Palestina/ Israel califica la lucha por los derechos palestinos de "terrorismo", y así da la vuelta a la realidad. [Jonathan Cook]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Oct 31 11:55:20 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

31 de octubre 2021

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Palestina



Israel califica la lucha por los derechos palestinos de "terrorismo", y así
da la vuelta a la realidad



Jonathan Cook *

MIDDLE EAST EYE, 26-10-2021

https://www.middleeasteye.net/fr/

Traducción de Faustino Eguberri - Viento Sur

https://vientosur.info/



¿Alguien se olvidó de decirle a Benny Gantz que Donald Trump ya no es el
presidente de Estados Unidos?



Esa fue la impresión que dió el viernes pasado cuando el Ministro de Defensa
de Israel, que fue presentado como una fuerza moderada en un gobierno
israelí dirigido por la derecha colonial, declaró que seis importantes
grupos palestinos de derechos humanos eran "organizaciones terroristas".



En consecuencia, la medida deja fuera de la ley a las organizaciones más
prominentes de la comunidad palestina de derechos humanos.



A pesar de los eternos lazos que tan a menudo elogian los funcionarios
israelíes y estadounidenses, la administración del presidente Joe Biden
parecía sorprendida por el anuncio, a pesar de las afirmaciones de Israel de
que Washington había sido advertido.



Según algunas informaciones, responsable israelíes se preparaban el domingo
para volar a Estados Unidos a fin de compartir informaciones que justifique
esta nueva “lista de organizaciones terroristas”.



Entre las asociaciones afectadas por la medida, la mayoría financiadas por
Estados europeos, se encuentran las que ayudan a los agricultores y
promueven los derechos de las mujeres y los valores democráticos, así como
otras que documentan las violaciones israelíes de los derechos de las y los
prisioneros y niños, y denuncian los crímenes de guerra.



Israel no ofreció pruebas de que alguna o alguno de los abogados,
investigadores de campo, lobistas o encargados de prensa palestinos que
forman el personal de estas organizaciones  porte armas o fabrique bombas.



Shawan Jabareen, director de al-Haq, una de las organizaciones afectadas,
señaló una paradoja obvia: "Gantz dice que somos una organización
terrorista, cuando él mismo es un criminal de guerra".



Al-Haq está a la vanguardia de los esfuerzos de la comunidad palestina de
derechos humanos para proporcionar pruebas a la Corte Penal Internacional
(CPI) en La Haya de que el mando militar y los políticos israelíes han
cometido crímenes de guerra contra las y los palestinos.



Gantz, por ejemplo, estuvo a la cabeza del Ejército israelí en 2014, cuando
arrasó partes de Gaza, matando al menos a 1.450 civiles, incluidos unos 550
niños. Más tarde se jactó de haber devuelto a Gaza "a la Edad de Piedra".



Una narrativa turbia



Entonces, ¿en que Israel piensa exactamente Israel que la mayoría de las
organizaciones palestinas de derechos humanos son terroristas?



Los indicios hasta ahora sugieren que Israel planea construir una narrativa
turbia con destino a las capitales occidentales basada en supuestas
evidencias secretas que relacionan financieramente a estas organizaciones
con el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP).



Israel ha hablado vagamente de que los grupos de derechos humanos están
"controlados por cuadros [del FPLP]" y que actúan como una "fuente central"
de financiación para el FPLP al desviar "grandes sumas de dinero de países
europeos y organizaciones internacionales".



Presentar su planteamiento de esta manera tiene una doble ventaja para
Israel.



La primera, que es casi seguro que a las organizaciones les resulte
imposible refutar estas informaciones, dada su naturaleza secreta. Estados
Unidos y los europeos tendrán que fiarse de la palabra de Israel.



Ya hemos visto esto muchas veces antes. Israel hace afirmaciones
extravagantes sobre vínculos con grupos terroristas que nadie está en
condiciones de verificar. Si finalmente se lleva a cabo una investigación,
para cuando emerja la verdad, todo el mundo ha pasado a otra cosa y la falsa
impresión rara vez se corrige.



Esto es lo que sucedió cuando Israel bombardeó en mayo un bloque de torres
en Gaza que había estado sirviendo como base para muchos medios de
comunicación. Israel afirmó que también albergaba a militantes palestinos,
aunque nunca presentó ninguna prueba que apoyara una afirmación tan
inverosímil.



