Uruguay/ Detrás de un laboratorio patriarcal. [Lucia Silveira Almeda]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Dic 1 13:32:12 UYT 2023


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Correspondencia de Prensa

1 de diciembre 2023

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Uruguay

 

Informe: ¿Cuál fue el costo de la pandemia para las mujeres?

 

Detrás de un laboratorio patriarcal

 

La pandemia parece olvidada. Ya casi nadie habla de ella. Un pasado que la
población entera decidió, sin decir palabra, olvidar. Pero, aunque se decida
olvidarla, la pandemia dejó secuelas, y un estudio reciente demuestra que
con estas cargan, sobre todo, las mujeres.

 

Lucia Silveira Almeda

Brecha, 1-12-2023

https://brecha.com.uy/

 

Seguramente la mayor parte de la población del país está cansada de hablar
de la pandemia de covid-19. A esta altura, parece un hecho lejano,
lejanísimo. Ya pasó, ya no se utilizan tapabocas, ya se saluda con un beso
en el cachete como antes. La locura del alcohol en gel se calmó. Sin
embargo, una amplia zona de esta sociedad harta del virus sigue viéndose
afectada por sus secuelas.

 

El miércoles, en el Centro Cultural de España, fue presentado el documento
titulado La Pandemia en Uruguay: ¿Cuál Ha Sido el Costo para las Mujeres?.
La iniciativa fue de Cotidiano Mujer y las autoras son las investigadoras
del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de
Administración de la Universidad de la República Verónica Amarante, Paola
Azar, Jéssica Schertz y Andrea Vigorito.

 

«Si bien las desigualdades de género son de carácter estructural, tienden a
agudizarse en períodos de crisis y recesión, como el que atravesó la mayor
parte de los países durante el crisis por covid». Así comienza el informe,
que tiene unas 35 páginas. Según múltiples estudios que va citando a lo
largo de ellas, los daños sufridos por varones y mujeres durante la crisis
sanitaria tienen diferencias de extensión, intensidad y, como no podía ser
de otra manera, en sus secuelas.

 

Como objetivo de su investigación, las economistas buscaron establecer una
primera estimación del costo que el pasaje por la pandemia tuvo para las
mujeres uruguayas. A partir de un taller de discusión con especialistas,
acordaron que para realizarla deberían tomar en cuenta información sobre el
mercado laboral, el trabajo no remunerado y el acceso de los hogares a los
recursos públicos.

 

***

 

«Todas se fueron quedando sin trabajo. Al día de hoy no sé si alguna
recuperó su trabajo. La mayoría, no. La panchera que antes de la pandemia
había podido comprarse un carrito, lo perdió», relató a Brecha Brenda
Bogliaccini, integrante de la Red de Ollas y Merenderos del Cerro por
Autonomía y Vida Digna, y de la Coordinadora de Ollas Populares.

 

Para estudiar esta dimensión –explicó al semanario Paola Azar–, «nos basamos
en la encuesta continua de hogares [ECH] del Instituto Nacional de
Estadística [INE] en términos de empleo, remuneraciones e ingresos». Luego,
con métodos econométricos y calculando regresiones lineales, simularon cuál
habría sido la situación del mercado laboral, en términos de empleo e
ingreso, si la pandemia no hubiese sucedido. La operación la hicieron
tomando como base las tendencias que surgían de la ECH de 2019 y
comparándolas con los datos estructurales de 2020 y de 2021. Es decir, la
comparación fue, básicamente, la de un escenario hipotético sin pandemia
frente al escenario real de pandemia.

 

***

 

Pero a los empleos y los salarios perdidos había que añadir el incremento
del trabajo no remunerado (es decir, las tareas de cuidado y domésticas).
Para cuantificarlo no se disponía de un relevamiento del INE, por lo que las
investigadoras debieron basarse en encuestas realizadas por ONU Mujeres y
Unicef durante la pandemia. La primera fue hecha en abril de 2020 y la
segunda, en junio de 2021. En esta última, se les preguntó a las personas su
situación prepandemia y durante el año y pico de crisis sanitaria. A partir
de allí, les quedó hacer cálculos.

