India/ "La intervención del gobierno deja a la agricultura india bajo el yugo de las grandes corporaciones" [Surinder S Jodhka]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Dic 13 16:15:21 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

13 de diciembre 2020

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India



“La intervención del gobierno deja a la agricultura india bajo el yugo de
las grandes corporaciones”



Surinder S Jodhka

A l’encontre, 12-12-2020

http://alencontre.org/asie/inde/

Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa



Publicamos aquí la traducción del editorial del prestigioso semanario indio
Economic & Political Weekly, fundado en 1949. Este editorial permite
aprehender la penetración acelerada del gran capital en la estructura
agraria de los distintos estados de la India.



Es ese contexto se desarrolla la movilización masiva de los agricultores,
que había empezado ya en agosto de 2020 en los dos estados de Punjab y
Haryana. El movimiento se extendió después bajo el lema "Dilli Chalo":
"Vamos a Delhi". El 26 de noviembre, la movilización de unos 300.000
agricultores y campesinos (según India Today) fue respaldada por un
movimiento de huelga solidaria que movilizó a unos 250 millones de
trabajadores, entre los cuales 14 millones de camioneros, conductores de
autobuses y de taxis, etc., para bloquear el transporte de los productos
controlados por las grandes compañías.



El gobierno más que autoritario de Narendra Modi (del Partido Bharatiya
Janata - BJP) se negó, en cada una de las negociaciones, a renunciar a los
tres decretos promulgados en la primera semana de junio de 2020. El 8 de
diciembre, los aproximadamente 50 sindicatos de agricultores reemprendieron
un paro que tuvo lugar entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde "para
no crear demasiados inconvenientes a la población".



El lunes 14 de diciembre, nueva convocatoria de huelga general masiva.
Explícitamente y desde el principio, los agricultores se niegan a "ser las
marionetas de los grandes grupos industriales" y quieren que se les
garantice un precio mínimo para sus cosechas. Volveremos con más detalles
sobre esta movilización sin precedentes en un futuro artículo. (Redacción de
A l’encontre)



***



En el momento de la independencia, la agricultura india era un ejemplo de
todo lo que andaba mal en la economía de un país "subdesarrollado". Incluso
cuando casi las tres cuartas partes de su población activa trabajaban en sus
extensas tierras de cultivo, que estaban comunicadas por un gran número de
ríos y sometidas a una gran variedad de condiciones climáticas, la India no
podía producir suficientes alimentos para su población. El país recién
independizado [desde el 15 de agosto de 1947] tuvo que importar una cantidad
considerable de cereales de los países "desarrollados" del Primer Mundo,
siendo Estados Unidos el principal proveedor. Si bien los países
occidentales con un excedente de alimentos querían vender o incluso dar
ayuda en alimentos, esos ofrecimientos iban acompañados de "condiciones"
desfavorables para una nación que trataba de recuperar su dignidad perdida
después de una larga historia de colonización.



Aunque estuvo limitada a unas pocas regiones prometedoras, la inversión del
gobierno en la agricultura fue un acelerador. En un período breve de unos
diez años, el país produjo suficientes alimentos para una población cada vez
más numerosa. La Revolución verde fue posible no sólo gracias a los
agricultores dinámicos, sino también al tipo de inversiones que hizo el
Estado indio para construir la infraestructura agrícola. Desde la
construcción de embalses y redes de canales de irrigación hasta el
establecimiento de universidades agrícolas, redes de comercialización y la
concesión de créditos baratos con carácter "prioritario" de manera
institucional, el Estado indio desempeñó un papel fundamental para que sus
agricultores pudieran continuar en la vía de la intensificación de la
producción. Desde entonces, la idea de la Revolución verde se extendió
también a otros enclaves "menos desarrollados", aunque la inversión
necesaria para construir la infraestructura agrícola ya no procede de ningún
organismo del gobierno central o estatal.



***



Las reformas neoliberales de principios de los años 1990 cambiaron
fundamentalmente la orientación del Estado indio sobre la agricultura y
hacia sus poblaciones agrícolas. De manera más amplia, la orientación de la
economía india también cambió. Una vez "liberado" [del sector estatal], el
sector de las empresas privadas comenzó a desarrollarse rápidamente. Como
resultado de ello, el tamaño de la economía nacional aumentó. Pero la
economía empresarial se centraba en gran medida en el sector de los
servicios. Por su parte y en contraste con las trayectorias de crecimiento
"clásicas" de las naciones industrializadas del norte, incluso cuando la
proporción de la agricultura india disminuyó con bastante rapidez, una
proporción de la población activa mucho más elevada que la de esas economías
siguió trabajando en la agricultura. Esa disminución del tamaño relativo de
la economía agraria en términos de valor agregado produjo muchos
desequilibrios, más allá de la esfera de los ingresos y el empleo. El tamaño
y el poder cada vez mayores de la economía urbana y de las empresas
marginalizaron la economía agraria en el imaginario nacional y las personas
que trabajaban en el sector empezaron también a sentir los efectos de esta
evolución.



