Historia/ Chavela Vargas y Frida Kahlo: así fue la relación prohibida entre dos mujeres volcánicas. [Andrea Fischer]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Feb 20 13:24:04 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

20 de febrero 2022

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Historia



Chavela Vargas y Frida Kahlo: así fue la relación prohibida entre dos
mujeres volcánicas



Chavela Vargas describió a Frida Kahlo como “un ser de otro mundo”. Entre
tequilas de más y celos, cayó perdidamente enamorada de ella. Ésta es su
historia.



Andrea Fischer

https://www.muyinteresante.com.mx/



Chavela Vargas nunca escondió su lesbianismo. Por el contrario, la noche que
conoció a Frida Kahlo, no tuvo empacho en hacerle saber que estaba
interesada en ella. Conectadas por un amigo en común, las dos mujeres se
encontraban en puntos diferentes de su desarrollo artístico y profesional.
Por una parte, Vargas ya era un referente en las rancheras y boleros
mexicanos; Kahlo apenas despegaba en el círculo de intelectuales que
rodeaban a su pareja itinerante, Diego Rivera.



En el trance del éxito profesional, incluso a mediados del siglo XX, Chavela
Vargas tenía claro que quería algo con Frida Kahlo. Un amigo pintor la
invitó a la Casa Azul, en una de las múltiples fiestas que organizaba Rivera
en Coyoacán, uno de los barrios más bohemios de la Ciudad de México. Ése fue
el día en el que la cantante de rancheras encontró “una golondrina
emprendiendo vuelo” en la uniceja de Frida Kahlo. Ésta es la historia
apasionada de dos mujeres volcánicas.



Al son de ‘Quédate esta noche’



“Fue un deslumbramiento al verle la cara, los ojos”, narró décadas después
Chavela Vargas sobre su primer encuentro con Frida Kahlo. En el documental
que lleva su nombre, Chavela (2017), la mujer asegura que la pintora “no era
un ser de este mundo“:



Como vieja amiga del tequila y el mezcal, Vargas aprovechó el reconocimiento
que tenía entre los invitados para tomar una guitarra y ponerse a cantar. Al
son de Quédate esta noche, Frida Kahlo entendió que no tenía escapatoria: le
sería prácticamente imposible escapar de la energía de una mujer en
erupción.



Y efectivamente: Chavela Vargas se quedó esa noche con Frida Kahlo. Incluso
con Diego en casa, la cantante visitaba a su nueva amante con frecuencia.
Hubo un tiempo, según documentan medios nacionales, en que la pintora le
pidió que se quedara a vivir con ella en la Casa Azul.



Para entonces, era bien sabido que Kahlo llevaba una relación abierta con su
esposo —que tenía un gusto particular por otras mujeres— quien, además,
alentaba sus encuentros con personas de su mismo género.



Las visitas constantes se convirtieron en estancias más prolongadas. Entre
sexo, cafés y conciertos privados en Coyoacán, su relación se hizo estrecha
y cariñosa. Vargas contaba que, desde el estudio en la Casa Azul, le cantaba
a Frida Kahlo todos los días —incluso cuando su enfermedad se hizo más
grave, y ya no podía caminar más.



Golondrina que no emprende el vuelo



El fragmento de la carta que Frida Kahlo envió a un amigo suyo sobre Chavela
Vargas es bien conocido. Se conserva como parte del acervo de la Casa Azul,
actualmente un museo en la capital mexicana. En ella, la artista describe su
primer encuentro con la cantante de rancheras. Así lo documenta La Silla
Rota:



“Hoy conocí a Chavela Vargas. Extraordinaria, lesbiana, es más se me antojó
eróticamente. No sé si ella sintió lo que yo pero creo que es una mujer lo
bastante liberal que si me lo pide no dudaría un segundo en desnudarme ante
ella. Cuántas veces no se te antoja un acostón y ya. Ella repito es erótica.
¿Acaso es un regalo que el cielo me envía?,” escribió Kahlo.



Con ese mismo impulso apasionado, Frida Kahlo intentó que Chavela Vargas se
quedara en su casa más tiempo del que la cantante pudo darle. Con el tiempo,
su problema de alcoholismo, mal carácter y franca necesidad de explorar
otros horizontes hicieron que emprendiera el vuelo —mientras la golondrina
que tenía Kahlo entre las cejas no podía despegar.



Para entonces, Kahlo padecía ya consecuencias severas del accidente que tuvo
cuando era joven. Tenía que moverse a veces en muletas; otras, en silla de
ruedas. Según el recuerdo de Chavela Vargas, éstas fueron las palabras de
Frida Kahlo cuando se despidieron definitivamente:



Y no volvió. Y no volvieron.



Chavela Vargas no miró atrás, porque tenía la convicción de “morir en el
escenario” cuando fuera su momento, según documenta El País. Aunque la pena
acongojó durante años a Frida Kahlo, la artista mexicana murió poco tiempo
después, en 1954. Después de varios desencuentros con Diego Rivera, y la
franca desconexión en su columna vertebral, Kahlo murió con dolor en el
cuerpo y en el corazón.



No existe registro de que la cantante de rancheras haya asistido a su
funeral.

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