Argentina/ Las mutaciones de la derecha. [Pablo Stefanoni]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Nov 10 13:52:51 UYT 2023


  _____  

Correspondencia de Prensa

10 de noviembre 2023

https://correspondenciadeprensa.com/

redacción y suscripciones

germain en montevideo.com.uy <mailto:germain en montevideo.com.uy> 

  _____  

 

Argentina

 

Las mutaciones de la derecha argentina

 

Tras el pacto entre Mauricio Macri y Javier Milei, la rebeldía de derecha,
expresada en el rechazo de este último a la «casta» política y en su reclamo
de «que se vayan todos», derivó en una suerte de macrismo 2.0 plasmado en el
eslogan «Kirchnerismo o libertad». 

 

Pablo Stefanoni *

Nueva Sociedad, noviembre 2023

https://nuso.org/

 

El sorpasso de Javier Milei a la alianza de centroderecha Juntos por el
Cambio (JxC) ha movido las placas tectónicas del bloque no (o anti)
peronista de la política argentina. Pocas horas después de que Milei
ingresara al balotaje, tanto la candidata de JxC, Patricia Bullrich, como el
ex-presidente Mauricio Macri (2015-2019) salieron a apoyar al libertario y a
intentar que los votos de Bullrich en la primera vuelta (casi 24%) se
vuelquen este 19 de noviembre a la papeleta de La Libertad Avanza (LLA) y
permitan derrotar al peronista Sergio Massa. El apoyo inconsulto de Macri a
Milei, alineado con la extrema derecha internacional (Vox, Jair Bolsonaro,
Donald Trump) ha dejado a JxC ante una ruptura de hecho. Gran parte del
principal socio del macrismo, la centenaria Unión Cívica Radical (UCR), se
niega a dar ese apoyo, al igual que el sector liderado por el alcalde
saliente de la ciudad de Buenos Aires Horacio Rodríguez Larreta. Varios de
sus referentes optaron por el voto en blanco y otros directamente por votar
a Massa.

 

El nuevo padrinazgo de Macri a Milei, un candidato carente por completo de
estructuras y equipos, busca coparle el gobierno y, de ese modo, ganar
políticamente lo que su espacio no ganó en las urnas. Pero al mismo tiempo,
con esta jugada, Macri arriesga su propio capital político en una aventura
incierta: un gobierno de Milei, si este llega a la Presidencia, sería una
especie de salto al vacío. 

 

La propia imagen utilizada por Macri para apoyarlo no fue precisamente
tranquilizadora: «Vas en un auto a 100 [km/h], vas a chocar contra un
paredón y sabés que te matás. Entonces te tirás del auto, ¿vas a sobrevivir?
Qué sé yo, pero al menos tenés una chance». El paredón, para Macri, es
Massa; tirarse del coche es Milei. Y a la luz de las encuestas, que
anticipan un resultado muy parejo con una leve ventaja para Milei, la
mayoría de los electores que votaron por Bullrich el 22 de octubre
decidieron hacer propia la analogía y tirarse del auto. El «pacto de
Acassuso», sellado en la casa de Macri, que jugó de local, parece estar
funcionando. En todo caso, a nadie le sorprendió: tras su salida del
gobierno, Macri se autocriticó por haber sido demasiado «gradualista»
(moderado) y dio un decidido giro a la derecha. Como en otras latitudes,
podemos ver convergencias entre extremas derechas -con dificultades para
lograr victorias electorales amplias- y sectores de las derechas
convencionales.

 

Pero este acuerdo ha transformado el propio proyecto de Milei. La «rebeldía
de derecha» -expresada en su rechazo a la «casta» política y su reclamo de
«que se vayan todos»- mutó en una suerte de macrismo 2.0 expresado en el
eslogan «Kirchnerismo o libertad». Del relato anticasta se pasó así al
discurso utilizado en la campaña de Bullrich, quien llamó a acabar «para
siempre» con el kirchnerismo. Al mismo tiempo, Milei busca alejarse de sus
posiciones más radicales -mercado de órganos, armas libres y otras
veleidades anarcocapitalistas-, aunque insiste en que cerrará el Banco
Central, el cual propuso varias veces dinamitar. 

 

Milei importó a Argentina el paleolibertarismo estadounidense de Murray
Rothbard, pero la adaptación al ecosistema local no ha sido fácil. Rothbard
planteó, sobre el final de su vida, una alianza de los libertarios con la
«vieja derecha» estadounidense, incluidos grupos supremacistas blancos
enfrentados al poder federal. A ese maridaje lo denominó paleolibertarismo.
El libertario neoyorkino consideraba que el Partido Libertario, que él mismo
había ayudado a fundar, se había vuelto un semillero de hippies
antiautoridad. Rothbard no se oponía a la autoridad en sí, sino a la
autoridad del Estado. En su momento paleo, llegó a promover alianzas con la
derecha religiosa, sobre la base de la autonomía de cada Estado o comunidad
-aunque él estaba a favor del derecho al aborto, sostenía que cada gobierno
local tenía el derecho a autorizarlo o prohibirlo y que, sobre esa base de
«autonomía» respecto a cualquier aspecto de la vida social, los libertarios
podían ampliar sus alianzas (si una comunidad no quería a los negros, por
ejemplo, tenía también el derecho a segregarlos)-.

