Venezuela/ El protagonismo de Petro para desbloquear la lucha política. [Humberto Márquez]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Abr 28 09:53:00 UYT 2023


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Correspondencia de Prensa

28 de abril 2023

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Venezuela



Petro desbloquea la lucha política



Protagonista inesperado



El presidente colombiano consiguió que 20 gobiernos, entre ellos Estados
Unidos y varios miembros de la UE (Unión Europea), se comprometieran a
desmontar las sanciones sobre Caracas a medida  que se avance en organizar
elecciones libres y transparentes.



Humberto Márquez, desde Caracas

Brecha, 28-4-2023

https://brecha.com.uy/



Los reflectores políticos y mediáticos se habían apartado de la larga crisis
venezolana, marcada por dos décadas de aguda y repetitiva polarización
política, el desplome de su economía y la migración de millones de sus
habitantes a países vecinos. Pero he aquí que ahora han vuelto, guiados por
una de las figuras de la nueva oleada de izquierda y centroizquierda que
accede al poder en América Latina, el presidente de la vecina Colombia,
Gustavo Petro.



Los contendores, el oficialismo del presidente Nicolás Maduro y los
principales partidos de oposición nucleados en la Plataforma Unitaria (PU),
se comprometieron a un diálogo en 2021 y apenas celebraron dos reuniones. La
última, el pasado noviembre en México, acordó trabajar por traer al país
3.000 millones de dólares represados en bancos de países que han sancionado
al gobierno venezolano (acusándolo de ilegítimo y alegando que viola
derechos humanos y dinamita la democracia).



Esos recursos, para programas sociales bajo el manto de las Naciones Unidas,
permanecen retenidos y el oficialismo ha rehusado volver a la mesa de
negociación -diseñada para buscar acuerdos tanto en materia social como
política- en tanto no se concrete su liberación y entrega.



Bloqueados como estaban el diálogo y la negociación, el Partido Socialista
Unido, en cuyas manos están todos los poderes en Venezuela, incluido el
electoral, mantiene la incógnita de cuándo se hará la elección presidencial
para el sexenio enero 2025-enero 2031. Y los disminuidos partidos opositores
–varios proscritos, suplantadas sus autoridades por orden judicial,
exiliados varios de sus líderes e inhabilitados otros para optar a cargos
públicos– se desgastan en armar una elección primaria para escoger a un
abanderado unitario.



El entorno internacional mostraba hasta ahora posiciones mineralizadas, con
Estados Unidos, Canadá y parte de Europa rechazando a Caracas, la izquierda
latinoamericana, en cambio, reconociendo a Maduro y Venezuela tejiendo
alianzas con actores que confrontan a Washington: Rusia, China, Irán, Cuba y
Turquía.



Entra Petro



Apenas asumió, el pasado 7 de agosto, Petro rompió con el simbólico
«gobierno interino» que sostenía parte de la oposición venezolana con el
joven dirigente Juan Guaidó como cabeza y viajó cuatro veces a Caracas para
dialogar con Maduro, abriendo las fronteras que estuvieron cerradas al
comercio y a las personas desde 2019 y procurando entendimientos rápidos en
todos los temas de interés bilateral.



Como parte de esa ofensiva política, diplomática y económica, convocó una
conferencia internacional sobre la situación política de Venezuela para el
25 de abril, a la que asistieron las cancillerías de 20 países: Alemania,
Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, España, Estados Unidos,
Francia, Honduras, Italia, México, Noruega -facilitador de las negociaciones
en México-, Portugal, Reino Unido, San Vicente y las Granadinas, Sudáfrica,
Turquía, y el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores
y Política de Seguridad, Josep Borrell.



Mientras Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Chile e Italia son críticos
con Maduro, otros gobiernos son sus aliados, como Bolivia, Honduras, San
Vicente y Turquía, y lo apoyan con matices Argentina, Brasil y México.



Petro claramente se abstuvo de invitar a gobiernos sudamericanos escorados
hacia la derecha: Ecuador –pese a que alberga a medio millón de migrantes
venezolanos-, Paraguay, Perú –sus relaciones han estado a punto de la
ruptura- y Uruguay, a pesar de que su capital albergó en 2019 otra
conferencia internacional para consultas sobre Venezuela, en lo que se llamó
Mecanismo de Montevideo, ya olvidado.



