Francia/ Contra el gobierno Macron. La huelga en defensa de la jubilaciones [Dossier]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Ene 11 18:57:14 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

11 de enero 2020

 <https://correspondenciadeprensa.com/> https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

 <mailto:germain5 en chasque.net> germain5 en chasque.net

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Francia

 

Contra el gobierno Macron

 

La huelga en defensa de las jubilaciones 

 

El jueves 9 de enero, una nueva jornada de huelga contra la reforma
jubilatoria del gobierno de Macron. Manifestaciones previstas también el
viernes y el sábado. Idas y venidas de dirigentes de las diferentes
centrales sindicales -no todas-  para negociar con el gobierno.
Declaraciones ambiguas de los principales dirigentes del “movimiento
obrero”. Presión de las bases. Trabajadores que resisten desde hace más de
un mes con una huelga por tiempo indeterminado. Rechazo, a veces, de las
órdenes que vienen de arriba, de la dirección. Tomas de posición combativas.
Un aparato sindical desestabilizado por la determinación de los
trabajadores. 

 

A continuación, el comunicado de la Union syndicale Solidaires, que  evalúa
la jornada del 9 de enero. Esta organización cuenta con unos 110.000
miembros en sindicatos que abarcan el conjunto de los sectores
profesionales. Los sindicatos SUD, sobre todo, son miembros de Solidaires.
Se reivindica del “sindicalismo de transformación social” y “por una ruptura
con el capitalismo”. La Union syndicale Solidaires integra la Red Sindical
Internacional de Solidaridad y de Luchas (www.laboursolidarity.org
<http://www.laboursolidarity.org/> ), que agrupa a organizaciones sindicales
de todos los continentes, anticapitalistas, autogestionarios, feministas,
antiracistas, ecologistas, anticolonialistas. 

 

Luego, un análisis de Serge Goudard, militante sindical en Lyon, miembro del
colectivo que edita el boletín L'insurgé (https://www.insurge.fr/)
<https://www.insurge.fr/> , donde aclara sobre lo que está en juego ahora en
Francia y sobre las tensiones entre bases y dirección, entre el discurso
“combativo” de algunos dirigentes y la voluntad negociadora de los mismos, o
de la gran mayoría de ellos. Elementos para entender e interpretar la huelga
más larga desde mayo del 68 en Francia. Larga, debido a la organización
desde abajo e independiente, de una buena parte de los trabajadores, en
particular los ferroviarios y los trabajadores del transporte de pasajeros
parisino. (Redacción Correspondencia de Prensa)

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¡La huelga del 9 de enero ha sido un éxito, la determinación sigue siendo la
misma! 

 

Unión Sindical Solidaires, París, 9-1-2020

https://solidaires.org/

Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa

 

En el 36° día de huelga de los ferroviarios y de los trabajadores de la RATP
(Red de transporte público parisino), y después de varias jornadas
nacionales de manifestaciones, el movimiento sigue tan firme como al
principio y el proyecto gubernamental sigue siendo rechazado.

 

La huelga se ha acrecentado en el transporte, mayoría de huelguistas en la
enseñanza, refinerías y empresas del sector químico y agroindustrias en
huelga o con funcionamiento perturbado, buena parte de los servicios en el
sector cultural cerrados.

 

Hubo 216 mítines y manifestaciones en diferentes ciudades, o sea más que el
5 de diciembre: 370.000 manifestantes en París, 9.000 en Orleans, 20.000 en
Rouen, 15.000 en Caen, 120.000 en Toulouse, 6.500 en Angoulême, 25.000 en
Grenoble, 10.000 en Perpiñán, 7.500 en Tours, 220.000 en Marsella, 20.000 en
Lille, … Más de un millón y medio de personas manifestaron este jueves 9 de
enero para expresar su determinación contra el retiro del proyecto de
jubilaciones por puntos. En varias ciudades, los movimientos  feministas se
sumaron a la manifestación para denunciar las supuestas “ventajas” de la
reforma para las mujeres.

 

Para el viernes 10 de enero, ya han sido votadas mociones de reprogramación
de la huelga, sobre todo en la educación, en la cultura y en la química.

 

La Unión Sindical Solidaires denuncia una vez más las violencias policiales
que tuvieron lugar en varias acciones y manifestaciones como, por ejemplo,
en Nantes, en Rouen, en Burdeos o en Chalon sur Saône, con heridos graves e
intervenciones de socorristas para auxiliar a manifestantes apaleados o
víctimas de los gases lacrimógenos.

