Argentina/ La devaluación de las promesas. el primer mes de Massa como "superministro". [Pablo Anino]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Sep 1 23:41:36 UYT 2022


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Correspondencia de Prensa

1° de septiembre 2022

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Argentina



El primer mes de Massa: la devaluación de las promesas



Pablo Anino *

El Juguete Rabioso

Newsletter, 1-8-2022



El próximo sábado 3 de septiembre se cumplirá un mes desde que Sergio Massa
asumió como “superministro” de Economía. En su primera conferencia de
prensa, realizada en el Palacio de Hacienda, Massa realizó anuncios
económicos ordenados alrededor de cuatro ejes: 1) orden fiscal; 2) superávit
comercial; 3) fortalecimiento de reservas; 4) desarrollo con inclusión.



Aunque un mes es poco tiempo para evaluar una gestión, resalta el lento
avance en relación a las expectativas que Massa generó sobre sí mismo: se
postuló como el Mesías que llegaba para salvar la economía.



En el “orden fiscal” es donde más avances puede exhibir, aunque para los
“mercados” y para las metas acordadas con el FMI aún resulta insuficiente.
En los otros ejes, el panorama sigue embarrado. Ni que decir que el eje de
“desarrollo con inclusión”, que fue postulado en último orden, no tiene
perspectivas de lograrse, ni en el corto, ni en el mediano, ni en el largo
plazo.



Massa ratificó las restricciones presupuestarias que había impulsado la
efímera ministra, Silvina Batakis: entre otras, el congelamiento de la
planta de la administración pública nacional, centralizada y
descentralizada, la “cuenta única del Estado” para secar de efectivo a los
organismos públicos. Pero al “no vamos a gastar más de lo que tenemos”
pronunciado por Batakis, el “superministro” lo convirtió en una suerte de
“vamos a gastar mucho menos de lo que tenemos”.



Es lo que ocurre con los recortes anunciados a través de la decisión
administrativa 826/2022, firmada por Massa y por Juan Manzur: allí se
decidió podar los fondos disponibles para educación (jardines de infantes,
Conectar Igualdad, infraestructura), salud y para el plan Procrear, entre
otros tijeretazos, que suman un total de $128 mil millones.



A este ajuste, se agrega una práctica de atraso en los pagos y en la
ejecución de las partidas presupuestarias vigentes. Hay varias áreas del
Estado que sufren el envío de recursos a cuenta gotas por parte Economía.
Tal vez algo de esto queda expuesto con las denuncias y manifestaciones
contra los atrasos en los pagos de las prestaciones para la discapacidad.



No es una novedad. De hecho, es lo que hizo Guzmán para cerrar las cuentas
el segundo trimestre en función de las metas fondomonetariastas: atrasó
hasta los pagos de los censistas del Censo de Población. Para cumplir con el
FMI, Economía va a retrasar los pagos de todo, todo lo que pueda.



La inflación hace el resto del ajuste que no se anuncia, pero que es igual
de efectivo para diluir partidas presupuestarias.



El poder financiero



El recorte presupuestario avanza por el hilo más débil. Tiene la función de
reorientar el gasto público hacia el pago de la deuda, que este año, a pesar
de ser un año de vencimientos bajos por las reestructuraciones de Guzmán con
los lobos de Wall Street y con el FMI, insumirá $1,2 billones: esos pagos se
llevan el 7,3 % del presupuesto nacional, superando los presupuestos de
educación (6,4 %) y salud (4,26%).



Uno de los logros de Massa en su primer mes fue un canje de la deuda en
pesos, el cual le permitió patear vencimientos por $2 billones hacia el año
próximo. El logro es parcial: gran parte de la deuda canjeada está en manos
de organismos públicos. No obstante, el canje fue aceptado por el sistema
financiero local.



Para eso ofreció bonos con cobertura frente a la suba del dólar y de la
inflación (en este caso más un cupón): es decir, ofreció tasas de interés
exorbitantes en favor del capital financiero. El aumento de la tasa de
interés implica más gasto público en concepto de deuda. El contraste es
claro, se recorta en jardines de infantes, en Conectar Igualdad, en
infraestructura educativa, en viviendas, mientras por otro lado se eleva el
gasto público en pago de servicios de la deuda.



Un reporte de Economía previo a la asunción de Massa indicaba que la deuda
en pesos tenía un stock de 11 billones en junio
(https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/informe_deuda_ars_-_junio_
22.pdf) A “ojímetro” se puede estimar que por cada punto que sube la tasa de
interés, esa deuda insume un gasto público adicional por pago de intereses
de $110 mil millones. Pero la tasas de interés que ofrece Economía no subió
un punto. Subió varios. De esto se puede deducir que los pagos de deuda
incrementales por la suba de tasas superan con creces el “ahorro” por los
recortes presupuestarios y quita de subsidios energéticos.



