Análisis/ La guerra de Ucrania vista desde Finlandia. [Teivo Teivainen - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Abr 27 14:02:47 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

27 de abril 2022

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Análisis



Entrevista a Teivo Teivainen



La guerra de Ucrania vista desde Finlandia



Finlandia, que formó parte del imperio ruso y tiene un gobierno de
centroizquierda, se prepara para pedir su incorporación a la OTAN. En ese
país nórdico, el apoyo a Ucrania es masivo.



Pablo Stefanoni

Nueva Sociedad, abril 2022

https://nuso.org/



Teivo Teivainen es uno de los latinoamericanistas más importantes de
Finlandia -es profesor de Política Mundial en la Universidad de Helsinki- y
es además un intelectual público que interviene en los debates políticos
locales. En esta entrevista analiza cómo se ve la guerra en Ucrania desde un
país que fue parte del Imperio ruso y tuvo relaciones muy complejas con la
potencia vecina. Por el momento, la invasión tuvo su efecto: aumentar de
manera aluvional el apoyo popular a la adhesión a la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Muchos trazan analogías entre la
situación de Ucrania hoy y la de Finlandia en el pasado.



-Desde lejos, algunos sectores de izquierda tienden a «complejizar/explicar»
tanto las razones de la invasión de Ucrania que se termina a menudo casi por
justificarla, por ejemplo en razón de la «expansión de la OTAN», ¿cómo se ve
la situación desde los sectores progresistas finlandeses?



Desde las izquierdas, quienes están lejos muchas veces parecen ver la
cuestión de forma diferente a quienes tenemos frontera con Rusia. A veces da
un poco de risa, por decirlo de algún modo, cuando desde algunos sectores,
por ejemplo de la izquierda latinoamericana, se trata de relativizar de
algún modo la imagen de Putin como un líder autoritario, homofóbico,
antifeminista y ahora imperialista, y volverlo una suerte de aliado de la
izquierda. Es una vieja discusión con los tankies [las izquierdas
«tanquistas» que justificaban las invasiones soviéticas durante la Guerra
Fría].



En Finlandia lo que ha pasado con la invasión de Ucrania es que la opinión
favorable al ingreso a la OTAN ha subido de manera drástica. Y ocurrió lo
mismo con la percepción, entre la población, de que Rusia es una amenaza
para la propia existencia de la nación finlandesa.



Hay sectores de izquierda en diferentes partes del mundo que aceptan la
narrativa del Kremlin de una forma sorprendente. En Finlandia eso ocurre en
una media casi insignificante. Y hay un elemento interesante adicional: la
izquierda finlandesa ha sido siempre mucho más dura con Rusia que sus
contrapartes europeas.



-¿El apoyo a la adhesión a la OTAN es transversal a los diferentes espacios
políticos?



En los partidos con representación parlamentaria, el único que no adhiere
mayoritariamente al ingreso a la OTAN es la Alianza de Izquierda. Pero no
obstante, como socio minoritario de la alianza de gobierno con los
socialdemócratas de Sanna Marin [la primera ministra de 36 años], todo
indica que no van a hacer del tema una cuestión de Estado, es decir una
línea roja con el oficialismo. En caso de que se diera la adhesión, es
posible que propongan limitarla de tal forma que no haya armamento nuclear
en territorio finlandés.



-El gobierno parece preparado para enviar la solicitud de adhesión…



Sí. El presidente Sauli Niinistö siempre sostuvo que para ingresar a la OTAN
debía llevarse a cabo un referéndum. Ahora él y casi todos sostienen que no
es necesario porque, primero, no hay tiempo, y segundo, se nota en la
opinión pública que la opinión, desde el 24 de febrero, es muy
mayoritariamente favorable a la adhesión. Más de 60% a favor y 15/20% en
contra -con algo menos de apoyo entre los jóvenes-. Antes de febrero de
2022, la opinión pública era claramente contraria al ingreso en la OTAN. La
invasión provocó un vuelco.



Los que han cambiado de posición son los socialdemócratas y el Partido de
Centro y más radicalmente aún, los verdes. En los Verdaderos Finlandeses, la
extrema derecha, ha habido cambios internos y parece prevalecer una posición
en favor de la membresía.



-Finlandia fue parte del imperio ruso y tuvo luego una relación compleja con
la Unión Soviética, tiene además una larguísima frontera terrestre con
Rusia. Algunos comparan la invasión de Ucrania con la Guerra de Invierno
1939.



