Venezuela/Debates/ El desaf韔 de Alternativa Popular Revolucionaria. [Luis Bonilla Molina]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Abr 8 00:04:34 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

8 de abril 2021

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Venezuela/Debates 

 

Alternativa Popular Revolucionaria y la situaci贸n venezolana 

 

Luis Bonilla Molina *

Punto de Vista Internacional, 7-4-2021

https://puntodevistainternacional.org/

 

Introducci贸n

 

En el a帽o 2020, en medio de la pandemia del COVID-19, se realizaron en Venezuela elecciones para renovar los curules de la Asamblea Nacional. Estas elecciones se efectuaron en medio de unas condiciones materiales especialmente dif铆ciles. Por un lado, las criminales medidas coercitivas sobre el comercio internacional venezolano afectaron todos los 谩mbitos de la vida nacional, generando un deterioro sin precedentes en las condiciones de vida de la clase trabajadora. Por otro lado, la p茅rdida de calidad revolucionaria de las pol铆ticas p煤blicas entraban abiertamente en contraste con las exigencias populares; salarios por debajo de los cinco d贸lares mensuales, suspensi贸n de los procesos de contrataci贸n colectiva, hiperinflaci贸n de m谩s de cuatro d铆gitos, mega devaluaci贸n de la moneda nacional, explosi贸n del proceso migratorio por razones econ贸micas, deterioro significativo de los servicios p煤blicos, eran solo algunos de los elementos que determinaban la vida de obreros, empleados p煤blicos y trabajadores informales.

 

Parad贸jicamente, las protestas populares declinaron en medio de una creciente deriva autoritaria del gobierno, soportada en una narrativa de unidad nacional para enfrentar la agresi贸n imperialista. Se viv铆a un cap铆tulo oscuro en el proceso bolivariano ante la detenci贸n y enjuiciamiento de dirigentes obreros, muchos de ellos con una larga tradici贸n clasista. La criminalizaci贸n de la disidencia le robaba el aroma libertario del proceso constituyente de 1999, algo que hab铆a tenido antecedentes durante estos veinte a帽os, pero nunca de estas dimensiones.

 

Esto ten铆a un correlato en las relaciones entre los partidos del llamado Gran Polo Patri贸tico (GPP). El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), organizaci贸n creada por Hugo Ch谩vez, siempre hab铆a mantenido una relaci贸n tensa con los restantes partidos pol铆ticos del GPP, que se hab铆a resuelto casi siempre con acuerdos burocr谩ticos para preservar la unidad. Sin embargo, desde el a帽o 2018 las relaciones al interior del GPP se hab铆an tornado especialmente tensas, debido a las crecientes exigencias de las bases de los partidos pol铆ticos de esta alianza (alternativa), para una vuelta a la ruta socialista, revolucionaria y popular del proceso bolivariano y, el abandono del giro de conciliaci贸n de clases, as铆 como el freno a la creciente dependencia con las pol铆ticas imperiales rusa y china. La falta de di谩logo constructivo aceler贸 el distanciamiento y cre贸 las condiciones para el surgimiento de dos bloques dentro del proceso bolivariano.

 

Esto no niega la existencia de movimiento social que pugna por zafarse de la polarizaci贸n ni la existencia ef铆mera de opciones pol铆ticas que llaman a conformar un tercer polo. Ciertamente hay una nueva situaci贸n pol铆tica dentro del campo chavista desde el a帽o 2020.

 

La nueva situaci贸n pol铆tica venezolana demanda una discusi贸n profunda de la izquierda latinoamericana y mundial, que permita actuar como factores de unidad revolucionaria que impulsen el retomar el camino constituyente, la ruta anticapitalista y tomen distancia del neoliberalismo con discurso progresista. No es momento de discursos que justifiquen ni la claudicaci贸n de clases ni el aventurerismo ultra izquierdista.

 

2. Mapa de actores

 

Se suele hacer pol铆tica desde los intereses subalternos, las v铆sceras o las ideas perfectas descontextualizadas de la realidad. Por ello nos parece importante hacer un inventario de las tensiones en proceso bolivariano para poder entender porque surge la Alternativa Popular Revolucionaria (APR) y porque se considera que es el polo progresivo actual. Las correlaciones de fuerza y alineamientos han variado de manera sensible durante los 煤ltimos dos a帽os. Por ello, urge una revisi贸n y valoraci贸n actualizada de los actores pol铆ticos para ver las posibilidades reales de una resignficaci贸n del proceso Bolivariano o el terrible posicionamiento de nuevas variantes neoliberales.

