Brasil/ Dominio de la fe y la política. El proyecto de poder de los líderes evangelistas [Caroline Oliveira]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Ene 21 13:00:31 UYT 2020


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Correspondencia de Prensa

21 de enero 2020

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Brasil

 

Dominio de la fe y la política: el proyecto de poder de los líderes
evangelistas

 

El éxito de candidatos de la iglesia no se debe solamente al aumento del
número de fieles en la sociedad brasileña

 

Caroline Oliveira, en São Paulo

Brasil de Fato, 20-1-2020

https://www.brasildefato.com.br/

Traducción de Pilar Troya – Brasil de Fato

 

Son casi las siete y media de la noche en una de las unidades de la Iglesia
Pentecostal Dios es Amor, en la región central de São Paulo. Después de una
lluvia intensa, los fieles se demoran en llegar. Mientras el culto no
comienza y los hermanos no llegan, Serafina Ribeiro, de 36 años, anda de un
lado a otro, poniendo las cosas en su lugar, pasando un paño húmedo por el
suelo, limpiando los ventiladores y sonriendo a quien entra en el espacio.

 

Empleada doméstica, está allí desde hace cuatro años, desde que pasó por un
proceso de depresión después de la muerte de su madre, en Bahía, mientras
Serafina vivía en São Paulo – llegó a la capital paulista acompañada de su
patrona, con quien siempre vivió. En la Iglesia, sintió el “amor de Dios”,
dejó de sentir angustia y se siente “curada”.

 

Serafina es el rostro evangélico brasileño: mujer, negra y de bajos
ingresos. En la Iglesia relativamente pequeña, si se la compara con el
Templo Salomón de la Iglesia Universal, la mayoría allí presente confirmó
los datos levantados en una investigación de enero de 2020, del Instituto
Datafolha: un rostro femenino, negro, que gana hasta dos salarios mínimos
por mes y con solo secundaria completa es rostro de la religión evangélica
hoy.

 

Sin embargo, el perfil de los líderes evangélicos que deciden actuar en la
esfera política es bien diferente, sea tras bastidores o bajo los
reflectores.

 

Un ejemplo es el pastor Edir Macedo. Líder de la Iglesia Universal del Reino
de Dios, fundada en el terreno de una antigua funeraria, en 1977, en Rio de
Janeiro, tiene una fortuna declarada de aproximadamente 2.000 millones de
reales (478 millones de dólares), según la Revista Forbes. El fue uno de los
que apoyó la campaña de Jair Bolsonaro a la Presidencia de la República en
2018. Resultado: cerca de 70% de los evangélicos declararan haber votado por
el candidato bendecido por la extrema derecha.

 

La pre exponencial. De 1982 para acá, el número de parlamentarios
declaradamente evangélicos pasó de 12 a 90, según el Departamento
Intersindical de Asesoría Parlamentaria (DIAP). El cambio se explica
parcialmente por el aumento voluminoso de la población evangélica en Brasil,
que, en el mismo período, pasó de 7,8 millones a 26,2 millones. Pero no es
sólo eso.

 

Un proyecto de poder

 

Especialistas y evangélicos consultados por Brasil de Fato explican que el
avance de los evangélicos en la política responde a un proyecto de poder,
instigado por los líderes religiosos y en alianza con la derecha brasileña.

 

“Con el crecimiento de los evangélicos, muchos más se presentarán a la
política partidaria. Eso es natural y esperado. Con la Universal, sin
embargo, eso cambió”, afirma el pastor Ariovaldo Ramos, de 64 años, líder de
la Comunidad Cristiana Renovada y uno de los coordinadores nacionales del
Frente de Evangélicos por el Estado de Derecho, formado en 2016. Para el, la
iglesia de Edir Macedo se transformó en una “agencia política”, con una
lógica de ascenso al poder.

 

En 2008, el pastor Edir Macedo publicó el libro “Plan de Poder”, citando
Maquiavelo, presentando a Dios como un estadista y a Adán y Eva como
elementos de un estado de naturaleza o salvajismo. “Los cristianos necesitan
despertar al toque de la alborada. (…) La emancipación comienza con la
madurez individual, el inconformismo con ciertas situaciones, el consenso en
un ideal y la movilización general.”

 

Diez años después, en las elecciones de 2018, el plan de poder estaba en
plena marcha: fueron los pastores, apoyados por candidatos da derecha, que
llevaron a parte de la población brasileña a las calles, defiende el pastor
Ariovaldo Ramos. Aquellos que mejor supieron surfear la ola del crecimiento
de los evangélicos fueron las siglas de derecha y extrema derecha.

 

Como parte de la investigación para el libro, en 2015, Dip asistió a un
culto evangélico en el Congreso Nacional, cuando Dilma Rousseff (PT) aún era
presidente. “Hasta entonces no sabía que ocurrían cultos evangélicos en ese
espacio. Eduardo Cunha estaba allá orando, con la Biblia en la mano. Allí
percibí que había un proyecto de poder desarrollándose.” Entre los valores
evangélicos y los de la derecha, nació la base necesaria para el desarrollo
de ese proyecto de poder.