 

Para la Unión Sindical Solidaires, eso no es más que un índice de que el
rechazo de este proyecto sigue intacto, de que el gobierno carece de
legitimidad en su voluntad de imponer la jubilación por puntos. Las
supuestas 

negociaciones convocadas por el gobierno no van a lo esencial del proyecto.
Por eso, Solidaires no participa en ellas. Para nosotros, no se trata de
negociar los retrocesos como, por ejemplo, el derecho de los auxiliares de
enfermería a retirarse a los 60 años en lugar de los 57 de ahora, o de
implorar que se tengan en cuenta los criterios de insalubridad de algunos
oficios o profesiones, una insalubridad que estos mismos gobernantes que
convocan a “negociar” han decidido suprimir…

 

Nuestra lucha es justa: por el derecho de cada una y de cada uno a jubilarse
en buena salud y con una pensión digna, lo que no nos aseguran en absoluto
ni la reforma anunciada ni el mínimo de 1000 euros con el que se llenan la
boca.

 

Para Solidaires, esta jornada representa un índice claro para continuar
luchando hasta que el proyecto sea retirado. Desde mañana mismo, 10 de
enero, reprogramando la huelga y este sábado, con manifestaciones en las
calles.

 

La intersindical, que se reúne esta noche del jueves 9, va a anunciar nuevas
perspectivas para la movilización.

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Defender las jubilaciones: una “lucha severa” y algunas lecciones

 

Serge Goudard *          

L’Insurgé, 3-1-2020

http://linsurge-blog.blogspot.com/

A l´encontre, 4-1-2020

http://alencontre.org/

Traducción Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa

 

Este 6 de enero terminan las vacaciones escolares de fin de año y empieza
una nueva fase de movilizaciones contra la reforma de las jubilaciones y
pensiones de Macron: una movilización excepcional por la amplitud y por el
número de manifestaciones, y excepcional también por su duración, con la
huelga reprogramable desde el 5 de diciembre en el sector ferroviario y en
el transporte parisino.     

 

Durante las cuatro primeras semanas de lucha, los trabajadores han mostrado
una gran tenacidad. Pero el gobierno mantiene su proyecto de reforma,
apostando al agotamiento de los huelguistas y buscando dividir los
sindicatos, enfrentar a los trabajadores entre sí: una guerra de desgaste y
también una guerra de maniobras. Y para esta guerra, el gobierno tiene armas
pesadas que los trabajadores, los militantes, deben neutralizar.

 

Un movimiento polimorfo

 

Una de las características del movimiento de huelga y manifestaciones que
comenzó el 5 de diciembre es su carácter polimorfo. Ha sido claro desde el
primer día. Desde el principio, el movimiento se desarrolló bajo tres
formas:

 

- Para los trabajadores de la SNCF (Compañía ferroviaria pública) y los del
transporte público parisino (RATP), el 5 de diciembre fue el inicio de la
huelga indefinida;

 

- para la mayoría, fue un día de acción destinado a repetirse, un primer
“punto fuerte”;

 

- Para algunos (sobre todo en el sector de la educación), se trataba de
transformar un "día de acción" en  huelga continua mediante una huelga
reprogramable.  

 

Las tres formas distintas se combinan de alguna manera entre sí. Por
ejemplo, en la RATP, la huelga se inició con un llamamiento intersindical a
una huelga por tiempo indeterminado, pero se renueva mediante reuniones
celebradas en los depósitos de autobuses. Lo mismo ocurre en la SNCF. Sin
embargo, en estos dos sectores, la huelga permanece "encuadrada" por las
posiciones nacionales de los sindicatos. Estas posiciones nacionales pueden,
a su vez, ser impugnadas por las bases.

 

Asimismo, las huelgas se renuevan entre dos "puntos fuertes": para algunos
militantes, el objetivo es superar un mecanismo considerado ineficaz de
“puntos fuertes”, intentar generalizar la huelga y darle continuidad. Pero
la mayoría de las veces se trata de "mantener la presión" entre dos días de
paro. Este objetivo de darle continuidad a la huelga no es en absoluto un
obstáculo para los dirigentes de la intersindical (CGT, FO, FSU,
Solidaires): cada vez que la intersindical llama a un nuevo punto fuerte (5
de diciembre, 10 de diciembre, 17 de diciembre...), aclara que "apoya" a las
asambleas generales que renuevan la huelga, considerando que estas huelgas
reprogramadas son complementarias de los días "pico" con huelgas perladas
(“Saute-mouton” en francés: salta carnero o salto de rana).  

 

Lo mismo sucede con otras acciones que han venido surgiendo desde el 5 de
diciembre, destinadas a acosar al gobierno: cortes de energía eléctrica,
bloqueo de depósitos de petróleo e, inicialmente, huelgas parciales en dos
refinerías. Estas acciones "consolidaron" la táctica de "puntos fuertes"
(acciones a menudo impulsadas por sectores del aparato sindical con
discursos más "combativos").

 

El producto de una lucha entre trabajadores y aparatos sindicales

 

Este carácter polimorfo y complejo de la movilización debe ser entendido
como el resultado de un equilibrio de poderes fluctuante e inestable, de una
lucha entre la masa de trabajadores y las direcciones de los sindicatos.

 

El hecho mismo de que la huelga masiva haya tenido lugar, y de que el 5 de
diciembre haya sido el punto inicial de la misma, es una primera ilustración
de lo dicho.

 

Hay que recordar que fue la fuerza de la huelga en defensa de las
jubilaciones en la RATP, el 13 de septiembre, la que obligó a los sindicatos
de esta empresa a convocar una huelga ilimitada a partir del 5 de diciembre,
convocatoria que fue retomada posteriormente por varios sindicatos de la
SNCF. La huelga del 13 de septiembre y los llamados subsiguientes se
produjeron en un momento en que se estaban llevando a cabo concertaciones
sobre el proyecto de reforma jubilatoria, durante más de 18 meses, entre los
sindicatos y Delevoye, el representante del gobierno. El propósito de esta
concertación era precisamente... evitar que estallara la huelga.

 

Con el mismo objetivo de "pacificar" las relaciones sociales, las consultas
se reanudaron durante el otoño francés. Pero por segunda vez, las
concertaciones no alcanzaron su objetivo: aunque las confederaciones
sindicales, en particular la CGT, arrastraron los pies en un primer momento,
la presión de la base las obligó a sumarse al paro y a las manifestaciones
del 5 de diciembre. Pero a su manera, negándose a llamar a una huelga
indefinida hasta que se retirara el proyecto de Macron y adoptando una
táctica de días alternados de “acción”.

 

La presión de los trabajadores sobre los aparatos sindicales fue también
decisiva entre el 17 y el 20 de diciembre, cuando Macron y varios dirigentes
sindicales trataron de obtener una "tregua de la huelga" para las fiestas de
fin de año.

 

No hay tregua para la huelga en la SNCF y en la RATP

 

Después de los "puntos culminantes" del 5 y el 10 de diciembre, el gobierno
entabló la batalla: el 11 de diciembre, esbozó la arquitectura de su
proyecto e indicó su calendario (1). Siguieron tres nuevos "puntos fuertes"
(12, 17 y 19 de diciembre), de magnitud desigual, siendo el más fuerte el
del 17 de diciembre.

 

Al mismo tiempo, y con ciertas dificultades, continuaron las huelgas
reprogramables, particularmente en la enseñanza. Sin embargo, con el inicio
de las vacaciones escolares el 20 de diciembre, el peso y la continuidad de
la movilización estuvo a cargo de los empleados de la SNCF y de la RATP.
Para el gobierno, el objetivo era entonces simple y esencial: en nombre de
los intereses de las familias en período de fiestas, obtener una tregua (y
de hecho, un probable fin definitivo) de la huelga de trenes y metros.

 

Ya antes del “punto fuerte” del 17, el gobierno había dado a conocer sus
exigencias. Varios dirigentes sindicales se hicieron eco de la misma,
empezando por Laurent Berger, el secretario general de la CFDT
(Confederación Françes Democrática de Trabajadores). En la mañana del lunes
16 declaró: "Sí, necesitamos hacer una tregua en Navidad".

 

Asimismo, Laurent Escure, el principal dirigente de la UNSA (Unión Nacional
de Sindicatos Autónomos, otra central sindical conciliadora), declaró el 16
de diciembre, hablando a propósito del transporte parisino y del transporte
ferroviario,: "nadie quiere que haya perturbaciones en Navidad". Esta
posición tenía aún más peso ya que este sindicato ultra conciliador con el
gobierno  y de poca importancia a nivel nacional, ocupa sin embargo el
primer lugar en cantidad de afiliados en la RATP, y el segundo en la SNCF.

 

Pero la esperanza de una tregua se vio frustrada por la presión de la base.
Y todo se jugó entre el 17 y el 20 de diciembre.

 

Del 17 al 20 diciembre: un momento decisivo

 

El 17 había empezado mal para el gobierno ya que, la víspera, había tenido
que registrar la dimisión de su ministro Jean-Paul Delevoye, encargado de la
reforma jubilatoria y organizador de las consultas realizadas durante casi
dos años con los sindicatos. Este señor se había "olvidado" simplemente de
declarar una docena de cargos o funciones, algunos de ellos remunerados,
incompatibles con su función como ministro.

 

La movilización del 17 fue de una magnitud excepcional, lo que reforzó la
voluntad de los trabajadores de continuar la lucha contra Macron.

Hubo 1,8 millones de manifestantes según la CGT, y 260 manifestaciones en
todo el país, una movilización al menos del nivel de la del 5 de diciembre,
con manifestaciones más dinámicas y con más profesores que en la anterior:
30.000 manifestantes en Nantes por ejemplo, 10.000 en Saint-Nazaire, 40.000
en Lyon, 15.000 en Saint-Etienne, 4.000 en Bourg, etc. En París, hubo un
aumento notable: los sindicatos anunciaron 350.000 manifestantes (en lugar
de los 250.000 del 5 de diciembre).

 

Hubo también manifestaciones en ciudades y pueblos pequeños y medianos. Así,
en el Finistère, además de Brest (15 a 20.000 manifestantes), hubo desfiles
en Quimper (7.000), Morlaix (3.500), Carhaix (800) y Quimperlé (1.500).

 

Pero recién en la noche siguiente, la intersindical (2) publicó un
comunicado titulado "¡No hay tregua hasta que retiren el proyecto de reforma
jubilatoria!”. El texto pretende ser firme: las organizaciones firmantes
piden "continuar y reforzar la huelga, incluyendo la reprogramación de la
huelga cuando los trabajadores lo decidan (...)". Pero el texto tiene dos
peculiaridades: no fija ningún nuevo plazo nacional real, salvo el día
después del "19 de diciembre con movilizaciones locales". Y no dice nada,
absolutamente nada, sobre el hecho de que el 18 y el 19 de diciembre había
de nuevo negociaciones entre los sindicatos y el gobierno. Y todas las
organizaciones invitadas respondieron "¡presente!" durante las consultas
bilaterales del miércoles 18 y las multilaterales del jueves 19.

 

El objetivo de estas dos nuevas jornadas de consulta en vísperas de las
fiestas era bien clara: dividir a los sindicatos y asestar un golpe brutal a
la huelga consiguiendo que varios sindicatos (la CFDT-Ferrocarriles y la
UNSA, por lo menos) pidieran la suspensión de la huelga durante las fiestas
navideñas. Con esta finalidad, durante esas negociaciones, el Primer
Ministro concedió algunas migajas a los dirigentes sindicales conciliadores.
Así, sobre el trabajo insalubre, otorgó una ligera modificación de los
umbrales de trabajo nocturno (110 noches al año en lugar de las 120
actuales).

 

Inmediatamente, la dirección de UNSA-Ferroviarios, resaltó los "progresos
significativos" y pidió "una pausa durante las vacaciones escolares", "con
el objetivo de mantener el diálogo social y la continuidad del servicio
público".

 

Un golpe a los más decididos en el 15º día de la huelga.

 

Al mismo tiempo, un nuevo comunicado de la Intersindical (con, además, la
firma de la CFE-CGC –sindicato de ejecutivos intermediarios.) establecía una
futura jornada nacional: un día de manifestaciones y huelga el 9 de enero,
es decir, ¡21 días después! Incluso para aquellos que estaban dispuestos a
parar durante la temporada de fiestas, este anuncio fue visto como un
mazazo. Laurent Djebali, dirigente de la UNSA-RATP, dijo: esta fecha "nos
deja maniatados y desamparados". 

 

Pero después, nada ocurrió como lo habían previsto.

 

Las bases se rebelan

 

Como era de esperar, SUD-Rail y la CGT-Ferrrviarios (que representa a un
tercio de los maquinistas) llamaron el 19 a mantener la huelga.

 

Pero el día 20, cuando nadie lo esperaba, la CFDT-Ferroviarios también
rechazó la tregua porque "los avances obtenidos no son suficientes".