 

Las derechas

 

En Venezuela las derechas han pasado de ser proyectos pol铆ticos vinculados a la agenda neoliberal, a convertirse bien en simples operadores de los dictados del imperio norteamericano y las naciones imperialistas europeas o, en sectores pragm谩ticos que sobreviven de las d谩divas del gobierno venezolano a la espera de que surja una 鈥渘ueva situaci贸n pol铆tica鈥.

 

Los partidos pol铆ticos de derecha han perdido toda conexi贸n con el movimiento de masas y tienen una limitada capacidad de movilizaci贸n circunscrita a centenares de militantes altamente ideologizados, sectarios y confrontados entre s铆.

 

Los cuatro bloques de la derecha est谩n liderados por Juan Guaido, Capriles Radonski, Henry Ramos Allup y Mar铆a Corina Machado, est谩n estructuralmente divididos por el oscuro manejo del financiamiento obtenido del Grupo de Lima y el asalto a las finanzas petroleras venezolanas en el exterior.

 

La judicializaci贸n y colocaci贸n de directivas Ad Hoc por parte del Tribunal Supremo de Justicia ha dejado a los partidos pol铆ticos Acci贸n Democr谩tica, Primero justicia y Voluntad Popular en una situaci贸n de ilegalidad que les genera mayor dispersi贸n e incapacidad de actuaci贸n en el terreno de la acci贸n pol铆tica.

 

Surge una nueva derecha dependiente del ejecutivo nacional, con representaci贸n en el parlamento, que contribuye a la confusi贸n y el des谩nimo de las bases de ese sector. El gobierno de Maduro ha logrado limitar a su m铆nima expresi贸n a la derecha pol铆tica, quien asfixiada solo le queda apelar a una resoluci贸n de la situaci贸n venezolana mediante invasi贸n imperialista for谩nea o una operaci贸n militar rel谩mpago. En ese sentido, los restos de la derecha venezolana se convierten en un sector que est谩 en la mira de opciones proclives al aventurerismo militar.

 

Por supuesto que esto no descarta cualquier modelo de reagrupamiento pol铆tico que reconecte a la derecha con alguna capacidad de movilizaci贸n real, pero eso no se ve claramente en el futuro inmediato.

 

El PSUV y el GPP

 

El PSUV nunca ha sido un partido pol铆tico en los t茅rminos cl谩sicos. Ha sido m谩s bien una maquinaria pol铆tica del gobierno, tanto en el periodo de Ch谩vez como en el de Maduro. A pesar que realiza sus congresos y elige sus autoridades por procedimientos sui generis, en realidad el PSUV es una maquinaria electoral, para la organizaci贸n de la agenda social gubernamental y de control del movimiento social.

 

Sin embargo, el PSUV es el partido m谩s grande de Venezuela con una base social popular muy importante, algo que le falta al esto de organizaciones. Ha logrado construir un tejido social alrededor de las premisas de la agenda social bolivariana inicial y de unidad contra la intervenci贸n norteamericana. No obstante, su militancia ha desarrollado una cultura de postergar la cr铆tica a la burocratizaci贸n y la deriva neoliberal en tanto se mantenga la amenaza norteamericana. Esto lo ha llevado a desarrollar los cimientos de un policlasismo que no ten铆a en sus or铆genes.

 

El PSUV ha expresado los equilibrios internos del gobierno, tanto en el pasado como en el presente. La visi贸n de Ch谩vez sobre las caracter铆sticas de la alianza c铆vico-militar determinaron su composici贸n durante a帽os y, en el nuevo periodo de la alianza militar-c铆vica de Maduro ha construido nuevos equilibrios que dejaron por fuera a actores que no ten铆an tras de s铆 influencia real o no compart铆an el giro de conciliaci贸n de clases. El PSUV pas贸 de una l贸gica de estructuraci贸n donde el centro era Ch谩vez, a un modelo de correlaciones contingentes al estilo del sindicalismo burocr谩tico latinoamericano.

