Armenia/ El bloqueo de Karabaj y dos visiones de Azerbaiyán. [Vicken Cheterian]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Sep 4 15:03:10 UYT 2023


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Correspondencia de Prensa

4 de agosto 2023

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Armenia



El bloqueo de Karabaj y dos visiones de Azerbaiyán



Vicken Cheterian

A l’encontre, 1-9-2023

http://alencontre.org/

Traducción de Correspondencia de Prensa



El bloqueo de Karabaj impuesto por las autoridades azerbaiyanas está
llegando al noveno mes. Se han registrado varias muertes debido a la falta
de alimentos, combustible y medicamentos. A medida que se acerca el
invierno, toda la población de Nagorno Karabaj -o Artsaj en armenio -está en
peligro como consecuencia de la política de las autoridades azerbaiyanas.
Este bloqueo es el resultado de una determinada concepción ideológica
dominante en los círculos dirigentes azerbaiyanos. Al mismo tiempo, voces
alternativas, aunque minoritarias, pero de peso, se están haciendo oír.



El bloqueo impuesto a Nagorno Karabaj desde el 12 de diciembre de 2022
provoca efectos devastadores: los 120.000 habitantes de la región están al
borde de la inanición. El bloqueo comenzó con el envío por parte de las
autoridades azerbaiyanas de «eco-activistas» para bloquear la única
carretera que une Karabaj con Armenia. Como esta medida inicial no encontró
ninguna oposición efectiva, ni por parte de Armenia, ni de las fuerzas rusas
de mantenimiento de la paz cuyo mandato era mantener abierta la carretera,
ni de la «comunidad internacional» estadounidense y europea, autoproclamada
guardiana de la legalidad internacional, los llamados «eco-activistas»
fueron rápidamente sustituidos el 25 de marzo de 2023 por soldados azeríes
uniformados. Un mes más tarde, el 23 de abril, los militares azeríes tomaron
el control del puente del corredor de Latchine que une Nagorno Karabaj con
Armenia, que hasta entonces había estado bajo el control de las «fuerzas de
paz» rusas. La etapa final del bloqueo tuvo lugar el 15 de junio, cuando se
les prohibió a los vehículos del CICR que transportaban medicamentos y
pacientes llevar a cabo su misión humanitaria.



Al día de hoy, tras haber impuesto un bloqueo terrestre y aéreo total a
Karabaj, las autoridades azerbaiyanas presionan a la Media Luna Roja de
Azerbaiyán, que está bajo control estatal, para que envíe «ayuda
humanitaria».



Ilham Aliyev (presidente de Azerbaiyán desde 2003, miembro del partido Nuevo
Azrbaiyán, ndt.) no les deja otra alternativa a los armenios de Karabaj: o
se someten a su dominación o mueren. En los últimos meses, soldados
azerbaiyanos detuvieron a ancianos armenios -entre ellos el enfermo Vagif
Khachatryan, de 68 años- que viajaban en un vehículo del CICR por el
corredor de Latchine, acusándolos de haber cometido «crímenes» en el pasado.
El 28 de agosto, también fueron detenidos tres estudiantes que viajaban de
Karabaj a Armenia en vehículos de las fuerzas rusas de mantenimiento de la
paz. Cualquier armenio que se encuentre en manos de los azerbaiyanos corre
el riesgo de padecer la misma suerte, ya que no existe un sistema judicial
fiable en Azerbaiyán.



El recurso a la coartada de la ecología por parte de un régimen cuyos
ingresos dependen en un 94% de las exportaciones de petróleo y gas no es
sólo cínico, sino también una degradación deliberada del significado del
término. Conceptos como «ecología», «activismo» y «salvar el planeta» están
siendo transformados por el autoritarismo de la dinastía Aliyev en una
pesadilla orwelliana de odio étnico, guerras de asedio y amenazas de
genocidio.



