Colombia/ "la negociación en La Habana ha llegado a un punto de no retorno" [Roberto Cañas - entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Abr 25 20:31:12 UYT 2015


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 25 de abril 2015

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A l’encontre – La Breche

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Colombia

Entrevista a Roberto Cañas, excombatiente, fundador del FMLN y negociador
del proceso de paz en El Salvador

“La negociación en La Habana ha llegado a un punto de no retorno”

María Camila Restrepo

Semana, Bogotá 25-4-2015

http://www.semana.com/

Roberto Cañas no solo fue uno de los fundadores del Frente Farabundo Martí
para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, sino también uno de los
negociadores de los acuerdos de paz de Chapultepec (México 1992) que le
pusieron fin al conflicto armado de 12 años que vivió el país
centroamericano. Semana.com habló con el hoy catedrático y ex candidato a la
alcaldía de El Salvador sobre las circunstancias que por estos días rondan
la negociación de paz en La Habana. Desde su experiencia, como una autoridad
en temas de resolución de conflictos analizó los puntos más álgidos que ha
tenido el proceso. Se trata de uno de los referentes en resolución de
conflictos armados más importante que tiene el continente y por estos días
visita Pereira como parte de la Quinta Gira Técnica de Cooperación Sur-Sur,
que lidera la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR). El evento que
finaliza este fin de semana reúne desde este lunes a 35 representantes, de
18 países del mundo que exponen sus casos como víctimas o como garantes de
los proceso de paz que se han adelantado en el mundo.

-Semana.com:  En el ambiente se respira escepticismo sobre el proceso desde
la ofensiva de las FARC en Cauca que dejó 11 muertos. ¿Cómo manejar estos
episodios que generan tanta polarización entre la opinión pública?

Roberto Cañas: Los medios de comunicación hacen mucho ruido mediático
alrededor del acontecimiento. No vamos a discutir si lo es o no. El hecho es
condenable. Hubo muerte y toda muerte  es inaceptable, y en la guerra uno
entiende que hay bajas de ambos bandos.

Hay sectores que no son amigos de la paz porque pierden con ella. La guerra
es un negocio muy grande y me puedo imaginar -aunque no conozco a
profundidad-, que hay sectores a los que les afectaría la paz. Estas cosas
pasan, las críticas antes, durante y después de una negociación suceden. Los
problemas de la democracia se resuelven con más democracia y los de la
búsqueda de la paz los resuelven haciendo medidas por más paz, por conseguir
la paz.

-Semana.com: ¿Hechos como el del Cauca impulsan  la negociación? o ¿Qué
efecto tienen sobre ella?

R. C.: Escalan el proceso. Lo hacen más complicado. Ojo por ojo todos nos
vamos a quedar ciegos. Eso se llaman medidas que escalan el conflicto, lo
vuelven más agudo, ahora hay que ver medidas que lo vuelvan a enrutar para
traer la paz.

Uno tiene que ver las señales de salud o las enfermedades de un proceso de
mediación. Este proceso tiene salud, no hay que sobredimensionar el caso del
Cauca. Yo diría que la negociación ha llegado a su punto de no retorno. Los
pilotos cuando tienen su carta de navegación saben que el punto de no
retorno es cuando es más difícil regresar al aeropuerto de salida que llegar
a al punto final. Hay que ver cómo ambas partes se comprometen efectivamente
a tener una fecha, tener una inversión y establecer un pacto.

-Semana.com: Como consecuencia de esa situación muchos sectores le han
pedido al Gobierno que le ponga plazos al proceso. ¿Es conveniente?

R. C.: Claro. Genera presión para ambos bandos. Hay que entender que hay que
construir confianza alrededor del proceso de negociación. Hacerlo supone
resultados. Uno de ellos derivó en esta crisis. Por eso, se debe dar una
señal poderosa de que a pesar de que hay crisis, esto va caminando en
dirección a un acuerdo negociado que va a ser bueno para el país.

-Semana.com: Más que unos plazos, ¿no sería mejor pensar en acciones
encaminadas a desescalar el conflicto?

R. C.: Las dos cosas. Si hay un cese al fuego bilateral, divorciado con
supervisión lateral sería una señal muy buena. Aquí no hay una sola, es un
conjunto de señales de acuerdos parciales que generan construcción de
confianza.

Semana.com: Otro de los puntos álgidos y que han despertado diversos debates
es qué va a pasar con las FARC. Algunos piensan en amnistías, otros dicen
que deben pagar cárcel. ¿Cómo se manejó en El Salvador? ¿Qué cree usted que
sería lo más conveniente?

R. C.: Lo más conveniente es justicia transicional. No alcanzarían las
cárceles de Colombia y no se podrían organizar todos los juicios que hay
para resolver el problema y dividir la justicia por el sistema jurídico del
país, eso no es viable.

La justicia transicional supone el establecimiento de la verdad, la justicia
obviamente, el tema de la reparación a las víctimas. Hay personas que no
saben dónde están enterrados sus familiares, tienen derecho a saber dónde
están y darles una sepultura adecuada. Han existido violaciones de los
derechos humanos de ambas partes, qué va a pasar con las graves violaciones
que se han cometido.

-Semana.com: ¿Cuál es la mejor manera?

R. C.: Que se cierren las heridas, que se posibilite las condiciones de la
palabra clave de esto que es la reconciliación, es decir, esto no va a
prosperar si no hay reconciliación. Hay que hacer justicia transicional,
debe haber una comisión de la verdad, se debe establecer la justicia, los
que cometieron graves delitos deben pedir perdón, el Estado que generalmente
es el que comete las violaciones debe pedir perdón y se debe hacer la
reparación moral y material de las víctimas.

-Semana.com: ¿Cómo se solucionó en El Salvador?

R.C.: Lo que hubo primero fue el establecimiento de la Comisión de la
verdad. Una vez que el informe se dio a conocer el Gobierno de ese momento
decretó una amnistía, pero eso generó problemas porque dio camino a la
impunidad. Es un tema no resuelto en El Salvador.

-Semana.com: ¿Cómo fue el proceso con la Comisión de la verdad? ¿Dio frutos?

-R.C.: Sí, las Comisiones de la verdad son importantes por varias razones:
número uno porque queda un testimonio de como se esclarecieron los graves
hechos de violación a los derechos humanos. En el caso salvadoreño las
recomendaciones de la Comisión no eran vinculantes, o sea no eran de
obligatorio cumplimiento, se hicieron, el Gobierno no las cumplió, eso es
una asignatura pendiente.

Si las recomendaciones no se cumplen, no quiere decir que la Comisión de la
verdad esté invalidada, es importante para que las nuevas generaciones
conozcan los graves hechos que se cometieron y permita que eso no se vuelva
a repetir jamás.

-Semana.com: ¿Cómo fue el proceso de reinserción en El Salvador?

R. C.: Una de las cosas más delicadas es el futuro, la reinserción de los
combatientes y más complicado el caso de los lisiados, es decir, en el caso
salvadoreño es una asignatura pendiente. Fue un proceso de reinserción caro,
hay que ofrecerles vivienda, educación, empleo, posibilidades de
emprendimiento, salud mental, son proceso complicados que necesitan mucho
dinero y mucha sabiduría para sacarlos adelante.

-Semana.com: ¿Qué hacer para que después de una eventual negociación los
desmovilizados no reincidan?

R. C.: Los guerrilleros ocuparon la lucha armada como un instrumento para
transformar la realidad y aspiran a seguir haciéndolo. Es decir, si no se
pudo resolver llegando al poder por la vía militar, la negociación debe
crear las condiciones para la reinserción política.

No debe pasar lo de la Unión Patriótica ni lo del M-19. Para empezar y para
construir confianza se debe garantizar la seguridad física de los
excombatientes, que  puedan participar en condiciones de igualdad, eso es lo
que garantiza una paz firme.

-Semana.com: ¿Cómo fomentar la reconciliación?

R. C.: Construir una cultura de paz. Por ejemplo, que el gobierno cree la
cátedra de la cultura de paz puede que haya gente a la que no le va a
cambiar la cabeza, pero puede cambiársela a los niños y a los jóvenes.  El
sistema educativo debe asumir antes o después de los acuerdos la cultura de
paz.

Se trata de resolver el conflicto por la vía pacífica, por la vía del
diálogo. La violencia está en la casa, en la calle y dentro de la escuela.
Obvio, cambiar la cultura es un asunto a largo plazo. Pero esa sería una
cosa importante.

-Semana.com: Hay varios cabos sueltos que podrían truncar la búsqueda de la
paz. El ELN y las bandas criminales. ¿Qué pasará con ellos y que tanto daño
le podría hacer al proceso?

R. C.: Con el ELN sería un efecto de reacción en cadena. Si se resuelve bien
lo de las FARC casi inmediatamente se resolvería lo de esa guerrilla.

Hoy las bacrim (bandas criminales) son grupos armados sin motivación
política. Es otro tratamiento. Como no tienen motivación política, si han
cometido delitos hay meterlos presos. No se les puede dar la beligerancia
igual.

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