Esa deuda en pesos de Economía es una bola de nieve que no para de crecer.
Otro tanto ocurre con la deuda del Banco Central, estimada en unos $ 7
billones y que implica un déficit cuasi fiscal de unos $2,3 billones
anuales. No solo eso. Hacia fines de 2024, se incrementan fuertemente los
pagos de deuda en dólares. La presión por el recorte de partidas por hilo
más débil se reforzará.



La metástasis de los tarifazos



Batakis logró implementar la famosa declaración jurada para avanzar en la
segmentación tarifaria que no había logrado poner en práctica Martín Guzmán
debido al asedio del kirchnerismo. Aquella oposición de los funcionarios que
responden a Cristina Fernández de Kirchner parece un recuerdo de un pasado
lejano.



Sin que le tiemble el pulso y sin encontrar ningún reparo dentro del Frente
de Todos, Massa extendió el tarifazo en gas y electricidad al ámbito del
agua.
(https://www.laizquierdadiario.com/Segmentacion-un-eufemismo-para-no-hablar-
de-tarifazos) No solo eso. También amplió la cantidad de usuarios que
recibirán facturas con aumento. El 10 % de usuarios que se suponían “ricos”,
según los cálculos de Guzmán, y que pasarían a pagar la tarifa plena de
electricidad y gas se extendió hasta comprender a alrededor del 30 % de los
que utilizan la electricidad. Se trata de aquellos que no pidieron mantener
los subsidios porque desconocían que tenían que presentar la declaración
jurada, porque no pudieron hacerlo o porque decidieron no hacerlo.



Las facturas de electricidad de los usuarios a los que se les quita todo el
subsidio tendrán un aumento de manera progresiva: podría llegar al 170 % en
febrero del año próximo, según cálculos moderados que realizan especialistas
del sector. En los comercios, las facturas podrían aumentar alrededor de 140
%. Pero aquellos usuarios que solicitaron conservar los subsidios y consumen
más de 400 kwh al mes (o 550 kwh para las localidades que no cuenten con gas
natural por redes) deberán pagar la tarifa plena por el consumo que exceda
ese parámetro.



Las beneficiarias de los aumentos de tarifas, entre otras empresas del país,
serán Edenor y Edesur. La primera pertenece a Daniel Vila y José Luis
Manzano, los promotores de Massa, y a Mauricio Filiberti, dueño de una
compañía que es la principal proveedora de productos de potabilización de
AySA, presidida por Malena Galmarini, cónyuge del “superministro”. Edesur
tiene como accionista a Nicolás “Nicky” Caputo, el amigo del alma de
Mauricio Macri. Caputo también tiene otros negocios en la electricidad, como
ser accionista de Central Puerto, una de las mayores generadoras de energía
eléctrica del país. Es decir, la política tarifaria de Massa beneficia al
hombre que Cristina Fernández de Kirchner puso en el centro de su defensa en
la Causa Vialidad
(https://www.laizquierdadiario.com/Corrupcion-capitalismo-y-justicia) al
imputarle conversaciones turbias con José López, el revoleador de bolsos en
los conventos.



En el caso del gas, también pagarán la tarifa plena durante los primeros
meses de 2023 quienes no solicitaron mantener los subsidios. En el Boletín
Oficial de este miércoles 31 de agosto, el Enargas estableció nuevos cuadros
tarifarios con aumentos que podrían llegar al 107 %. En cuanto al agua, se
quitarán los subsidios a todos los usuarios, excepto a aquellos que pagan la
tarifa social. Según criterios de zonificación que existen en su marco
regulatorio, desde noviembre AySA quitará totalmente los subsidios en zonas
consideradas altas. En el resto, la quita será progresiva hasta marzo (nivel
medio y bajo) o hasta mayo (nivel bajo). Los tarifazos van haciendo
metástasis hasta alcanzar una gran parte del cuerpo de los usuarios de
servicios públicos.



No cede…



Los tarifazos en los servicios públicos alimentarán la inflación durante los
próximos meses. La inercia inflacionaria de julio con el 7,4 % de aumento de
precios se mantuvo, aunque con cierta moderación, durante agosto: las
estimaciones privadas indican que la inflación del octavo mes del año no
bajaría del 6 %. En el río revuelto inflacionario, las empresas remarcan sin
piedad con el bolsillo de las trabajadoras y trabajadores.



