Brasil/ Belo Monte, la electricidad o la vida en la Amazonia [Mario Osava]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Dic 31 01:35:18 UYT 2020


  _____

Correspondencia de Prensa

31 de diciembre 2020

https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

germain en montevideo.com.uy <mailto:germain en montevideo.com.uy>

  _____



Brasil



Belo Monte, la electricidad o la vida en la Amazonia



Mario Osava, desde Río de Janeiro

Inter Press Service (IPS), 22-12-2020

http://www.ipsnoticias.net/



“Ya no conocemos el río Xingu”, cuyas aguas dictan “nuestro modo de vida,
nuestros ingresos, nuestra alimentación y nuestra navegación”, lamentó Bel
Juruna, una joven lideresa indígena de la Amazonia brasileña.



“Nuestra agua ya no tiene el nivel normal, natural, ella es controlada por
las compuertas”, explicó. Esos grifos gigantescos los maneja Norte Energía,
un consorcio público-privado, propietario de la central hidroeléctrica de
Belo Monte, cuyo interés es aprovechar el caudal para su negocio.



Construida entre los tramos medio y bajo del Xingu, en la Amazonia oriental,
Belo Monte aprovecha una curva de 130 kilómetros del curso del río, en forma
de U y llamada la Volta Grande.



“Para el pueblo juruna, el impacto no es solo alimentario, es fuerte también
en la cultura. Nuestra cultura es pescar, cuidar el río que ofrece
alimentos, ingresos y la navegación para ir a las ciudades, visitar
comunidades vecinas y diversión. Es nuestra alegría de vivir”: Bel Juruna.



Un canal artificial de 20 kilómetros desvía la mayor parte del caudal, en un
atajo que termina en el final de la curva con una caída de 87 metros. Ese
diseño evitó inundar la Volta Grande, con sus 25 comunidades, incluyendo dos
territorios indígenas legalmente protegidos.



El nuevo proyecto sustituyó el embalse convencional de 1225 kilómetros
cuadrados de la idea inicial de los años 70, que sumergiría toda la Volta
Grande, por dos represas que suman 478 kilómetros cuadrados. La primera
retiene el agua antes de la curva y la desvía al canal que forma el embalse
que alimenta la planta generadora principal, cuya potencia es de 11 000
megavatios.



La primera represa, con una planta que genera hasta 233 megavatios, es donde
están las compuertas que liberan el agua para la Volta Grande, que no se
inundó pero casi se secó, imponiendo otros tipos de impactos a la población
ribereña.



Ese complejo de Belo Monte, con la tercera central más grande del mundo,
está planificado para generar solo 4571 megavatios de energía firme, como
promedio efectivo.



Esa baja productividad, de solo 40 por ciento de la capacidad instalada, se
explica por ser una central de pasada en un río cuyo caudal varía, desde más
de 20 000 metros cúbicos por segundo en la época lluviosa, de pocos meses en
el primer semestre del año, a hasta menos de 1000 metros por segundo en
algunos de los meses más secos.



Las aguas del río, divididas entre su cauce natural y el canal, demostraron
ser ineficientes para sostener la generación eléctrica pretendida por Norte
Energía y las autoridades energéticas y, a la vez, atender las necesidades
vitales de la Volta Grande.



“Ya no sabemos navegar por el río Xingu, los canales donde pasar, porque
Belo Monte cierra y abre las compuertas cuando quiere”, señaló Bel, del
pueblo indígena conocido como juruna, pero que se autodenomina yudjá, que
quiere decir “los indígenas del río”.



El Xingu, uno de los mayores afluentes amazónicos con 1815 kilómetros de
longitud, en su tramo medio, es particularmente accidentado, con muchas
rocas visibles y sumergidas, islas e islotes, canales profundos y
superficiales, donde navegar es un riesgo permanente. Exige conocimiento
práctico que ahora se desbarajustó con la escasez de agua y sin los ciclos
naturales de crecida y reflujo.



“Queremos agua suficiente para inundar los ‘igapós’ (bosques inundables y de
aluvión de aguas negras) donde los peces y los quelonios puedan reproducirse
y alimentarse durante el invierno, para engordar y mantenerse en el verano”,
reclamó Bel, que adoptó el nombre étnico como apellido, un hábito entre los
indígenas brasileños.



El pescado y el taricaya (Podocnemis unifilis), una especie de quelonio de
agua dulce abundante en la Amazonia, son fuentes importantes de proteína
para los ribereños de la Volta Grande, especialmente para el pueblo juruna,
de navegantes y pescadores.



“Pero es la toda la vida que está en riesgo, no solo nosotros indígenas,
pero toda la naturaleza privada del ciclo de las aguas, los árboles, los
peces y otros animales”, acotó Bel a IPS, en un diálogo por Whatsapp desde
su aldea, Miratu, en el margen izquierdo de la Volta Grande del Xingu.