 

Su artículo «Populismo de derecha: una estrategia para el movimiento paleo»,
de 1992, fue bastante profético. Rothbard percibió tempranamente la rebelión
de las bases del Partido Republicano, que daría lugar primero al Tea Party y
luego al trumpismo. 

 

En un país sin las tradiciones de «autonomía de derecha» existentes en
Estados Unidos -donde pululan diversos grupos anti-Washington, a menudo
armados-, Milei combinó la Escuela Austriaca en su versión más radical (la
anarcocapitalista) con elementos de las derechas alternativas globales, en
general de forma no muy digerida. 

 

El economista armó entonces una alianza entre libertarismo de derecha y
nacionalismo reaccionario, corporizado en Victoria Villarruel. La candidata
a vicepresidenta mantiene vínculos con ex-militares cercanos a la dictadura
y con grupos católicos de ultraderecha. Al mismo tiempo, se presenta como
una «chica conservadora» admiradora de la italiana Giorgia Meloni, con un
discurso bien articulado y un muy buen desempeño como polemista. Activista
de la «memoria completa» sobre los años 70, repite el discurso, ya ensayado
por los represores, de que hubo excesos y no un plan sistemático de
terrorismo de Estado, como ya zanjó la justicia argentina. Mientras que
Milei, como rothbardiano, debería estar en contra, ella propicia el retorno
del servicio militar obligatorio y el aumento del presupuesto militar. Se
trata de una alianza ideológicamente inestable, pero coherente con las
actuales hibridaciones en la extrema derecha. Uno de los enviados del
partido ultra español Vox, de matriz nacional católica y posfranquista,
Hermann Tertsch, aclaró en Buenos Aires, adonde viajó para apoyar a Milei,
que aunque Vox no es libertario, tiene suficientes coincidencias con el
argentino como para hacerlo parte de su frente internacional
antiprogresista.

 

Milei tiene una visión sobre la democracia que retoma conceptos de los
libertarios decepcionados de Silicon Valley. Por ejemplo, los llamados
neorreaccionarios promueven directamente que hay que separar la libertad de
la democracia. No es casual que Milei hable todo el tiempo de libertad, pero
nunca de democracia. Tampoco que considere que el Estado democrático es un
«pedófilo en un jardín de infantes», mientras que el Estado dictatorial de
los 70 -que literalmente mató y violó- solo habría cometido excesos. Como
recordaba hace poco Enzo Traverso en relación con otra cuestión, la
democracia no es solo un sistema de disposiciones institucionales, sino
también una cultura, una memoria y un conjunto de experiencias. Milei -y más
aún Villarruel- es ajeno a la cultura, la memoria y el conjunto de
experiencias que -no sin problemas- fueron jalonando la transición
democrática argentina, justo cuando se conmemora el 40° aniversario.

 

El problema de Milei es que su anarcocapitalismo paleo, si bien conecta con
algunas sensibilidades del presente, como se vio en su arraigo juvenil,
incluso de sectores populares, sigue siendo en gran medida una «idea fuera
de lugar», incluso en su propio partido. La sociedad argentina, pese a su
momento inconformista, combina el voto por el libertario con la vigencia de
una fuerte legitimidad de reformas más o menos recientes como el matrimonio
igualitario o la legalización del aborto. También hay un consenso respecto
de la salud y la educación públicas, pese a su fuerte deterioro. El
movimiento de mujeres es hoy muy dinámico y ya sabemos que en varios países
fue ese uno de los principales diques de contención contra las derechas
reaccionarias y sus «guerras culturales» (Brasil, Polonia). 

 

La propia construcción política de Milei es bastante caótica -llena de
microemprendimientos políticos locales, oportunistas y libertarios de última
hora-, con varios parlamentarios electos que amenazan con abandonar el
espacio, lo que podría anticipar una desbandada si Milei pierde la segunda
vuelta. Y un escenario inéditamente incierto si las gana.

 

La ventaja de Milei, rumbo al 19 de noviembre, es que ya amortizó la
filtración de videos -en general previos a su candidatura- con posiciones
extravagantes para un candidato presidencial, como cuando decía que entre el
Estado y la mafia prefería a la mafia, insultaba al papa Francisco por estar
a favor de la justicia social o manifestaba que su héroe era Al Capone. Hoy
su estrategia, hasta donde puede lograrlo, es mostrarse sosegado y poner la
«violencia» del lado del kirchnerismo y de Massa, un candidato centrista y
pragmático que carga con el peso de ser ministro de Economía de un país con
140% de inflación interanual, y también con el de su alianza con Cristina
Fernández de Kirchner, quien pese a mantener una popularidad no desdeñable,
genera rechazos tan pasionales como sus apoyos. 

 

¿Puede Milei ser un candidato, y eventualmente, un presidente «normal»? El
estado psíquico del candidato y la excentricidad de sus propias ideas
encienden alarmas pero alimentan, al mismo tiempo, cierto morbo social de
que al final todo estalle de alguna manera, como una compensación, si no
material al menos psicológica, frente al estado de crisis crónica en  que se
encuentra el país. Una suerte de bungee jumping político. 

 

* Jefe de redacción de Nueva Sociedad. Coautor, con Martín Baña, de Todo lo
que necesitás saber sobre la Revolución rusa (Paidós, 2017) y autor de ¿La
rebeldía se volvió de derecha? (Siglo Veintiuno, 2021).

  _____  

 



-- 
Este correo electrónico ha sido analizado en busca de virus por el software antivirus de Avast.
www.avast.com
------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20231110/fbde7697/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa