Afganistán/ Los talibanes necesitan dinero, a China le interesan los recursos naturales. ¿Qué va a pasar? Afganistán. [Michael Krätke]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Sep 2 15:48:55 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

2 de setiembre 2021

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Afganistán



Los talibanes necesitan dinero, a China le interesan los recursos naturales.
¿Qué va a pasar?



A l’encontre, 31-8-2021

http://alencontre.org/

Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa



Lo que las élites políticas de "Occidente" aparentemente ya no son capaces
de hacer, los dirigentes políticos chinos sí pueden hacerlo: pensar
estratégicamente a largo plazo y a escala global. La geopolítica no es una
palabra extraña para el Partido Comunista Chino (PCC), sino una categoría
conocida. Como le corresponde a una potencia mundial.

El Asia Central forma parte de su área de interés y de influencia directa.
Con Pakistán, existe una estrecha cooperación, fruto de la rivalidad con la
India. El interés principal de China es el de mantener la seguridad de sus
rutas comerciales con Occidente. Una de las nuevas rutas de la seda más
importantes (One Belt, One Road) pasa cerca de la frontera entre Pakistán y
Afganistán. Otras rutas paralelas son posibles, pero la seguridad de las
rutas existentes es una prioridad.



La política exterior China está motivada, además, por la naturaleza de su
economía en rápido crecimiento y ávida de recursos. Afganistán posee muchos
recursos naturales: hierro, cobre, oro, litio, tierras raras, carbón y
petróleo, cuyo valor total está estimado en más de 3 billones de dólares.
Sin embargo, la mayoría de las zonas mineras interesantes se encuentran en
áreas de difícil acceso. En el futuro inmediato, los talibanes va a ejercer
el control de la minería en Afganistán. Pero para extraer los recursos
minerales o incluso para encontrarlos (el 70% del país está aún poco
explorado), los talibanes carecen de tecnología, de conocimientos y de
dinero. Los chinos tienen todo eso. Tienen una concesión para una mina de
cobre desde 2007 y para un yacimiento de petróleo desde 2011. Sin embargo,
para explotar con éxito los recursos minerales, tendrán que construir
carreteras y vías férreas, muchas de ellas en la alta montaña, lo requiere
una cuidadosa planificación a largo plazo y una experiencia probada en
grandes proyectos de infraestructura. China también las tiene.



Opio, cobre y petróleo



Un análisis de la situación económica de los talibanes demuestra a qué punto
necesitan esta cooperación. Hasta ahora, su principal recurso financiero era
la exportación de amapolas y opio en bruto, además de los chantajes y de los
derechos de aduana, cobrados de forma arbitraria. En total, las milicias
recaudaron unos 1.600 millones de dólares de diversas fuentes oscuras en
2020; por su parte, el gobierno afgano pudo registrar unos 5.600 millones de
dólares en ingresos durante el mismo periodo. Aunque los portavoces  de los
talibanes digan ahora lo contrario, el comercio altamente rentable del opio
les interesa, y mucho. Sobre todo porque se encuentran en una situación
financiera desesperada desde que llegaron al poder.



Pero, para dirigir el país, los talibanes necesitan mucho más aún. No pueden
acceder a las reservas de divisas del Banco central afgano -actualmente
9.400 millones de dólares [según el FMI]- que se encuentran en el
extranjero, en su mayoría en el Banco central estadounidense. El Fondo
Monetario Internacional bloqueó el acceso del régimen a la parte del país
correspondiente a los derechos especiales de giro, 340 millones de dólares,
y suspendió el último tramo (105,6 millones de dólares) de un programa de
ayuda a la crisis sanitaria, de un total de 370 millones de dólares
[decisión de noviembre de 2020]. Hasta ahora, la ayuda occidental
representaba el 43% del producto interior bruto (PIB) afgano. Más del 60%
del presupuesto estatal era financiado por Occidente. Este dinero desparece
ahora casi por completo, aunque los británicos, por ejemplo, no quieren
suspender sus pagos por el momento. Los talibanes siguen recibiendo millones
de dólares en donaciones de algunos Estados del Golfo, pero al mismo tiempo
están en conflicto con otros Estados árabes.



Al nuevo régimen le agradaría venderle los recursos naturales a la China.
Las concesiones mineras aportan mucho dinero. Los chinos también serían bien
recibidos para construir carreteras. China cuenta con socios en Pakistán y
en otros países islámicos, lo que le facilita la entrada en el mercado
afgano. Así, los chinos estarían en condiciones de ganar la carrera por los
recursos minerales afganos.

Sigue existiendo el problema del terrorismo



Por su parte, los chinos no se hacen ilusiones con los nuevos líderes del
Hindu Kush. Desconfían, con razón, de sus declaraciones, en las que dicen
que no quieren dar cobijo al terrorismo. Aunque la frontera entre Afganistán
y China sea de solamente 76 kilómetros, la amenaza del terrorismo es real.
Los yihadistas uigures que regresan de Siria o de Afganistán fueron
responsables de atentados terroristas en China. El gobierno chino reaccionó
con mano de hierro y la región autónoma de Xinjiang está bajo un estricto
control.



Hasta ahora, las experiencias chinas con proyectos mineros en Afganistán no
han sido buenas. Por ejemplo, un consorcio dirigido por la China
Metallurgical Group Corporation propuso invertir más de 3.000 millones de
dólares en el mayor yacimiento de cobre del mundo en una región minera de la
provincia oriental de Logar, con una mina, un ferrocarril y una central
eléctrica. Hasta la fecha, las obras no han comenzado porque en la provincia
tenían lugar conflictos entre los talibanes y el gobierno. La compañía
petrolera estatal abandonó la producción en la zona del río Amu Darya [que
sirve de frontera entre Afganistán y Tayikistán] ya que no le fue posible
abrir rutas de transporte seguras hacia China para el petróleo extraído.



Para que pueda existir una cooperación a largo plazo entre China y el
régimen talibán, este último tendrá que cumplir su promesa de mantener a
raya el terrorismo islamista. Porque China no depende de los talibanes,
puede prescindir de Afganistán e incluso cerrar la frontera común. Este era
también el plan para las nuevas rutas de la seda. La República Popular tiene
otras alternativas.(Artículo publicado en Der Freitag, 30-8-2021:
https://www.freitag.de/)



* Michael Krätke, economista, fue profesor en la Universidad Libre de
Berlín, luego en Bielefeld y más tarde, en la Universidad de Ámsterdam.
Escribe en varias revistas de izquierda en alemán.

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