La represión se intensifica desde la guerra de 2020



Esta perversa destrucción de sentido no se refiere sólo a los armenios, sino
a todo un sistema instaurado por Ilham Aliyev desde que heredó el poder de
su padre hace dos décadas [31 de octubre de 2003]. Cuando, en junio,
estallaron verdaderas protestas ecologistas en el pueblo azerbaiyano de
Soyudlu -los habitantes protestaban contra las explotaciones mineras que
provocaban una contaminación tóxica-, la policía azerbaiyana atacó
violentamente a los manifestantes de mayor edad, puso el pueblo bajo control
y metió a los activistas en la cárcel
(https://iwpr.net/global-voices/azerbaijani-authorities-crack-down-eco-prote
sts).



De hecho, Azerbaiyán ha estado bajo estricto control desde la pandemia del
Covid-19. Las fronteras terrestres con los países vecinos - Georgia, Rusia e
Irán - permanecen cerradas desde entonces. La justificación oficial es la
pandemia, aunque extraoficialmente Ilham Aliyev cree que está más seguro si
las fronteras de Azerbaiyán con Rusia e Irán permanecen cerradas. La minoría
étnica azerí del sudeste de Georgia ha protestado contra el bloqueo y le ha
exigido a Bakú (capital de Azerbaiyán, ndt.) la reapertura de la frontera
(https://eurasianet.org/georgian-azerbaijanis-ask-azerbaijans-president-to-o
pen-border).



¿Por qué Ilham Aliyev persiste en sus iniciativas agresivas y promueve la
limpieza étnica de los armenios de Karabaj, incluso después de la guerra de
2020?



Una posible interpretación es que necesita estas estrategias extremistas
para ganar popularidad. En la medida en que la mayoría de los azerbaiyanos
aprueban las medidas agresivas contra los armenios, Ilham Aliyev no necesita
el consentimiento de la opinión pública para llevar adelante sus
iniciativas. La victoria militar le dio a Aliyev la legitimidad necesaria,
de la que no ha gozado ningún otro dirigente azerbaiyano desde la
independencia. Las políticas aplicadas desde entonces por Ilham Aliyev
reflejan sus propias visiones. Son expresiones de su ideología völkish, las
mismas opiniones nacionalistas y racistas extremas que prevalecieron en
Europa en la década de 1930.



Para Ilham Aliyev, los armenios no tienen, sencillamente, derecho a existir.
Fueron «importados» de alguna parte por el «colonialismo ruso» y no tienen
derecho a tener opiniones políticas. Aliyev no sólo es intratable en sus
planes de limpieza étnica de los armenios de Karabaj. Además, su régimen se
opone abiertamente a la legitimidad del Estado armenio como tal. En los
medios de comunicación oficiales azerbaiyanos, Armenia, dentro de sus
actuales fronteras definidas, se denomina «Azerbaiyán occidental»
(https://hetq.am/en/article/154177). Esta ideología se encuentra en el
origen de las perpetuas guerras étnicas.



Aliyev también mira al pueblo azerbaiyano a través de un prisma similar. Su
convicción de que hay individuos -como él mismo- que tienen legitimidad
hereditaria para gobernar, y masas inferiores que están destinadas a ser
gobernadas, fue reforzada por su victoria militar en 2020. En su opinión, el
Estado de derecho, los derechos humanos, el multilateralismo, la democracia
y otros principios similares sólo tienen sentido para los débiles. Esta es
la razón por la que Nagorno Karabaj lleva nueve meses sitiado, por la que la
represión contra los disidentes azeríes se ha intensificado, en lugar de
disminuir, desde la guerra: el número de presos políticos azeríes ha
aumentado desde 2020. Durante los últimos meses, dos presos políticos, Saiq
Kazimov y Sabuhi Salimov
(https://oc-media.org/hunger-striking-prisoner-dies-in-baku-court-of-appeal/
), murieron tras largas huelgas de hambre, iniciadas para protestar contra
las pésimas condiciones de detención.