 

Y en la UNSA-Ferroviarios, una gran parte de la base rechazó la tregua
decidida por la dirección del sindicato. En las asambleas generales, muchos
miembros votaron para continuar la huelga. El aparato sindical se
resquebrajó: muchas secciones regionales de la UNSA votaron en contra de la
tregua. La sección de París Sudeste declaró: "nosotros, militantes y
miembros de base en el terreno, nos negamos a inclinarnos ante los
dirigentes, cualquiera que sea su sindicato, que intentan imponernos sus
opciones".

 

La UNSA-RATP, no llamó tampoco a una tregua. La UNSA-Tracción de París
sudeste tuiteó "la huelga pertenece a los huelguistas y a las asambleas
generales". La tregua es una derrota. Sólo nos detendremos cuando hayamos
ganado".

 

21 de diciembre – 5 de enero: un largo túnel y mucho coraje 

 

A partir del 21 de enero, los huelguistas de la RATP y de la SNCF empezaron
a atravesar un largo túnel: estaban casi solos en la continuación de la
huelga, junto con los huelguistas de la Ópera de París y una nueva huelga en
algunas refinerías.

 

El gobierno trataba de hacer creer que la huelga viene debilitándose. En
realidad, si la frecuencia de los trenes y de los metros variaba de un día
para otro, se debía a que las direcciones de las dos compañías concentran
los medios disponibles en determinados días y horas. Pero, en general, la
huelga "aguantaba".

 

En la SNCF, la situación más común es que uno de cada dos TGV (trenes de
alta velocidad) circule, y el 20 a 30% para las otras categorías de trenes.
A veces menos, otros días un poco más.  

 

En la RATP, la red de autobuses permanece totalmente bloqueada en
determinados días. Otros días, la dirección anuncia que la mitad de las
líneas funcionan, pero sólo a determinadas horas, en determinados tramos y
con baja frecuencia.

 

De hecho, según la UNSA-RATP, el 29 de diciembre, la dirección sólo contaba
con "240 conductores de metro de los 2700" (incluyendo la reserva general) y
"un centenar de conductores de RER (trenes de cercanías, de corta distancia)
disponibles de los 870". 

 

Y frente a un gobierno que apuesta al agotamiento, los trabajadores se
organizan para una guerra de desgaste.

 

Cajas de solidaridad, piquetes de huelga, manifestaciones 

 

La apertura de cajas de solidaridad durante las huelgas es una vieja
tradición del movimiento obrero (las hubo, por ejemplo, en 1831 y 1834
durante la revuelta de los Canuts, obreros de la seda, en Lyon).

 

En la movilización actual, y también gracias a Internet, han vuelto a
utilizarse. Los fondos recaudados son a veces importantes, tienen una
función política (mostrar la solidaridad de los trabajadores) y una función
financiera: evitar la asfixia económica de los huelguistas.

 

Se han abierto en muchas escuelas, para ayudar a interinos, a personal de
mantenimiento, etc. Esta es una forma de asistencia entre pares. Hay también
cajas destinadas a los huelguistas de la RATP y de la SNCF: una ayuda
interprofesional que expresa el apoyo político a dos categorías de
trabajadores que están en la vanguardia de la lucha contra Macron y sus
políticas. También existen colectas "en línea" o colectas directas de
militantes frente a una librería, un centro comercial, etc.

 

Otra expresión de esta solidaridad durante sus vacaciones ha sido el número
importante de profesores y de trabajadores de otros sectores que
participaron, junto con los trabajadores del ferrocarril, en diversas
acciones (volanteadas, piquetes, reuniones, mítines, etc.).

 

El 28 de diciembre, en particular, hubo manifestaciones multisectoriales en
unos 40 pueblos y ciudades de Francia.

 

Maniobras de división y doble discurso

 

Mientras los huelguistas se organizaban para "aguantar" hasta principios de
enero, con la esperanza de volver a dinamizar el movimiento, el gobierno no
perdió ninguna ocasión para tratar de neutralizar ciertas profesiones.

 

Por ejemplo, le garantizó a los policías y a los guardias penitenciarios que
no perderán nada con la reforma, y les aseguró a los militares que sus
jubilaciones se mantendrán por fuera del nuevo sistema. Es cierto que sin
estos dos sectores la capacidad de Macron para imponer su reforma se vería
más que limitada.