 

Muchos de los partidos pol铆ticos del GPP tienen origen en el proceso Bolivariano, ya sea por rupturas previas o por organizaci贸n durante el periodo chavista; sin embargo, otros como el Partido Comunista de Venezuela tienen una larga tradici贸n, desde las primeras d茅cadas del siglo XX, as铆 como la experiencia del MRT o los Tupamaros se remonta a los ochenta de ese mismo siglo. El Partido Patria para Todos (PPT) viene de una ruptura con la Causa R precisamente en torno al apoyo a Ch谩vez, mientras que partidos como el de Lina Ron o Nuevo Camino Revolucionario (NCR) se conformaron en medio del proceso Bolivariano. La l贸gica de funcionamiento de estos partidos, mucho m谩s org谩nica, aunque no siempre m谩s democr谩tica, distaba mucho del funcionamiento del PSUV. En consecuencia, nunca se lograron armonizar los mecanismos de funcionamiento y toma de decisiones del GPP; sin embargo, siempre se mantuvo la unidad por razones ideol贸gicas y por el pragmatismo burocr谩tico.

 

Mientras el PSUV est谩 dirigido fundamentalmente por funcionarios p煤blicos, ymilitantes vinculados a din谩micas gubernamentales, la presi贸n popular de las bases por la rectificaci贸n del rumbo gubernamental de los 煤ltimos seis a帽os ocurre all铆 en menor medida respecto a lo que ocurre en el PPT, PCV o Tupamaros; algunos opinan que es silenciada mediante el desarrollo de m茅todos poco democr谩ticos de debate. La intensidad de las contradicciones por abajo respecto al giro pol铆tico impuesto por la actual direcci贸n pol铆tica del proceso bolivariano, presiona de manera desigual a los distintos partidos del GPP.

 

La dram谩tica situaci贸n del mundo del trabajo es resultante de la mayor de las hiperinflaciones conocida en el continente, que ha llevado a emitir billetes de medio mill贸n y un mill贸n de bol铆vares, as铆 como a la incomparable devaluaci贸n de la moneda nacional respecto a otro momento hist贸rico de la Rep煤blica, que se expresa en el hecho que hoy un d贸lar cueste m谩s de dos millones de bol铆vares. Mientras esto ocurre, el salario mensual de un trabajador no logra alcanzar los diez d贸lares lanzando a la pobreza extrema a millones de personas en solo unos a帽os. Todo ello genera una din谩mica de cuestionamientos y distanciamientos sin precedentes de los sectores populares con la actual administraci贸n gubernamental. Esta presi贸n por debajo logr贸 ser contenida por las direcciones pol铆ticas del PPT, PCV, Tupamaros, entre otros en el periodo 2014-2018, pero se hizo insostenible entre el 2018-2020. El acuerdo firmado entre el PCV y el PSUV en 2018 en el cual el gobierno se compromet铆a a detener y retroceder en las medidas restauradoras que hab铆a implementado, result贸 imposible de concretar por la agenda de restauraci贸n que adelanta el ejecutivo.

 

Por ello, los acuerdos de reparto de cargos para la asamblea Nacional del 2020 resultaban insuficientes para evitar un dislocamiento de estos partidos. El PCV, PPT, Tupamaros y otras organizaciones dentro y fuera del polo patri贸tico se van aproximando para la conformaci贸n de una alianza electoral social para las elecciones parlamentarias del 2020 que expresara las aspiraciones de sus bases. Esto gener贸 la judicializaci贸n e intervenci贸n de las directivas y representaci贸n de partidos como el PPT, Tupamaros y otros, algo que no se pudo hacer con el PCV.

 

En la pr谩ctica el GPP est谩 desaparecido como 贸rgano de unidad y concertaci贸n; su existencia se limita a la formalidad de la conducci贸n del PSUV y las representaciones ad hoc de franquicias vac铆as.

 

La APR

 

La decisi贸n de conformar la Alternativa Popular Revolucionaria como un ensayo electoral unitario sin el PSUV, que fuera incluso m谩s all谩 de la contienda parlamentaria, catapulta la crisis del GPP. A pesar de la judicializaci贸n de muchos partidos, la Alternativa Popular Revolucionaria contin煤a con candidatos de varias organizaciones, eso s铆 expresadas solo con la tarjeta del PCV, pero con el apoyo militante de las bases de los partidos intervenidos.

 

En unas elecciones tan particulares como las del 2020, realizadas en medio de la pandemia, el auge de las sanciones econ贸micas internacionales, la pol铆tica entre dos aguas del gobierno y la terrible crisis material de la clase trabajadora, la motivaci贸n para ir a votar era muy baja, aunque sorprendieron los n煤meros de votantes que concurrieron, seg煤n los anuncios finales hechos por el Consejo Nacional Electoral. Los resultados mostraron como se impon铆a, con m谩s del 70%, la alianza del PSUV, mientras, queda en la calle la sensaci贸n era que la APR obtuvo m谩s votos de los que aparecieron en el conteo final.

 

El Bloque oficial conformado por el PSUV, Tupamaro (intervenido), PPT (intervenido), Somos Venezuela, Podemos, MEP (direcci贸n resultante de un litigio), Alianza para el Cambio y ORA obtuvo 68% de los votos, mientras los viejos partidos burgueses de AD-COPEI ahora con directivas cercanas al gobierno obtuvieron cerca del 20% de los votos. La APR con la 煤nica tarjeta v谩lida del PCV obtuvo un solo esca帽o, alrededor del 3% de los votos, no obstante, logro motivar al llamado chavismo revolucionario disidente, una parte importante del mismo voto por la APR.

 

El precario resultado electoral de la APR desaceler贸 el proceso unitario y eclips贸 parcialmente la potencia del agrupamiento por debajo que hab铆a generado en un primer momento. Desde diciembre de 2020 y hasta la fecha de escribir este art铆culo, la APR no recuper贸 la iniciativa y lo que si fue evidente fue un relanzamiento del PCV, no siempre con propaganda unitaria, sino fundamentalmente referenciada en su auto percepci贸n de partido de la clase trabajadora.

 

Sin embargo, voceros del PCV y el PPT como Oscar Figueras y el Negro Rafael Uzcategui respectivamente, se帽alaron esta semana, que en abril se lanzar谩 la convocatoria al Congreso Fundacional de la APR previsto para Julio de 2021, en una fecha en la cual justamente se calientan motores para una nueva contienda electoral local y regional.

 

La convocatoria al Congreso fundacional de la APR tiene el desaf铆o de decidir si es una simple alianza de partidos con fines electorales, o se convierte en una plataforma amplia del movimiento social, individualidades, partidos pol铆ticos y agrupaciones pol铆ticas con actividad m谩s all谩 de los l铆mites de la democracia parlamentaria. Solo en este 煤ltimo caso se puede convertir en un factor dinamizador del esp铆ritu revolucionario del proceso Bolivariano y los distintos factores del chavismo de base.

 

La APR es el factor m谩s progresivo en la actual circunstancia del pa铆s, por lo cual resulta fundamental participar ampliamente en los debates de su congreso fundacional, las definiciones t谩cticas y su estrategia centrada en los intereses del mundo del trabajo contra el capital. Ello demanda romper con las definiciones panfletarias que lejos de sumar alejan a los sectores m谩s progresista.

 

La APR tendr铆a a mi juicio que abrir un debate sobre el ocaso del modelo petrolero mundial y su impacto en una econom铆a alternativa nacional, la crisis ecol贸gica y su expresi贸n en la realidad nacional, la ofensiva neoliberal sobre la educaci贸n con expresiones muy concretas de neo privatizaci贸n y estratificaci贸n social que vivimos a nivel mundial en el a帽o 2020, la estrategia feminista y anti patriarcal, la problem谩tica migratoria y el necesario regreso de millones de nacionales lo cual pasa por la recuperaci贸n de la econom铆a nacional, entre otras agendas. La APR tiene que superar la propaganda ideol贸gica y entrar en definiciones estructurales anticapitalistas contextualizadas en la realidad de la tercera d茅cada del siglo XXI.

 

La izquierda venezolana esta envejecida, con crisis de identidad rebelde y con grados de Alzheimer. La convocatoria a este Congreso Fundacional de la APR debe servir para relanzar la esperanza y la ilusi贸n socialista y para retomar el camino anticapitalista por parte de amplios sectores del movimiento social. La revoluci贸n bolivariana no est谩 muerta, la APR re煤ne lo mejor de los sue帽os insumisos del 27 de febrero de 1989.

 

El movimiento social

 

La tradici贸n de una parte importante de la izquierda, considera al partido (su partido) como la s铆ntesis de la verdad revolucionaria y ve al movimiento social como el frente de masas. Esto se ha materializado en pr谩cticas de cooptaci贸n y p茅rdida de la autonom铆a del movimiento obrero y social en general.

 

En el caso de Venezuela esta tradici贸n ha impedido, entre otros factores, construir una potente y revolucionaria coordinaci贸n de movimientos sociales, ni una confederaci贸n campesina o central de trabajadores clasista. La experiencia apunta a la construcci贸n de un fuerte movimiento social aut贸nomo en di谩logo permanente con las representaciones pol铆ticas, pero no subordinada a su l贸gica de negociaci贸n y coaptaci贸n.

 

La Central Socialista Bolivariana de Trabajadores (CSBT) ha devenido en un enorme aparato burocr谩tico de contenci贸n y control de luchas, en las ant铆podas de lo que ser铆a un epicentro del combate y trabajo contra la l贸gica del capital en el mundo del trabajo.

 

Sin embargo, nada es solo blanco y negro. As铆 como al interior de la CSBT subsisten corrientes clasistas minoritarias y arrinconadas, en la calle est谩n surgiendo importantes tejidos de insurgencia. El movimiento comunal, especialmente el larense, es muestra de ello, as铆 como el incipiente movimiento magisterial de base. Las feministas de izquierda comienzan a mostrar un camino aut贸nomo del movimiento anti patriarcal, as铆 como el trabajo comunal en las grandes ciudades.

 

En la actualidad se gesta de manera subrepticia un movimiento que elude los aparatos de control del gobierno, desarrollando din谩micas de solidaridad y resistencia que hacen pensar en el emerger de un potente movimiento social en el mediano plazo.

 

Solo una parte de este movimiento social emergente est谩 vinculado actualmente a la APR por lo cual resulta incierta su articulaci贸n real a esta nueva estructura. Seguramente ello depender谩 de la amplitud y estilos de trabajo sobre los cuales se construyan los puentes entre uno y otro.

 

La inmensa mayor铆a del movimiento social actual es de izquierdas, ya que el movimiento estudiantil de derechas se ha visto muy golpeado por las din谩micas migratorias de los 煤ltimos a帽os.

 

FANB

 

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana constituye hoy el sector organizado hegem贸nico del proceso bolivariano. No existe asunto gubernamental en el cual la presencia militar no sea determinante. Esto constituye una fortaleza indudable para contener e impedir los intentos de agresi贸n militar imperialista, a pesar que la estrategia militar Bolivariana de resistencia no ha logrado romper con la l贸gica cuartelar铆a ni entrado en un proceso constituyente en la toma de decisi贸n. El sostenimiento de la cl谩sica estructura jer谩rquica alimenta la visi贸n autoritaria sobre la disidencia y la cr铆tica.

 

Por otra parte, el discurso militar que justifica la alianza con China y Rusia, como parte del proceso de contenci贸n del imperialismo se convierte en una p茅rdida de soberan铆a y frena la radicalizaci贸n del proceso, al no desarrollar las Fuerzas Armadas una estrategia de resistencia basada en el armamento popular y la disoluci贸n de los cuarteles en los barrios y comunidades.

 

Mientras los mandos medios y bases militares sufren los estragos de la actual situaci贸n material, la estructura jer谩rquica y disciplinar m谩s vinculada a los beneficios de la burocracia, se convierte a su vez en un elemento para garantizar la unidad de mando.

 

El protagonismo creciente de los militares y el giro hacia la alianza militar-civil, alimenta la visi贸n corporativa de lo pol铆tico y se convierte en un elemento que pareciera ser determinante en los pr贸ximos meses y a帽os. La contradicci贸n fundamental en este campo viene determinada por el origen popular de los mandos militares y las posibilidades r谩pidas de ascenso social que derivan del ejercicio del poder, en un Estado como el venezolano que sigue siendo burgu茅s.

 

Sin embargo, la politizaci贸n de las Fuerzas Armadas es un salto cualitativo hist贸ricamente hablando, que obliga a cualquier iniciativa pol铆tica a contar con una l铆nea de di谩logo y trabajo con el sector militar.

 

Los ex funcionarios cr铆ticos

 

La prensa burguesa y sectores de la izquierda internacional han dado una exagerada visibilidad a la disidencia de antiguos altos funcionarios del gobierno bolivariano, habidas cuenta de su casi nula incidencia en lo social y lo s煤per estructural. Como es conocido con la llegada al poder de Nicol谩s Maduro, luego de la muerte de Hugo Ch谩vez, se produce un desplazamiento de un sector de altos funcionarios que se hab铆an convertido en caras conocidas por las rotaciones que hab铆an tenido en m煤ltiples cargos de alto nivel.

 

Algunos de ellos representaban el esp铆ritu unitario inicial del proceso revolucionario, mientras otros formaban parte de la lista de empleados quienes jugaron un papel conservador en distintos momentos. Algunos de ellos se unieron a las voces de cuestionamiento y satanizaci贸n al debate que en a帽o 2009 se dio en el Centro Internacional Miranda sobre las luces y sombras del proceso Bolivariano y contra el h铆per liderazgo y ahora se presentan como paladines del pensamiento cr铆tico. Otros en cambio que estuvieron en estas jornadas de cr铆tica a la burocratizaci贸n del proceso bolivariano forman parte de la disidencia de ex funcionarios gubernamentales claramente comprometidos con el proyecto bolivariano inicial. La inmensa mayor铆a son honestos y 茅ticamente incuestionables, abiertamente diferenciados de quienes son ahora cr铆ticos porque perdieron la conexi贸n con los negocios del estado, especialmente del sector petrolero.

 

Sin embargo, la verdad es que estos ex funcionarios tienen poca o nula capacidad de conexi贸n con el movimiento social concreto. Por lo tanto, su accionar tiene una limitada incidencia en la construcci贸n de correlaciones de fuerzas alternativas, salvo que se produzca una aproximaci贸n con el proceso de la APR; de hecho, algunos de ellos llamaron a votar por la APR en diciembre de 2020.

 

Los emigrantes

 

Quiz谩 el sector que menos se suele valorar a la hora de hacer an谩lisis y que puede ser determinante en el giro de los acontecimientos es el de los y las emigrantes, aquellos cientos de miles de nacionales que se han visto forzados a partir del pa铆s producto de la situaci贸n econ贸mica y el deterioro de las condiciones materiales de vida. Mientras la oposici贸n habla de seis millones y el gobierno de dos millones lo cierto es que casi no existe un hogar del pa铆s que no cuente entre sus miembros a varios que hayan partido, sobre todo poblaci贸n joven.

 

Venezuela no tiene cultura de ver partir a los hijos en busca de sobrevivencia, cosa que muy pocas veces se logra, disparando las angustias y la rabia contra los factores que consideran desencadenantes de esta situaci贸n.

 

Algunos regresan derrotados, para planear una nueva partida, la inmensa mayor铆a sobrevive fuera en condiciones peores que las de la clase trabajadora de esos pa铆ses. A煤n la izquierda latinoamericana no ha desarrollado una amplia campa帽a de solidaridad y acompa帽amiento a la migraci贸n venezolana lo cual contribuye a su derechizaci贸n. El discurso de traidores para aquellos que se marchan en busca de salarios que les permitan cubrir sus necesidades b谩sicas ha impactado en distintos niveles a la izquierda regional que no termina de entender lo que est谩 ocurriendo en Venezuela.

 

En un pa铆s de aproximadamente 32 millones de habitantes y de seis millones de hogares, hablar de una cifra promedio de cuatro millones de migrantes implica referirse a un impacto directo en el imaginario y la conciencia pol铆tica de m谩s de la mitad de las familias del pa铆s.

 

Desde el proceso bolivariano no se ha construido un discurso que d茅 cuenta de una perspectiva revolucionaria del fen贸meno. La migraci贸n puede convertirse en el campo de cultivo para la construcci贸n de un discurso de derechas y base social para proyectos autoritarios en el corto plazo. Por ello, urge no solo abrir un debate al respecto sino el desarrollo de una campa帽a permanente de la izquierda latinoamericana para acompa帽ar el respeto de los derechos y la inserci贸n laboral de los migrantes venezolanos en los distintos pa铆ses; esto j贸venes requieren llegar a la conciencia de clase desde el v铆nculo con sus luchas y no solo por el discurso.

 

Los sectores despolarizados y los despolitizados

 

Lo que ha crecido desde la crisis que se abre en el a帽o 2014 con la ca铆da de los precios del petr贸leo, la par谩lisis de la perspectiva revolucionaria del proceso y el ciclo restaurador, es la despolitizaci贸n. Millones de nacionales comienzan a ver, como a finales de los ochenta y los noventa, a la pol铆tica como un problema y no como una soluci贸n. La vuelta soterrada a la anti pol铆tica se traduce en despolarizaci贸n silenciosa, algo que puede eclosionar en cualquier momento, orientando el cambio en cualquier direcci贸n.

 

La anti pol铆tica tiene varios rostros, desde el asumir formalmente alguna narrativa para sobrevivir, hasta el hast铆o y refugio en nuevas formas de competencia desde abajo. Despolitizaci贸n que act煤a como un 鈥渟谩lvese quien pueda鈥 que amenaza con eclipsar lo que se hab铆a avanzado las dos 煤ltimas d茅cadas en tejido social solidario.

