Debates/ La l骻ica pol韙ica del imperialismo ruso. [Volodymyr Artiukh]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Jun 12 22:18:58 UYT 2022


  _____

Correspondencia de Prensa

12 de junio 2022

 <https://correspondenciadeprensa.com/> https://correspondenciadeprensa.com/

redacci贸n y suscripciones

 <mailto:germain en montevideo.com.uy> germain en montevideo.com.uy

  _____



Debates



La l贸gica pol铆tica del imperialismo ruso



Volodymyr Artiukh *

Sin Permiso, 11-6-2022

https://sinpermiso.info/

Traducci贸n de G. Buster



Adem谩s de en mi trabajo de campo interrumpido en Ucrania (2021), esta contribuci贸n al debate sobre la guerra se basa en mi trabajo de campo en Bielorrusia (2015-2017) y mis conclusiones sobre c贸mo el 'r茅gimen cesarista' de Lukashenka, cuando se enfrent贸 a desaf铆os populares y geopol铆ticos, mut贸 su 'estrategia revolucionaria pasiva' (Artiukh 2020, 2021), para usar el vocabulario de Gramsci. Bas谩ndome en mis conocimientos de Ucrania y Bielorrusia, esbozo la l贸gica pol铆tica de la agresiva expansi贸n territorial de Rusia en el contexto del declive hegem贸nico de Estados Unidos. Afirmo que esta expansi贸n, impulsada por la l贸gica del legitimismo, mediante la cual Rusia ofrece a sus posibles clientes una nueva 'Santa Alianza' antirrevolucionaria, como lo hizo la Rusia zarista en el siglo XIX, engendra un sistema de reg铆menes 'anti-Maidan' que comparten importantes puntos en com煤n culturales y pol铆ticos.



Esta l贸gica pol铆tica, claramente formulada en el discurso de Putin en la ONU de 2015 es consecuencia de un cambio en la estrategia imperialista rusa. Seg煤n el economista pol铆tico Ilya Matveev (2021), el imperialismo ruso transit贸 de la l贸gica econ贸mica a la l贸gica territorial alrededor del a帽o 2014, cuando el estado ruso renunci贸 a la estrategia de expansi贸n de intereses privados empresariales a Ucrania y otras rep煤blicas postsovi茅ticas y comenz贸 a proyectar control pol铆tico sobre estos territorios aun a expensas de los intereses del capital privado. El ejemplo m谩s destacado de esta nueva estrategia fue la anexi贸n de Crimea y el apoyo a los rebeldes prorrusos en el Donbass. Sin embargo, la estrategia parece ser m谩s amplia e incluye la reactivaci贸n de otros 'conflictos congelados' (Georgia 2008, posiblemente Moldavia), participaci贸n en conflictos internos (Ucrania 2014, Bielorrusia 2020, Kazajist谩n 2022), y prestaci贸n de servicios militares (Siria y varios pa铆ses africanos).



El principio central de esta estrategia territorial legitimista fue la conservaci贸n de los reg铆menes neopatrimoniales amenazados por el descontento popular. Los peque帽os estados separatistas del Donbass fueron los primeros de una serie de reg铆menes que comenzaron a aparecer en el espacio postsovi茅tico desde 2014 como reacci贸n a la amenaza real o percibida de las protestas populares. Llamo a estas formas de gobierno "reg铆menes 'anti-Maidan'", en referencia a su primera narrativa legitimadora de resistir las protestas de Maidan en Ucrania. Lo que los une es el hecho de que son reacciones a los levantamientos populistas, fomentan la desmovilizaci贸n en lugar de la movilizaci贸n de sus poblaciones y se basan en la coerci贸n policial y militar en lugar de proyectos hegem贸nicos. A medida que las 茅lites amenazadas se unieron a esta Santa Alianza, sus reg铆menes se transformaron en consecuencia: estos incluyen la Siria de Assad, la Bielorrusia de Lukashenka, m谩s recientemente, Kazajst谩n y las regiones recientemente ocupadas de Ucrania. Trayendo esta l贸gica de regreso a casa, el propio r茅gimen ruso ha sufrido una transformaci贸n hacia un estado policial autoritario con tendencias posfascistas.