La lucha de los jurunas, que aseguran que llevan a cabo “también por la
humanidad”, ganó fuerza gracias a una  nueva evaluación del gubernamental
Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) en diciembre de 2019.



La agencia ejecutora de la política ambiental brasileña reconoció que la
escasa agua liberada por la hidroeléctrica no asegura “la reproducción de la
vida” en el ecosistema de la Volta Grande ni “la sobrevivencia de las
poblaciones residentes”.



Por eso quiere aumentar el flujo hídrico en ese “tramo de caudal reducido”,
limitado a cerca de 20 por ciento del normal anterior y detallado en el
llamado “hidrograma de consenso”, que fija el volumen a fluir en el cauce
natural, cada mes, según lo que se consideraba necesario para mantener vivo
el ecosistema en 2009.



Técnicos del Ibama constataron, por datos analizados desde 2015, cuando Belo
Monte llenó sus embalses, la necesidad dividir mejor del agua entre la
electricidad y la vida.



Los analistas ambientales de Ibama recomendaron un hidrograma provisional
para este año con fuerte aumento del volumen destinado a Volta Grande en el
período de enero a mayo, especialmente en febrero (de 1.600 a 10.900 metros
cúbicos por segundo), marzo (4.000 a 14.200 m3/s) y abril (8.000 a 13.400
m3/s).



Para el futuro, Norte Energía debería presentar estudios que permitan
definir un hidrograma definitivo.



Pero la dirección del Ibama retardó las medidas propuestas y luego la
empresa prefirió cuestionarlas ante los tribunales. Perdió en la primera y
segunda instancia y tampoco cumplió las exigencias vigentes en octubre y
noviembre.



El Ministerio Público Federal (fiscalía general) decidió intervenir y
requirió al Ibama que defina las sanciones contra Norte Energía por
incumplir el hidrograma provisional, los caudales exigidos para 2021 para
hacer vigente el principio de la precaución y las medidas que deberán
asegurar que la empresa haga los estudios complementarios para fijar el
hidrograma definitivo.



Un caudal elevado en los primeros meses del año y “durante por lo menos tres
meses” se justifica para asegurar el tiempo necesario a los peces y
quelonios el tiempo necesario a su reproducción y alimentación, sentenció
Juarez Pezzuti, biólogo especialista en quelonios y profesor de la
Universidad Federal de Pará.



“Aumentar el caudal solo en abril no es una solución, es vital un volumen de
agua que anegue áreas boscosas extensas, en la altura y en el tiempo
necesario, por ejemplo, para que las larvas se conviertan en alevines y se
cumpla una cadena de alimentación”, explicó a IPS por teléfono desde
Ananindeua, donde vive, en el estado amazónico de Pará.



Más grave que las sequías severas en el estiaje, o “verano” en la Amazonia,
es “la debilidad de las lluvias en el invierno”, para la vida en el Xingu,
subrayó.



La batalla está en un momento crucial, porque a la actuación de Ibama
-“sorprendente” en un gobierno que como el del ultraderechista Jair
Bolsonaro labora contra el ambientalismo- se oponen agencias gestoras del
sector eléctrico y el Ministerio de Minas y Energía, alegando que cambiar el
hidrograma provocaría inseguridad energética y costos más elevados para la
población.



Pezzuti cree que cualquiera sea el desenlace de esa disputa, Belo Monte está
condenada a crecientes dificultades en su viabilidad económica, por el
agravamiento de las sequías en el Xingu, a causa del cambio climático y la
intensa deforestación cuenca arriba.



La crisis de 2016, cuando los jurunas se quejaron del “pez magro” y en
cantidad decreciente a causa de la sequía provocada por el fenómeno El Niño,
fue un aviso para el futuro, recordó.



Desde la aprobación en 2009 del megaproyecto hidroeléctrico, numerosos
críticos, entre autoridades ambientales, indigenistas, investigadores
universitarios y expertos en energía, alertaron sobre los riesgos del propio
negocio, además de los daños sociales y ambientales.



El proyecto, cuya inauguración se produjo el 27 de noviembre de 2019, una
vez que se completaron las 18 unidades generadoras de la planta principal,
ha sido muy alabado por la innovación del canal, pero se reveló como una
trampa, tanto para la empresa y como para la población afectada, que ya
convive con daños irreversibles.



“Para el pueblo juruna, el impacto no es solo alimentario, es fuerte también
en la cultura. Nuestra cultura es pescar, cuidar el río que ofrece
alimentos, ingresos y la navegación para ir a las ciudades, visitar
comunidades vecinas y diversión. Es nuestra alegría de vivir”, concluyó Bel
Juruna.

  _____





--
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus


------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20201231/5497b0b8/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa