Alternativas/ Los sistemas alimentarios sostenibles son posibles, pero por fuera de la agricultura industrial. [Jyotsna Singh]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Ago 4 14:21:43 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

4 de agosto 2021

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Alternativas



Los sistemas alimentarios sostenibles son posibles, pero por fuera de la
agricultura industrial



Jyotsna Singh

A l’encontre, 2-8-2021

http://alencontre.org/

Traducción de Correspondencia de Prensa

En el Día Mundial de la Alimentación, el 16 de octubre de 2019, el
secretario general de la ONU, António Guterres, convocó una Cumbre de la ONU
sobre sistemas alimentarios en 2021 (UNFSS, Foro de las Naciones Unidas
sobre Normas de Sostenibilidad). El objetivo, tal y como se informa en la
web de la cumbre, es encontrar soluciones para transformar los sistemas
alimentarios con el fin de avanzar hacia los "Objetivos de Desarrollo
Sostenible" [17 objetivos] contenidos en la Agenda 2030. Sin embargo, la
cumbre, que se celebrará en septiembre de 2021, está siendo duramente
atacada por su carácter excluyente y por venderse a los intereses de las
grandes empresas.



Durante la precumbre, que tuvo lugar del 26 al 28 de julio, activistas del
mundo entero se reunieron en el marco de la "contramovilización de los
pueblos para transformar los sistemas alimentarios de las grandes firmas"
con el objetivo de expresar su descontento sobre el curso que estaba tomando
el encuentro. La contramovilización tuvo lugar del 25 al 27 de julio.
Consistió en eventos que iban desde debates sobre la privatización de los
sistemas alimentarios, el control que ejercen las empresas sobre la
gobernanza y la ciencia, hasta una concentración virtual mundial contra la
UNFSS.

Las pueblos contra los sistemas alimentarios dirigidos por las empresas



En el centro del problema está la promoción por parte de la ONU de los
sistemas alimentarios dirigidos por las grandes firmas, que echa por tierra
las luchas por la soberanía y la seguridad alimentarias. Un puñado de
empresas transnacionales domina el actual comercio mundial de alimentos y
productos básicos. Desde la siembra de las semillas, pasando por el cultivo
y hasta el procesamiento, la distribución y el consumo de los alimentos, las
agroindustrias transnacionales controlan y deciden todo. Sin embargo, aunque
estas grandes empresas controlan casi el 75% de los recursos naturales del
mundo destinados a la producción de alimentos, apenas consiguen alimentar a
un tercio de la población mundial. También son responsables de la mayor
parte de los 400.000 millones de dólares de derroches anuales de alimentos y
de la emisión de grandes cantidades de gases de efecto invernadero.



Tanto la agenda de la cumbre como las personas asociadas a su gestión son
conocidas por fomentar la privatización en detrimento de los sistemas
públicos. Por ejemplo, el nombramiento de Agnes Kalibata como enviada
especial de la ONU para la cumbre ha sido cuestionado. Como presidenta de la
Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA), defiende el cambio de
los sistemas agrícolas africanos para orientarlos hacia modelos agrícolas
industriales y dependientes de los agrotóxicos. La presencia de
personalidades como Ramón Lauarta, director general de Pepsico, y las
sesiones independientes organizadas por empresas privadas como Nestlé no
pasaron desapercibidas. Desde las fases de planificación de la cumbre, estas
empresas vienen negociando claramente con los organizadores.



Algunas organizaciones como La Vía Campesina boicotearon la cumbre, mientras
que otras tienen previsto participar en ella para plantear sus
preocupaciones en materia de salud y de derechos humanos. En cuanto a la
contramovilización popular, Patti Naylor, agricultora estadounidense,
declaró que: "La contramovilización previa a la cumbre nos va a ayudar a
seguir organizándonos y a seguir expresando nuestro punto de vista sobre la
UNFSS. Esta movilización es el comienzo de nuestras acciones públicas".



En ella participaron personas y organizaciones de diferentes movimientos.
Algunas cuya acción se centra en el cambio climático, otras, en la justicia
social, otras están relacionadas con los trabajadores agrícolas, los
sindicatos, los derechos de los inmigrantes, las mujeres, los jóvenes y los
ancianos, por nombrar sólo algunas. "Gracias a las reuniones virtuales y a
los documentos escritos, se establecieron claramente los vínculos entre los
sistemas alimentarios y agrícolas y cada una de estas cuestiones. Esta
movilización ha sido una poderosa herramienta para construir la
solidaridad", añadió Patti Naylor.



Las discusiones internacionales sobre los sistemas alimentarios, incluidas
las que son dirigidas por las Naciones Unidas, no siempre fueron tan
excluyentes. La Cumbre Mundial de la Alimentación organizada por la FAO en
1996 había reunido a actores de todos los ámbitos. En esa ocasión se
reconoció que la soberanía alimentaria era el término que definía las luchas
contra los sistemas agrícolas industriales. Esa cumbre apoyó el derecho de
las personas a producir de forma autónoma alimentos sanos y nutritivos,
adaptados al clima y a la cultura y utilizando recursos locales. Es
importante señalar que la soberanía alimentaria también fue reconocida como
un medio para alcanzar la seguridad alimentaria.



Algunos gobiernos, como los de Ecuador, Venezuela, Malí, Bolivia, Nepal y
Senegal, incorporaron estos ideales a sus políticas públicas, y la soberanía
alimentaria pasó a formar parte de la política apoyada por las agencias de
la ONU. Al menos en teoría, la idea sigue formando parte de los documentos
de la ONU, como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de
los Campesinos y Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales (UNDROP)
de septiembre de 2018.



Desde el principio se hizo un esfuerzo por señalar el carácter excluyente de
la cumbre. En marzo de 2020, 550 organizaciones, entre las que se
encontraban algunos de los mayores movimientos campesinos e indígenas del
mundo, escribieron al Secretario General de la ONU para alertarlo sobre el
hecho de que la cumbre no tiene en cuenta el legado de las anteriores
cumbres mundiales sobre la alimentación organizadas por la Organización de
las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO). La FAO
recibió, de sus Estados miembros, el mandato de organizar estos eventos y
permitió la participación activa de la sociedad civil a través de foros
paralelos autoorganizados.



Interlocutores múltiples: una forma de que la industria tome el control de
la ONU



La exclusión de los militantes y el predominio de las empresas es una
consecuencia de la reacción de la sociedad civil ante la multiplicidad de
interlocutores en los organismos de la ONU. El multisectorialismo
(multistakeholderism) es un término que se utiliza cada vez más para indicar
que todas las partes interesadas están presentes en la mesa de decisiones.
Sin embargo, se trata en realidad de un intento de sustituir el
multilateralismo, que prioriza la participación de los gobiernos. En este
sentido, el multisectorialismo se convirtió, para muchos, en sinónimo de una
creciente toma de posesión de las instituciones de la ONU por parte del
sector privado. Los actores de la sociedad civil en otros foros de la ONU,
como la Organización Mundial de la Salud (OMS), están librando la misma
batalla.



La contramovilización exige que la ONU se aleje del control ejercido por las
grandes firmas multinacionales y se centre en los derechos humanos
individuales y colectivos, así como en las experiencias y en los
conocimientos de los pueblos más afectados. También exige la transformación
de los sistemas alimentarios corporativos y defiende las instituciones
públicas democráticas y el multilateralismo inclusivo.



En las sesiones oficiales previas a la cumbre también se escucharon voces a
favor de alternativas al sistema de las transnacionales. Jeffrey Sachs,
asesor del Secretario General de la ONU, António Guterres, sobre los
objetivos de desarrollo sostenible, fue muy crítico con la privatización de
los sistemas alimentarios en una de las principales mesas redondas
organizadas por la UNFSS. Describió la privatización como un mecanismo de
opresión, similar a la colonización. Dijo: "Tenemos un sistema alimentario
mundial basado en las grandes empresas transnacionales, en las ganancias
privadas y en medidas tímidas, o inexistentes, en materia de transferencias
internacionales para ayudar a los pobres. Se basa en la extrema
irresponsabilidad medioambiental de los países más poderosos y también en
una negación radical de los derechos de los pobres".



Jeffrey Sachs dijo también que los países ricos y sus intereses apoyan la
privatización de los sistemas, citando en particular al gobierno de Estados
Unidos, el mismo que brindó apoyo militar a la empresa estadounidense United
Fruits, explotando a países latinoamericanos como Honduras. Sachs agregó:
"Tenemos un sistema, pero necesitamos un sistema diferente que se base en
los principios de la dignidad humana, la soberanía y los derechos
económicos". (Artículo publicado en Peoples Dispatch, 29-7-2021
http://peoplesdispatch.org/)

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