 

En un pa铆s donde el movimiento social es muy d茅bil y fragmentado, donde la izquierda es superestructural y no ha logrado fusionarse con el movimiento de masas, la despolitizaci贸n se convierte en el preludio de la b煤squeda colectiva de nuevos caudillismos, incluso ubicados en las ant铆podas de lo que ha sido el actual liderazgo.

 

Romper con esta nueva despolitizaci贸n desde la izquierda pasa por reconstruirse como organizaciones no solo desde la l贸gica militante sino fundamentalmente desde el movimiento social. No se trata de una reedici贸n del moviementismo, sino de desarrollar la propuesta seg煤n la cual cada militante forme parte de una pr谩ctica social en curso, no como enclave sino como parte activa. Ello implica la superaci贸n de viejos arquetipos partidarios y la l贸gica de frentes de masas, algo que es m谩s dif铆cil decirlo que hacerlo.

 

La ultraizquierda

 

La ultra izquierda es terriblemente minoritaria, s煤per estructural y con limitada capacidad de autogesti贸n. La izquierda radical que ven铆a de una fuerte di谩spora en los ochenta y los noventa del siglo XX, fue incapaz de aprovechar la situaci贸n revolucionaria abierta en 1998 para construir organizaci贸n, tejido social, prensa y medios de comunicaci贸n alternativa.

 

La influencia de la ultra izquierda en gremios y sindicatos es muy d茅bil, pr谩cticamente inexistente en el movimiento ind铆gena y campesino y reci茅n aprendiendo del movimiento ecol贸gico y feminista.

 

Salvo las excepciones de aporrea.org (2002-2021), otrasvoceseneducacion.org (2016-2021) e insisto-resisto (2021) no existen p谩ginas web con capacidad de generar contenidos propios y expresar un movimiento concreto. A煤n estas experiencias son muy limitadas en su radio de influencia.

 

Marea Socialista, PSL y LUCHAS, entre otros factores de ultra izquierda son muy d茅biles y fraccionadas. Otras izquierdas de tradici贸n guevarista o nacional popular est谩n en las mismas condiciones.

 

La posici贸n de la ultra izquierda sobre la APR ser谩 fundamental para salir de su aislamiento y fraccionamiento, pero a煤n no est谩 claro cu谩l ser谩 la posici贸n de la mayor铆a de ellas. Solo LUCHAS ha expresado p煤blicamente su intenci贸n de ser parte de la APR

 

La clase trabajadora

 

La situaci贸n de la clase trabajadora es dram谩tica ya que no ha logrado construir un polo aut贸nomo de referencia. Actualmente la clase trabajadora est谩 en la peor situaci贸n desde las luchas de los a帽os treinta del siglo XX, carente de organizaciones clasistas y con un marco institucional cada vez m谩s cerrado. Las pr谩cticas autoritarias, de judicializaci贸n y represi贸n al sindicalismo clasista que se instrumentan desde el Ministerio del Trabajo, dificultan los esfuerzos de organizaci贸n aut贸noma. A pesar de la destrucci贸n del salario real y en las peores condiciones de trabajo imaginables, el movimiento de los y las trabajadoras no ha irrumpido a煤n en el escenario pol铆tico.

 

Sin embargo, escamoteos, intentos aislados (petroleros, salud, magisterio, zona del hierro), un movimiento subterr谩neo de organizaci贸n en curso, pudieran revertir esta situaci贸n. La lucha por un salario m铆nimo de 300 d贸lares mensuales, derecho a la sindicalizaci贸n aut贸noma, la negociaci贸n colectiva, el fuero y la libertad sindical pueden contribuir a la activaci贸n del movimiento obrero. Sin embargo, una combinaci贸n de miedo y resignaci贸n a la situaci贸n de sobrevivencia hacen dif铆cil esta tarea.

 

3. El autismo pol铆tico de una parte importante de la izquierda latinoamericana

 

Mientras esto ocurre se produce un deslave de los apoyos al gobierno bolivariano. Factores de izquierda anticapitalista que hasta hace poco daban un apoyo a la revoluci贸n bolivariana comienzan a distanciarse y conectarse con las nuevas formas de resistencia. Lo importante es que muchas de estas simpat铆as encuentran en la APR un v铆nculo de trabajo pol铆tico, por lo cual se mantiene apoyo al proceso revolucionario bolivariano.