Este proyecto debe remontarse a la continua crisis org谩nica que estall贸 en 2008 e hizo posible la situaci贸n que tuvo lugar en v铆speras del levantamiento de Maidan de 2013. Las protestas de Maidan en Ucrania fueron una de las 'movilizaciones mundiales' locales (Kalb & Mollona, 鈥嬧2018) contra los reg铆menes neopatrimoniales neoliberalizados bajo la tensi贸n de la crisis, cuyo mejor ejemplo es la Primavera 脕rabe. Surgidos en la condensaci贸n territorializada de las pasiones pol铆ticas, tales levantamientos ten铆an sus ra铆ces en algo parecido al mito pol铆tico de Sorel, capaz de crear una divisi贸n entre 'nosotros' y 'ellos', pero incapaz de producir un cambio duradero debido a la falta de marcos organizativos y liderazgo. Por lo tanto, fueron los grupos violentos m谩s radicales los que aprovecharon tales movimientos, los condottieri contempor谩neos que, sin embargo, no supieron encarnar la voluntad colectiva (Gopal, 2020).



Estos reg铆menes neopatrimoniales posdesarrollistas se encontraban en diferentes etapas de declive y con diferentes relaciones con sus vecinos. Por lo tanto, los reg铆menes de T煤nez y Bielorrusia, al poder confiar en sus patrocinadores y tener estados m谩s fuertes, pudieron cooptar los levantamientos en la continuidad de sus estrategias revolucionarias pasivas. Otros sufrieron la intervenci贸n de sus vecinos, como sucedi贸 en Bahrein, Yemen y Ucrania. Y otros se sumergieron en una guerra civil prolongada, como Libia o Siria, y se convirtieron en campo de batalla de los imperialismos estadounidense, turco y ruso en competencia.



Contrariamente a una idea preconcebida ampliamente difundida, Estados Unidos mostr贸 el fracaso de su hegemon铆a frente a estas situaciones. Aqu铆 uso 'hegemon铆a' en un sentido Gramsciano-Arrigiano, como un conjunto de instituciones e ideolog铆as respaldadas por la potencialidad del uso de una fuerza cre铆ble que puede superar las crisis y alinear los intereses de las 茅lites centrales y perif茅ricas. Mientras que el banco central de EEUU logr贸 mitigar con relativo 茅xito la crisis de 2008 en Europa, no logr贸 establecer el orden en su periferia (Tooze, 2019). De manera similar, las operaciones militares estadounidenses trajeron consecuencias no deseadas. Una vez que se abri贸 este agujero hegem贸nico y EEUU mostr贸 su debilidad, surgi贸 un 'show de mierda', en palabras de Obama, ya que los contendientes inmediatamente se pusieron en acci贸n ofreciendo su ayuda para restablecer el orden.



Un contendiente hegem贸nico fue Rusia, uno de los reg铆menes neopatrimoniales cuyo declive apenas comenzaba a manifestarse. Los primeros signos de este declive aparecieron en las protestas de la clase media urbana de 2011-2013 y fueron reprimidas r谩pidamente. Dado que la dominaci贸n en las relaciones internacionales, seg煤n Gramsci, es una extensi贸n de los modos de dominaci贸n de la clase dominante, el sistema ruso de dependencias internacionales neopatrimoniales tambi茅n se estaba debilitando. Rusia elabor贸 una doctrina de apoyo a los 'reg铆menes leg铆timos' contra la guerra h铆brida emprendida por occidente (G枚ransson, 2021). Como alternativa a la vacilante hegemon铆a estadounidense basada en la 'promoci贸n de la democracia', incluido el apoyo a los levantamientos populares, Rusia present贸 la oferta de una Santa Alianza para el siglo XXI. En t茅rminos gramscianos, esta era la oferta de preservaci贸n del bloque hist贸rico que se basa en la dominaci贸n cesarista m谩s que en la hegemon铆a. As铆, frente a la vacilante hegemon铆a estadounidense, Rusia ofreci贸 un sistema internacional de dominaci贸n sin hegemon铆a. Tal oferta resolver铆a dos tareas: reforzar la dominaci贸n del r茅gimen interno ruso y garantizar la estabilidad de los reg铆menes de los estados que se unieran a la Santa Alianza.



