Uruguay/ La violencia continua contra las personas sin techo:. [Joaquín Ludzcanoff]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Dic 12 13:39:21 UYT 2023


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Correspondencia de Prensa

12 de diciembre 2023

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Uruguay

 

La violencia continua contra las personas sin techo: disputas territoriales
y desplazamientos en el espacio público

 

Para el sociólogo Gabriel Tenenbaum, las formas en que las personas en
situación de calle habitan la ciudad obedecen a un “vínculo con la
sobrevivencia”. Desde el colectivo Ni Todo Está Perdido advierten que las
violencias que experimentan constituyen un “problema social y político” “de
carácter estructural”

 

Joaquín Ludzcanoff 

La Diaria, 12-12-2023 

https://ladiaria.com.uy/

 

“Incertidumbre” y “abandono” son las palabras que escogió Susana Fernández,
integrante de Ni Todo Está Perdido (Nitep), colectivo que nuclea personas en
situación de calle, para describir a Habitar las realidades a las que deben
hacer frente diariamente. Según explicó, “la situación es no tener nada y
estar sin recursos, es como estar abandonado a un clima que te lleva y te
trae”.

 

Además, Fernández lamentó una percibida intensificación del fenómeno: la
integrante de Nitep reveló que se llegó a tal extremo que este año nació un
niño en situación de calle. “Son cosas que antes no pasaban” y que “no están
siendo contempladas como parte de políticas sociales adecuadas”, concluyó.

 

De acuerdo con un censo llevado a cabo por el Ministerio de Desarrollo
Social (Mides) este año, la proporción de personas en situación de calle se
vio incrementada en un 48% tan sólo en los últimos dos años.
(https://ladiaria.com.uy/politica/articulo/2023/8/mides-registro-un-aumento-
de-48-de-personas-a-la-intemperie-en-comparacion-con-2021/) En ese entonces,
el ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, reconoció la continuación de
“una tendencia de 17 años donde siempre se dan diferentes aumentos”, entre
los que se observan un incremento en el número de personas que consumen
(91%), así como de aquellas personas que se encontraron privadas de libertad
en algún momento de su vida (50%).

 

Asimismo, según detallaba la alcaldesa del Municipio B (Montevideo), Silvana
Pissano, en la presentación de un mapeo colectivo del territorio realizado
con la colaboración de Nitep, hacia 2022 aproximadamente la mitad de ellas
residían allí. Una “Cartografía de las Emergencias” contenida dentro de
dicho informe describe a Montevideo “hostil, violento [y] profundamente
desigual”. Según detalla en un capítulo posterior, conformado con base en
entrevistas y talleres, las personas en situación de calle deben de hacer
frente a niveles de violencia “muy altos”, que componen “historias
dramáticas” e “injusticias que suceden casi sin repercusión pública”.

 

Esto va desde la llamada “arquitectura hostil” —utilizada frecuentemente
para disuadir la presencia de personas en situación de calle— hasta
episodios de discriminación y violencia, que el documento expone a través de
múltiples testimonios. Así, cabe preguntarse cómo inciden estas realidades
en la forma en que habitan la ciudad las personas en situación de calle, así
como los modos de relacionamiento que mantienen con sus habitantes.

 

De acuerdo con Fernández, más allá de actos de violencia individuales, “ya
de por sí, la situación de calle es un hecho de violencia continua”, un
“problema social y político” de carácter “estructural”. Aun así, deploró la
existencia de individuos que atacan a personas en situación de calle así
como determinados conflictos con algunos vecinos, y llamó a “resolver el
problema disminuyendo esa posibilidad de violencia”, apostando por la
“recuperación” de las personas en situación de calle, de tal manera que
puedan “reafirmarse”.

 

Respecto de esto, así como de los altos niveles de personas en situación de
calle que consumen drogas y provienen de la cárcel, Fernández explicó que,
lamentablemente, la situación de calle “lleva a tener actitudes que incluso
van contra ellos mismos”. “No hay manera porque no tienen un lugar para
vivir, están expuestos a cosas que [a] una persona que tenga un hogar no le
suceden”, declaró, al tiempo que acusó la existencia de una suerte de doble
estándar. Según ella, “de la mitad para arriba de la escala social hay
muchos que lo hacen y no pasa nada”.

 

Asimismo, y si bien reconoció que las adicciones “son un problema”,
Fernández admitió que no sabría dónde empezar a tratarlos, ya que los únicos
lugares destinados a su tratamiento pertenecen al ámbito privado y demandan
un pago. Por último, la integrante de Nitep resaltó la incidencia de los
problemas de salud mental, que a su entender “también está relacionada con
la situación de calle”.

