siempre han sido codiciados. La persecución de estos grupos siempre ha
sido por intereses económicos, aliados al odio, a la diferencia.



Los "Wari", en los años 50, dicen que los seringueiros (pandillas de
extractores de caucho: ndt) avanzaron sobre sus territorios al amanecer, a
propósito cuando la gente estaba durmiendo, con ametralladoras y
exterminaron pueblos enteros. Hay informes, hechos por Don Roberto Arruda,
obispo de Guajará-Mirim, que participó en los primeros contactos con los
Wari' en 1961, de que personas enviadas por los caucheros para matar a los
indios, arrojaron bebés y los dejaron caer en un machete para ser cortados
por la mitad. Y este es justo el tipo de crueldad que se le hizo a esta
gente además de ametrallarles. Es una política de exterminio que también es
un etnocidio, donde terminas con un pueblo, con un idioma, con una etnia.



El respeto a los pueblos indígenas se convirtió en una garantía legal con la
Constitución de 1988, pero con la llegada del gobierno que asumió a
principios de 2019, vuelve al período anterior. Incluso bajo la
Constitución, hay una serie de procedimientos infra-legales, como las
instrucciones normativas, que son totalmente irrespetuosas y tienen como
objetivo el exterminio de estos pueblos. .



Varios representantes del actual gobierno han hablado abiertamente y han
hecho una serie de declaraciones en las que abogan por la asimilación de los
indígenas, que deben ser catequizados, lo que es una visión de principios
del siglo pasado y que fue superada hace muchos años. La importancia de
estas culturas y de la diversidad, más allá del derecho a ejercer su
autonomía, es algo que se constituye y solidifica. Aparte de las
instrucciones normativas, el discurso de funcionarios del gobierno en
relación con las tierras indígenas, fomentando el garimpo, señalando que las
invasiones serán legalizadas, está promoviendo una ola de falta de respeto y
asesinato que, al menos hace medio siglo, no se veía tan agresivamente.
Estamos en un momento muy serio de regresión.



-Cuando la acción del gobierno contra estos pueblos no es operativa, se debe
deliberadamente a una inoperancia perjudicial, como lo fueron los vetos del
presidente a la ayuda de emergencia para los pueblos indígenas, enviados a
Congreso el 8 de julio...



Es una cosa escandalosa. Para empezar, en los últimos años se ha producido
una creciente reducción de los recursos de los distritos sanitarios
indígenas, es decir, de las unidades sanitarias de estos pueblos. En este
momento de crisis, ellos (los indígenas) se encuentran sin camas, sin
suficientes médicos, sin recursos para transportar a los enfermos. La
situación es absolutamente grave. La salida que han encontrado los propios
indígenas es la asociación con entidades civiles, con organizaciones no
gubernamentales o incluso con ciertas personas conocidas, como Sebastião
Salgado, para lanzar campañas de petición de ayuda. Los enfermos no pueden
trabajar -en la granja, la caza o en otros trabajos-, los sanos no pueden
abastecer a todo el mundo y no pueden viajar a la ciudad para evitar la
contaminación. Necesitan suministros y materiales de higiene para llegar a
ellos, algo que no se está haciendo. El proyecto de ley 1142/2020, que
preveía la prestación de ayuda de emergencia a los pueblos indígenas, los
quilombolas (habitantes de los quilombos, comunidades negras originarias de
la época esclavista: ndt) y otras comunidades tradicionales, fue sancionado
por el Presidente con 13 vetos, que incluían incluso el derecho de acceso al
agua potable. El desconocimiento de la situación de los indígenas que
prevalece en la esfera institucional federal, especialmente en la Secretaría
de Salud, hace suponer que tienen acceso al agua potable, pero se olvidan de
muchos casos en los que éste no existe. La caída de la represa de Mariana,
Minas Gerais, por ejemplo, afectó a todo el Río Doce, donde viven los
Krenak, cuya agua ya no es potable. En este momento de crisis, los indígenas
necesitan tener acceso al agua potable, lavarse las manos, el cuerpo y comer
algo. Así que necesitan ayuda para llegar a ellos sin tener que viajar a la
ciudad, arriesgándose a ser contaminados, para conseguirlo.



Son las asociaciones entre los pueblos indígenas y la sociedad civil las que
marcan la diferencia hoy en día. Para los que me preguntan cómo ayudar,
siempre indico que visiten la página del Instituto Socioambiental sobre el
covid-19, donde hay datos numéricos actualizados diariamente sobre la
infección entre los indígenas, y busquen la sección que presenta las
iniciativas indígenas, con los enlaces a estas asociaciones, que explican su
trabajo y dan cuenta de los recursos donados. De esta manera, algunas
personas de las asociaciones pueden comprar suministros y llevarlos a los
pueblos para que estos indígenas permanezcan aislados. En la segunda
quincena de julio, la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil - Apib
informa que se han producido 544 muertes entre los indígenas y que la
epidemia ya ha alcanzado a 137 pueblos



- Desde el punto de vista del proyecto político, ¿qué indican las actitudes
del gobierno federal?



Estas actitudes indican un interés por la expropiación y el uso de los
territorios indígenas. Esto se hace a través de un discurso trucado, con
declaraciones de que el interés de los indígenas es vivir en la ciudad, que
no puede ser olvidado en el bosque. Este es un argumento falso, impugnado
por los principales líderes indígenas y todas las voces indígenas que han
hablado de ello. Desde la campaña presidencial ha habido un discurso
explícito y claro de desprecio y falta de respeto por los pueblos indígenas.
Un prejuicio estrecho de miras y criminal, que va desde el presidente
(Bolsonaro) hasta el ministro de Medio Ambiente, la ministra de la Mujer, la
Familia y los Derechos Humanos, el ministro interino de Salud, entre otros.



Además, existen censuras de todo tipo a los funcionarios de estos organismos
en su conjunto, como se vio en el caso de la destitución del director del
Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales - Inpe, y del Instituto
Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad – ICMBio, en la prohibición
de divulgación de datos sobre la deforestación. También se ha desmantelado
la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), un importante órgano de protección
de los derechos y el bienestar de los indígenas. Los puestos de dirección de
las diferentes sedes se vienen trocando por personas sin experiencia con los
indígenas. Parece que todo está bien, que se mantienen los organismos
gubernamentales, que hay una preocupación gubernamental por la preservación
del medio ambiente y de los pueblos indígenas, pero se están erosionando
desde dentro, incapaces de llevar a cabo sus funciones públicas, aquellas
para las que fueron creados.



Incluso los indígenas están siendo censurados, como en el caso de las
amenazas a los yanomami que denunciaron el vertido de cloroquina en los
pueblos.



- ¿Qué significa para los indígenas "volverse blanco" y cómo esto difiere
radicalmente de la perspectiva propuesta por nuestros gobernantes y su
proyecto de expoliación?



El interés de los indígenas por nosotros no es precisamente por nuestra
forma de vida, porque desaprueban mucho nuestra moral, es decir, la forma en
que nos relacionamos, nuestra avaricia, el hecho de que haya gente
hambrienta al lado de los ricos, que los ignoran. Pero por supuesto que
están interesados en nuestras tecnologías, cosas que quieren llevar a las
aldeas para hacer cambios en sus vidas, pero totalmente anclados en sus
tierras, sus formas de vida. El hecho de que el indígena quiera llevar gafas
de sol o usar nuestra ropa no tiene nada que ver con el hecho de que quiera
volverse blanco o, menos aún, con un certificado de que ya no es indígena.
Los indios hablan de ello todo el tiempo, cuestionando la opinión de los
demás de que "¿si estudio en una universidad y llevo ropa y una beca, no soy
un indio?", "¡tengo mi lengua, mis parientes en el pueblo!”. No hay ningún
proyecto o deseo de los indígenas de "volverse blanco" como un proceso
gradual de transformación; es una idea absolutamente equivocada. Es
interesante que para nosotros no vale la pena esta lógica que tratan de
aplicar a los indios. Usamos pantalones jeans de origen norteamericano,
nuestros hijos aprenden inglés en la escuela, y no decimos que la gente se
está volviendo norteamericana. Sólo se aprovechan de las cosas que otras
culturas ofrecen para traerlas a su propio mundo. Los indígenas hacen lo
mismo, quieren tener acceso a las cosas, pero quieren seguir viviendo en su
mundo, que es muy diferente del nuestro, especialmente en términos
relacionales y morales.



Me gustaría terminar diciendo que aunque mi libro Morte na Floresta traiga
informaciones tristes y habla de este tiempo de terror que estamos viviendo
y que los indígenas han estado viviendo durante cinco siglos, el último
capítulo del libro es el capítulo de la esperanza. Allí trato de mostrar lo
que los indígenas están hablando sobre las epidemias, sobre la destrucción
de la naturaleza, con voces como David Kopenawa, Ailton Krenak y Raoni,
advirtiéndonos sobre lo que estamos haciendo y cómo esto nos lleva a un
callejón sin salida. La situación en la que ponemos nuestra Tierra, el
calentamiento global y las migraciones resultantes y todos los problemas de
la pobreza extrema, las guerras y las disputas, transforman el planeta y las
relaciones sociales en relaciones enfermizas. Los indígenas dicen que hay
otras formas de hacer, de equilibrar, de relacionarse con otros seres,
porque estamos todos juntos. No sirve de nada decir que no tiene nada que
ver con la muerte de las abejas porque viven en la ciudad y no ven abejas,
porque todo está junto, el exterminio de las abejas implica una cadena de
relaciones, y al final es la propia plantación de soja o de maíz, el
monocultivo, en definitiva, la que sufrirá. No hay posibilidad de una
agricultura no sustentable que no piense en el equilibrio del medio ambiente
en su conjunto, simplemente porque está condenada al fracaso a medio y largo
plazo.



Estamos perdiendo la noción de ecosistema, de que todo está interconectado,
porque sectorizamos todo y creemos en la idea de que somos capaces de
someter y explorar la naturaleza, pero esto tiene que parar. Lo que el
planeta nos muestra es que la exploración tiene límites y que se han
alcanzado. Tenemos que prestar atención a lo que los pueblos indígenas, no
sólo del Brasil, sino de varios lugares, están hablando, que estamos
completamente equivocados en nuestra relación con la naturaleza y con otros
pueblos, especialmente los que son diferentes a nosotros, y que debemos
cambiar. La discusión en el último capítulo gira en torno a esta posibilidad
de reconexión y los caminos que podemos tomar, claramente expresados en las
enseñanzas indígenas. Los que sobrevivan podrían utilizar la pandemia como
una enseñanza, por traumática que sea, para que finalmente busquemos actuar
y cambiar el curso de las cosas. Si tenemos tiempo para revertir todo eso,
por supuesto. Pero donde estamos, sólo podemos intentarlo, urgentemente.

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