A partir de ella es posible comprender los desarrollos posteriores a Maidan. La ca铆da de Yanukovych se帽al贸 la fragilidad de los reg铆menes neopatrimoniales y, por lo tanto, amenaz贸 a Rusia como proveedor de garant铆as de seguridad despu茅s de que Yanukovich hubiera aceptado su oferta a fines de 2013. La d茅bil calidad pol铆tico-m铆tica del levantamiento de Maidan termin贸 en la escisi贸n entre 'nosotros' y 'ellos', alienando as铆 a una parte considerable de la poblaci贸n de Ucrania (Zhuravlev & Ishchenko, 2020). Como era de esperar, sigui贸 la etapa del condotierismo de extrema derecha que ampli贸 a煤n m谩s la divisi贸n. Europa estaba desorientada y EEUU ten铆a dudas de involucrarse en otro 'show de mierda'. La anexi贸n de Crimea y el atentado de la guerra civil en Ucrania fue la aplicaci贸n l贸gica de la doctrina del legitimismo. Este primer movimiento fue t铆picamente cesarista, una operaci贸n especial de la "guardia pretoriana" de Putin.



Los analistas rusos esperaban que el gobierno posterior a Maidan no se diferenciara mucho del anterior y, por lo tanto, necesitar铆a un proveedor de seguridad contra la amenaza separatista que la propia Rusia alimentaba. Los l铆deres rusos tambi茅n sab铆an que ni la UE ni los EEUU estar铆an dispuestos a convertirse en tales proveedores en la medida necesaria. por lo tanto, ofrecieron el paquete de los llamados acuerdos de Minsk que era una consagraci贸n militar-diplom谩tica de la victoria militar de Rusia sobre el d茅bil r茅gimen post-Maidan. Los acuerdos de Minsk preve铆an la presencia de las fuerzas pol铆ticas y militares rusas de facto dentro de un estado federal ucraniano que potencialmente ganar铆a la subsiguiente guerra civil (Koshiw, 2022). La UE no tuvo m谩s remedio que tratar de congelar la situaci贸n de 'ni guerra, ni paz' 鈥嬧媍on la esperanza de que se resolver铆a sola en el futuro.



Sin embargo, las autoridades de Kyiv y los herederos de los condottieri de Maidan lucharon para evitar esta situaci贸n con u帽as y dientes. Impusieron el consenso post-Maidan, aprovechando la brecha abierta por las pasiones pol铆ticas de Maidan y apoyadas por los condottieri. Con una ayuda limitada de la UE y los EEUU, las autoridades de Kyiv lograron restablecer las instituciones estatales y reconstruir el ej茅rcito. Occidente no tuvo m谩s remedio que aceptar el nuevo cesarismo de Kyiv. Esta vez, Rusia decidi贸 esperar mientras desarrollaba las rep煤blicas separatistas en el Donbass, como puesto de avanzada para la batalla que se avecinaba.



Para entonces, las LNR/DNR, mantenidas unidas por el perpetuo estado de emergencia y las duras represiones contra los activistas pol铆ticos, culturales y laborales disidentes, se convirtieron en una zona gris controlada por las agencias p煤blicas y privadas rusas (Savelyeva, 2022). Habiendo consolidado su soberan铆a sobre el puesto avanzado anti-Maidan en el Donbass, Rusia reclam贸 un 茅xito indiscutible en Siria, al reimponer el gobierno de Assad sobre la mayor parte del pa铆s y enterrar los restos del levantamiento de 2011. Finalmente, la Bielorrusia posterior a 2020, que pas贸 del populismo autoritario a un estado policial totalmente dictatorial (Artiukh, de pr贸xima publicaci贸n), fue sin duda el caso m谩s exitoso de la asistencia internacional de Rusia dentro de la Santa Alianza. De manera similar a la direcci贸n de LNR/DNR, Lukashenka construy贸 su legitimidad posterior a la protesta como un salvador del pa铆s que bland铆a una ametralladora frente a un intento de golpe de Estado inspirado en Occidente, que se comparaba expl铆citamente con Maidan en Ucrania. El apoyo pol铆tico, medi谩tico y econ贸mico de Rusia no solo logr贸 estabilizar el r茅gimen de Lukashenka, sino que tambi茅n logr贸 vincularlo a Rusia, asegurando as铆 una base militar.



