Palestina/Israel/ "Lo que se necesita saber sobre el plan de anexión de Trump" [AMEC/Palestine Chronicle]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Feb 1 11:49:40 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

1° de febrero 2020

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Palestina/Israel

 

"Lo que se necesita saber sobre el plan de anexión de Trump"

 

Afro-Middle East Center (Centro Afro-Medio Oriente (AMEC)) y Palestine
Chronicle *

A l ´encontre, 30-1-2020

http://alencontre.org/

Traducción de Faustino Eguberri - Viento Sur

https://www.vientosur.info/

 

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dio finalmente a conocer
su "Plan de paz para Oriente Medio" el martes 28 de enero de 2020, en una
conferencia de prensa en Washington, con el primer ministro israelí Benjamin
Netanyahu a su lado.

 

El documento completo, titulado "De la paz a la prosperidad: una visión
(perspectiva) para mejorar la vida de los pueblos palestino e israelí",
consta de 181 páginas, que incluye un plan político más "El Plan Económico
Trump" (que Washington presentó previamente en julio de 2019 en una
conferencia en Bahréin) y secciones sobre seguridad, pasos fronterizos,
agua, refugiados y Gaza. El plan económico prevé la creación de un fondo de
50 mil millones de dólares para ayudar al relanzamiento de la economía
palestina, con Jordania, Egipto e Israel recibiendo también partes de la
ayuda financiera propuesta. Trump espera obtener el dinero de los Estados
árabes, pero hasta el momento pocos son los fondos que se han prometido para
implementar el plan de Bahréin.

 

El anuncio de Trump en Washington es visto como el componente político de lo
que él y sus asesores llamaron el "acuerdo del siglo". El plan crea un
Estado palestino ficticio, desmilitarizado y sin ningún control sobre su
propia seguridad, fronteras, recursos hídricos y política exterior, que cede
la mayoría de estos temas a Israel. De hecho, semejante "Estado" tendría
menos poder y control que los Bantustán creados por el África del Sur del
apartheid en la década de 1970. Es seguro que Lucas Mangope o el general
Oupa Gqozo, jefes de los Bantustán Bophutatswana y Ciskei, respectivamente,
tenían más poder sobre los territorios que aparentemente controlaban que el
"gobierno" del "Estado" palestino previsto por Trump.

 

Sí a las colonias

 

Según el plan, que se ha ido atrasando mucho tiempo, Estados Unidos
reconocerá oficialmente las colonias judías de Israel en los territorios
ocupados. Todas las colonias, que albergan a unos 600.000 colonos, son
ilegales según el derecho internacional. El documento también es un estímulo
para que Israel se apropie de tanta tierra palestina como quiera antes de
que se implemente el plan.

 

Según el documento, "[Israel] no debe desmantelar ninguna colonia e
incorporará la gran mayoría de las colonias israelíes en el territorio
contiguo de Israel. Los enclaves israelíes ubicados dentro del territorio
palestino contiguo formarán parte del Estado de Israel y estarán vinculados
a él mediante un sistema de transporte eficaz".

 

No al Estado palestino

 

Aunque el plan de Trump se refiera a una "solución realista de dos Estados"
y a la creación de un Estado palestino, define a esta entidad como una serie
de enclaves individuales conectados por túneles y puentes que comprende solo
alrededor del 9% de lo que era Palestina bajo el mandato británico en 1947.
También impone "limitaciones a ciertos poderes soberanos en las áreas
palestinas" que privan a la nueva entidad de los poderes, derechos y deberes
de un Estado normal. El mal definido "Estado" palestino también está
condicionado por el cumplimiento de una serie de condiciones por parte de
los líderes palestinos, incluido el rechazo del "terror".

 

El documento señala que "el Estado de Israel, el Estado de Palestina y los
países árabes trabajarán juntos para contrarrestar a Hezbolá, ISIS (Daesh),
Hamas ... y todos los demás grupos y organizaciones terroristas, así como
otros grupos extremistas". Está claro que "otros grupos extremistas" no se
refieren al partido Likud de Netanyahu ni a la miríada de grupos de colonos
judíos armados y violentos que atacan diariamente a los palestinos, su
ganado, sus granjas y otras propiedades.

 

Al "Estado" no se le permitirá tener capacidades militares o paramilitares,
y "no tendrá derecho a concluir acuerdos militares, de inteligencia o de
seguridad con un Estado o una organización que afecte negativamente la
seguridad del Estado de Israel, según lo decidido por el Estado de Israel".
El documento contiene una lista de instrumentos de seguridad que el "Estado"
palestino no podrá tener, incluidas minas, ametralladoras pesadas e
inteligencia militar. Y, en caso de que los palestinos violen cualquiera de
estas prohibiciones, Israel "conservará el derecho de desmantelar y destruir
cualquier instalación". Israel también tendrá derecho a tomar todas las
medidas necesarias para "garantizar que el Estado de Palestina permanezca
desmilitarizado y no amenazador" para Israel.

 

Sí a Jerusalén como capital - para Israel

 

El plan califica a Israel de "un buen guardián de Jerusalén", "a diferencia
de muchos poderes precedentes que habían gobernado Jerusalén y destruido los
lugares sagrados de otras religiones". También felicita a Israel "por
salvaguardar los sitios religiosos de todos y mantener un statu quo
religioso", ignorando por completo la realidad de la destrucción y los
continuos ataques de Israel contra sitios religiosos cristianos y musulmanes
en las últimas siete décadas.

 

Jerusalén, según el plan, se considera la capital "indivisible" de Israel,
como ya declaró la administración Trump el 6 de diciembre de 2017. Sin
embargo, el plan propone dar a las y los palestinos una soberanía limitada
sobre algunos barrios adyacentes al muro del apartheid construido
ilegalmente en la Jerusalén Este ocupada. "La capital soberana del Estado de
Palestina debería estar en la parte de Jerusalén Este ubicada en todas las
áreas al este y al norte de la barrera de seguridad existente, incluyendo
Kafr Aqab, la parte oriental de Chuafat y Abu Dis", dice el documento, y
agrega que el " Estado" palestino no tendrá control sobre ninguna parte de
Jerusalén, en particular sobre la Ciudad Vieja de Jerusalén o los sitios
religiosos importantes como la Mezquita Al-Aqsa o la Iglesia del Santo
Sepulcro. En una concesión aparentemente generosa, sugiere que los barrios
mencionados "podrían llamarse Al Quds u otro nombre determinado por el
Estado de Palestina". En lo esencial, las y los palestinos pueden tener su
capital en Jerusalén, siempre y cuando su Jerusalén no esté en Jerusalén.

 

Sí en Gaza como parte del estado palestino, si ...

 

Sin una sola referencia en sus 181 páginas al brutal asedio israelí de 14
años a Gaza, y a los diversos ataques militares israelíes en el territorio
durante ese período, el documento establece que el pueblo de Gaza "ha
sufrido durante demasiado tiempo bajo el régimen represivo del Hamas". Poco
importa que Hamas fuera elegido democráticamente por las y los palestinos de
Cisjordania y Gaza en 2006, pero que haya estado sometido, junto con dos
millones de palestinos y palestinas, al cerco hermético israelí en la
empobrecida Franja de Gaza.

 

Aunque las y los palestinos en Gaza han "sufrido durante demasiado tiempo",
para que la Franja de Gaza se incluya en un futuro "acuerdo de paz", dicha
franja tendría que ser desmilitarizada y quedar bajo el control de la
Autoridad Palestina (AP) o cualquier otra parte que Israel decida reconocer.