Muchos creen que a Ucrania le está pasando ahora algo similar a lo que le
ocurrió a Finlandia. Hay ahí una analogía concreta: Finlandia había sido
parte del imperio ruso hasta 1917, es decir 20 años antes del ataque de
Stalin, y Ucrania formaba parte de la Unión Soviética hasta hace 30 años. En
ambos casos aparecen como rezagos, primero del imperio y ahora de la URSS. Y
en ambos casos, es el vecino grande contra el pequeño que resiste más allá
de sus fuerzas.



Se supone que Stalin pensaba que sectores de clase trabajadora le daría la
bienvenida al Ejército rojo, por la memoria de la guerra civil finlandesa
entre rojos y blancos, pero se produjo una enconada resistencia nacional que
no fue una victoria de Finlandia pero que sí evitó una invasión total.



Hoy las banderas de Ucrania están en casi todos los espacios públicos de
Finlandia. La idea, además, es que si hay una condena moral y sanciones
económicas, eso no significa que Rusia pare la agresión a Ucrania pero sí
que pensará dos veces antes de atacar a otro país. Y en el imaginario
social, cada tanque ruso destruido en Ucrania es un tanque menos para
invadir Finlandia. Es es muy común esa percepción.



Por otra parte, hay una suerte de militarización mental de la sociedad
finlandesa. Tanto en el apoyo a Ucrania como a la hora de pensar la defensa
nacional: por ejemplo, hay un gran apoyo al aumento del presupuesto militar.




-¿Esto está generando también acercamientos geopolíticos con Suecia?



Entre Finlandia y Suecia hay muchas conversaciones para evaluar una
solicitud conjunta de adhesión a la OTAN . La situación de ambos países es
algo diferente.



El 1948, Finlandia firmó el Acuerdo de Amistad, Cooperación y Asistencia
Mutua con la Unión Soviética de Stalin que plasmó una suerte de neutralidad
de vigilada y duró hasta 1992. Ese tratado le permitió a Finlandia mantener
su independencia y sus sistema democrático pese a estar en una zona de
influencia geopolítica soviética. Eso generó cierta autocensura, en la
política y en la prensa, sobre lo que ocurría en el vecino soviético. Por
eso, hoy se habla de una posible «finlandización» de Ucrania.



Suecia tiene una historia diferente: 200 años de cierto tipo de neutralidad,
sin guerras. Entonces, tienen más bases históricas para pensar que mejor
quedar fuera, mientras que Finlandia ha tenido muchas más guerras y
conflictos con el «vecino grande». Hay un dicho según el cual Suecia va a
luchar contra Rusia hasta el último finlandés. Finlandia es una suerte de
buffer zone frente a Rusia.



Hasta hace poco, se pensaba que una alternativa a la OTAN podía ser una
alianza militar explícita entre Suecia y Finlandia pero con la invasión de
Ucrania el tren para esta opción ya pasó, el peso militar de Suecia no es
tan grande mientras que la OTAN ofrece un paraguas nuclear.



-Alguna vez usted mencionó que la derecha Finlandesa, en el marco del
acuerdo con Moscú, siempre trató de no irritar a Rusia y que durante la
invasión soviética de Checoslovaquia se dio la paradoja de que solo el
Partido Comunista Finlandés emitió una condena. ¿Cuándo se rompió ese statu
quo?



Algunos dirían que hasta el 8 de agosto de 2008, cuando Rusia invadió
Georgia. El ex-primer ministro y ex-ministro de Relaciones Exteriores
finlandés Alexander Stubb habló del «momento 080808». Y En 2018, escribió:
«Diez años desde la guerra en Georgia. 080808 fue un punto de inflexión en
la política mundial. Rusia violó la integridad territorial de Georgia […]».
Luego, otro momento fue la invasión de Crimea en 2014. Y finalmente, el 24
de febrero  de este año.



Para muchos, con la invasión de Ucrania «cayeron las máscaras», ya no se
puede pretender que con el gobierno de [Vladímir] Putin vamos a buscar una
política de entendimiento y amistad sobre bases racionales. La opinión
pública se ha vuelto mayoritariamente muy antirrusa. Stubb declaró al
periódico español El País: « siempre he dicho que la membresía en la OTAN es
un termómetro de la visión de Finlandia sobre Rusia. Pues, ahora mismo, el
termómetro está incandescente».



Incluso en la derecha más radical y xenófoba. Los Verdaderos Finlandeses -un
partido algunos de cuyos miembros visibles del partido sostuvieron
posiciones bastante proPutin y proChina- tienen la presidencia del Comité de
Asuntos Exteriores del Parlamento. Su presidente, Jussi Halla-aho, del ala
más racista del partido, dijo que Finlandia tuvo en el pasado una actitud
ingenua hacia Rusia. En el Parlamento, hay diversas posiciones pero
predomina el apoyo a la adhesión.

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