 

El pastor Ariovaldo Ramos relata la participación de evangélicos en la
política partidaria desde el fin de la dictadura militar. Las Iglesias
Evangélicas, no obstante, tendían a mantenerse distantes de la lógica
partidaria. “Nunca pasó por la lógica evangélica asumir el poder,
influenciar en la política. Hasta porque la fe protestante es la que más
actuó en la construcción del Estado laico, justamente porque es un
cristianismo tardío, que va a ser perseguido, en la Cortina de Hierro y,
después, en el mundo islámico”, afirma.

 

La lógica, entretanto, pasó a entender que “era preciso estar en el poder
para garantizar el avance de la fe, principalmente por causa de las
persecuciones”. Con la llegada de la Teología de la Prosperidad, explica
Ramos, el cambio sería inevitable. Ahora, “si usted fue elegido por Dios,
usted tiene prosperidad económica. Ahí se convirtió en la columna que usted
ve en el mensaje de la Universal y de todas las neo pentecostales. Eso es el
huevo de la serpiente, creó el ambiente que tenemos hoy”.

 

¿Por qué el número de evangélicos crece tanto?

 

De acuerdo con Marco Fernandes, doctor en Psicología por la Universidad de
São Paulo (USP) e investigador del Instituto Tricontinental de Investigación
Social, para entender lo que llevó a que el número de evangélicos aumente
tanto, es necesario estudiar los cambios ocurridos en la sociedad brasileña
en las tres últimas décadas vinculados a la precarización de la vida de la
clase trabajadora. 

 

“Ante eso, ¿qué ofrecen las iglesias a las personas? Primero, la posibilidad
de pertenecer a una comunidad. Las Iglesias funcionan como un centro
cultural en las periferias. Si un joven quiere aprender a tocar algún
instrumento, por ejemplo, va a la Iglesia Universal del Reino de Dios”, que,
actualmente, tiene cerca de 15 programas sociales destinados a los fieles.
De acuerdo con datos oficiales de la Iglesia, de 2018, cerca de 10,8
millones de personas fueron alcanzadas por esos programas.

 

Otra constatación listada por el investigador es el acogimiento emocional
que esos espacios promueven. De acuerdo con un estudio hecho por la
Asociación Nacional de Medicina del Trabajo (ANAMT), en 2017, los trastornos
mentales están entre las mayores causas de separación del trabajo.

 

Para Fernandes, las instituciones religiosas evangélicas acaban, de ese
modo, por organizar la vida en sociedad, principalmente en espacios donde el
Estado no llega, como en las periferias.

 

Al paso que la religión evangélica se expande por el país, el catolicismo
pierde espacio.

 

Todavía de acuerdo con Datafolha, los católicos aún son 50% de la población,
pero en 1980 eran 90%. La diferencia, según Fernandes, se explica por la
mejor penetración de las iglesias evangélicas entre la clase trabajadora,
con un discurso y un formato más próximo de su realidad que los de la
Iglesia Católica.

 

Para tener una idea, apenas en la década de 1960 la Iglesia Católica dejó de
dar misa en latín y de espaldas a los fieles. Por otra parte, los
evangélicos difunden su narrativa por medio de música, de canales de radio y
TV y en las pequeñas casas que transforman en templo, en todas las
periferias.

 

La educadora social evangélica Rachel Daniel, de 24 años, dice que la
Iglesia Evangélica acoge las personas “de una forma perfecta”. “Usted es
abrazado, se siente acogido, las personas están preocupadas si usted tiene
que comer en casa, sobre su salud, lo llaman en su cumpleaños”, afirma.

 

“La mujer negra que está en la periferia no tiene acceso a cultura, salud ni
educación. Ahí la Iglesia trae salud, cultura y educación. Su hijo aprende a
tocar un instrumento, hace teatro. Ella logra ir al médico, consigue los
remedios. La Iglesia tiene un pre-universitario comunitario. Todo lo que el
Estado no ofrece, la Iglesia lo trae.”

 

La izquierda no hizo los deberes

 

“La izquierda no escuchó a Paulo Freire, no fue a enseñar al sujeto a
escribir a partir del ladrillo, de la argamasa, que es lo que Paulo Freire
ensañaba sobre la educación libertadora. La base quedó suelta y se fue
volviendo religiosa”, argumenta Ariovaldo Ramos.

 

Para el pastor, el error de la izquierda es olvidar que “bajo de la línea
del Ecuador todos somos religiosos". "Todo el mundo dice ‘Gracias a Dios’.
Pensar que todo el mundo, a medida que gana su dignidad económica va a dejar
la religión es solo imaginación. La fe es una cosa más profunda que eso, es
una manera de mirarse en la vida.”

 

Ramos alerta que, mientras que la izquierda no trate de la dignificación de
la mujer y del hombre negro, seguirá perdiendo votos ante cualquier
movimiento que “dé a los pobres, a los negros y a los miserables un sentido
de dignidad, que no tiene que ver con la plata que tienen en los bolsillos,
porque van a poner agua en la sopa de cualquier forma. Lo que no van a
aceptar es ser tratados como esclavos”.

 

“No se puede llegar donde la señora de 90 años que va a mi Iglesia y decirle
así: sé que el pastor la llevó al médico cuando usted lo necesitó, conversó
con usted cuando lo necesitó, visitó a su hijo en la prisión, pero el está
equivocado, vote por otra persona. Porque hay una construcción de afecto. La
política es afecto, es relación, y la religión también. La izquierda dejó de
hacer eso y la derecha utilizó a esos pastores”, sentencia la educadora
evangélica Rachel Daniel.

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