 

No a las y los refugiados

 

Como se esperaba, el plan reitera el rechazo de Israel al derecho de las y
los refugiados palestinos a regresar a sus hogares y a su país de
conformidad con el derecho internacional. Estipula que no habrá derecho al
retorno o a la integración de ninguna persona refugiada palestina en el
Estado de Israel. Lo que se describe como el "problema de los refugiados"
debería ser resuelto por los "hermanos árabes" de Palestina, que "tienen la
responsabilidad moral de integrarlos en su país como los judíos han sido
integrados en el Estado de Israel". Incluso la posible "absorción" de las y
los refugiados palestinos en "el Estado de Palestina" está sujeta a límites.
El plan prevé la creación de un comité de "israelíes y palestinos" para
garantizar que "los derechos de las personas refugiadas palestinas a emigrar
al Estado de Palestina estén limitados de acuerdo con los acuerdos de
seguridad acordados".

 

El documento pide una "solución justa, equitativa y realista a la cuestión
de las personas refugiadas palestinas", pero luego la compara con "la
cuestión de las personas refugiadas judías", refiriéndose a las y los judíos
que abandonaron los países musulmanes para establecerse en Israel, pidiendo
también una "solución justa, equitativa y realista a las cuestiones
relacionadas con las y los refugiados judíos".

 

Sí a la seguridad - para Israel

 

La seguridad de Israel es un hilo conductor del documento, con un subtítulo
que indica claramente "La primacía de la seguridad". De hecho, Israel tendrá
"la responsabilidad principal de la seguridad sobre el Estado de Palestina"
y será responsable de "la seguridad en todos los puntos de paso
internacionales hacia el Estado de Palestina", lo que significa que el nuevo
Estado no tendrá control sobre ninguna de sus fronteras. Israel "también
continuará controlando el espacio aéreo y el espectro electromagnético al
oeste del río Jordán".

 

Incluso los aspectos de las relaciones exteriores del "Estado" palestino,
según el documento, serán responsabilidad de Israel. En el documento se
afirma que "El Estado de Palestina no tendrá derecho a celebrar acuerdos
militares, de inteligencia o de seguridad con ningún Estado u organización
que pueda tener un impacto negativo en la seguridad del Estado de Israel,
tal como es determinada por el Estado de Israel ".

 

Sí a más limpieza étnica

 

Otra parte inquietante del plan concierne a las comunidades palestinas de
Israel que viven en un área llamada el "Triángulo". Con respecto a estas
comunidades, en Kafr Qara, Ar’ara, Baha al-Gharbiyye, Umm al-Fahm,
Qalansawe, Tayibe, Kafr Qasim, Tira, Kafr Bara y Jaljulia, el documento
"considera la posibilidad ... de que las fronteras de Israel sean
rediseñadas de tal forma que las comunidades del Triángulo formen parte del
Estado de Palestina”. Por lo tanto, el objetivo es reubicar políticamente
estas comunidades de alrededor de 350.000 personas, despojándolas de su
ciudadanía israelí y arrojándolas al Bantustán palestino. El plan en
realidad propone otra forma de ayudar a limpiar étnicamente a Israel de su
población palestina.

 

Conclusión

 

Las y los palestinos, aparentemente sin excepción, han rechazado el plan de
Trump. Varios partidos políticos palestinos, el día antes de que se revelara
el plan, expresaron su oposición unida al mismo. Esto no es sorprendente,
dadas las disposiciones del documento. Sin embargo, la realidad es que, en
muchos sentidos, el plan de Trump solo intenta legitimar el status quo. Gran
parte de lo que el documento presenta como una "visión" (perspectiva) futura
es ya la realidad palestina.

 

La pregunta ahora es cómo los grupos palestinos actualizarán su oposición
como un proyecto de resistencia que se enfrente no solo al plan Trump, sino
también a la ocupación israelí y al proyecto de anexión en su conjunto. 

 

* Análisis publicado por la AMEC el 29 de enero de 2020, preparado en
colaboración con Palestine Chronicle; traducido al francés por la redacción
de A l´encontre.

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