Es lo que se observa en la industria alimenticia. Los comercios denuncian
que recibieron productos de empresas como Arcor, Mondelez o Granix con
aumentos que en algunos casos superan el 10 %. No solo eso. Las primeras
marcas industriales realizan ventas cuotificadas de harina, aceite, azúcar,
cervezas, café, entre otros productos, a la espera de definir nuevos
precios. La contrapartida de esos aumentos es la mejora de las ganancias que
reflejan los balances contables de varias empresas alimenticias.



El último Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central ubica
las proyecciones de inflación de 2022 en 90,2 %. El poder de compra de los
salarios, que venía golpeado, sufrió un nuevo shock con la inflación de los
meses recientes. El encuentro para recuperar los salarios, que Massa anunció
para el 11 de agosto en su primera conferencia de prensa, todavía no fue
convocado. Ni siquiera se activó con la marcha de la CGT contra nadie.



¿La “máquina de dólares”?



Massa aseguró que pondría en funcionamiento una “máquina de dólares”. De
hecho, en su primera conferencia de prensa aseguró que traía bajo el brazo
un ingreso de U$S5.000 millones por adelanto de exportaciones que había
acordado con sectores empresariales. Pasaron cosas. Los dólares no aparecen.
Las reservas brutas del Banco Central pasaron de ser U$S37.819 millones el
día que asumió el “superministro” a terminar en U$S36.841 millones el 29 de
agosto (último dato disponible). Las reservas netas, directamente, están en
terreno negativo, según varias estimaciones privadas.



Mientras tanto, el gobierno lanzó un festival de beneficios para que las
empresas aumenten las exportaciones. Estos días, anunció retenciones cero en
las exportaciones incrementales de la industria automotriz. Previamente,
había otorgado beneficios a la producción de gas y petróleo; en las próximas
jornadas implementaría un régimen especial para las mineras con acceso
privilegiado al dólar.



La tensa calma en los dólares paralelos tiene como principal factor
explicativo el aumento de tasas de interés en la deuda pública en pesos y en
la deuda del Banco Central: un relativo incentivo para “invertir” en moneda
nacional. Pero la escasez de dólares impide que los fantasmas de la
devaluación desaparezcan. A la falta de dólares, estos días se sumó la
“filtración” de un documento del recientemente asumido viceministro, el
polémico Gabriel Rubinstein, que propone una devaluación del 50 % para
llevar la cotización del dólar oficial a $200. Hay que prestar atención a
este número.



El documento es de fines de julio, previo a que asuma Massa. El propio
Rubinstein se vio obligado a desmentir una inminente devaluación. No
obstante, luego del fracaso del “dólar soja”, todos los trascendidos indican
que estos días habría un anuncio en favor del “agropower”: por un tiempo
limitado habría un dólar a $200 para la soja (la cotización de Rubinstein) o
un bono que otorgaría el Estado equivalente al 30 % de las exportaciones a
los agroexportadores para pagos de impuestos, lo cual es casi sinónimo de
quitar las retenciones.



El primer mes de Massa en Economía es ilustrativo de ganadores y perdedores
en la “etapa superior” del Frente de Todos.



Cosas para cuando las horas bajan



“Europa se dirige a la recesión. ¿Qué tan malo séra?”, titula The Economist,
el tradicional periódico económico británico. La guerra de Rusia contra
Ucrania, una recuperación desigual de la pandemia del Covid-19 y una sequía
en gran parte del continente son los factores detrás de la crisis
energética, de la alta inflación, de las interrupciones del suministro
energético y de una enorme incertidumbre sobre el futuro. Se puede leer acá.



El economista marxista Michael Roberts explica en el “Agujero de Jackson”
(en referencia a Jackson Hole, el sitio donde se desarrollan los encuentros
anuales de la FED de los Estados Unidos) que el país del norte del
continente presenta signos que indican que quizás ya esté en recesión. (Leer
artículo en:
https://thenextrecession.wordpress.com/2022/08/27/down-the-jackson-hole/)



El mundo que nos rodea no trae buenas noticias. En parte, la recesión es
inducida por el combate a la inflación vía la suba de tasas. ¿Llevará a la
misma situación la suba de tasas del Frente de Todos? Esperar y ver.



* Pablo Anino, es Licenciado en Economía con Maestría en Historia Económica.
Es docente en la UBA (Universidad de Buenos Aires). Milita en el Partido de
los Trabajadores Socialistas (PTS). Es columnista de economía en el programa
de radio El Círculo Rojo y en La Izquierda Diario.

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