 

Para hacerlos bien hubo que tener en cuenta que las tareas mencionadas
tienen sus variaciones de carga. Primero, según las características de las
personas, y su género, su nivel educativo, la región en la que viven y su
inserción laboral; pero también en razón de la presencia en el hogar de
niños menores de 5 años o en edad escolar, o de adolescentes, y, finalmente,
en relación con la constitución de los hogares: según estos sean hogares
monoparentales, nucleares o extendidos.

 

Llegar a una definición numérica del costo suponía asignarle un valor
monetario al incremento de las horas de trabajo no remunerado de mujeres y
varones. Para esto, explicó Verónica Amarante, adoptaron una estimación muy
conservadora: emplearon el valor de la hora del laudo de las trabajadoras
domésticas.

 

Finalmente añadieron a estas pérdidas las derivadas de las prestaciones
sociales no efectivizadas. Es decir, hogares que estaban en condiciones de
ser elegibles, que, sin embargo, no las recibieron, por problemas de diseño
de las políticas.

 

***

 

Otras pérdidas son más difíciles de cuantificar. La doctora en Ciencias
Sociales Ana Laura de Giorgi afirmó a Brecha que dentro del trabajo
reproductivo hay siempre un trabajo afectivo, que consiste en poner el
hombro, en poner la oreja, en sostener. «Ese trabajo afectivo, en general,
lo hacen las mujeres», explicó, y agregó que «el trabajo reproductivo no es
solo hacer la comida, sino también sostener afectivamente». Para ese sostén
es que las mujeres son entrenadas.

 

—¿Y quién acompaña a esas mujeres?

 

—Las otras mujeres.

 

Las que cuidan son cuidadas por otras que también cuidan. Es una red de
cuidado femenino y que se vio totalmente desestabilizado con la pandemia,
con el encierro. Fue una situación en la que cada mujer no solo sufría la
pérdida de su trabajo, ya sea formal o informal y precario, sino que también
estaba sobrecargada en su hogar con tareas específicas y tareas afectivas:
no solo poner el hombro, sino asegurarles a los menores y a los mayores que
todo iba a estar bien.

 

La pandemia –según explica De Giorgi– funcionó, de alguna manera, como un
«laboratorio patriarcal». Fue un momento de situaciones extremas en el que
quedaron a la luz ciertas injusticias que son estructurales. «El Estado
abandona a las mujeres siempre», afirmó De Giorgi; «los niveles de femicidio
que tenemos en Uruguay tienen que ver con un abandono del Estado de las
personas vulnerables», enfatizó.

 

***

 

Pero volviendo al estudio comentado, según los cálculos realizados por las
economistas, el costo total que supuso la pandemia para las mujeres en 2020
representó un monto que equivaldría al 1,9 por ciento del PBI en 2020, y a
un 1,4 por ciento en 2021. En relación con la dimensión laboral, el costo
sería de un 0,61 por ciento del producto, mientras que en el área de trabajo
no remunerado sería de un 1,25 por ciento y en las prestaciones no
efectivizadas, como las Asignaciones Familiares-Plan de Equidad y la Tarjeta
Uruguay Social, de un 0,19 por ciento.

 

 

«Hubo una cosa que no todos ven porque estamos en ciudades y sociedades
segmentadas y fragmentadas. En la parte que yo me moví, eso del cuidado, de
estar encerrado, no existió», explicó Bogliaccini. Incluso mencionó casos
particulares de mujeres que, además de ser mayoría en la participación de
ollas populares, tuvieron que «ponerles el pecho a las balas», pues debían
ir y limpiar la casa de sus patrones, cuidar de sus hijos. Ir y volver en
ómnibus.

 

Si bien el estudio pone a la vista estas y otras asimetrías en la
distribución de los costos entre las mismas mujeres, de todas maneras, las
mujeres en su conjunto, según dice el informe en sus comentarios finales,
fueron «las acreedoras de la mayor parte de la deuda generada en las
actividades no remuneradas». Además, la mayor cantidad de ingresos por las
prestaciones mencionadas también les hubiese correspondido.

 

En definitiva, en términos de PBI, la «deuda» generada hacia las mujeres
durante la pandemia es comparable «a la estimación del perjuicio ocasionado
por la sequía que afectó a Uruguay» durante el año pasado y que aún mantiene
en alerta a la población. Sin embargo, como señalan las autoras, mientras
que sobra quien recuerde los efectos de la sequía, el impacto que tuvo la
pandemia en la población femenina «ni siquiera ha sido visibilizado ni
problematizado por la agenda pública».

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