 

Otro sector de peso es el del transporte aéreo. En primer lugar los
auxiliares de vuelo, azafatas y pilotos, que decidieron hacer huelga a
partir del 3 de enero. Tras dos días de negociaciones llegaron a un acuerdo:
se les mantendrá la edad de jubilación anticipada conservando su fondo de
pensiones complementario de 5.000 millones de euros. El principal sindicato
de pilotos, el SNPL (Sindicato Nacional de Pilotos de Línea), levantó
entonces su llamado a la huelga, así como (el 24 de diciembre) los
sindicatos de azafatas, incluidos el UNSA (conciliador), pero también FO
(Fuerza Obrera). Sin embargo, la confederación de FO nacional declaró que
mantenía el reclamo de que se retirara el proyecto de reforma basado en
puntos...

 

Pero este acuerdo parece bastante problemático ya que, el 2 de enero, dos
sindicatos de Air France (el SPAF para los pilotos y el SNGAF para la
tripulación de cabina) convocaron una huelga para la semana del 6 de enero
en defensa de su fondo de pensiones complementarias, considerando que sigue
siendo amenazado por la reforma jubilatoria del gobierno.  

 

En cuanto a los controladores aéreos, el SNCTA (Sindicato Nacional de
Controladores Aéreos), principal sindicato de esta categoría, anunció el 23
de diciembre que es probable que se llegue a un acuerdo: bajo el nuevo
sistema de puntos, los controladores conservarían el derecho a jubilarse a
los 52 años de edad y la reducción prevista de su jubilación bajo el sistema
de puntos sería compensada en su totalidad (el SNCTA no apoya la huelga
contra el proyecto de reforma).

 

Así, contrariamente a lo que han explicado ministros y otros portavoces,
estos acuerdos no garantizan el mantenimiento de los "regímenes especiales";
simplemente prometen que, en el marco del nuevo sistema universal por
puntos, ciertas categorías profesionales podrán beneficiar de acuerdos
especiales. Pero estos acuerdos especiales implican la aceptación del
proyecto por puntos que defiende el gobierno de Macron.

 

Las declaraciones de Philippe Martinez, principal dirigente de la CGT,
aparecen entonces contradictorias:

 

Por un lado, Philippe Martínez afirma que "el retiro del proyecto" es una
condición para volver al trabajo y critica a la UNSA y a la CFDT: "¿Qué se
puede conseguir al planificar un sistema en el que todos saldrán perdiendo?
(JDD - Journal du Dimanche - del 29 de diciembre, periódico francés). Pero
por otro lado, cuando el periodista le preguntó sobre el fracaso que sería
la adopción de la reforma, él respondió: "Sabe, con la huelga, siempre se
consigue algo. Durante las últimas dos semanas, cada día, se nos ha dicho
que este o aquel régimen especial será finalmente mantenido.” Ahora bien,
como hemos podido ver, no sólo no es cierto, sino que esta apreciación del
conflicto conduce a la idea de que el sistema de puntos de Macron podría ser
modificado y mejorado. Es otra lógica: la de una huelga en episodios
sucesivos para "presionar" al gobierno y mejorar su proyecto en lugar de una
huelga que se mantenga hasta que la reforma sea retirada por completo.

 

Este tipo de declaraciones, al igual que los acuerdos sectoriales, facilita
el trabajo al gobierno y lo alienta a perseverar.

 

Nueva serie de concertaciones

 

De esta manera, el Primer ministro puede seguir aplicando el calendario de
discusiones con los sindicatos previsto a partir del 7 de enero, calendario
anunciado el lunes 23 de diciembre: una serie de "reuniones temáticas" sobre
elementos específicos del proyecto de gobierno (trabajo insalubre, gestión
de fin de carrera, evolución de la pensión mínima, transiciones pre
jubilatorias). Se trata de temas que son especialmente importantes para los
sindicatos conciliadores que están a favor del sistema de puntos (CFDT,
CFTC, UNSA, etc.).

 

Además, para responder a estas organizaciones sindicales, el Primer ministro
propondrá, durante la semana del 6 al 13 de enero, un "método de trabajo"
para abordar la cuestión del equilibrio financiero del sistema jubilatorio y
la "edad bisagra" (A partir de 62 años, se conserva el derecho a jubilarse,
pero con una jubilación reducida hasta alcanzar los 64). Hará la propuesta
después de "las consultas que seguirá llevando a cabo hasta el 13 de enero".

