Estados Unidos/ Luisiana: "No es sólo un apagón": el huracán Ida dejó gente sin casa y sin trabajo [Mike Ludwig[

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Sep 15 23:52:45 UYT 2021


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Correspondencia de Prensa

15 de septiembre 2021

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Estados Unidos



Luisiana: "No es sólo un apagón": el huracán Ida dejó gente sin casa y sin
trabajo



Mike Ludwig *

A l’encontre, 13-9-2021

http://alencontre.org/

Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa

Nueva Orleans, Luisana. Los habitantes y los defensores de los derechos de
las personas minusválidas ya se preparaban para una oleada de dificultades y
desalojos, en una región económicamente vulnerable, cuando el huracán Ida se
abatió sobre el sudeste de Luisiana la semana pasada (30 y 31 de agosto),
destruyendo casas y negocios y provocando el desplazamiento de decenas de
miles de personas durante una nueva ola de Covid. El huracán dejó a
comunidades enteras sin electricidad ni agua potable durante más de una
semana. Muchísimos trabajadores no cobraron sus salarios mientras que
llegaba la fecha de vencimiento de los alquileres y se esfumaban las ayudas
federales especiales ante la pandemia.



Para los habitantes de Luisiana que se encontraban en la trayectoria del
huracán Ida, la decisión de última hora de evacuar sus hogares o refugiarse
en sus casas en previsión de la tormenta fatal no fue más que el principio
del problema. Tras el paso de la tormenta, tuvieron que soportar días
sofocantes sin electricidad, cubrir con una lona los techos rotos y esperar
a que se restablecieran el teléfono e Internet, necesarios para solicitar la
ayuda federal para casos de catástrofe, que muchos aún no han recibido. Para
los que evacuaron sus casas, además del problema de vivir en la calle
tuvieron que soportar la ansiedad de decidir cuándo volver a las vidas
desestabilizadas y a los hogares afectados.

***

Ante la agudización de la crisis de la vivienda, una coalición encabezada
por un sindicato de inquilinos de Nueva Orleans pide ahora ayudas directas
de dinero en efectivo para los inquilinos en apuros y una nueva moratoria de
las expulsiones hasta que se distribuyan todas las ayudas federales para los
que no pudieron pagar el alquiler durante la pandemia. Mientras el Congreso
debate el proyecto de ley de "reconciliación presupuestaria" de 3,5 billones
de dólares, los grupos de justicia climática de la zona sur, en torno al
Golfo de México, piden que se realicen inversiones audaces en
infraestructuras ecológicas, en energías sostenibles y para ayudar a las
personas que viven en primera línea para que se preparen para las futuras
tormentas, cuya frecuencia e intensidad no hacen más que aumentar debido al
calentamiento global.



"La planificación y la recuperación después de una catástrofe climática
deben ser más equitativas y sostenibles, y las soluciones climáticas deben
venir de las personas que están en primera línea", dijo Colette Pichon
Battle, directora ejecutiva del Gulf Coast Center for Law & Policy, en un
intercambio con la prensa el jueves 9 de septiembre.



Los activistas que trabajan sobre el terreno temen que ya se esté
desvaneciendo el interés público en la zona de la catástrofe, dejando a los
habitantes de un estado ya duramente afectado por la pandemia de Covid
expuestos al hambre generalizada y a la falta de vivienda. La costa Este se
convirtió en el centro de atención nacional cuando el huracán Ida provocó
fuertes lluvias e inundaciones generalizadas en Nueva York y Nueva Jersey,
provocando decenas de muertos.



Madeline Peters, organizadora de la Asamblea por los Derechos de los
Inquilinos de Nueva Orleans, el sindicato de inquilinos que pide una nueva
pausa en los desalojos, dijo que el sudeste de Luisiana estaba ya
atravesando una crisis de la vivienda y una inseguridad económica antes de
que llegara el huracán.



"Con la pandemia, ahora que hemos tenido una tormenta, todo el mundo está en
apuros", dijo Madeline Peters en una entrevista tras la reunión del
sindicato de inquilinos del miércoles 8 de septiembre. "No es sólo un
apagón, es una pérdida de puestos de trabajo que desestabiliza aún más los
hogares y las personas".



En las localidades bajas y costeras, donde la tormenta fue más fuerte, la
recuperación podría llevar años, según August Creppel, jefe principal de la
United Houma Nation (población indígena de Luisiana). Al menos 11.000 de los
19.000 miembros de la tribu Houma, que viven en los cinco municipios más
afectados por la tormenta resultaron perjudicados. August Creppel, un
bombero que trabajó noche y día durante las dos últimas semanas para brindar
ayuda los damnificados, declaró que la United Houma Nation lleva años
luchando para conseguir el reconocimiento federal y un mayor apoyo de los
servicios de auxilio en caso de catástrofe natural.



"A algunos de nuestros conciudadanos no les queda más que una parte de su
casa, otros ya no tienen dónde ir", dijo August Creppel a los periodistas el
jueves. "Una solución rápida es imposible, esto va a llevar años".

***

De vuelta a Nueva Orleans, los organizadores temen que se produzca una
oleada de desalojos después del 24 de septiembre, fecha en que expira la
orden del gobernador demócrata del estado por la que se suspenden los
procedimientos legales, lo que supondría un nuevo desplazamiento de las
personas que sobrevivieron al paso del huracán o que intentan regresar
después de haber sido evacuadas.



Muchos habitantes de Crescent City y de todo el sudeste de Luisiana ocupan
puestos de trabajo mal pagados en los sectores de servicios, del turismo y
del comercio minorista. Es probable que durante varias semanas no tengan ni
trabajo ni salario. El estado de Luisiana suprimió las prestaciones de
desempleo por la pandemia a finales de julio. El Tribunal Supremo anuló una
moratoria federal sobre desalojos, ya de por sí débil, pocos días antes de
la la llegada de Ida. Según la National Low-Income Housing Coalition, hasta
ahora se ha distribuido menos del 14% de los 248 millones de dólares de
ayuda federal de emergencia para los inquilinos de viviendas en Luisiana, en
comparación con el 67% en Texas y el 100% en Nueva York.



El jueves 9 de septiembre, la Asamblea por los Derechos de los Inquilinos de
Nueva Orleans hizo pública una lista de exigencias en la que le pide a la
ciudad que mantenga cerrado el tribunal de desalojos hasta que sean
distribuidas todas las ayudas federales para los alquileres, y al menos
hasta finales de año. El sindicato de inquilinos dijo que se necesitan 500
millones de dólares más en ayudas para el alquiler en todo el estado. El
verano pasado, los manifestantes bloquearon y cerraron el tribunal de
desalojos de la ciudad después de que expiraran las moratorias de desalojos
local y estatal. Esta acción fue noticia a nivel nacional y presionó a los
responsables políticos federales para que aplicaran una moratoria nacional
sobre las expulsiones.



Según los activistas, el programa de ayuda al alquiler, administrado por el
estado en las zonas rurales y por las autoridades municipales en Nueva
Orleans, debe ser revisado. En lugar de exigir que los inquilinos presenten
un una costosa documentación y de que se les otorgue una ayuda a los
propietarios, los activistas de la justicia en materia de vivienda de Nueva
Orleans y de otros puntos afirman que las personas que se han retrasado en
el pago del alquiler durante los periodos de confinamiento a causa de la
pandemia deberían recibir una ayuda directa en efectivo, un modelo que ya ha
dado buenos resultados en otras localidades. El sindicato de inquilinos dice
que la ciudad también debe poner a disposición personal multilingüe dedicado
a ayudar a las personas con discapacidad a tramitar los pedidos de ayudas al
alquiler y de auxilio en caso de catástrofe.



"Necesitamos que el gobierno se concentre en la ayuda y haga un seguimiento
que no sea sólo una reacción al hecho, sino que sea duradera", dijo Madeline
Peters.



El sindicato de inquilinos reclama también el "derecho al regreso" de todos
los residentes desplazados por el huracán, incluidos los que viven en
viviendas dañadas. Incluso si los desalojos legales se interrumpen
temporalmente, los organizadores temen que los propietarios no realicen las
reparaciones indispensables, y que la gente se vea obligada a vivir en casas
inhabitables o a trasladarse a otro lugar. Las protecciones legales para los
inquilinos son muy pocas en el estado de Luisiana. Pueden recibir una
notificación de desalojo si por cualquier motivo no pagan el alquiler,
incluso si ese motivo es un agujero gigante en el techo. Los "desalojos
invisibles", que nunca pasaron por los tribunales, seguían ejecutándose en
Nueva Orleans y en todo el país aún cuando estaba en vigor la moratoria
federal sobre los desalojos.

***

Haciéndose eco de múltiples grupos por la justicia climática, el sindicato
de inquilinos también reclama una transición rápida a las energías
renovables para una región que ha estado dominada durante mucho tiempo por
la industria de los combustibles fósiles. Según los informes, se registraron
al menos 350 derrames de petróleo en el sudeste de Luisiana y en el Golfo de
México con el paso de Ida. Los días sin electricidad bajo un sol abrasador
hicieron que aumentaran los llamados a la utilización de la energía solar
como solución obvia para mantener a la gente con energía durante un desastre
natural. Si más hogares y empresas estuvieran equipados con paneles solares
conectados a micro redes comunitarias y a bancos de energía, miles de
personas podrían haber mantenido en funcionamiento refrigeradores y aparatos
de aire acondicionado, lo que puede salvar vidas durante las olas de calor y
otras catástrofes climáticas.



Jennifer Crosslin, organizadora regional de Southern Communities for a Green
New Deal, dijo que los responsables políticos deberían inspirarse de las
comunidades del sur del Golfo, como Nueva Orleans. Existe una larga
tradición de respuesta colectiva a las catástrofes en el sur del Golfo,
donde los activistas llevan años forjando relaciones mediante la
organización y la ayuda mutua. Esas coaliciones se unen ahora en torno al
Green New Deal, un marco para conseguir la resiliencia climática y la
energía renovable necesarias para sobrevivir en una época de catástrofes
naturales.



"Dejemos que las personas que están arraigadas -y que están llenas de amor-
encaminen a esta nación hacia el tipo de transformación que sabemos que
necesitamos, por nuestro bien y por el de todos", dijo Jennifer Crosslin a
los periodistas el jueves.



Los habitantes de Nueva Orleans siguen limpiando los escombros y reparando
las casas que quedaron dañadas después de que la mayor parte de la ciudad se
quedara sin electricidad durante más de una semana. Muchos hogares vaciaron
sus heladeras durante el corte de luz. El olor a basura flota en el aire
estival. En el Seventh Ward, un barrio de clase trabajadora que se encuentra
a un kilómetro y medio del French Quarter [barrio francés], los coches
hacían cola el jueves para recibir agua en botellas y un plato de comida
caliente de manos de Step Up Louisiana [@StepUpLA], un grupo que lucha por
la justicia económica y racial. De pie, junto a una parrilla llena de pollo,
Ben Zucker, codirector del grupo, dijo que cada día vienen cientos de
personas.



"La pandemia fue el primer golpe, y ahora nos llega esto", dijo Ben Zucker a
Truthout. "La gente ya tiene hambre. Lo vemos después de cada tormenta".



***



La ayuda de la Agencia Federal de Gestión de Urgencias (FEMA) no llegó a
muchos residentes de Luisiana, otros recibieron pagos de entre 500 y 1.000
dólares por viviendas dañadas y otros gastos. Este reportero [el autor del
artículo] intentó presentar una reclamación en línea tres veces la semana
pasada, pero cada vez, el sitio web de la FEMA se bloqueó, recién volvió a
funcionar normalmente el martes 7 de septiembre, más de una semana después
de la tormenta. Otros pasaron horas esperando por teléfono para solicitarla.
Los "cupones de alimentos" para remplazar los alimentos en mal estado aún no
han sido aprobados para las personas que no están inscritas en el programa
estatal de asistencia nutricional suplementaria.



Kisha Edwards, miembro del comité político Step Up Louisiana, dijo que la
respuesta de la FEMA fue lenta y que los miembros de su comunidad siguen
esperando la ayuda. Los pedidos de fondos a la FEMA siguen pendientes de
respuesta y Kisha Edwards no entiende por qué. Mientras prepara comida
caliente para distribuir, Edwards dice que el voluntariado después de una
tormenta es parte de la vida en Luisiana.



"Estoy aquí para retribuir lo recibido, porque eso es lo que hacemos", dijo.
(Artículo publicad en Truthout, 10-9-2021 https://truthout.org/)



* Mike Ludwig es periodista de Truthout en Nueva Orleans. También es autor y
presentador de "Climate Front Lines", un podcast sobre las personas, los
lugares y los ecosistemas en primera línea de la crisis climática.

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