 

No obstante, persiste una izquierda acr铆tica que ha decidido acompa帽ar todo lo que haga el gobierno, sin tomar en cuenta su impacto sobre el mundo del trabajo. Esta izquierda sin conexi贸n con lo que ocurre en Venezuela, podr铆a contribuir mucho m谩s si mantuviera un apoyo a las luces y una cr铆tica a las crecientes sombras de la acci贸n gubernamental. Incluso as铆 podr铆a contribuir a la construcci贸n de un frente revolucionario latinoamericano de cuestionamiento a las medidas coercitivas del imperialismo norteamericano, los imperialismos europeos y el grupo de Lima, que recorra el camino del acompa帽amiento a la profundizaci贸n anticapitalista del proceso revolucionario venezolano.

 

El trabajo de la APR a nivel internacional se convierte clave en este sentido y ello demanda una pol铆tica internacional de la APR que d茅 cuenta de la pluralidad de izquierdas que acompa帽an esta iniciativa. La mayor amplitud en la unidad de acci贸n permitir谩 fortalecer nacional e internacionalmente a la APR como factor dinamizador del proceso revolucionario bolivariano. All铆 el mayor desaf铆o lo tiene el PCV, quien debe construir una l贸gica amplia de convergencia y derrotar los fantasmas del sectarismo.

 

4. La Alternativa Popular Revolucionaria (APR) en el escenario post electoral y la convocatoria a su Congreso Fundacional

 

La APR tiene una gran responsabilidad y posibilidad de convertirse en una opci贸n revolucionaria plural, anticapitalista y revolucionaria de nuevo tipo. Pero dada la correlaci贸n de fuerzas que hemos expresado en el an谩lisis de actores, esta no puede ser una organizaci贸n contra el madurismo y sus claudicaciones, sino para empujar al chavismo de conjunto a la radicalizaci贸n revolucionaria. En ese sentido debe tener la capacidad de superar la tentaci贸n de la pol铆tica visceral y recuperar el horizonte estrat茅gico. La APR puede generar una despolarizaci贸n revolucionaria de la situaci贸n pol铆tica venezolana.

 

Sin embargo, al PSUV no le conviene esta ruptura de la despolarizaci贸n e intentar谩 colocarle todos los obst谩culos. Esta realidad 鈥渃antada de antemano鈥 no puede conducir a la APR a centrarse en la mera confrontaci贸n al Madurismo olvidando la construcci贸n unitaria en los territorios. La tarea central de la APR es trabajar por la unidad del campo Bolivariano. Unidad no rom谩ntica sino en pos de una agenda realmente anticapitalista

 

Por ello, la lucha contra las sanciones imperialistas y el bloqueo econ贸mico debe ser centrales en la recomposici贸n de la unidad. No obstante, esto no implica ceder un 谩pice a la cr铆tica contra la burocratizaci贸n, la conciliaci贸n de clases y el autoritarismo contra los sectores populares y revolucionarios que actualmente adelante el gobierno. Eso s铆 construyendo organizaciones, mecanismos y l贸gicas de independencia de clase. Se trata de una tarea para nada f谩cil, en la actual coyuntura de la lucha de clases.

 

5. Retomar el camino de la organizaci贸n aut贸noma del movimiento social y la izquierda anticapitalista 

 

La tarea central de la APR es la de acumular fuerzas, en una correlaci贸n de fuerzas tan compleja como la que describimos. No se acumula fuerzas con la conciliaci贸n, pero tampoco con el enfrentamiento est茅ril. Cada lucha, cada escenario debe ser construido con una propuesta clara pero tambi茅n con una construcci贸n sostenida en cada territorio.

 

Para concluir es necesario insistir en la tarea de convertir a cada militante anticapitalista en un art铆fice de nuevas experiencias de organizaci贸n popular, comunitaria, de trabajadores y trabajadoras, feminista, ecol贸gica. Ello pasa por reconstruir la cultura pol铆tica de la izquierda venezolana

 

La APR no puede ser una suma de letras, eslogan ni personalidades sino la convergencia de organizaci贸n de las resistencias anticapitalistas en la actual coyuntura. Si lo logra se estar谩 salvando el futuro de la revoluci贸n Bolivariana.

 

Un desaf铆o solo posible entenderlo y emprenderlo en clave anticapitalista del siglo XXI.  

 

* Luis Bonilla Molina, es educador e investigador en ciencias sociales. Militante del agrupamiento LUCHAS, Autor de varios libros, entre ellos Historia de la Revoluci贸n Bolivariana. Peque帽a cr贸nica 1948-2004, escrito con Haiman El Troudi (Caracas, 2004). Form贸 parte del equipo de asesores del presidente Hugo Ch谩vez y del gobierno bolivariano. (Redacci贸n de Correspondencia de Prensa)    



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