 

Por último, en varios ministerios habrá negociaciones sectoriales, como en
el caso de la salud (que lleva 10 meses de lucha) o de la educación. En este
último sector, la bronca es tanto más fuerte cuanto que los docentes se ven
amenazados con una doble sanción: no sólo perderán masivamente con la
reducción de las jubilaciones (al menos el 30%), sino que el ministro
Blanquer (de la Educación) les propone un acuerdo absurdo e inaceptable: El
acuerdo consistiría en "mejorar" sus salarios (bloqueados desde 2010) para
preservar el nivel de las jubilaciones. Pero aparte de que las sumas
anunciadas son irrisorias, la supuesta revalorización "implicaría una
redefinición de la profesión docente". En resumen: una destrucción de su
estatus actual y un empeoramiento de sus condiciones de trabajo (nuevas
tareas, vacaciones reducidas, traslados no negociados...). Así "compensaría"
un ataque... con un segundo ataque. El Ministro Blanquer prevé seis meses de
consultas.

 

Incluso un niño con sentido común diría: "Sé que me están dando gato por
liebre. No quiero sentarme a la mesa, no quiero probarlo. No, no lo hago.”
Pero los dirigentes sindicales son adultos "responsables" que quieren
mantener un diálogo con el ministro. Benoît Teste, el nuevo Secretario
General de la FSU (Federación Sindical Unitaria), se muestra por una parte
preocupado: "Aprovechar estas negociaciones sobre las jubilaciones para
redefinir la profesión docente, no nos parece razonable" porque el Ministro
"está volviendo a plantear un tema conflictivo que exaspera a los docentes".
Pero, por otra parte, la FSU, el principal sindicato docente, participará en
estas "negociaciones".

 

En cuanto a Philippe Martinez, justifica de manera bastante curiosa la
participación en los debates previstos (sobre la revalorización de los
docentes, sobre el trabajo insalubre...): "La estrategia del gobierno es
hacernos creer que los temas de estos debates están vinculados con la
jubilación (...). ¡No veo por qué no deberíamos ir, cuando llevamos años
pidiéndolo! Pero no debe ser una trampa para hacer creer a los franceses que
estamos cediendo". El problema es que estas “negociaciones” están
efectivamente "vinculadas a la jubilación", ya que se llevan a cabo
oficialmente en el marco del diálogo que prepara la reforma...

 

“No es hora de negociar con este gobierno”

 

En las últimas semanas, algunas Asambleas Generales en colegios (Liceo
Champollion en Grenoble y otros), algunos sindicatos departamentales
(Departamento de Val-de-Marne, cerca de París), etc., ya habían declarado
que el proyecto Macron no era negociable. En la SNCF, la CGT y SUD-Rail se
habían negado a negociar sobre la reforma. Esta posición, aunque no haya
sido expresada muy a menudo, siguió manifestándose, especialmente entre los
profesores amenazados con la doble pérdida prevista.

 

En este sentido, el consejo de profesores de la escuela primaria Jules Ferry
des Mureaux (Departamento de Yvelines) decidió el viernes 13 de diciembre de
2019 lo siguiente: 

 

“Los 15 docentes de esta escuela denuncian en particular el hecho de que el
gobierno "busca una salida de emergencia con los aparatos sindicales para
dividir la movilización". El llamado enumera todas las organizaciones
sindicales que "están de acuerdo en negociar con este gobierno" y afirma:
"No es el momento de negociar con este gobierno". La educación y el aumento
de los salarios del personal educativo son una prioridad. Pero esta realidad
no debe utilizarse como garantía para la implementación del proyecto de
jubilación por puntos.”

 

“Hay que profundizar la huelga (…) Exhortamos a las direcciones sindicales
departamentales y nacionales (...): Que detengan todos los llamados a
negociar o modificar esta reforma. Que exijan la supresión pura y simple del
proyecto de jubilaciones por puntos”.

 

Los trabajadores de la Ópera de París no aceptan la “cláusula del abuelo”

 

Otra expresión de esta resistencia es la posición adoptada por los
bailarines y el personal de la Ópera de París, que están en huelga desde el
5 de diciembre. El régimen especial para los bailarines en particular,
vigente desde el siglo XVII, tiene en cuenta el hecho de que a partir de una
cierta edad ya no pueden seguir bailando. Para intentar poner fin a la
huelga, la Ministra de Cultura acabó proponiéndoles la llamada "cláusula del
abuelo", es decir, que sólo los futuros bailarines se verían afectados por
la reforma. Esta cláusula había sido introducida por Alain Minc, un "asesor
político" con el objetivo de que Macron no se empantanara en la crisis, y
fue retomada por varios dirigentes sindicales preocupados en desactivar la
huelga.