 

Fernández admitió que dichas realidades pueden repercutir sobre las
decisiones que toman las personas en situación de calle acerca de las zonas
de la ciudad que escogen para transitar o residir, aunque no fue capaz de
identificar que esto les lleve a optar por no transitar por determinadas
zonas de la ciudad. La integrante de Nitep reconoció la posibilidad de que
una mayor presencia de servicios públicos en el centro de la ciudad pueda
explicar los mayores niveles de personas de situación de calle dentro del
Municipio B, si bien detalló que el problema no puede restringirse a él. “El
problema no es sólo del Municipio B, el problema es de todo Montevideo y
también del interior del país”, concluyó.

 

De esta manera, Fernández reiteró la necesidad de “cambiar la imagen y la
mirada que [se] tiene sobre la gente en situación de calle”. Por ello, según
explicó, desde Nitep trabajan en torno a tres pilares: vivienda, trabajo y
salud, y que en los últimos años derivó en la creación de una cooperativa de
trabajo y la inauguración de baños públicos que puedan utilizar, entre
otros.

 

Fernández también adelantó a Habitar la apertura de dos casas hacia fines de
este mes, gracias a un convenio alcanzado con la Universidad de la República
(Udelar) y el Mides, que alojarán a un total de 18 personas. El acuerdo es
motivado por la filosofía de “casa primero”, que mantiene que la situación
de una persona en situación de calle mejorará una vez que tenga acceso a una
vivienda en condiciones, tal como insinuaba con anterioridad Fernández.

 

“Hay una situación de calle que se hace como muy fuerte en el tiempo”, notó,
por lo que, a su parecer, “se va perdiendo una dignidad, que es por lo menos
decir: 'Bueno, voy a ocupar un terreno para tener una huerta' o 'Cuatro
palos y un techo'”. Esto explica, entre otras cosas, el porqué no optan por
organizarse e integrarse a movimientos de ocupación de tierras.

 

Es el arraigo de dichas realidades lo que para ella deriva en la pérdida de
hábitos, así como de “posibilidades de ver hacia adelante, [de] cómo se
puede cambiar”. “Uno también se va entregando y prácticamente muchos se
dejan morir: es una forma de ir dejándose morir, ¿no?”.

 

El sociólogo Gabriel Tenenbaum explicó a Habitar que existen registros de
desplazamientos de “migración interna” dentro de la ciudad y Uruguay “en
relación con el riesgo que puede correr la vida de una persona o de una
familia”. En particular, entre aquellos segmentos de la población más
vulnerables, que carecen de vínculos con la comunidad, como por ejemplo,
aquellos que egresan del sistema carcelario, algunos de los cuales integran
la población en situación de calle.

 

De esta manera, factores como la violencia y el narcotráfico inciden en las
formas de relacionamiento y desplazamientos urbanos. Así, de acuerdo con el
sociólogo, “ciertas áreas y espacios” de Montevideo, San José y Canelones se
fueron transformando en “focos problemáticos”, producto de migraciones de
espacios con altos niveles de criminalidad, particularmente aquellos
vinculados al mercado de drogas ilegales.

 

Consultado respecto de la distribución y el desplazamiento de personas en
situación de calle en la ciudad, si bien reconoció no recordar estudios que
lo demuestren, Tenenbaum consideró que entre ellos predomina el uso de
espacios vinculados a “la posibilidad de hacer algún dinero” así como la
“sobrevivencia”.

 

El sociólogo atribuyó la presencia de una gran proporción de personas en
situación de calle en los alrededores del Centro de Montevideo a su calidad
de sitio del “movimiento de la economía y la circulación del dinero”, aunque
no necesariamente dentro de él, optando por “lugares de protección” en
bienes públicos como la rambla o incluso la propia naturaleza, explicó.

 

Asimismo, el sociólogo percibió la existencia de diferentes “estrategias de
defensa” que les permitan planificar “algún tipo de reacción ante una
posibilidad de riesgo, de ser violentadas de alguna manera”, que describió
como “a veces [...] bastante racional”.

 

A pesar de ello, Tenenbaum calificó a un desplazamiento del tipo “migración
interna” a nivel global como “muy difícil”, puesto que, en su opinión, “lo
que perdura en términos más globales del uso de la ciudad es el vínculo con
la sobrevivencia”. “Puede ser una migración hacia otro centro, obviamente
comercial, pero la veo más difícil”, concluyó.

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