Por ejemplo, el crecimiento anterior de la agricultura había dado
suficientes ingresos y aspiraciones a las clases o castas propietarias de
tierras para educar a sus hijos con la esperanza de que encontraran empleo
fuera de la aldea. Sin embargo, los que controlaban el capital de las
empresas preferían a los suyos, a los de las castas superiores urbanas y a
las personas instruidas de las ciudades, que poseían el capital cultural
necesario, dejando al margen a los que venían del mundo agrario.



***



Luego, a medida que fue aumentando el poder y la influencia de las grandes
empresas, éstas empezaron a diversificar sus inversiones económicas. Más
allá de la producción tradicional y de la subcontratación de las actividades
de software, la agricultura y la elaboración de alimentos se volvieron
atractivas como posibles campos de inversión y posibles fuentes de ingresos.
El creciente tamaño de la clase media urbana y el aumento de su capacidad de
consumo se convirtieron en una capacidad firme de demanda de alimentos
procesados. Además, los productos alimenticios elaborados pueden exportarse
a los mercados emergentes del extranjero. Para los responsables de las
políticas neoliberales del Estado indio, ésta parecía ser la solución más
deseable en un sector agrícola que venía enfrentándose desde hacía mucho
tiempo a crisis sucesivas.



Dada la diversidad de los marcos jurídicos que rigen las tierras agrícolas y
las restricciones impuestas a las empresas que compran o arriendan tierras
agrícolas, estos nuevos inversores no podían entrar fácilmente en la
economía agropecuaria. La única modalidad disponible para su entrada en la
agricultura era bajo forma de contratos [el agricultor debe cultivar en sus
tierras las variedades exigidas por el inversor, debe cosechar y entregar la
cosecha en un plazo fijo, a un precio fijo y en una cantidad fija; las
transnacionales "perfeccionaron" este sistema proporcionando insumos como
semillas y fertilizantes, para controlar mejor aún a los productores]. Tras
la liberalización, las empresas agroindustriales mundiales ampliaron sus
actividades en la India. Si bien ya habían invertido en el suministro de
semillas y plaguicidas, siguieron ampliando sus actividades hacia bienes de
consumo elaborados, desde las papas fritas y la salsa de tomate hasta los
cereales procesados y los productos lácteos.



Las operaciones de agricultura por contrato no son, por lo tanto, nuevas en
la India. Son legalizadas por los gobiernos estatales a través de los
Agricultural Produce Market Committees (Comités de Mercado de Productos
Agrícolas, APMC) o los Agricultural Produce and Livestock Market Committees
(Comités de Mercado de Productos Agrícolas y Ganaderos, APLMC). Desde la
producción de semillas hasta el abastecimiento en tomates y patatas, hay una
cantidad importante de empresas que trabajan en diferentes regiones del
país.



Éstas van desde compañías multinacionales como Nestlé, Monsanto y PepsiCo
hasta grandes empresas indias como ITC [1], Reliance [energía, petroquímica,
textiles, distribución, etc., con 195.000 empleados], Tata Rallis [una
filial del gigantesco Grupo Tata, que opera en el sector agroalimentario],
Mahindra [presente, en el sector de la maquinaria agrícola, pero no
exclusivamente], Hindustan Unilever [bienes de consumo] y el Grupo Adani
[una transnacional activa en la India en materia de energía, logística,
agroindustria, infraestructura, etc.]. Son empresas que han ido ampliando
lentamente sus actividades y los beneficios realizados en el sector
alimentario, lo que les ha permitido la expansión de sus actividades en el
sector agrícola.



Conociendo el gran entusiasmo del Estado indio por las inversiones privadas
en el sector agrícola, presionan al gobierno para que haga el trabajo de
base necesario que les permita esa expansión. Las nuevas leyes agrícolas
[redactadas ya en 2017 y las tres ordenanzas emitidas en junio de 2020]
deben considerarse en este contexto. Sin embargo, la experiencia de los
agricultores con esta agricultura por contrato ha sido, en el mejor de los
casos, ambigua. Los datos disponibles indican que, si bien es más fácil para
los grandes agricultores trabajar con las empresas, a los pequeños
agricultores les resulta difícil sacar provecho de la agricultura por
contrato y a menudo dependen de artimañas comerciales burocráticas. Por otra
parte, los agricultores pueden ver también cómo las nuevas leyes perturban
el ecosistema de comercialización existente, que conocen bien, con el que
están familiarizados y al que tienen fácil acceso [los mercados locales
-mandis- con precios fijos]. El hecho de que todo esto se haga sin consultar
activamente a los principales interesados crea aún más ansiedad y
desconfianza. (Artículo publicado en Economic & Political Weekly,
12-12-2020: https://www.epw.in/journal/)



Nota



[1] Inicialmente, Imperial Tobacco Company of India Limited y desde 1970
Indian Company Limited, y finalmente ITC desde 1974 y 2001, cuando se
reorganizó de nuevo. Esta polifacética firma emplea a unas 25.000 personas y
cuenta con 60 fábricas en la India. (Redacción A l´encontre)

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