Esta serie de 茅xitos en el contexto de los fracasos estadounidenses y europeos envalenton贸 a las 茅lites rusas. Mientras que Rusia restablec铆a el poder de Assad en Siria, exportaba sus servicios a varios pa铆ses africanos y reprim铆a las protestas en casa, EEUU estaba sumido en el 'show de mierda' de Trump internamente, casi perdiendo aliados de la OTAN, anunciando un giro hacia Asia y derrotado miserablemente en la retirada de Afganist谩n. El 煤nico asunto pendiente para la Santa Alianza era Ucrania. Desde principios de 2020, Rusia comenz贸 a integrar los peque帽os estados separatistas del Donbass en la esfera ideol贸gica, econ贸mica y pol铆tica rusa, al mismo tiempo que presionaba a las autoridades ucranianas para que implementaran r谩pidamente la parte pol铆tica de los acuerdos de Minsk.



Despu茅s de un breve coqueteo con Putin, el gobierno de Zelensky se dio cuenta de que no pod铆a restablecer la soberan铆a sobre las regiones separatistas si el proceso de Minsk era supervisado por Rusia mientras que los nacionalistas ucranianos cuestionaban esta pol铆tica internamente. Las acciones de Rusia insinuaron la posibilidad de integrar completamente estos peque帽os estados en Rusia, siguiendo el ejemplo de Crimea, o usarlos como el puesto de avanzada del 'mundo ruso', como se proclamaba en la doctrina ideol贸gica de LNR/DNR a principios de 2020. Seg煤n algunos analistas, ese es el momento en que las autoridades rusas comenzaron a prepararse para la eventualidad de una operaci贸n militar completa contra Ucrania. Los siguientes pasos eran solo una cuesti贸n de tiempo y oportunidad.



Esta oportunidad lleg贸 a fines de 2021 o principios de 2022. Convergieron muchos factores que debilitar铆an a Occidente y envalentonar铆an a Rusia, y las 茅lites rusas lo entendieron.  Estados Unidos y Europa no solo fueron golpeados por la pandemia, sino que tambi茅n pasaron por transiciones pol铆ticas: el nuevo y d茅bil presidente en Estados Unidos, que continu贸 el giro hacia Asia, el nuevo canciller en Alemania y las pr贸ximas elecciones en Francia. Las cosas iban mucho mejor para Rusia: Bielorrusia estaba segura bajo el control de Rusia como un s铆mbolo de la Santa Alianza, la econom铆a de Rusia se estabiliz贸 y acumul贸 los mayores recursos de su historia, la operaci贸n especial ultrarr谩pida en Kazajst谩n demostrar铆a que Rusia era un proveedor confiable de seguridad . En consecuencia, Rusia anunci贸 su asalto a la primera amenaza de guerra de abril de 2021, que aparentemente abri贸 un di谩logo en materia de seguridad estrat茅gica entre EEUU y Rusia.



Zelensky probablemente era consciente del peligro que se avecinaba, por lo tanto, intensific贸 la represi贸n del dominio pol铆tico interno e intent贸 mejorar el ej茅rcito tanto como fuera posible mientras se aferraba al alto el fuego en el Donbass. Esperaba encontrar el equilibrio para salir del estrecho camino que ten铆a delante. Mientras tanto, Rusia lanz贸 otro ultim谩tum en diciembre de 2022, exigiendo la retirada de la infraestructura de la OTAN de los pa铆ses del antiguo Pacto de Varsovia, adem谩s de la prohibici贸n de aceptar nuevos miembros en la OTAN. Al igual que el ultim谩tum de Austria a Serbia en 1914, el de Putin tampoco estaba destinado a cumplirse. Despu茅s de algunos reveses iniciales, el ej茅rcito ruso ha seguido ocupando el territorio de Ucrania m谩s all谩 de LNR/DNR, manteniendo deliberadamente vagos los objetivos pol铆ticos de la guerra.



Tres meses despu茅s de la guerra, los territorios reci茅n ocupados en el sur de Ucrania est谩n controlados por los m茅todos desarrollados por otros reg铆menes anti-Maidan, principalmente Bielorrusia y LNR/DNR. El tremendo 茅xito de la represi贸n de Lukashenka contra quienes protestaron por los resultados de las elecciones injustas de 2020 se bas贸 en una brutalidad policial sin precedentes, largas penas de prisi贸n y la desmoralizaci贸n de los disidentes.  Habiendo abandonado su caracter铆stico populismo, Lukashenka demostr贸 que la fuerza bruta por s铆 sola podr铆a funcionar si las personas est谩n lo suficientemente atomizadas en las ciudades y en las f谩bricas. Las manifestaciones masivas iniciales contra la ocupaci贸n rusa se dispersaron a medida que Rusia reforz贸 su capacidad policial en la retaguardia del ej茅rcito invasor. Hay informes de activistas pol铆ticos secuestrados y torturados, repitiendo la experiencia del Donbass. Uno de los m茅todos utilizados en Bielorrusia, la sistem谩tica grabaci贸n en video de las autodenuncias forzadas, se repiti贸 recientemente en el Oblast de Kherson, donde las personas contrarias a la ocupaci贸n se vieron obligadas a disculparse en la c谩mara y decir que "completaron un curso de desnazificaci贸n". Esto no va acompa帽ado de ninguna narrativa ideol贸gica coherente; en cambio, los medios rusos proyectan una mezcla salvaje de s铆mbolos sovi茅ticos, zaristas y vagamente fascistas cuyo 煤nico prop贸sito es intimidar y mostrar que la resistencia es in煤til (Artiukh, 2022).



Mientras constru铆a el sistema de reg铆menes anti-Maidan, Rusia tambi茅n se transform贸 de una 'democracia administrada' en un estado policial con tendencias posfascistas que impone una mezcla posmoderna de ideolog铆as que no est谩n destinadas a convencer verdaderamente a las masas (Budraitskis, 2022). ). Si Estados Unidos presidi贸 el surgimiento del mundo postsovi茅tico al promover libros de texto neoliberales y no logr贸 crear un paradigma de seguridad hegem贸nico, la estrategia anti-Maidan de Rusia ha conseguido el fin de la era postsovi茅tica al destruir todos los restos de la civilizaci贸n sovi茅tica que los estados sucesores mantuvieron. Por un lado, esta la "descomunistizaci贸n" simb贸lica: desde la destrucci贸n literal de los monumentos en Ucrania hasta la zombificaci贸n de los s铆mbolos sovi茅ticos que se han convertido en s铆mbolos de las conquistas coloniales de la Federaci贸n Rusa. Por otra parte, la "descomunistizaci贸n" pol铆tica y econ贸mica: la delegitimizaci贸n de las fronteras de las antiguas rep煤blicas y la destrucci贸n de los centros de la industrializaci贸n sovi茅tica en el Donbass, Mariupol o Kharkov. El largo declive de la pax postsovietica casi ha terminado.



* Volodymyr Artiukh  investigador postdoctoral en COMPAS con el proyecto financiado por ERC, "Emptiness: Living Capitalism and Democracy after (Post) Socialism". Obtuvo su doctorado en Sociolog铆a y Antropolog铆a Social en la Universidad de Europa Central en 2020 con una disertaci贸n sobre control laboral y burocr谩tico en Bielorrusia. Sus intereses de investigaci贸n incluyen la antropolog铆a del trabajo y la migraci贸n en los pa铆ses postsovi茅ticos, la antropolog铆a del populismo y el estudio de la hegemon铆a en Europa del Este.

  _____





--
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electr贸nico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus


------------ pr髕ima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20220612/fbbc03be/attachment-0001.htm


M醩 informaci髇 sobre la lista de distribuci髇 Boletin-prensa