También fue el planteamiento de Israel después de que los soldados mataran a
tiros a Ahmad Erekat en su coche en junio de 2020 en un puesto de control de
Cisjordania cuando hacía recados para la boda de su hermana. Israel dijo que
era un ataque terrorista mediante un coche. Sin embargo, una reconstrucción
realizada por expertos indicó que los frenos de Erekat habían funcionado
mal.



El caso de Mohammed el-Halabi es aún más pertinente. Trabajador de caridad
en Gaza, ha pasado cinco años en una prisión israelí sin juicio, acusado de
desviar enormes sumas de dinero de ayuda internacional a Hamas. Las
afirmaciones de Israel contra Halabi han demostrado ser tan obviamente
insostenibles que incluso los medios occidentales han comenzado a dudar de
ellas.



Crear confusión sobre las diferencias



En segundo lugar, Israel espera que el núcleo de sus acusaciones sea tratado
acríticamente: que cualquier conexión de cualquier persona de cualquiera de
estos grupos con el FPLP pueda citarse como prueba definitiva de los
vínculos de la organización con el terrorismo. Sin duda, es cierto que
algunos miembros del personal de estos grupos de derechos humanos tienen una
filiación ideológica con el FPLP, y por buenas razones.



La mayoría de los líderes políticos palestinos han sido o bien cooptados por
Israel, como Fatah, investidos de la sagrada cooperación en materia de
seguridad con las fuerzas de ocupación de Israel, o bien han priorizado una
lucha que, debido a su carácter islamista, no representa a grandes sectores
de la población palestina, como Hamas y la Yihad Islámica.



La única alternativa política significativa es proporcionada por el FPLP. Su
visión es la de un Estado secular y democrático único que ofrezca a todos
los habitantes de la región, judíos y palestinos, los mismos derechos. Este
programa se está volviendo políticamente más poderoso, para las y los
palestinos y activistas de la solidaridad a medida que Israel va mostrando
claramente que no tiene interés en permitir nunca la partición de la tierra
y el establecimiento de un Estado palestino.



Pero, al igual que en la mayoría de los movimientos de liberación nacional,
ha habido divisiones históricas dentro del FPLP sobre la mejor manera de
lograr su objetivo de descolonización y de un Estado democrático único.



Al igual que en Fatah y Hamas, algunos creen que la liberación requiere
resistencia armada, permitida por el derecho internacional contra un
ocupante beligerante como Israel, mientras que otros están comprometidos con
la lucha política.



Israel, por supuesto, se dedica a difuminar estas distinciones y evita
cualquier examen de la aspiración política central del FPLP: un Estado
basado en la igualdad de derechos en lugar de la dominación absoluta de un
grupo étnico exportada por Israel a los territorios palestinos a través de
la ocupación militar.



En cambio, Israel ha emitido una proscripción general sobre el FPLP,
persiguiendo a todos sus miembros prominentes. Eso ha incluido a Khalida
Jarrar, diputada del FPLP, que fue liberada recientemente por Israel después
de dos años de prisión. Jarrar trabajó en el expediente sobre Palestina en
la CPI. Según Human Rights Watch (HRW), Israel "nunca afirmó que tuviera
ninguna participación personal en actividades armadas".



Estado de apartheid



No debería haber duda alguna de que estas seis organizaciones palestinas de
derechos humanos han priorizado la resistencia organizada y comunal a la
ocupación israelí en lugar de la lucha armada.



Algunas, como la Unión de Comités de Trabajo Agrícola y la Unión de Comités
de Mujeres Palestinas, trabajan para fortalecer internamente la sociedad
palestina. Esperan conseguir que las comunidades palestinas estén en mejores
condiciones para soportar los incansables esfuerzos de Israel para expulsar
a las y los palestinos de sus tierras para reemplazarlos por asentamientos
judíos ilegales, un proceso que Israel denomina de forma amenazadora
judaización.



Estos comités agrícolas y de trabajo fomentan el antiguo principio palestino
conocido en árabe como sumud o firmeza. Pero dado el deseo de Israel de
limpiar étnicamente a los palestinos y destruir cualquier esperanza de un
futuro Estado palestino, esta firmeza se equipara fácilmente en el
imaginario israelí con el terrorismo.



Los otros grupos de la lista, como al-Haq, Addameer y Defensa de los Niños y
Niñas Internacional, han sido muy eficaces en documentar los crímenes de
guerra de Israel contra las y los palestinos: desde el asesinato de civiles
y maltrato de niños y prisioneros palestinos hasta políticas de
transferencia forzada y construcción de colonias.