En el Estado de Ilham Aliyev, hay sumisión personal al líder y a sus
caprichos, o hay oposición y represión. Los regímenes autocráticos necesitan
enemigos externos para justificar la disciplina y la represión internas. Los
trabajos del economista Gubad Ibadoglu, que en un artículo reciente concluyó
que «el petróleo obstaculiza la democracia»
(https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0301420723004634),
sencillamente no son tolerados. Gubad Ibadoglu fue detenido en Bakú el 23 de
julio de 2023 bajo acusaciones inverosímiles de «falsificación» y torturado
en la cárcel.



La represión más dura afecta a los creyentes chiíes
(https://oc-media.org/opinions/opinion-first-they-came-for-the-muslims-and-w
e-did-not-speak-out/). Cientos de ellos han sido detenidos en los últimos
meses. Aunque el islam chií es la religión estatal, el régimen de Aliyev
quiere controlar todas las organizaciones autónomas y ve en los creyentes
chiíes a sospechosos de tener vínculos con Irán.



Es una política que tendrá consecuencias catastróficas cuando el régimen
autocrático de Aliyev entre en una fase de crisis.



El Azerbaiyán alternativo



La ideología völkish de Ilham Aliyev no logra convencer en los círculos
instruidos de Azerbaiyán, sobre todo después de la guerra de 2020. La guerra
hizo desaparecer una importante justificación del odio antiarmenio. Las
políticas de Azerbaiyán desde entonces, los continuos ataques militares y,
sobre todo, el bloqueo de Nagorno Karabaj durante nueve meses, han dejado
claras las fuentes de la violencia perpetua en este conflicto. Además,
muchos azerbaiyanos esperaban que tras la guerra y la victoria, la represión
interna disminuiría. Hoy, vinculan la continua represión interna contra los
azeríes disidentes con la violencia externa contra los armenios de Karabaj.



Es precisamente este vínculo -entre el enemigo étnico, la guerra y la
represión interna- lo que hace que la declaración del 10 de agosto del
Colectivo Feminista Azerbaiyano por la Paz sea tan original. Su título puede
sorprender al observador de la política caucásica: «En solidaridad con
Karabaj/Artsaj contra la guerra total, el bloqueo y la hegemonía. ««
(https://en.feministpeacecollective.com/post/in-solidarity-with-karabakh-art
sakh-against-total-war-blockade-and-hegemony) La declaración rechaza la
violencia perpetrada contra la población armenia de Artsaj en nombre del
Estado-nación azerbaiyano:



«Tanto si hablamos del bloqueo de Karabaj/Artsaj, de la violencia contra los
habitantes del pueblo de Soyudlu o del terrorismo de Estado organizado
contra la población políticamente activa, es importante comprender que todo
ello es interdependiente y que el verdadero enemigo no es la impotente
comunidad armenia, sino el Estado dominante y hegemónico de Azerbaiyán.»



La represión permanente de Ilham Aliyev ha destruido el «centro político» y
ha polarizado a los azeríes entre los que se someten al liderazgo por
lealtad personal y los que son empujados a la radicalización.



Es cierto que estas opiniones radicales son hoy minoritarias, ya que la
mayoría de la población azerbaiyana apoya a Aliyev. Sin embargo, no hay que
subestimar la importancia de las nuevas ideas que están tomando forma. Es la
primera vez en un conflicto de treinta años que se formula una crítica tan
radical de la ideología dominante, lo que abre la posibilidad de superar las
causas del propio conflicto: el nacionalismo agresivo. Tampoco debemos
subestimar la importancia de las ideas críticas formuladas contra la
ideología de Aliyev, que en sí misma carece de contenido, una ideología que
destruye todo significado y que no se basa en la persuasión sino en el poder
brutal. Sólo una visión antinacionalista e inclusiva del futuro puede poner
fin a las interminables guerras en el Cáucaso, guerras contra «el otro» y
contra sí mismo.

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