 

Pero esta propuesta fue rechazada en un comunicado del 29 de diciembre en el
que los bailarines decían: "Somos sólo un pequeño eslabón de una cadena de
350 años de antigüedad". Esta cadena debe proyectarse hacia el futuro: no
podemos ser la generación responsable de haber sacrificado a la siguiente".
Además, esta propuesta fue presentada sólo a los bailarines, no al conjunto
de los 1800 empleados (músicos, técnicos). Sin embargo, "nuestros
espectáculos son el fruto de los esfuerzos conjuntos de todas nuestras
profesiones".

Tal posición constituye un verdadero punto de apoyo para el conflicto.

 

“La lucha es severa”

 

Desde los primeros días de enero, cada uno vuelve a su lugar en la lucha:

 

Macron afirma que no dará marcha atrás.

 

Por su parte, el Primer ministro se encarga de encontrar rápidamente un
acuerdo con los sindicatos más conciliadores (UNSA, CFDT, CFTC...) sobre el
punto, en particular, de la edad “bisagra” y del equilibrio financiero del
sistema.

 

Casi todos los dirigentes sindicales (CGT, FO, FSU incluidos...) van a
participar en la nueva fase de consultas, negándose a romper el diálogo con
el poder.  

 

Pero casi todos los dirigentes deben hacer frente  a la resistencia de las
bases que abre brechas en los aparatos sindicales.

Y – lo que es más importante- la determinación de los trabajadores, de una
gran parte de la población, para infligir una derrota política a Macron es
mayor que nunca. A partir de esta aspiración, los militantes formulan
consignas claras: unidad para retirar el proyecto de reforma jubilatoria por
puntos, rompiendo toda consulta con el gobierno.

Al mismo tiempo, otras categorías profesionales rechazan el proyecto de
Macron; el 30 de diciembre, el CNB (Consejo Nacional del Colegio de
Abogados) convocó a una huelga de una semana a partir del 6 de enero, la que
podría ser reprogramada.

 

Así, a pesar de las maniobras y de las declaraciones, el lugar que cada
persona ocupa en el conflicto es cada vez más claro, y esta claridad es
necesaria para permitir una mejor organización de los trabajadores, de
manera independiente, a partir de sus propios objetivos, en una batalla tan
decisiva como difícil.

Parafraseando a Bertolt Brecht: “La lucha es severa. Sin embargo, de ahora
en más nuestra época se ilumina.” (3) 

 

* Serge Goudard : militante sindical, miembro del colectivo que edita el
boletín L'insurgé. 

 

Notas

 

1) Sobre el sistema jubilatorio por puntos, ver: L’arnaque des retraites par
points,
https://www.insurge.fr/bulletins/bulletins-2019/l-insurge-no37/l-arnaque-des
-retraites-par-points,695.html 

2) La Intersindical está compuesta por la CGT (Confederación General de
Trabajadores), FO (Fuerza Obrera), la FSU (Federación Sindical Unitaria),
Solidaires (Union Sindical Solidaires), la UNEF (Estudiantes, Union
Nationale des Étudiants de France), el MNL (Liceales, Mouvement National des
Lycéens), la FIDL (Liceales, Fédération Indépendante et Démocratique
Lycéenne) y la UNL (Liceales, Union Nationale Lycéenne). Otros sindicatos de
lucha de clases, presentes y activos en la lucha contra la reforma
jubilatoria: la CNT (Confederación Nacional de Trabajadores) y la CNT-SO
(Confederación Nacional de Trabajadores – Solidaridad Obrera)

3) Bertolt Brecht, Maître Puntila et son valet Matti. Prólogo.

 

Referencias sobre el sistema de jubilaciones

 

-Artículo de Michel Husson, “Jubilaciones, las ‘bellezas’ del modelo sueco
https://correspondenciadeprensa.com/2019/09/01/suecia-jubilaciones-las-belle
zas-del-modelo-sueco/ 

-Artículo de Christian Mahieux, “Contrarreforma jubilatoria. Huelga general
a partir del 5 de diciembre
<https://correspondenciadeprensa.com/2019/12/05/francia-contrarreforma-jubil
atoria-huelga-general-a-partir-del-5-de-diciembre/> ”.
https://correspondenciadeprensa.com/2019/12/05/francia-contrarreforma-jubila
toria-huelga-general-a-partir-del-5-de-diciembre/   

-Artículo de Léon Crémieux, “Francia, el malestar social coagula”.
https://correspondenciadeprensa.com/2019/12/08/francia-el-malestar-social-co
agula/ 

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