Los datos recopilados por las asociaciones palestinas se comparten con
organizaciones internacionales e israelíes de derechos humanos como HRW y
B'Tselem, que recientemente han publicado informes declarando a Israel un
estado de apartheid.



Israel también ataca a estos grupos.



Omar Shakir, el director regional de HRW, fue expulsado por Israel hace dos
años. El año pasado, Israel se negó a renovar los visados de trabajo para
las y los funcionarios de derechos humanos de Naciones Unidas después de que
publicaran una investigación sobre la colusión de empresas internacionales
con los asentamientos ilegales de Cisjordania.



Y a B'Tselem, el principal organismo de control de la ocupación de Israel, y
Breaking the Silence, un grupo de denunciantes exsoldados israelíes, se les
niega el derecho a hablar en las escuelas israelíes y son vilipendiados
regularmente por las y los políticos y los medios de comunicación israelíes.
Esta ofensiva israelí contra el conjunto de la comunidad que defiende los
derechos humanos, tanto en el plano nacional como internacional, se explica
fácilmente.



Estas organizaciones están construyendo poco a poco un dossier inexpugnable:
tanto para que los líderes israelíes sean procesados en la CPI por crímenes
de guerra, como para impulsar el boicot y las sanciones contra Israel, como
fue utilizado contra la Sudáfrica del apartheid.



Ese trabajo está polarizando a las comunidades judías en el extranjero,
tradicionalmente una base de apoyo sin fisuras para Israel. Y está
produciendo una cantidad de datos abrumadora para que Israel sea rechazado,
exponiendo la enorme brecha entre las expectativas de las opiniones públicas
occidentales y la inacción de sus dirigentes.



Para Israel, todo esto es realmente aterrador y, por eso, sus responsables
deben ser considerados terroristas.



Poner fin a la financiación europea



La sugerencia de Gantz de que Israel dispone de información que vincula a
estos grupos palestinos de derechos humanos al terrorismo es desmentida por
el hecho de que Israel les maltrata desde hace años.



Su personal ha sido arrestado y encarcelado o se le ha negado el derecho a
viajar al extranjero. Los permisos de residencia en Jerusalén para sus
trabajadores y trabajadoras han sido revocados. Y el ejército ha allanado
sus oficinas e incautado ordenadores y documentos. Esos abusos se han
intensificado a medida que estas organizaciones han atraído la cada vez más
atención en los foros internacionales sobre los crímenes de guerra israelíes
y las prácticas de apartheid.



Ahora Israel va a explotar su nueva lista de terroristas para justificar la
intensificación de la represión. Será aún más fácil encontrar pretextos para
acosar y encarcelar al personal.



Pero esto tiene otras ventajas para Israel. Hará aún más  difícil que los
socios internacionales e israelíes de estas organizaciones palestinas
trabajen con ellas para denunciar los crímenes de la ocupación israelí.



Y, sin duda, Israel y sus defensores en el extranjero utilizarán la
designación de terroristas para vilipendiar aún más a estos grupos y
desacreditar sus conclusiones.



Pero tal vez la mayor recompensa para Israel sea usar esta nueva lista de
terroristas para tratar de intimidar a los Estados europeos y a la Unión
Europea para que dejen de financiar a la comunidad palestina de defensa de
los derechos humanos.



Etiquetar a las y los activistas palestinos defensores de los derechos
humanos como terroristas servirá al mismo objetivo que etiquetar a los
activistas occidentales que buscan poner fin a la opresión israelí de los
palestinos como antisemitas, o etiquetar a las y los judíos que actúan en
solidaridad con los palestinos como judíos que se odian a sí mismos y
traidores.



Israel agrupará todo este supuesto odio en su discurso según el cual se
enfrenta a una campaña proveniente de todas las partes para demonizar al
único Estado judío del mundo.



La realidad es que los líderes israelíes están confundiendo su propio terror
a la idea de que rindan cuentas por sus crímenes con un terrorismo
imaginario de las y los abogados e investigadores que intentan mostrar la
realidad de la ocupación.



¿Alguien les creerá? La historia sugiere que los gobiernos occidentales
podrían hacerlo.



* Jonathan Cook es autor de tres libros sobre el conflicto israelo-palestino
y ganador del Premio Especial Martha Gellhorn de Periodismo. Su sitio web y
blog se pueden encontrar en: www.jonathan-cook.net
<http://www.jonathan-cook.net>

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