La conferencia de Bogotá adoptó un texto de apenas 250 palabras para decir
que «se identificaron posiciones comunes» en torno a tres temas: necesidad
de un cronograma electoral «que permita la celebración de elecciones libres,
transparentes y con plenas garantías para todos los actores venezolanos»,
que los pasos acordados entre el gobierno y la plataforma opositora «vayan
en paralelo con el levantamiento de las distintas sanciones» y que con el
proceso de negociación que facilita Noruega se acelere la implementación del
fondo previsto para inversión social en Venezuela.



Los participantes también decidieron reunirse de nuevo para examinar el
seguimiento de sus propuestas, lo que se interpretó como que los 20
conferenciantes pueden constituir un nuevo grupo de amigos del proceso.



Lo que busca Petro



El mandatario colombiano se muestra como un líder regional y no solo
colombiano, que busca más consensos que disensos y que promueve la
democracia y los derechos humanos. Aboga por el retorno de Venezuela al
sistema interamericano de derechos humanos y a la Organización de los
Estados Americanos, instancias de las que se separó hace varios años.
También querría ser una pieza clave ante iniciativas políticas o
estratégicas de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) en la región,
mientras regionalmente plantea unidad en defensa de temas ambientales y
climáticos.



Pero, muy importante, con la reciente conferencia atiende a un vecino que es
socio estratégico obligado en temas comerciales, de migración –a Colombia
han ido 2,5 millones de venezolanos– y en la paz que Petro busca con los
grupos armados –desde guerrilleros hasta narcotraficantes– que son
particularmente beligerantes en las zonas de frontera.



Lo que quiere Maduro



Básicamente, lo que busca el presidente venezolano es que se levanten las
sanciones sobre los entes del Estado, en primer lugar, la industria
petrolera y el sistema financiero, y sobre decenas de autoridades militares
y civiles –comenzando por él mismo– y sus asociados. Quiere, además, que se
desbloqueen recursos de oro y dinero retenido en bancos del Norte y que se
active el fondo social pactado en México para aliviar las cargas del Estado.
Reclama también la liberación de Alex Saab, un empresario de origen
colombiano, gestor de importaciones y otros negocios, a quien Caracas
acredita como diplomático venezolano y está procesado por lavado de activos
en Estados Unidos. El presidente del parlamento, Jorge Rodríguez, negociador
jefe del gobierno, llegó a incluir en la lista de condiciones para proseguir
el diálogo que la Corte Penal Internacional de La Haya suspenda la
investigación que adelanta por alegados crímenes de lesa humanidad cometidos
en Venezuela.



Entretanto la oposición



Los opositores buscan elegir a un candidato presidencial único el próximo
octubre para enfrentar a Maduro, quien buscaría un tercer mandato
consecutivo. La PU quiere que los nombres, los símbolos y las sedes se
devuelvan a los partidos intervenidos por decisiones del Tribunal Supremo.
Que se rehabilite a los dirigentes sancionados con inhabilitación política,
entre ellos varios aspirantes presidenciales. Que sean liberados los más de
260 presos políticos (civiles y militares). Que se actualice el registro
electoral, se adopten medidas contra el ventajismo en las campañas… y un
largo etcétera. La PU saludó que la conferencia en Bogotá planteara seguir
las recomendaciones que hizo la misión electoral de la UE.



A contrarreloj



Mientras el tiempo va a favor del oficialismo, corre en contra de la decaída
oposición. Tras la jugada de Petro, uno y otra deberán mover piezas y
talentos para conseguir en negociaciones –si finalmente las hay– los mayores
logros posibles, entregando a cambio las menores concesiones. El gobierno
parte con ventaja porque está en una posición de fuerza, con muchas cartas
en la mano, mientras que la oposición tiene muy poco para ofrecer y
presionar. Pero, también al calor del debate, la población –que
mayoritariamente se ha enfrascado durante los últimos tres años en resistir
o sobrevivir a la crisis económica– puede regresar a la política con nuevas
expectativas y modificar el abúlico escenario, en el que ha aparecido Petro
como actor inesperado.

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